Parece de puro cajón que alguien que lee muchísimo escribirá muy bien, al menos formalmente y, por supuesto, sin faltas de ortografía, mientras que quien dedica muy pocas horas a los libros, mejor que no se anime a coger la pluma porque los resultados dejarán mucho que desear.
Pues no es así.
Me explico. Las personas que conozco que más y mejor escriben sí son lectores asiduos, pero es cierto que conozco lectores mucho más asiduos que ellos y, sin embargo, no tienen ninguna inquietud por la escritura y además cuando se ponen a escribir algo, aunque sea un cartel para la comunidad de vecinos, son malos, muy malos. No saben redactar y cometen faltas de ortografía.
Y, al contrario, tengo amigos que no leen casi nada porque no les gusta o no tienen tiempo y, sorprendentemente, se expresan muy bien por escrito, sin un solo fallo ortográfico.
Por ello he sacado la conclusión de que hay dos formas muy distintas de leer. La de quien busca y se fija exclusivamente en los contenidos, pasando por alto la forma en que se plasman en el papel, y la de aquellos enamorados del lenguaje que cada vez que leen un párrafo se están percatando, aunque sea inconscientemente, de cómo están escritas las palabras y construidas las frases.
Hay quien lee las novelas y las recetas solo para disfrutar de la historia y enterarse del desenlace o de cómo se hacen los huevos rellenos, y hay quien también tiene los ojos abiertos a la manera de expresar las cosas, a las técnicas narrativas, a la belleza formal o al lugar donde va la tilde.
Son dos maneras casi opuestas de leer. A los primeros sus lecturas les sirven para aprender, para ser cultos o para estar informados, pero no para escribir correctamente o con soltura. Los segundos, en cambio, a fuerza de prestar atención a la forma y al estilo, después suelen manejarse por escrito como pez en el agua.
Esto que digo no tiene nada que ver con la escritura artística o literaria. Quien lee fijándose redactará muy correctamente y punto. Lo de escribir bien con mayúsculas, lo de ser un brillante narrador y saber cómo enganchar y llegar al corazón de los lectores es un tema aparte. Yo diría que esa habilidad es innata como la de los buenos pintores, aunque por supuesto se puede modelar y mejorar leyendo y practicando abundantemente.
Yo me considero de los que no leen demasiado (antes, bastante más) pero se quedan mucho con las maneras y los procedimientos, lo que me resulta muy útil para escribir mis cosas. Por ejemplo, es curioso lo que se me pegan los estilos a la hora de redactar. Muchas veces compruebo con tristeza que tantas horas leyendo y redactando normas y documentos oficiales, con ese lenguaje pedante, absurdo e incomprensible que es el administrativo, he dado la puntilla definitiva a la frescura y a la espontaneidad de mis párrafos aunqueesté escribiendo un post o algo un pelín creativo.
(Sobre este tema, en La pluma: Vocaciones y trenes)
Pues no es así.
Me explico. Las personas que conozco que más y mejor escriben sí son lectores asiduos, pero es cierto que conozco lectores mucho más asiduos que ellos y, sin embargo, no tienen ninguna inquietud por la escritura y además cuando se ponen a escribir algo, aunque sea un cartel para la comunidad de vecinos, son malos, muy malos. No saben redactar y cometen faltas de ortografía.
Y, al contrario, tengo amigos que no leen casi nada porque no les gusta o no tienen tiempo y, sorprendentemente, se expresan muy bien por escrito, sin un solo fallo ortográfico.
Por ello he sacado la conclusión de que hay dos formas muy distintas de leer. La de quien busca y se fija exclusivamente en los contenidos, pasando por alto la forma en que se plasman en el papel, y la de aquellos enamorados del lenguaje que cada vez que leen un párrafo se están percatando, aunque sea inconscientemente, de cómo están escritas las palabras y construidas las frases.
Hay quien lee las novelas y las recetas solo para disfrutar de la historia y enterarse del desenlace o de cómo se hacen los huevos rellenos, y hay quien también tiene los ojos abiertos a la manera de expresar las cosas, a las técnicas narrativas, a la belleza formal o al lugar donde va la tilde.
Son dos maneras casi opuestas de leer. A los primeros sus lecturas les sirven para aprender, para ser cultos o para estar informados, pero no para escribir correctamente o con soltura. Los segundos, en cambio, a fuerza de prestar atención a la forma y al estilo, después suelen manejarse por escrito como pez en el agua.
Esto que digo no tiene nada que ver con la escritura artística o literaria. Quien lee fijándose redactará muy correctamente y punto. Lo de escribir bien con mayúsculas, lo de ser un brillante narrador y saber cómo enganchar y llegar al corazón de los lectores es un tema aparte. Yo diría que esa habilidad es innata como la de los buenos pintores, aunque por supuesto se puede modelar y mejorar leyendo y practicando abundantemente.
Yo me considero de los que no leen demasiado (antes, bastante más) pero se quedan mucho con las maneras y los procedimientos, lo que me resulta muy útil para escribir mis cosas. Por ejemplo, es curioso lo que se me pegan los estilos a la hora de redactar. Muchas veces compruebo con tristeza que tantas horas leyendo y redactando normas y documentos oficiales, con ese lenguaje pedante, absurdo e incomprensible que es el administrativo, he dado la puntilla definitiva a la frescura y a la espontaneidad de mis párrafos aunqueesté escribiendo un post o algo un pelín creativo.
(Sobre este tema, en La pluma: Vocaciones y trenes)
12 comentarios:
Buenos días.
Me ha gustado mucho su post, una vez más, porque es interesante este planteamiento de la lectura formal y conceptual.
Yo creo que lo ideal es una simbiosis de las dos vertientes que puede aportar un buen libro, pero coincido con usted plenamente en que hay lectores que son pésimos escritores.
En cambio, se me hace difícil pensar que alguien que no ha abierto un libro pueda dominar la narrativa. Aunque ahí está el caso de Miguel Hernández - un "papa frita" como le denominaba cariñosamente su amigo Neruda - de Orihuela, la leyenda dice que pastor de cabras y uno de los poetas más luminosos de su generación...
Sin embargo, escribir poesía no es redactar y viceversa. Lo primero es el fluir innato del corazón.
En fín, no me quiero hacer pesada ni exhaustiva.
Ahí deja usted un buen tema para la reflexión.
Un último apunte, a mi parecer "el leer no ocupa lugar", aunque solo sea para disfrutar.
Creo que has diferenciado bien los dos tipos de lectores. Yo leo rápido y muy por encima, sólo me fijo en la historia en sí (y se me pasan muchos detalles), pero no suelo retener el nombre de los personajes, ni las ciudades, ni fechas... por eso no me gusta leer especialmente libros de historia. Y eso que me he esforzado alguna vez por leer y aprender a la vez, pero lo que es una actividad de relajación y para desconectar, se convierte en un esfuerzo...
Creo que no tiene por que existir conexión entre la lectura y la escritura. Se adquiere más vocabulario y se mejora la expresión y la ortografía con la escritura. Sí que es verdad al menos desde mi experiencia, que si lees más, al menos a la hora de escribir tendrás más capacidad de detectar fallos, porque puedes ver que hay algo raro en lo que has escrito.
Igual que pienso, que no porque seas buen escritor o lector, serás buen orador...
Muchas veces me he hecho la misma reflexión que usted y he llegado a la misma conclusión.
Más bien he leído poco a lo largo de mi vida, y poco he escrito también, aunque llevo unos años leyendo bastante, precisamente porque creía que así iba a mejorar mi ortografía, que siempre ha sido mala, e iba a abundar en conocimientos, pero eso no es así.
Me he dado cuenta que leo solo con el objeto de entretenerme y como a Aprendiz, las fechas, nombres de los personajes o los incisos históricos o filosóficos de las novelas, me pasan bastante desapercibidos.
Posiblemente sí me haya sido útil para reforzar mi vocabulario, pero es algo de lo que no soy consciente.
También creo que para ser de los lectores que ahondan en la técnica literaria al leer un libro, hay que leer de determinada manera, es decir, con tiempo y preparado para ello, y en mi caso suelo leer al irme a la cama y algunos día con bastante sueño lo que perjudica gravemente esa manera más profunda de leer.
Creo que además es imprescindible leer con el diccionario de la RAE siempre cerca y consultarlo con relativa frecuencia, pero pocas veces lo hago.
Todos alguna vez hemos soñado con escribir un Best Seller, o ser literatos de renombre, pero como usted dice solo se consigue si se nace con la habilidad innata de escribir.
Teutates y aprendiz, los que leen fijandose en los datos y aprendiendo no lo hacen adrede ni hacen un esfuerzo especial, solo que tienen mas memoria y atencion y lectura comprensiva que vosotros. No es que leais mal, es que teneis diferente forma de leer.
Un tema interesante. Hasta hace unos años yo también creía que quien leyera mucho sería capaz de escribir con corrección. Comprobé que me equivocaba pues, como bien dice usted, existen personas que, en realidad no leen con profundidad, sino que realizan lecturas rápidas y superficiales sin profundizar ni en el tema ni en la escritura.
He visto, en este tipo de personas, además, una total carencia de capacidad expresiva tanto verbal como escrita e, incluso, una limitación importante a la hora de hilvanar un hilo argumental medianamente sólido. No sólo suelen ser descuidados con la ortografía y la expresión. Suelen ser poco puntillosos y chapueceros en todo.
Recuerdo que Lázaro Carreter decía que hablar bien es un arte pero que escribir con una mínima corrección está al alcance de casi todo el mundo. Con esfuerzo, claro.
Particularmente, para escribir correctamente y, por ende, expresarme en público con suficiente corrección me ha servido mucho la influencia del sr. Neri y diversos proyectos en los que colaboré con él desde los dieciocho años. ¡Qué escritor se ha perdido España, señor Neri!
También me relaciono con algunas personas muy estrictas en lo que se refiere al respeto por la lengua. Y lo agradezco. De hecho, creo que trabajo gracias a esa capacidad.
Aunque ahora, acostumbrado a escritos más técnicos, he perdido mucha flexibilidad.
Pensando sobre este tema de leer y escribir, hay realmente muchos puntos de vista posibles. La escritura tiene un aspecto puramente "práctico" como manera de comunicación que no tiene por qué ir asociado a un lado "artístico". Algo parecido a lo que puede pasar con un dibujo que sirva para explicar algo y que no tiene por qué ser hermoso. Aunque, eso sí, siempre habrá personas que encuentren hermoso un dibujo que cumpla con su función de comunicación, igual que puede ser hermoso cualquier texto bien escrito y estructurado, incluso aunque sea una ley o un cartel de la comunidad de vecinos.
Respecto a la lectura, estoy de acuerdo en que hay muchas maneras de leer. También influye qué cosas se leen: no olvidamos que con frecuencia circulan pésimas traducciones, por ejemplo, o muy malas redacciones periodísticas. Por otra parte, si alguien tiene intención de que la lectura influya en su manera de escribir con intención literaria, seguramente haga lecturas más programadas, analíticas y comparadas.
Una cuestión más: a la hora de escribir no sólo influye lo que se ha leído sino también lo que se ha oído. Seguramente el aprendizaje de la expresión es más intenso a través del lenguaje oral.
Lo vi en una piscina climatizada:
Se recuerda que está prohibido pronunciarse en voz alta con palabras malsonantes.
Sr. Neri, para mi la lectura es algo importante. Pienso que es difícil que una persona domine el lenguaje y la escritura si no gusta de leer.
A mí la lectura, a parte del placer en sí que produce, aviva mi mente y despierta rincones ocultos de la imaginación.
Escribir es difícil. tienes que contar algo que interese, a uno mismo y, aunque no lo digas, a los demás. Por otra parte has de tener un estilo, el que sea, pero tuyo, que te identifique y en el que te encuentres ágil, flexible.
Por supuesto la historia es importante, teniendo en cuenta que todo está escrito, sólo se diferencia en detalles, y en el punto de vista que se le da al contarlo.
Por lo demás, valor, al toro, prepararse a recibir palos, y no creerse que uno sabe escribir, porque no sabe.
Es muy difícil.
Me veo reflejado en el caso de los malos redactores.
Yo he leido bastante, suelo comprender a la primera cualquier escrito, pero con los signos de puntuacion soy bastante perezoso, y cuando escribo por teclado-como ahora- paso bastante de los acentos.
(Tambien tengo que decir que tengo un teclado marca ACME que esta machacado y amortizado)
Gracias por valorar un comentario mio y haber pensado que merecia la pena.Es un comentario que quizas no quepa en la cabeza de mucha gente, que parece algo radical , pero si miramos las cosas objetivamente y aplicando la logica vemos que no va desencaminado.
El concepto que tiene mucha gente de democracia es que le dejen votar y opinar de algunos temas, y eso no es democracia, eso es un regimen con ciertas libertades y mas cuando una vez recogido tu voto(el que les vote) rompen el contrato con el ciudadano y s epasan el programa electoral por...
Coincido con la entrada. Conozco muchos conserjes que leen muchísimo, pero que da miedo cuando tienen que escribir algún cartel. Suelo ofrecerme a hacérselo yo diciendo "ya sabes que manejo menor el ordenador" pues me da apuro mostrarles todas las faltas que comenten en 10 palabras.
Y eso que yo tengo serios problemas con muchas cosas que no aprendí bien en su día: la tilde en los diptongos, los "por qués" en sus 4 variantes, loísmos y leísmos... Y es que no se me quedan ni aunque lo estudie de nuevo, ni por mucho que lea (cosa que ya no hago).
Por cierto, Teutates, en mi opinión o has cambiado de teclado o algo has debido de aprender con tus lecturas pues juraría que tienes muchas menos faltas que hace 3 años cuando empecé a leerte.
Como último apunte, me llama la atención algunos comentaristas que , curiosamente, escriben con mucha corrección y claridad en este "foro", pero luego en las entradas de su propio blog (donde se supone que tienen más tiempo para preparar el texto) son farragosos, enrevesados e incluso descoordinan sus propias frases por exceso de subordinadas. No pongo ningún ejemplo, pues el que me viene a la cabeza está actualmente "desaparecido" y no sería de buen gusto, aun no teniendo ningún ánimo de molestar. Pero quería comentarlo pues es algo que no consigo explicarme.
Saludos.
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