miércoles, 31 de julio de 2013

MINUTO DE SILENCIO

Mudos e inertes como estatuas inconmovibles

En la edición de 1939 de Camino, el libro de San Josemaría, el punto 115 decía así: "Minutos de silencio. – Quédese esto para ateos, masones y protestantes, que tienen el corazón seco. Los católicos, hijos de Dios, hablamos con el Padre nuestro que está en los cielos." A finales de los años 50, en una nueva edición, Escrivá retocó este texto, dejándolo en su versión definitiva: "Minutos de silencio. – Dejadlos para los que tienen el corazón seco. Los católicos, hijos de Dios, hablamos con el Padre nuestro que está en los cielos."

El cambio desde luego es llamativo y no sorprende tanto por el afán del autor de adaptarse al mercado cuando el librito empezó a traducirse a otros idiomas y a venderse como rosquillas fuera de España (es comprensible dado el espíritu comercial de la Obra), cuanto por el camaleonismo del santo, que en 1939 quiso lamer el culo a los fascistas y en 1958 a los aperturistas y desarrollistas. Un hombre versátil San Josemaría. Y no pasa nada, ¿verdad?, porque saber adaptarse a los tiempos no es pecado.

El caso es que estoy muy de acuerdo con ambas versiones del punto 115. Lo del minuto de silencio siempre me ha irritado. Ahora con lo del accidente de Galicia los devotos de la “religión civil” han organizado miles de minutos silenciosos en reuniones, congresos, centros de trabajo y eventos deportivos, en un intento de traducir al pagano el impulso casi instintivo de cualquier persona de expresar su deseo de que los fallecidos descansen en paz y los heridos se recuperen. La cuestión es que este impulso en la sociedad española siempre se plasmó de forma espontánea en la oración individual o colectiva, pero por lo visto ahora hay que adaptarse, como el santo del Opus, y proponer nuevas fórmulas compatibles con todas las sensibilidades religiosas.

Lo gracioso es que al final siempre se acaba copiando la tradición religiosa y ofreciendo sucedáneos de lo genuino. No hay nada que recuerde más a una oración recogida que una multitud callada respetuosamente durante un rato. Solo les falta estar en la iglesia con un cura delante. Con la diferencia, claro, de que el silencio del orante es activo y útil, y el del descreído, estéril.

A mí esta costumbre (que no es nueva, sino un invento de los ingleses durante la Primera Guerra Mundial) me parece ridícula. De sobra entiendo el deseo de manifestar en público el dolor por las catástrofes, y también alcanzo a comprender que mientras que en una persona religiosa este deseo debería encauzarse a través del rezo, rogando por las almas de las víctimas y por sus familiares, aquellos que no creen en Dios parece más lógico que se limiten a expresar su tristeza, sus condolencias y su solidaridad. Lo que no pillo es qué significa para un ateo quedarse callado un minuto sin más. 

Me parece muy normal vestir luto, portar un brazalete o un lazo negro, colgar una bandera a media asta, suspender actos festivos, enviar un telegrama colectivo a las familias, sumarse a una esquela, publicar en común una breve nota de prensa o que alguien, en nombre de todos los convocados, pronuncie unas palabras de recuerdo dolorido. ¿Pero simplemente callarse un rato para qué? ¿Qué se quiere expresar así? ¿Respeto? ¿Un respeto pasivo y antinatural cuando lo que procede es un gesto visible o audible de dolor? ¿Acaso ante la muerte de un ser querido nos quedamos quietos y callados unos minutos como muestra de cariño a los familiares? Lo normal es darles un beso o un abrazo, o decirles lo que sentíamos por el difunto aunque sea con una frase protocolaria, o rezar juntos o en solitario un Padrenuestro, o llamarles por teléfono a ver cómo están. ¿Y nos quedaríamos silenciosos e inmóviles como espantapájaros tras el homicidio de alguien a quien queremos, o, al contrario, expresaríamos nuestra ira o nuestra pena de una forma más humana?

Pues por eso no entiendo que tras un atentado de ETA o una hecatombe con numerosas víctimas, la gente se preste a demostraciones tan artificiales como el pagano minuto de silencio, que sería lo último que se les ocurriría hacer ante una desgracia propia o de alguien de su círculo íntimo.

Es innegable que quienes participan en estos saraos de bocas cerradas actúan con buena intención, pero no puedo evitar una fuerte repugnancia hacia los organizadores por su cursilería y sensiblería laica. Mi asco se multiplica cuando quien propone el minuto es un supuesto católico, pues parece que le preocupa más la susceptibilidad de los agnósticos que defender el derecho de los creyentes a rezar delante de todos sin tapujos ni vergüenzas. Reconozco que cuando veo una escena de estas, con cientos de personas mudas e inertes como estatuas inconmovibles, me dan ganas de agarrar un megáfono y animar a todo el mundo, como diría un comentarista del desaparecido blog de Suso, a cantar fuertemente la Salve. Y al que le pique, que se rasque.

Más sobre "religión civil" en La pluma: Una boda por lo civil

lunes, 29 de julio de 2013

MALOS QUE SABEN SER BUENOS


En su día desgrané someramente las categorías de malvados y analicé las causas que, en mi opinión, llevan a cierta gente a atrincherarse en los malos sentimientos. Hoy quisiera hablar de un tipo muy específico de bellaco que considero el más peligroso: el malo que debido a su entorno y a la educación en valores que ha recibido posee una habilidad especial para fingir bonhomía.

Hay ciertas personas que si son chungas es porque han mamado eso desde niños; porque han tenido unos padres muy egoístas, en su familiares no han tenido más ejemplo que el individualismo, se han empapado de un instinto de conservación desbordado y han vivido rodeados de trampas, mentiras y picaresca. Esta clase de malotes resultan obviamente muy dañinos para la sociedad pero tienen la ventaja de que por lo general se les ve venir a la legua por la sencilla razón de que no saben fingir bondad, generosidad o empatía, pues carecen de modelos consolidados de estas virtudes. Hay peña que jamás ha convivido con nadie bueno y afable, así que cuando se ponen a simular que ellos lo son para engañarnos o sacar algo de nosotros, les queda tan forzado que se nota el timo a la legua. Podríamos poner mil ejemplos, como el del expresidiario que te aborda por la calle haciéndose el guay para que le des un euro y ni siquiera sabe sonreír limpiamente, o el del macarrilla lascivo que pretende tirarse a una chica maja haciendo el papel de entrañable, en el que queda patético o no aguanta más que unas horas porque en seguida ella adivina sus intenciones.

El peligro real lo tienen los cabronazos que toda su vida han vivido rodeados de bellísimas personas. El espécimen es abundante en todos los estratos sociales. Se trata del clásico problemático cuyos padres, hermanos e incluso amigos son, sin embargo, gente sanota, bienintencionada y altruista. La vileza de estos tíos responde casi siempre a conflictos de personalidad o a oscuros complejos que sus seres queridos han hecho lo posible por paliar (sin éxito) y que se manifiestan en una actitud depredadora hacia los demás en forma de agresividad o tratando de aprovecharse de todo el mundo al menor descuido. Por supuesto su mayor amenaza es que son unos auténticos maestros en infundir confianza haciéndose pasar por tipos majísimos. Como a su alrededor siempre han reinado la ternura, la comprensión, la amabilidad, la compasión, la actitud de escucha activa y el deseo de ayudar a los más débiles, ellos saben muy bien cómo se hace todo esto aunque no quieran hacerlo. Pero llegado el caso dan el pego perfectamente, son muy capaces de parecer, incluso durante largos períodos de tiempo, unos fulanos ejemplares a los que brindar la amistad o de quienes enamorarse. No tienen más que imitar temporalmente a sus padres o a otras personas de su entorno habitual para convencer a cualquiera de que son de fiar.

Todos podríamos poner ejemplos de seres que han despertado nuestra admiración y luego nos han dado el palo. Las mujeres conocen bien a ese supuesto novio ideal que a la fuerza había de ser una joya por la familia tan maja que tenía, que parecía tan tierno, tan cabal, tan responsable, que decía esas cosas tan bonitas, y que a lo lejos se notaba que quería comprometerse y no iba a lo que iba, y luego…tralarí, tralará.

Dios nos libre de los malos que cuando les interesa saben ser buenos. De los buenos que saben ser malos hablaremos otro día. 

jueves, 25 de julio de 2013

¿POR QUÉ CATALUÑA ES PARTE DE ESPAÑA? (por Alco)

La España de los Reyes Católicos

Vivimos unos tiempos en los que parece que España va a partirse por lo menos en dos partes, Cataluña y el resto de España. Me gustaría aportar argumentos para que todos tengamos claro que esto no va a pasar, aunque pueda parecer que el conflicto planteado con toda su crudeza es inminente. El próximo mes de setiembre, el día 11, asistiremos a una nueva eclosión emocional del catalanismo, un nuevo aquelarre parecido al del año pasado. Probablemente sea la traca final del festival independentista (versión 2004-¿2013?), o quizá aún falte otra traca pero esto es todo lo que hay: un desbordamiento emocional, muy bien orquestado por unas organizaciones políticas que saben tocar muy bien las teclas sentimentales de la gente.

Por supuesto, esta es mi opinión, y además hablo desde la trinchera contraria al separatismo. Creo que es debatible la organización política del Estado, que puede ser unitaria o federalizante, monárquica o republicana, pero no considero debatible la existencia de España ni su unidad como nación, ni la existencia del estado español como organización política de la nación.

Únicamente expongo dos argumentos contra el independentismo: la historia y la demografía, y una observación sobre la lengua catalana. Hay más cuestiones, como la economía, que ya están muy presentes en los medios de comunicación y dan lugar a un debate distinto sobre la solidaridad entre comunidades autónomas, que no es estrictamente en términos de nacionalismo.

1. La historia.

En el siglo XI el actual territorio catalán está organizado en condados que aún rinden vasallaje (formal) a los reyes francos, pero en la práctica son independientes. El condado de Barcelona, el más poderoso, ejerce un liderazgo reconocido por los demás. Cataluña aún no se llama Cataluña, de hecho nadie sabe muy bien de donde sale el nombre ni qué significa. Es el único territorio cristiano que no se ha erigido como reino: la causa está en su origen: los condados catalanes fueron creados por el imperio franco como tapón frente al Islam. El Sur de Cataluña aún es musulmán.

En este contexto, el conde de Barcelona contrae matrimonio con la hija del rey de Aragón, uniendo ambos territorios en lo que la historia conocerá como Corona de Aragón. A partir de este momento, las empresas que aborde la corona implicarán a todos sus territorios. Bajo el impulso del gran Jaime I se conquista Mallorca y Valencia, hasta la frontera de lo que actualmente es Murcia, deteniendo su avance por un pacto previo con los reyes de Castilla. Nuevos reinos se incorporan a la corona, con el mismo estatus que los fundadores, pero el titular de cada reino es el rey de Aragón, que también es rey de Valencia, de Mallorca, conde de Barcelona, etc. Una expansión posterior incorpora a la corona Sicilia, Cerdeña, Nápoles y Atenas. 

Siglo XV: los Reyes Católicos crean la Monarquía Hispánica, por la unión de la corona de Aragón y el Reino de Castilla, y posterior conquista de Granada y de Navarra. A partir de ahora, el rey (de España), lo es también de Castilla, Aragón, conde de Barcelona, etc... Cada reino mantiene sus leyes, fueros, etc, incluso con políticas excluyentes: América es asunto exclusivo de Castilla, el Mediterráneo es de Aragón. Sin embargo, hay empresas comunes: las guerras en Europa (Carlos I, Felipe II), Lepanto...


Batalla de Almansa (Guerra de Sucesión española)

Siglo XVIII: la extinción de la casa de Austria en España origina la guerra de sucesión, que en realidad fue un conflicto global europeo. Los territorios de la antigua Corona de Aragón se alinean con el bando austríaco. Castilla, en el bando borbónico: en España la guerra es civil. La victoria de los Borbones, y el tratado de Utrecht, significa el final de la presencia española en Europa, la pérdida de Menorca y de Gibraltar. En el interior de España, el final de la corona de Aragón, y la pérdida de los fueros y autonomía política de los distintos territorios de la corona. En realidad, se extendió la legislación de Castilla a toda España. Cataluña perdió su estatus particular, al igual que Valencia o Aragón. Castilla no ganó gran cosa, pero si perdió el monopolio del comercio con América, lo cual favoreció y mucho a los emprendedores levantinos de la época: muchos catalanes pudieron emigrar al Caribe, fundando prósperas empresas, y un floreciente tráfico de esclavos desde África. El tráfico de esclavos, desgraciadamente, fue una especialidad catalana muy lucrativa (aún queda la frase atribuida a los negros cubanos “Señor, conviérteme en blanco, aunque sea catalán”), y el inicio de grandes fortunas, incluso con títulos nobiliarios y cuyos descendientes aún exhiben poderío en Barcelona.
Felipe V abolió los fueros aragoneses
Con el inicio de la dinastía borbónica, España adquiere la forma política que ha llegado hasta nuestros días, un estado unitario, de matriz castellana, con más o menos descentralización política-administrativa, según las épocas, aunque el actual estado de las autonomías se parece más a un estado federal que a otra cosa.

Como resumen, Cataluña ha estado integrada desde la edad media primero en Aragón y desde los Reyes Católicos en España, siendo un socio fundador, como diríamos en terminología actual. La única rareza de su historia es que jamás se constituyó como reino, por los motivos que he intentado explicar, pero esto es todo.

En mi opinión no hay ningún motivo histórico que justifique una escisión en el siglo XXI. Andalucía, que fue conquistada a sangre y fuego, o Navarra pueden esgrimir una conquista militar, Cataluña no. Más bien al contrario, la soldadesca catalana que conquistó Mallorca pasó a cuchillo a prácticamente toda la población musulmana. Una limpieza étnica, en términos actuales. Por no hablar del terrible recuerdo que dejaron en Grecia y que ha perdurado hasta nuestros tiempos: hasta hace unos 10 o 15 años los catalanes no eran aceptados como visitantes en los monasterios del monte Athos.

2. La demografía. 

En Cataluña vivimos unos siete millones y medio de personas. Desde finales del siglo XIX se han instalado en esta tierra miles y miles de españoles no catalanes. Los geógrafos calculan que sin el aporte humano del resto de España, la población actual sería aproximadamente unos tres millones de personas. Toda esta población está actualmente mezclada: los apellidos más frecuentes en Cataluña son, por este orden, García, Martínez, López, Sánchez, Rodríguez.... el primer apellido “catalán” (García, Martínez, etc ahora son también apellidos catalanes, ya que son catalanes quienes los poseen) por orden de frecuencia es Vila, aparece en vigésimo lugar. Biológicamente, los catalanes actuales somos una síntesis perfecta de España. Este fenómeno sólo se da, en España, en Cataluña y en Madrid. Desde un punto de vista genético, la estructura de la población ha cambiado completamente en poco más de un siglo.

Por los motivos anteriores, la mayor parte de los catalanes tenemos raíces familiares en el resto de España: parientes, amigos, y también propiedades e intereses.

Los catalanes actuales son una síntesis perfecta de España
3. El problema de la lengua catalana.

Lamentablemente parece que es el foco de la cuestión, aunque no debería serlo: una lengua es simplemente un medio de expresión y comunicación. Si Cataluña hubiese perdido la lengua propia, como ocurrió en la mayor parte de regiones españolas, tal vez no habría surgido el nacionalismo catalán. Las raíces del nacionalismo catalán hay que buscarlas en el siglo XIX, con la eclosión del romanticismo. 
Ha habido tres momentos en los que el nacionalismo catalán ha emergido con gran fuerza. Siempre coinciden con épocas de declive o cambio en España: después del desastre del 98, durante la II República y desde el año 2004, con el gobierno tripartito en Cataluña y Zapatero en el gobierno estatal. Ahora estamos en un momento álgido probablemente realimentado por la crisis. El torrente nacionalista, siempre presente, habitualmente con poco caudal, ahora parece que va a desbordar. Veremos hasta donde llega la riada, porque cuando haya pasado todo volverá a bajar al nivel habitual. 
Y  esperemos también que el gobierno español sepa actuar de forma más inteligente que sus adversarios, creo que no es difícil desactivar el desafío, pero hace falta algo de talento político. ¿Lo tienen los políticos actuales?

martes, 23 de julio de 2013

HUMOR VARIADO

El encasillamiento de algunos humoristas ha sido su tumba

Me encanta la gente con sentido del humor. Qué duda cabe que si no fuera por ellos la vida se haría mucho más cuesta arriba. Unas buenas carcajadas pueden espantar bastantes de las sombras y aves de mal agüero que a veces sitian -e incluso arrasan- nuestra felicidad.

He observado que las personas con más sentido del humor que conozco presentan sin excepción dos características.

La primera es el ingenio, siempre asociado íntimamente a la inteligencia. No hay tontos chisposos y ocurrentes. Reconozcamos que las mejores salidas siempre las tienen nuestros amigos con más capacidad de relación, memoria, inteligencia conceptual y habilidad verbal.

Alguien con un auténtico sentido del humor sabe además adaptarse a su auditorio y escoger el mejor momento para sus intervenciones, una prueba más de su capacidad intelectual.

Y la segunda, que es fundamental para diferenciar a un tipo verdaderamente humorístico del clásico graciosete, es la variedad de registros. La agudeza más divertida llega a aburrir cuando se repite una y otra vez. Hay muchos a los que un día, por casualidad, se les ocurre una gracia divertidísima y, como ven que todos se ríen, se encasquillan en ella y no la sueltan, y venga a repetir la misma bobada a todo el que pillan, sin preocuparse lo más mínimo en renovar su repertorio. A veces no es un chiste concreto el que se exprime hasta el cansancio, sino un determinado estilo de humor muy acotado, una manera concreta de hacer coñas. Sin embargo, los que son graciosos de verdad tienen una capacidad inagotable de improvisación, se repiten muy poco, exhiben gracejos muy variados y son hábiles para sacar partido a situaciones o a personas muy diferentes. 

Toda broma, chiste o ironía impacta mucho más si se escucha por primera vez. Por eso en el humor la innovación es tan importante.

domingo, 21 de julio de 2013

AMOR IRRACIONAL

En mi afán por racionalizarlo y controlarlo todo, pretendí también someter a mis reglas el amor, al que tenía catalogado, en el cajoncito de mis proyectos importantes, como un sentimiento antiguo y esquemático, regido por intercambios medibles, por un inquebrantable equilibrio de afectos y atracción mutua. Traté de acomodar a mis moldes mi biografía amorosa y acabé dándome de bruces contra una realidad compleja, anárquica, irracional y demasiado injusta, contra la que al principio se sublevaron los cuadros sinópicos de mi vida (en DIN A-3, en letra diminuta y sin un tachón) y mi sentido del orden y de la equidad. Pero una noche entendí lo que había que entender, y poco a poco me hice a la idea de que entre una mujer y un hombre no hay norma que valga y en ello reside la grandeza del vínculo que les une.

Pero antes de ver la luz, me desconcertaba la sinrazón de mis sentimientos, me entristecían los favoritismos arbitrarios de mi corazón, supuestamente noble. Porque en mi lógica de entonces uno debería amar más a quien más le dio, a quien lo hizo todo por él, a quien le regaló su paciencia y su sacrificio, a quien atendió cada uno de sus deseos sin pensar en sí mismo y a quien cuidó de él, que a una persona despegada, a un espíritu libre que siempre otorgó prioridad a sus metas, que no llamaba, que no escribía, que destilaba mal humor y cuyas pruebas de devoción a veces había que adivinarlas con la benevolencia del enamorado. 

Uno debería, según la justicia convencional, guardar recuerdos más dulces de una relación pacífica que de una tormentosa, de una mujer desvivida por agradar que de otra triste y reñidora, de la chica que se lo daba todo que de la que todo se lo exigía, de la comprometida que de la inconstante, de la que más le hizo reír que de la que tanto le hizo llorar, de la que fue realidad palpable que de la que llegó y se fue como un sueño. 

Pero es que las cosas no son así y el corazón late a un ritmo muy distinto al de la razón. El amor no hace balances globales con ecuanimidad, sino que se alimenta del detalle y del matiz. En este tipo de sentimientos no reina la justicia; no se valora el trabajo constante ni la entidad de la entrega, sino lo intenso de las experiencias y el poso que queda al final en el fondo del vaso, un poso a veces irracional pero delicioso. 

En la arena de la pasión y la ternura no deja la huella más profunda quien más fuerte pisa.

jueves, 18 de julio de 2013

HISTORIAS DE ESPAÑA VIEJA (XXV): EL SOMATÉN (por Nagore)



Existen historias que me apasionan, plagadas de leyendas y enriquecidas por la literatura sobre bandoleros y serranas; piratas e hidalgos desde la Serranía de Ronda hasta la Seu d'Urgell, no tan románticas como contaba la literatura popular, que provocaron una profunda reacción social en el s.XVI en una España de tremenda pobreza y continuas guerras. Sus principales focos se encontraban en Castilla, Andalucía, Aragón y Cataluña.

Dicho fenómeno era ya de tal gravedad que dió lugar al nacimiento de las Hermandades castellanas, consideradas como organizaciones del pueblo al servicio del orden público y que tuvieron un origen tan justificado como necesario. Fueron una reacción de protesta ante la delincuencia de la época: salteadores de caminos y malhechores que saqueaban y mataban sin piedad alterando la paz en caminos, villas y ciudades e incluso guerrillas entre linajes.

El pueblo buscó en la unión la fuerza para defenderse y mantener un determinado orden social, siendo la Hermandad Vieja de Castilla emulada ante su eficacia por otros reinos, como los de León y Galicia.

Pero fue durante el reinado de los Reyes Católicos cuando se constituyó la Santa Hermandad Nueva para el Reino de Castilla que, por su eficacia en el robustecimiento de la autoridad real y en el mantenimiento del orden público y de la justicia, se convirtió en el brazo armado más poderoso de Castilla. La constitución de dicha Hermandad estuvo inspirada en un nuevo pensamiento: sería una institución nacional y de carácter permanente a diferencia de las anteriores, basadas en la temporalidad y eran disueltas pasados los peligros. Pero también logrando con ello que el poder pasara íntegramente a sus manos gracias al pueblo.

Un fenómeno paralelo al producido en Castilla y posteriormente en Navarra y Aragón, se produjo en Cataluña con el Somatén (del catalán som atents) como versión especial de las Hermandades. Pero no sólo sus acciones de defensa se limitaban al orden rural sino que también sirvieron de apoyo al ejército durante la Guerra de la Independencia y más tarde contra los carlistas. En 1855 fue reconstituído como Sometent Armat de la Muntanya de Catalunya como defensa de los propios terratenientes contra el bandidaje, bajo el lema "Paz, Paz y siempre Paz".

Durante a I República se decretó la disolución de este cuerpo, pero fue en 1874, cuando el rey Alfonso XII autorizó la formación de un sólido Somatén general para contribuir a la lucha civil y en 1905 una Real Orden les daba el rango de "agentes de la autoridad" mientras estaban de servicio.

Más tarde, nació el Somatén Armado Nacional, con la llegada al poder del general Primo de Rivera. Su función principal consistió en la defensa de la independencia de la patria y el fortalecimiento de la nación así como de apoyo al Ejército para todo.

En 1934, durante la II República, fue nuevamente disuelto para volver a organizarlo en septiembre de 1935, sin llegar a tener prácticamente vigencia al ser disuelto por el Frente Popular.

Fue en 1945 cuando se ordena su restablecimiento en todo el territorio nacional, bajo la dependencia de los Gobernadores Civiles y la inspección de los Capitanes de la Guardia Civil. El moderno Somatén prestó destacados servicios en la lucha contra el "maquis" y disponían de un reglamento propio así como de una cartilla identificativa.

Ahora bien, durante la España de la dictadura, actuaron también de manera contundente al servicio del gobierno de Franco, realizando no sólo funciones de información y seguimiento hacia personas consideradas "peligrosas para el régimen" sino que lo hacían de forma drástica y muy violenta ante cualquier atisbo o sospecha de organización clandestina política u obrera, masona, nacionalista... y siempre en colaboración con la Guardia Civil. Si bien es cierto que, en principio no podían actuar de forma independiente sino acompañados de al menos un guardia, no fue ésta una premisa que siempre se cumpliera. Disponían de licencia de arma corta y no son pocas las historias sobre rencillas, venganzas personales y ajustes de cuentas que se produjeron al amparo de la "legalidad vigente" del momento hasta su disolución en 1978. 

Pero han sido muchos más a lo largo de la Historia, los cuerpos del orden de carácter civil o militar que han actuado desde hace siglos en España.

- Milicias Urbanas Andaluzas y Guardas de la Costa del Reino de Granada (s.XVII); Escopeteros voluntarios de Andalucía (desde 1705 hasta 1823); Faletis de Cádiz (1839-40); Celadores de Jaén (1834-35).

- Guardas del Reino de Aragón y Compañía Suelta de Fusileros hasta 1708.

- Compañía de Fusileros Guardabosques Reales, en Castilla hasta 1830.

- Migueletes y Mozos de Escuadra en Cataluña, cuyo origen -el de éstos últimos- es un tanto confuso, si bien se fija su nacimiento en 1690 con el final de la Guerra de Sucesión. Sus misiones preferentes fueron las de auxiliar a la Justicia, rondar los caminos, averiguar el paradero de malhechores y capturar a desertores, en definitiva, la primera policía tal y como se concibe hoy. La supervivencia de los Mozos de Escuadra, institución calificada de "muy borbónica" ha estado ligada a las vicisitudes de dicha dinastía. Así, al ser destronada Isabel II en 1868, la Junta Revolucionaria de Barcelona, decretó su disolución, para ser reinstaurados en 1874 al ser proclamado rey Alfonso XII. Continuas disoluciones y restauraciones que se sucedieron dependiendo del gobierno de cada época.

- Caudillatos en Galicia. Hacia 1705.

- Ballesteros del Centenar y del Glorios Sant Jordi hasta 1869 en Valencia.

- Compañía de Fusileros de Álava y Vizcaya, después denominados Miñones en 1817.

Y así un largo etcétera de cuerpos del orden (alguno con más desorden y menos acierto ) que han formado parte de la Historia y, aunque la mayoría de ellos desaparecieron hace siglos, otros han ido evolucionando y dando origen a lo que hoy son nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

¿Si lo hemos hecho a lo largo de los siglos, alguien se atrevería hoy a participar de algo así por el bien común si fuera necesario y, además, sin remuneración alguna?

martes, 16 de julio de 2013

LOS LECTORES DE LA PLUMA VIPERINA


De entre los cada vez más numerosos y variopintos lectores de La pluma solo un pequeño porcentaje conoce personalmente al hombre que hay detrás del apodo Al Neri. La gran mayoría ha aterrizado aquí por casualidad,  por mis comentarios en otras bitácoras o  atraída por ciertos temas que a veces abordo. Por ejemplo, bastantes activistas de las fuerzas nacionales están pendientes del blog porque se ponen muy cachondos cuando me da patriótica. Pero los que me conocen en vivo, ya digo, son solo unas pocas decenas.

Entre los que se adentran en territorio viperino sabiendo quién soy hay de todo.

Está un grupo minúsculo de amigos míos que se meten cada dos días, leen los posts y se largan sin comentar. De hecho, el único amigo que comenta a fecha de hoy es el incombustible Aprendiz de Brujo, y no quedan tan lejos Teutates o Ignatus. Los demás tienen sus razones para guardar silencio y yo les agradezco las visitas de todos modos. Algunos participaron en los primeros tiempos, allá por 2008, pero acabaron considerando que el blog era demasiado profundo, demasiado político o demasiado intransigente, y ahora se contentan con cotillear un poco varias veces a la semana, sin entrarme al trapo para tener la fiesta en paz. Hacen bien. Admito que cuando gestionas un blog es imposible ser objetivo y comportarse igual con los comentaristas que conoces y sabes bien sus intenciones que con los totales desconocidos.

Hay, sin embargo, un par de amigos que continúan comentando periódicamente aunque con nicks irreconocibles o distintos a los que en su día usaron. Muchas gracias también a ellos, pues solo intentan estar ahí sin condicionarme.

Después tenemos a varios lectores habituales que son simples conocidos o compañeros del trabajo que cuando se relacionan conmigo fingen desconocer la existencia de La pluma viperina. Sin embargo ahí están, día tras día, pasándoselo pipa,  unas veces aplaudiendo, otras riéndose de mis idealismos o de mis visiones angostas, y otras escandalizándose de las cosas que escribo, que les parecen inconcebibles en alguien como yo.

Pero en honor a la verdad he de decir que estos últimos son los “culpables” de que la bitácora sea mucho menos personal de lo que a mí me gustaría, pues me siento obligado a dosificar mi intimidad ante ciertos vouyeaurs imprevistos (que naturalmente tienen todo el derecho a leer) a quienes, por diversos motivos, me niego a contar mi vida. Son también una de las razones de la autocensura que me impongo de vez en cuando al expresar mis puntos de vista.

De todas formas no solo me pongo límites por la vocación de anonimato del blog o por no alimentar la curiosidad de gente de mi entorno a la que no me une confianza alguna, sino también para no hacer daño a ciertas personas que me conocen divinamente y de hecho forman parte de historias y anécdotas que siempre he querido contar y nunca me he atrevido, ni siquiera amparándome en la etiqueta Relatos.

Por último, debo confesar que hay algunos que nunca han leído y puede que nunca lean este diario agridulce y políticamente incorrecto, pero me encantaría que lo hicieran porque quizá les ayudara a contrastar el Al Neri que conocieron con un Al Neri más inseguro, incoherente, vulnerable e interrogante. En esos no lectores es en los que más pienso cuando escribo las entradas. 

domingo, 14 de julio de 2013

DEPILACIÓN MASCULINA

Escalofríos me han dado buscando la foto de este sarasa
Calculo que ha sido en los últimos cinco años cuando ha estallado la moda de que los hombres se depilen todo el cuerpo. Hace tiempo todos conocíamos al típico metrosexual que se empeñaba en tener suave desde el pecho hasta los tobillos, pero ahora es algo que está al orden del día, principalmente entre gimnasieros, bicicleteros y otros aficionados al deporte, aunque no solo. Ayer decía una amiga que en la piscina se queda alucinada porque hay tíos mejor depilados que ella.
 
Afeitarse el cuerpo nunca ha sido en España costumbre masculina e incluso las mujeres han empezado a rasurarse las piernas en fechas más recientes de lo que imaginamos. La imagen del varón de pelo en pecho y con las canillas bien velludas siempre ha simbolizado en nuestro país, se quiera o no, las más altas cotas de virilidad y erotismo. Las mujeres como Dios manda los prefieren peludos, pues el pelo corporal abundante es indicio inequívoco de un nivel elevado de testosterona, amén de que dedicar al acicalamiento más de diez minutos semanales (y depilarse lleva mucho más) es una prueba de mariconismo despendolado.
 
Por eso los que lo llevan todo como el cutis de un bebé necesitan esgrimir toda clase de pretextos para que no los tomen por bujarrones. Los más habituales son que sin pelo el sudor resbala más, no se acumula y se huele menos, y que en caso de caídas con la bici es más fácil curar las heridas sin pelotes de por medio. ¡Todo falso! Si algunos hombres se depilan hasta las partes pudendas y los confines del culo es únicamente por motivos estéticos, para imitar a los deportistas de élite que prefieren ir sin pelambrera en las competiciones televisadas para millones de personas, y, qué coño, porque con la piel lisa se marcan mucho más los musculitos. Así que ya está bien de argumentos pseudohigiénicos y pseudodeportivos, panda de narcisistas.
 
A mí particularmente me parece una mariconada del catálogo de las graves. Téngase en cuenta por otra parte que esta práctica es muy del gusto del colectivo gay, pues el vello les parece vulgar a los muy nenazas, les estorba para ponerse sus tangas ridículos y no digamos para practicar sus cochinadas innombrables. De modo que uno de cada tres depilados integrales es homosexual, por lo que cuando veo a uno de estos snobs ultradeportivos yo prefiero situarme con la retaguardia protegida contra un muro, que más vale prevenir que curar.
 
Más grave aún, si cabe, es que algunas chicas últimamente se están volviendo unas talibanas con este asunto y exigen a sus parejas pasarse la Gillette o la cera hasta por la rabadilla, por eso de la igualdad o por el concepto absurdo de que el pelo del cuerpo es igual de feo en ellos que en ellas. A mí desde luego bastante ambiguo me parece ya quitarme el entrecejo como para rasurarme el resto del cuerpo. Preferiría la castidad perpetua, oigan.
 
Se hace preciso reivindicar, por razones de dignidad masculina y de identidad nacional, los cánones más sobrios y tradicionales de virilidad hispánica, esto es una generosa mata pectoral, a ser posible engalanada con una cadena gorda de oro; unas sobaqueras oscuras y espesorras, y, como remate, unos muslos y pantorrillas gorilescos que despierten la líbido en todas las chatis de alrededor. ¡Como debe ser!


(Más sobre estética viperina en la etiqueta "Estética y moda")

viernes, 12 de julio de 2013

CONOZCO UN BLOG

Conozco un blog que es la crónica apasionada, y a veces delirante, de una resurrección, de una puesta a cero del cronómetro, de un cambio de rumbo más traumático de lo que el propio autor está dispuesto a aceptar.

Conozco un blog cuyo autor es la prueba viviente de que quien más experiencias ha vivido, más cosas interesantes y variadas puede contar; un blog que nos regala generosamente un bagaje personal y una trayectoria profesional con más moralejas que las fábulas de Iriarte.

Conozco un blog trufado de obsesiones y paranoias que lo hacen vital, humano, adictivo y delicioso.

Conozco un blog influyente. A mí al menos me influye porque me obliga a preguntarme cosas, a pelearme con mis prejuicios y a veces ganar la pelea.

Conozco un blog cuyo administrador ataca con saña a todo aquel que le recuerda, aun lejanamente, la rigidez moral de la que él fue abanderado no hace tanto.
 
Conozco un blog que si ha alcanzado tales cotas de calidad y de magnetismo es, simple y llanamente, por la fuerte personalidad de su autor, por su amor propio y por su egocentrismo desatado.

Conozco un blog que es un grandioso homenaje a las contradicciones humanas.

Conozco un blog de un tipo que pasó en un instante de la noche al día y del frío al calor; que tuvo que rehacer a toda prisa y con materiales improvisados sus cimientos, sus muros y su tejado, y todavía pretende que no se note mucho.

Conozco un blog cuyas entradas sin duda están entre los textos que me han provocado más ataques de risa en toda mi vida.

Conozco un blog que nos demuestra hasta dónde puede marcar el sexo la senda vital de un varón.

Conozco un blog con varios posts que ya forman parte de mi kit de superviviencia, de mi caja de herramientas, de mi armería particular.

Conozco un blog cuyo autor siempre acaba haciendo lo contrario a lo que predica. Ensalza el pluralismo pero detesta la controversia, venera el respeto pero humilla a quien le contradice, idolatra la libertad pero termina censurando, desprecia el anonimato y acaba escondiéndose tras él por intereses mundanos, presume de autenticidad pero cambia y se vende cuando las circunstancias se lo “exigen”.

Conozco un blog cuya frescura y calidad, cuya brillantez y talento le hacen merecedor de terminar en letra de imprenta y en las estanterías de bestsellers de El Corte Inglés.

Conozco un blog desde el que se intentó practicar (sin éxito) la venganza personal.

Conozco un blog que ha sido durante más de tres años mi primera lectura de la mañana, por delante de los boletines oficiales y de los resúmenes de prensa.

Conozco un blog cuyo titular se cree muy abierto y en el fondo es más facha que Don Pelayo.

Conozco un blog que me gusta tanto porque en él asisto a diario a la batalla entre la naturaleza del hombre y sus ansias de virtud.

Conozco un blog cuyo artífice es un pésimo gestor de la zona de comentarios; que ha dado cancha infinita a malintencionados y  a indigentes intelectuales, y ha arremetido contra amigos que simplemente le matizaban honradamente y con argumentos; que se ha enervado como una fiera cuando no se le atacaba y se ha quedado tan pancho recibiendo estocadas venenosas.

Conozco un blog de alguien que piensa que la mejor manera de purificar su alma es despelotarse sin pudor.

Conozco un blog que me ha enseñado que el extremismo es más una forma de ser que una postura, y que quien hoy es extremoso en un aspecto mañana puede serlo en el contrario.

Conozco un blog de un hombre redimido por el amor y por su afán de mejorar



¡Gracias y perdón!

martes, 9 de julio de 2013

CORRER DELANTE DE LOS GRISES

A veces creo que ya soy una persona civilizada, domesticada, recuperada para la convivencia democrática, y entonces llegas tú contándome esas mierdas de tu pasado transicionero y despierta el monstruo que hay en mí, me doy cuenta de que los rojos me siguen dando las mismas náuseas de siempre.

No sé si es que me has visto cara de progre,  pero ya llevas casi un año abrasándome, en plan abuelo cebolleta (que es lo que eres), con tus hazañas juveniles de cuando coqueteabas con Cristianos por el Socialismo, o frecuentabas, con veinticinco tacos, la parroquia más comunista de la ciudad, o te medio afiliaste al PCE, o cuando corrías delante de los grises. Sí, esa cantinela de que te persiguieron los grises, que parece el trofeo cultural de los izquierdistas seniles de toda España, me la repites mucho sonriendo y mirándome con tus ojillos acuosos. La semana pasada ya no me pude contener y te respondí burlón que si te persiguió la policía, algo habrías hecho, y tú te quedaste confuso, boquiabierto, como no entendiendo mi broma que no era ninguna broma, sin quererte enterar de que si tú y yo hubiéramos tenido veinte años menos, habría preferido castigarte el lomo con mi porra plegable a soltarte una pulla inocente.


Te crees que has luchado por un noble ideal cuando en aquellos años no eras más que un niño bien, hijo de un médico franquista, que lo único que quería era fumar porros y acostarse con las jipis zarrapastrosas que se encerraban en la universidad o acudían a esas manifestaciones, porque las de derechas no se dejaban, pájaro. No eras más que un malcriado que no daba palo al agua, que se rebelaba contra el sistema mientras papá le pagaba el coche y los viajes a Francia para ver películas “de arte y ensayo”, que llevaba la barba y el pelo grasientos, que no se duchaba más que los domingos, y apestaba a sudor y a marihuana.

Además, ¡qué luchador ni qué cojones! Cada día que pasa exageras más tus batallitas. Primero solo contabas lo de las asambleas clandestinas en la parroquia, pero adelantando las fechas un poco cada vez, para  presumir de que aún estaba vivo el Abuelo, cuando sabes de sobra que solo hiciste el capullo durante el 76, sin ningún peligro, y que esos contubernios de los viernes a última hora eran la excusa para salir luego a tomar unos chatos, a drogarte y a intentar convencer a cualquier golfa de falda larga y mugrienta de que te subiera a su piso de estudiantes. Luego te animaste a hablarnos de las manifas estudiantiles en la zona de La Antigua y acabaste asegurando, orgulloso, que la "policía fascista" te zarandeó en un portal, por demócrata, pero sin explicar, zorro, que eres un zorro, que solo te mezclabas en el barullo al principio, cuando aún no habían aparecido las “fuerzas represoras”, que hasta rehusabas sostener la pancarta que te ofrecían los del partido por si te hacían fotos o se enteraba tu padre, y que antes de empezar las carreras te escondías en los portales con las chicas, y por eso una vez los armadas os sacaron con unos simples empujones y sin una sola detención.

Pero cuando más me río es cuando aseguras, bajando un poco la voz, que has participado en “acciones” contra la dictadura, como si hubieras empuñado las armas. Pero tú y yo sabemos bien que la única “acción” que llevaste a cabo fue pincharle las ruedas del coche a un anciano de Fuerza Nueva que era profesor tuyo en la Facultad. Sí, hombre, en 1979, cuando ya llevabas ocho años estudiando Derecho y este señor te suspendió por tercera vez. Una noche de borrachera te colaste en su garaje con otros dos y allí perpetrasteis  esa misión heroica. 

Piensas que fuiste un adalid de la libertad, que contribuiste a acabar con una tiranía, olvidando que Franco se os murió en la cama y que la vigente monarquía parlamentaria jamás existiría si a él no le hubiera dado la gana, si no hubiera sentado sus bases y no hubiera dado el relevo a sus perros más fieles, que se acostaron defensores de la dictadura y se levantaron constitucionalistas de toda la vida. No te coscas de que los de ahora son los mismos que los de antes y de que tú, desgraciado, no has hecho más que el canelo.

Ahora sigues siendo el mismo cerdo, pero ya no tienes edad para los canutos y mucho menos para lo otro. Nos cuentas tus epopeyas cutres en la cafetería pero luego tonteas con el gobierno regional, tienes un Audi de los caros, cenas en los mejores restaurantes del centro, llevas a tus nietas a La Hípica y vistes como el novio de la Barbie, de forma totalmente inapropiada para tu edad, con esos polos rosas o amarillo pollo de Ralph Lauren, que pareces maricón. Ah, y hueles bien, cabronazo; no apestas como hace treinta y cinco años.

domingo, 7 de julio de 2013

EL RUISEÑOR

 
Esta primavera y lo que llevamos de verano me he fijado mucho en los ruiseñores. A pesar de que en teoría el ruiseñor común (Luscinia Megarhynchos) es una de las aves más populares en España debido a la belleza de su canto, lo cierto es que no muchos acertarían a identificarlo ni visualmente ni por el oído. Con este post pretendo contribuir a remediar tal circunstancia, pues creo que todos los amantes de la naturaleza deberíamos saber perfectamente que esas notas potentes y armoniosas que nos embelesan cuando las oímos entre la espesura pertenecen a este simpático pajarillo veraniego del que todo el mundo habla, hasta la película de Robert Mulligan. 

El ruiseñor común es un paseriforme de apariencia discreta. Ligeramente más grande que un gorrión, presenta unas  partes dorsales de color chocolate, que contrastan vivamente con un pecho color beige o blanco. Sus rasgos más distintivos son el tono rojizo de la cola y del obispillo, y un pico enorme, que abre como un buzón de correos mientras interpreta sus partituras. 

Su canto, por supuesto, es inconfundible con el de cualquier otra ave. Primero por su volumen, que parece impensable en un pajarín de 17 centímentros; se oye a una distancia increíble. Y segundo por su riqueza de registros, que incluye trinos, series de pocas notas, distintos tipos de gorgojeos, cambios de ritmo y hasta un curioso gemido que siempre saca de dudas sobre el origen de los trinos y que puede apreciarse entre los segundos 12 y 15 del vídeo. Precisamente esta melodía tan intensa y poco monótona es la que ha dado fama al ruiseñor, que se libra de ser un pájaro de jaula por su dieta insectívora (excepto al final del verano, que también come bayas). Resulta muy curioso también cómo el Luscinia Megarhynchos canta indistintamente de día y de noche. 

Llega puntualmente a la península (salvo al norte) nada más comenzar la primavera y se larga de nuevo a África a finales del verano o principios de otoño, alegrándonos el oído más de cuatro meses. Su hábitat típico son los sotos ribereños o el monte muy húmedo, donde anida en el suelo. 

Se trata de un ave muy abundante pero tímida y difícil de avistar. Se localiza bien por el canto pero verla ya es otra cosa. Aunque en la época de cría los machos (que son iguales que las hembras) suelen cantar desde alguna rama alta y visible, se esconden en la maleza a la menor aproximación. Con paciencia y unos prismáticos puede llegarse a observar bien en las orillas de ríos, canales o acequias en los meses de mayo y junio. 

Confío en que a partir de ahora este pájaro, tan presente en nuestra cultura, nos resulte a todos mucho más familiar aunque sea al escucharlo entre las zarzas sin tener ni idea de por dónde anda.


jueves, 4 de julio de 2013

FOROFOS EVENTUALES

Hay gente que no sabía lo que era un set hasta que este ganó diez torneos

En los últimos tiempos vengo observando un curioso fenómeno sociológico relacionado con el deporte. Me he dado cuenta de que, con motivo de la estela de éxitos que están cosechando los deportistas españoles (fútbol, tenis, automovilismo, ciclismo), hay bastantes personas a mi alrededor, casi todas mujeres, que, sin haber tenido en la vida el más mínimo interés por los deportes de competición ni las más elementales nociones al respecto, se han convertido de pronto en aficionadas entusiastas, siguiendo todos los eventos con gran atención y hablando frecuentemente de los partidos o de las carreras.

El fenómeno no es completamente nuevo en el caso de ellas, pues las chicas ya llevan unos cuantos años interesándose mucho más por el fútbol de lo que cabría esperar de su naturaleza anticompetitiva, de su talante práctico y de su mentalidad doméstica ya sean amas de casa o directoras del Banco de España. Yo sostengo que este acercamiento suyo al mundo deportivo no deja de ser una pose mimética, una imitación ansiosa de los roles masculinos o una estrategia para pasar más tiempo con el churri (para controlarlo más, vamos), pero es una opinión.

No es nuevo el tema, digo, pero con los triunfos de la Selección Española y demás, la cosa se ha disparado, y ahora las tías hablan del fuera de juego como si entendieran el concepto, van a ver los partidos a los bares, te preguntan cómo ha quedado Fernando Alonso o mandan whatsapps comentando el Roland Garros. Esta buena racha para el deporte nacional también ha azuzado el fervor de los hombres menos aficionados, pero admitamos que, salvo yo y otros cuatro, los chicos a los que se la pelan los acontecimientos deportivos siempre se han esforzado en disimularlo mínimamente por absurdas razones de estereotipo social.

Pero me he enrollado, porque de lo que quería hablar en realidad es de lo mucho que le gustan a la gente los triunfadores, y de cómo se apresura a subirse al carro de los laureles. Igual que los aficionados al equipo de fútbol de mi ciudad, que renuevan o no sus abonos en función de si sigue en Primera o ha bajado; igual que los niños pequeños, que siempre quieren vestir la camiseta de los colores ganadores, el interés de casi todo el mundo por los deportistas crece (o aparece) en la medida que acumulan copas o medallas. Debemos de albergar una especie de gen muy poderoso que nos lleva a pegarnos como lapas a los vencedores, a aplaudirlos exaltados y a intentar demostrar que siempre hemos sido de los suyos. Y a huir como las ratas del barco hundido cuando llega una época de vacas flacas.
 
El paréntesis dorado del deporte español terminará cualquier año de estos y entonces muchos volverán a pasar de las competiciones, dejarán de fingir afición y de ser monos imitadores.

martes, 2 de julio de 2013

¿MANDELA TERRORISTA?

El prosoviético Mandela
Es un dato objetivo que no admite discusión que el líder sudafricano Nelson Mandela dirigió entre 1960 y 1964 el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), denominado Lanza de la Nación, organización que llevó a cabo casi 200 atentados (muchos de ellos con bomba, en lugares públicos y de forma indiscriminada) y numerosos asesinatos y torturas a campesinos inocentes, como parte de su “lucha armada” contra un gobierno legal y democráticamente constituido que practicaba una intensa política de segregación racial.

No puede rebatirse que en aquellos tiempos Mandela era considerado terrorista por la ONU, que ni siquiera Aministía Internacional se opuso a su encarcelamiento tras un proceso penal garantista y que ayer se cumplieron cinco años de su retirada del listado de terroristas internacionales elaborado por el gobierno de Estados Unidos.

Es demostrable que en su momento el entonces presidente de Sudáfrica ofreció varias veces a Mandela la libertad condicional si se comprometía a renunciar a la violencia, y este siempre rehusó el ofrecimiento.

Tampoco conocemos ninguna declaración del impetuoso moreno arrepintiéndose de haber esgrimido las armas (sin haber ninguna guerra) para la consecución de sus objetivos políticos.

Aun así, este carismático presidente no solo obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1993, sino que en estos últimos días, en que se encuentra en estado crítico, se le ha homenajeado como a un estadista modélico y como a un héroe del progreso, de la justicia y de las libertades.

Yo solo me hago unas preguntas que no quieren ser capciosas. ¿Se puede o no emplear la violencia para defender ideales políticos que se consideran legítimos? ¿No se debe volar la estación de tren de Johannesburgo o depende de los motivos? ¿Quién dice cuándo se es un guerrillero contra un régimen opresor y cuando un vulgar terrorista?