lunes, 4 de octubre de 2010

ÉXITO A CUALQUIER PRECIO


Por recomendación de Suso y engolosinado por la escena que nos enlazó en el post de la reunionitis y por el excelente reparto de la película (Ed Harris y Al Pacino son dos de mis actores favoritos), el sábado tuve sesión de cine para disfrutar de la singular Glengarry Glen Ross. Éxito a cualquier precio (1992).

Se trata de una película de diálogos, muy psicológica, cuyo principal handicap es ser la rígida adaptación a la gran pantalla de una obra de teatro. El teatro y el cine son dos lenguajes muy distintos, yo diría que opuestos, por lo que el resultado chirría por todas partes a pesar de la soberbia interpretación de los actores. La pobreza de escenarios (el guión tampoco da para más) y una puesta en escena esquemática y tramoyera son los peores defectos de esta producción dirigida por James Foley con un guión escrito por el propio autor del drama teatral.

Lo mejor de la cinta es sin duda lo bien que refleja el mundillo de una agencia inmobiliaria sin escrúpulos en los pujantes años noventa, el ambiente de tensión y desesperación de sus empleados, los mecanismos inmorales de “motivación” del personal, la competitividad inhumana y hasta enfermiza, y las técnicas más agresivas de venta telefónica y a domicilio.

La película obliga a reflexionar sobre muchas empresas actuales que conservan estos métodos sectarios, incluso en nuestro país. Todos sufrimos de vez en cuando llamadas por teléfono o visitas a “puerta fría” en las que nos enredan, no nos dejan hablar, nos replican con descaro cuando decimos no estar interesados, nos presionan a decidir rápidamente so pena de perder la oferta o disfrazan los intentos de venta como supuestos premios que nos han tocado y por los que hay que pagar ciertos "gastos de tramitación".

En estas prácticas yo siempre he visto una triple inmoralidad.

Inmoralidad del empresario que se aprovecha de la necesidad imperiosa de trabajo de muchos jóvenes, sometiéndoles a una especie de esclavismo en el que a cambio de cuatro duros deben ser capaces de vender hasta a su madre. En la película, por ejemplo, se aprecia como uno de los vendedores tiene que hacer lo que sea para ganar dinero por tener a una hija hospitalizada.

Inmoralidad de los propios empleados que aceptan engañar y manipular cruelmente a la gente a cambio de dinero, por mucha necesidad que tengan (en algunos casos estos sistemas de venta podrían equipararse al robo o a la estafa).

E inmoralidad de unos y otros por cuanto estas técnicas van expresamente dirigidas a los sectores más vulnerables e indefensos de la población, especialmente a las personas mayores, que a veces están solas y desatendidas o no entienden lo que les dicen, por lo que resultan víctimas fáciles de cualquier engaño.

Según un reciente
estudio de las asociaciones españolas de consumidores, más de un 20% de estas ventas son anuladas en los dos días siguientes, cuando el comprador reflexiona o consulta con sus familiares. Esto también se refleja en Glengarry.

Creo que la postur
a más adecuada hacia este tipo de vendedores es la máxima agresividad: colgarles el teléfono directamente sin despedida, cerrarles la puerta en las narices o increparles agriamente por su estilo de “trabajo”, sin excluir las agresiones verbales cuando se muestren especialmente invasivos. Si todos nos comportáramos así en vez de escucharles o incluso darles cháchara por un falso sentido de la educación y de la caridad, estos tipejos dejarían de operar y de engañar a diestro y siniestro.

12 comentarios:

Teutates dijo...

La peli no la he visto, me la apuntaré si usted lo recomienda.
Estoy muy de acuerdo con usted en la inmoralidad que suponen determinados empleos de cara al ciudadano de a pié.
Yo de los que estoy hasta los mismísimos es de los comerciales de las empresas de gas y electricidad, en los últimos meses han abierto una guerra fraticida por quitarse clientes, a base de utilizar a estos jóvenes comerciales, agresivos y como usted dice, que venderían a su madre por un contrato de gas. Es tan implacable la acción de estas empresas, que incluso (caso real) hacen sus comerciales de recursos humanos para conseguir más comerciales entre los potenciales clientes ofreciendo puestos de esta categoría por las casas que visitan.
Me repatea sobre manera que me pidan facturas para calcularme el ahorro con sus tarifas, o que se quiera meter en mi casa para, cómodamente sentados en mi sofá, contarme lo fantástica que es su compañía. Yo soy drástico, como usted recomienda, pero por el momento me ha servido de poco.

ignatus dijo...

No estoy muy de acuerdo, Neri. Me sale fetén de forma espontánea, pero me cuesta ser maleducado con premeditación.

Además, manteniendo al individuo al teléfono le quitas tiempo de robar a otros. Así que darles cuerda es un acto de caridad con un tercero desconocido y que nunca nos lo podrá agradecer... Es lo de la ignorante mano izquierda llevado al límite, y como tal, concede bula de un mes de purgatorio. Lo pone la Biblia, pero no me acuerdo dónde, ya lo buscaré.

Por cierto Teutates, cuando dices que ser drástico te ha servido de bien poco ¿quieres decir que pese a todo se te meten en casa y se comen tus pastas? ¿O que ya te han cambiado 3 veces de compañía de gas? Si es lo primero, te recomiendo que compres galletas tostadas marca Gullón: nunca vuelven.

Saludos.

marian dijo...

¿Han visto ustedes alguna empresa de este tipo desde dentro? En una (que no voy a nombrar) que pedían comerciales, me concedieron una entrevista. Salí de allí por patas, comenzaban el día cantando las alabanzas a la empresa y cuando digo cantando no lo digo de manera figurada, todos manos en alto, balanceándose y convenciéndose de lo maravilloso que era el producto, lo maravilloso que era ser comercial allí y que ese día no se iba nadie a la cama sin que un comercial de su empresa le visitara Y LE VENDIERA.
Pueden imaginarse la comedura de coco y la presión. Claro que a mí me duró apenas 10 minutos porque cuando ví aquello más que recordarles mi tfno. me dieron ganas de darles el del psiquiatra.

mujer prevenida vale por dos dijo...

la vi hace años!
la vi hace años!
la vi primer!
la vi primer!

mujer prevenida vale por dos dijo...

Por cierto de que se extrañan ahora en USA de la mierda de la hipotecas basura!

Teutates dijo...

Ignatus, cuando digo que me ha valido de poco, lo digo porque aún así siguen viniendo, pero sigo siendo drástico con ellos y no les dejo entrar en casa nunca.
Por cierto, casi prefiero renunciar a la bula que dice que dan, y perder el rato en ir al confesionario, que ahí por lo menos el que da el coñazo soy yo..

Suso dijo...

Ahora ese tipo de ejecutivo de medio pelo se ve mucho. Bastantes vienen de la construcción, que con la cisis han derivado a otros sectorres, sobre todo sociosanitarios y de servicios, y han ecolocado al jefe de obra en jefe de compras.

Tíos, y tías,muy agresivos, muy a presión , y que si les das un huevo de gallina sacan la hoja de afeitar y le lo afeitan, a ver qué sacan.

Duran poco (yo ya he visto unos cuantos), y el reemplazo es peor que el anterior.

Uno de un grupo que se llama Seralia, me llamó con eo de " podemos colabrorar juntos). Fui, y lo de colaborar era que uno ponía todo, a un precio de risa, y él ponía la marca ( filial de Begar, la constructora en suspensión de pagos).

Cuando me hablaba me dijo "¿no tomas nota de los datos que te doy?"

. Le contesté "no, no me gusta cómo está planteando el tema, no me gusta ´cómo me has planteado la custión ( me llamaba "proveedor"), y no me gusta tu jefe...eché a su hijo de Peñalba y me parece que no nos llevaremos bien

Me levanté y me fui.

Zorro de Segovia dijo...

en la anterior gran crisis me costó mucho encontrar un empleo, y comencé a currar como comercial "a puerta fría" sin ningún conocimiento del producto (que por cierto era bastante malo). Aprendí mucho. En primer lugar que la gente es maja por definición y que cuando un chaval de 20 años y con cara de pardillo les pide con cortesía que escuchen, lo hacen.

NO vendí mucho, pero aprendí a tratar con la gente y descubrí lo que cuesta ganar el dinero. Un contrato mercantil, sin sueldo fijo ni seguridad social no es una bicoca, pero en aquéllos años no había nada más y mi padre no hubiera dado un duro a un chaval que estuviese todo el día tirado en el sofá, por mucha crisis que hubiera.

Cuando años más tarde dirigí un departamento comercial recordé que jamás hay que mandar a un chaval a vender basura. También que los mejores comerciales no son los que más venden, sino los que más se preocupan por los clientes. Se llama fidelización.

Hace un rato ha venido a casa un chaval para venderme el "rollo" de cambiarme de compañía de gas. Era amable. No sé si cambiaré de compañía, pero desde luego siempre tendré la delicadeza de escuchar a quien a las ocho de la tarde está pateando la calle y ante cada puerta sabe mantener la ilusión y la cortesía.

Al Neri dijo...

Teutates, claro que son empleos inmorales. Vea la peli, es entretenida y tiene momentos brillantes.

Alucino, Marian, menuda peña. Deben de creer que la gente es boba.

Zorro, es que usted ve a estos chicos como pobres pardillos, ilusionados y corteses, cuando para mí, y no creo que sea el único, no son más que unos tíos caraduras que de educados tienen muy poco (ya que van a saco, en plan agresivo y todoterreno)y que intentan enredar y engañar a las personas más vulnerables. Además no sé usted, pero yo me paso el día trabajando y valoro muchísimo estar a gusto y tranquilo en mi casa como para que vengan o me llamen estos señores a deshora a darme la murga, con todo tipo de tácticas engañosas. Son unos impresentables que se merecen su propia medicina.

Además son tontos del culo y se les da fatal explicarse. Me agotan, la verdad. No los soporto. La vida debe ser dinámica y ellos son muy aburridos.

Yo prefiero descargar camiones a ser un estafador a comisión, con contrato mercantil.

El otro día me llama una con el número oculto y me suelta directamente: "buenas noches, soy de la compañía tal, ¿con quién tengo el gusto de hablar?". Ya le dije: "No, no, será usted quién me dirá por quién pregunta, ya que es usted la que llama".

Zorro de Segovia dijo...

ja, ja, que bueno el post "dinámico". Gracias. No lo leí en su día.

Dulcinea dijo...

Zorro de Segovia, pues mi padre preferiría que estuviera en el sofá o buscando otra cosa o lo que fuera antes de estar pringada 10 horas al día para venderle unos productos malísimos a un sinverguenza que solo me pague si vendo. Mi tiempo y mi esfuerzo valen dinero, los contratos mercantiles a comisión son un atraco y nadie debería firmarlos porque van contra la dignidad humana.

Aprendiz de brujo dijo...

Zorro de Segovia me ha parecido excelente tu intervención. Muy didáctica además.