sábado, 30 de marzo de 2013

SOLDADOS VALLISOLETANOS RUMBO A CUBA (por Un vallisoletano madrileño)



Esta antigua fotografía anónima, al no saber el fotógrafo, con unas medidas de 80x120 m.m. y sobre papel albuminado, la compré a principio de los años ochenta del pasado siglo, junto con otra del Puente Mayor de Valladolid de la misma fecha, en el mercadillo dominical que en esa época se colocaba en el lateral de la Catedral de esta ciudad, donde anteriormente se ubicaba el Mercado de Portugalete. Creo que pagué por las dos fotografías veinte pesetas.

Como se ve en la misma, los soldados que desfilan con todo su equipamiento parece que se encaminaban a la estación de ferrocarril para dirigirse al puerto donde embarcarían camino de Cuba. Esta imagen tiene como fondo la impresionante iglesia de La Antigua, que le da toda la belleza a la fotografía.

Debido a su calidad, belleza y antigüedad, esta fotografía consiguió el segundo premio en el concurso de fotografías antiguas de Valladolid que realizó el periódico El Mundo en febrero de 1996 y fue sobre la que se hizo el cartel de la presentación de la exposición que se celebró al finalizar este concurso. El premio consistió en un viaje de siete días a la Isla de Tenerife. 

Fotografía que posteriormente ha sido incluida en diversos libros sobre fotografías antiguas como Luces de un siglo: Valladolid, de Ricardo González, del año 2001. 
 
También de esta fotografía la Filmoteca de la Junta de Castilla y León, sita en Salamanca, me solicitó copia para tener en sus archivos. También está incluida en el archivo histórico del Ayuntamiento de Valladolid. 

NOTA: Un  vallisoletano madrileño es un amigo y lector de La pluma viperina que colecciona postales y fotos históricas de toda España y, en especial, de Madrid y de la capital del Pisuerga.

viernes, 29 de marzo de 2013

¿QUIÉN ES AQUEL CABALLERO?

Cristo de las Mercedes. Semana Santa de Valladolid (foto hecha por Veneficus)


A CRISTO EN LA CRUZ

Lope de Vega



¿Quién es aquel Caballero


herido por tantas partes,

que está de expirar tan cerca,

y no le socorre nadie?



«Jesús Nazareno» dice

aquel rétulo notable.

¡Ay Dios, que tan dulce nombre

no promete muerte infame!



Después del nombre y la patria,

Rey dice más adelante,

pues si es rey, ¿cuándo de espinas

han usado coronarse?



Dos cetros tiene en las manos,

mas nunca he visto que claven

a los reyes en los cetros

los vasallos desleales.



Unos dicen que si es Rey,

de la cruz descienda y baje;

y otros, que salvando a muchos,

a sí no puede salvarse.



De luto se cubre el cielo,

y el sol de sangriento esmalte,

o padece Dios, o el mundo

se disuelve y se deshace.



Al pie de la cruz, María

está en dolor constante,

mirando al Sol que se pone

entre arreboles de sangre.



Con ella su amado primo

haciendo sus ojos mares,

Cristo los pone en los dos,

más tierno porque se parte.



¡Oh lo que sienten los tres!

Juan, como primo y amante,

como madre la de Dios,

y lo que Dios, Dios lo sabe.



Alma, mirad cómo Cristo,

para partirse a su Padre,

viendo que a su Madre deja,

le dice palabras tales:



Mujer, ves ahí a tu hijo

y a Juan: Ves ahí tu Madre.

Juan queda en lugar de Cristo,

¡ay Dios, qué favor tan grande!



Viendo, pues, Jesús que todo

ya comenzaba a acabarse,

Sed tengo, dijo, que tiene

sed de que el hombre se salve.



Corrió un hombre y puso luego

a sus labios celestiales

en una caña una esponja

llena de hiel y vinagre.



¿En la boca de Jesús

pones hiel?, hombre, ¿qué haces?

Mira que por ese cielo

de Dios las palabras salen.



Advierte que en ella puso

con sus pechos virginales

una ave su blanca leche

a cuya dulzura sabe.



Alma, sus labios divinos,

cuando vamos a rogarle,

¿cómo con vinagre y hiel

darán respuesta süave?



Llegad a la Virgen bella,

y decirle con el ángel:

«Ave, quitad su amargura,

pues que de gracia sois Ave».



Sepa al vientre el fruto santo,

y a la dulce palma el dátil;

si tiene el alma a la puerta

no tengan hiel los umbrales.



Y si dais leche a Bernardo,

porque de madre os alabe,

mejor Jesús la merece,

pues Madre de Dios os hace.



Dulcísimo Cristo mío,

aunque esos labios se bañen

en hiel de mis graves culpas,

Dios sois, como Dios habladme.



Habladme, dulce Jesús,

antes que la lengua os falte,

no os desciendan de la cruz

sin hablarme y perdonarme.

martes, 26 de marzo de 2013

LAS LEYES DE LA FRONTERA

No me gusta demasiado Javier Cercas ni sus equilibrismos para conjugar historias reales y tramas de ficción. Leí en su momento, cómo no,  Soldados de Salamina (2001), atraído por su argumento íntimamente relacionado con la figura de Rafael Sánchez Mazas, cofundador de Falange Española, pero no me entusiasmó, y en esta ocasión el anzuelo que me ha llevado a hincarle el diente a Las leyes de la frontera ha sido uno de sus protagonistas, El Zarco, un trasunto gerundense del célebre chorizo y homicida de los suburbios de Barcelona Juan José Moreno Cuenca, alias El Vaquilla, a cuyas hazañas ya dediqué en su día una entrada. Como muchos sabéis, soy un gran aficionado a la criminología.

La historia comienza en Gerona, en plena Transición, en el verano de 1979. Ignacio Cañas, un retraído adolescente de 15 años de clase media, se refugia en los salones recreativos de su barrio para eludir el bullying despiadado al que le someten varios compañeros de clase. Allí conoce por casualidad a El Zarco, un muchacho marginal que lidera una peligrosa banda dedicada a robar coches, reventar chalets y atracar bancos empleando armas de fuego. Seducido por la aventura, por el peligro y, sobre todo, por la atractiva macarrilla Tere, Ignacio (al que rápido apodan El Gafitas) se une a la partida y participa como los demás en innumerables tirones y asaltos a bordo de Seats 124 con el puente hecho. En pocos meses la policía desmantela el grupo. Casi todos son detenidos, pero El Gafitas se libra porque un joven inspector de policía, tras hablar con su padre, se apiada de él y decide darle una oportunidad a la vista de sus antecedentes y de su ambiente familiar.

Veintiún años después El Zarco es el delincuente más famoso de España. Condenado por toda clase de crímenes y convertido por la prensa sensacionalista en enemigo público número uno, no ha salido de prisión en todo ese tiempo y ha llegado a protagonizar numerosos motines carcelarios y sonadas denuncias de las condiciones de los presos. Ahora su única esperanza, casi utópica, es obtener la libertad condicional y para ello recurre a un Gafitas que ha llegado a ser, por méritos propios, el mejor abogado penalista de Gerona. La nostalgia y el reencuentro con Tere, un amor que le marcó de por vida (aunque nunca tuvo claro si era la chica de El Zarco) lanzan a Ignacio Cañas a defender su caso más difícil y a diseñar una campaña mediática para hacer del temible atracador con varias muertes a sus espaldas un padre de familia ansioso por rehabilitarse e integrarse en el mundo laboral.

En honor a la verdad, Javier Cercas debería admitir que Las leyes de la frontera no es una novela, sino un trabajo de investigación (bastante solvente) sobre la historia procesal de Juan José Moreno Cuenca, El Vaquilla, que ha reconstruido minuciosamente y sin licencias, gracias a la colaboración del último abogado de este, Carles Monguilod. La vida de El Zarco es un calco literal de las memorias del criminal barcelonés, que por cierto no era quinqui, y, a partir y alrededor de este material y de sus entrevistas con Monguilod, Cercas fabula igual que hizo en Los soldados de Salamina, y se inventa una historieta a caballo entre el romance, la acción, la añoranza y la moralina social, sembrando el último capítulo de sugerentes interrogantes. Al novelista extremeño le encanta recalentar y aliñar las anécdotas históricas para servirnos sus novelas de periodistas, abogados e investigadores.
"El Vaquilla" detenido tras una de sus hazañas

No se puede negar que la novela, con un estilo ecléctico, enfocada desde la perspectiva de varios personajes y salpicada de guiños épicos a la vieja serie televisiva La frontera azul, es, en general, amena, aunque en mi opinión algo extensa y reiterativa; sobre todo en la última parte se encasquilla un poco. Bien encajada históricamente en los capítulos que se desarrollan a finales de los setenta, peca sin embargo de una pésima contextualización de los protagonistas. Casi no hay personajes secundarios y todo parece un gran diálogo triangular entre Cañas, Tere y El Zarco, llegando a resultar un tanto monótona.

La gran virtud de esta obra es para mí la batería de reflexiones a que da pie. Yo sobre todo me he centrado en dos:
 
Una es la posibilidad real de reinserción de ciertos delincuentes, tema que Cercas aborda sin incurrir en ñoñerías (la vida de El Vaquilla no se lo permite) pero lanzándonos el guante en forma de tres preguntas: ¿La justicia da iguales oportunidades a todos? ¿Por qué a El Gafitas, que a sus quince años cometió los mismos delitos que El Zarco y los demás barriobajeros, le brindaron una segunda oportunidad que estos jamás hubieran tenido? ¿Qué marca más el destino: el lugar y la clase social de origen, o los actos libres que realiza cada persona?

La segunda es hasta qué punto, igual que le sucedía a El Zarco, nuestro sino está condicionado por el “mito” que los demás han construido sobre nosotros; por la etiqueta que la sociedad ha decidido, justa o injustamente, ponernos; por lo que todos esperan que hagamos…

Aconsejable librito para pasar un buen rato y hacerse algunas preguntas sobre política criminal, aunque gustará sobre todo a los interesados en la leyenda de El Vaquilla y en los problemas socio-políticos de la Transición española.
 
No os perdáis las interesantes notas de Virginia sobre esta obra.


domingo, 24 de marzo de 2013

POLIÉDRICO

Él mismo dice que está un poco loco, pero es que a mí me gusta la gente peculiar, con alguna nota distintiva que resalte en la muchedumbre gris, y doy fe de que él posee muchas notas distintivas. Yo diría incluso que es un personaje multicolor, complejo y poliédrico del que cada día aprendo algo distinto. Extremadamente modesto, es sin embargo uno de mis amigos más cultivados e inteligentes, aunque en mi opinión sus mayores virtudes son su humor fino y extraordinario con el que tan buenos ratos me hace pasar, su actitud irónica y a la vez benevolente con la naturaleza humana, su absoluta falta de complejos y su capacidad de escuchar, incluso de escucharme a mí, que cuando me tomo tres cubatas suelto unos rollos que no hay quien aguante.

Si tuviera que hacer una lista de las cinco personas que más han influido en mi forma de ver la vida, este viejo y querido amigo estaría en ella, aunque no siempre se me note. Puedo ser cabezota y atrincherarme obstinadamente en mis posiciones, pero al final sus palabras dejan en mí un poso invisible que no hace efecto inmediato pero que va royendo poco a poco muchas de mis orejeras. Nos solemos enzarzar en peleas dialécticas al son de sus gin tonics y de mi Barcelós-cola. Él me llama fascista, inquisidor o aprendiz de Torquemada, y yo a él rojo de salón, liberaloide o tocahuevos, pero cuántas veces tengo que darle la razón mentalmente (en algunas materias, tampoco nos pasemos) aunque sigamos discutiendo con fiereza por no perder la costumbre.

Le conozco desde Primero de EGB. Hemos tenido una relación intermitente, más intensa desde los tiempos de la facultad. Desde hace unos años hablamos casi todos los días por teléfono y siempre terminamos filosofando o desgranando la actualidad política. Entre nuestros temas favoritos están la religión, los diferentes tipos de curas (este tema merece un post), las mujeres, la política, la sociología parda (¡cuántas entradas me ha inspirado!) y el humor del cine de Berlanga. Nos afanamos en mirar a nuestro alrededor y escudriñar la actualidad a la caza de situaciones berlanguianas que retocemos y sacamos jugo hasta la obsesión, pero ¿y lo bien que nos lo pasamos?

Llevo tres años intentando que escriba un post en La pluma viperina, pero siempre rehusa. Una vez estuve a punto de convencerle de que publicara uno, en plan de coña, sobre el curioso vínculo de amistad que une a los maricones y a las mujeres, pero fracasé. Por eso hoy quiero pedir a nuestros lectores (en especial a ellas, que le adoran) que pongan toda la carne en el asador para persuadirle, que le hagan ver que este blog no puede seguir existiendo sin una entrada firmada por el rey de la zona de comentarios, por el gran Aprendiz de brujo.

jueves, 21 de marzo de 2013

EL ENIGMA DEL CARRITO

Algo habrá hecho

Hoy voy plantear aquí un gran misterio de la sociología, una incógnita que me corroe por dentro, y es por qué las gitanas en el súper llevan siempre el carrito lleno hasta arriba, pero nunca de alimentos de primera necesidad, sino de chuminadas. Muy rara vez me he encontrado haciendo la compra a una gitana (un gitano ni en sueños) que lleve hasta la caja productos como carne, pescado, embutidos, huevos, fruta, aceite, pan o leche. Solo compran golosinas y fruslerías de todo tipo.

Ahora mismamente vengo del Mercadona y he tenido delante de mí en la cola a una madre treintañera con dos churumbeles, cíngara por los cuatro costados, renegrida, con moño, falda estrecha, chaquetilla de punto, chanclas blancas y un culo como una plaza de toros, que transportaba en su carro los siguientes artículos (ni uno más): dos tarros de Nutella, una tarrina grande de helado de chocolate, ocho flanes de huevo, doce postres de gelatina de fresa, cuatro bolsas de patatas fritas Matutano, dos bolsas pequeñas de Cheetos, dos packs enormes de latas de Pepsi, tres bricks de zumo de naranja Juver, un paquete de magdalenas de chocolate, un ambientador para el coche (se comprende), una bolsa de gominolas (del expositor junto a la caja), una bolsa de pipas, un bote de  kepchup Heinz, una botella de clarete barato, tres litronas de Mahou, un surtido de galletas, una torre de vasos de plástico, dos pastelitos de la Pantera Rosa que se les acababan de antojar a los críos y una lata de mejillones (para que no se diga).

Una explicación quiero.

martes, 19 de marzo de 2013

LA CULTURA GENERAL DE LOS PROFES


La semana pasada, el gobierno de la Comunidad de Madrid ha hecho públicos los resultados de las últimas oposiciones a maestros de infantil y primaria, celebradas en 2011, que dejan patentes las profundas lagunas formativas de los aspirantes a profesor. Parece ser que solo un 13% de los presentados logró alcanzar una puntuación de 5 y que el nivel general está por los suelos, hasta el punto de no acertar una gran mayoría de los examinados ni las preguntas más elementales en una prueba específica de cultura general y cometer continuas faltas de ortografía. A pesar de ello, y tal como sucede en el resto de comunidades autónomas, hasta ahora es posible acceder a las bolsas de sustituciones sin necesidad de haber aprobado la fase de oposición del proceso selectivo (es decir el examen, ya que para ser funcionario también hay que superar un concurso de méritos).

En cualquier caso, la nota de prensa publicando los resultados de estos exámenes tiene ciertos tintes demagógicos y recuerda a los famosos libros de Antología del disparate, ya que se basa principalmente en un extracto de los gazapos más llamativos y anecdóticos.

Como ya sabemos todos, el Presidente de la Comunidad de Madrid ha transmitido su inquietud al Ministro de Educación, instándole a endurecer la carrera de Magisterio y a tomar otras medidas para acabar con el vergonzoso bajo nivel de los docentes españoles. El Ministerio se dispone a aprobar un estatuto del profesorado para, entre otras cuestiones, subir el listón en los concursos-oposición, y la Comunidad de Madrid ha anunciado que en próximas convocatorias no permitirá el acceso a las bolsas a quienes no superen el 5.

Ante estos hechos, me gustaría hacer algunas reflexiones y conocer también la opinión de todos nuestros amigos viperinos:

Esperemos que Wert devuelva la dignidad al profesorado público

1.- No es nuevo para nadie que el nivel cultural del profesorado español es llamativamente bajo. Todos conocemos maestros y profesores, pues constituyen un colectivo muy numeroso, y somos conscientes de que estos profesionales no fueron, por lo general, los más brillantes de la clase, de que a menudo tienen un conocimiento poco más que superficial de las materias que imparten y de que cometen faltas de ortografía. Yo conozco a dos profesores inteligentísimos y cultísimos, pero sé de muchos más (sobre todo interinos) cuyo nivel está por los suelos.

2.- Esto mismo también lo saben el Gobierno de España y la Comunidad de Madrid, sin que hasta ahora hayan dicho ni pío. Por ejemplo, dudo mucho que en el concurso-oposición de maestros de esta comunidad autónoma en 2009 los resultados fueran mejores que los de 2011 y sin embargo al gobierno de la Aguirre ni se le pasó por la cabeza impedir entrar en la bolsa a los que obtuvieran menos de un 5 en la siguiente convocatoria. ¿Por qué ahora sí? Sencillamente porque en estos momentos interesa reducir drásticamente el número de interinos debido al tenebroso escenario presupuestario.

3.- Los datos publicados, con tener una base cierta, son populistas, demagógicos y sesgados, amén de que perjudican gravemente la imagen del profesorado español y no hacen justicia a los buenos maestros, que también los hay, sobre todo en franjas de edad en las que no regía el actual sistema educativo.

Mucho cuidado con eso de la cultura general. Cierto que son exigibles unos mínimos, pero ¿cuáles?, ¿qué conocimientos son más y cuáles menos importantes? Nos sorprenderíamos si hiciéramos la famosa prueba de cultura general de la Comunidad de Madrid a muchos supuestos intelectuales y mentes privilegiadas. Al final, con los años y sobre todo en esta era de especialización radical, cada uno sabemos de lo nuestro. Me apuesto lo que sea a que muchos médicos, ingenieros, abogados o economistas de menos de treinta años tampoco habrían salido muy airosos del test.

4.- El bajo nivel del profesorado solo es una consecuencia más de la era LOGSE-LOE que ha consagrado el sistema educativo más aberrante y deficiente de la historia de España, so pretexto de la igualdad, la integración y la satisfacción de “necesidades educativas especiales”. Puede que los maestros sean uno de los grupos más afectados debido al especial perfil de los estudios universitarios de Magisterio, pero no son los únicos ni mucho menos.

5.- Estoy en contra de que una persona que comete faltas de ortografía pueda dar clase en ninguna etapa del sistema educativo.


No puede enseñar el que no sabe
6.- En las protestas que han organizado los profes y en sus manifiestos que podemos leer en las redes sociales repiten mucho la idea de que un docente no tiene por que ser “una enciclopedia andante”, sino un buen pedagogo y un transmisor de valores. Estoy de acuerdo solo en parte, pues considero imprescindible un nivel mínimo que garantice al menos (y hoy no lo garantiza) que los educadores sepan más que los educandos sobre las materias que explican. En primaria es absurdo que un maestro que no domina a la perfección la ortografía enseñe a leer a los niños. En secundaria es intolerable que enseñe historia un profesor que no se sepa de memoria y por orden todos los reyes españoles desde Isabel la Católica.

7.- La política de personal de las administraciones educativas ha sido vergonzosa hasta ahora. La plantilla del profesorado se ha sobredimensionado hasta lo imposible mediante el sistema de interinidad por bolsa. Se ha venido contratando a muchísimo más personal del necesario únicamente por razones políticas y sociales, en concreto para maquillar las cifras del paro de recién titulados en las comunidades autónomas, y ahora con la crisis este sistema no da más de sí y toca inventar pretextos para soltar lastre. Lo ve hasta un ciego: todos los licenciados de carreras sin salidas que no han conseguido otra cosa se pasan el año pululando de un pueblo a otro haciendo sustituciones en los institutos. ¿Alguien conoce a una sola persona que se haya presentado a estas oposiciones y no haya terminado trabajando alguna vez gracias a la bolsa? ¡No ha habido ninguna criba!

8.- La profesión de docente es una de las más importantes para la sociedad. Debería ser vocacional y gozar del prestigio que tuvo antaño, pero hoy se ha convertido, por diversos motivos, en el cajón de sastre de los titulados universitarios, lo que en el fondo nadie quiere ser pero no le queda más remedio. Los educadores se merecen todo el respeto y apoyo del Gobierno y de las administraciones, a través de medidas eficaces (e incluso duras si es necesario) que dignifiquen los estudios universitarios conducentes a la docencia y los procesos selectivos,  y les devuelvan el reconocimiento social que nunca deberían haber perdido, aumentando incluso las exiguas retribuciones del profesorado. Pero de momento el ejecutivo madrileño lo único que ha demostrado con su reciente campaña de prensa  es el mayor menosprecio hacia los responsables de la formación de nuestros niños y jóvenes, intentándoles colar su excusa barata para vestir electoralmente los próximos recortes de personal.

Más sobre educación en La pluma viperina:

- ¡A la mierda la educación! (por Suso)
- Tener estudios
- Recortes educativos
- El recorte de los sueños

sábado, 16 de marzo de 2013

EL NOMBRE DE LA ROSA

Me habían hablado muy bien y muy mal de él; unos me habían dicho que era fascinante y otros que demasiado espeso, hasta el punto de no poder terminarlo, así que sentía una mezcla de curiosidad y pereza por leer este libro, pero al fin me he animado y lo he terminado la semana pasada. Había visto -solo una vez- la adaptación cinematográfica de Jean-Jacques Annaud (1986), pero me dejó indiferente, no me dijo nada; sin embargo la novela me ha parecido impactante, con mucha enjundia, y creo que merece una reflexión.

Personalmente Umberto Eco me ha resultado difícil de leer por su estilo enrevesado y deliberadamente oscuro. Él mismo reconoce que las cien primeras páginas de El nombre de la rosa (1980) son algo durillas y que las redactó así a modo de criba de ciertos lectores, ya que él pensaba en un tipo muy concreto de destinatario de su obra. Sin embargo, partiendo de que no se trata de una novela simple, el profesor italiano fue muy hábil en su planteamiento, ya que introdujo tres niveles diferentes de lectura para entusiasmar a casi todo el mundo: a lectores muy superficiales que se quedaran en la trama policiaca; a amantes de la novela histórica que disfrutaran de las disquisiciones sobre las herejías medievales y sobre el enfrentamiento doctrinal y político entre el Papa Juan XXII y la rama de los franciscanos más comprometida con la pobreza, y a intelectuales exigentes que supieran apreciar el trasfondo culto de todo el relato: citas, latinajos, simbolismo, arte, fina ironía, poesía, y continuos guiños científicos (razonamiento deductivo), teológicos y filosóficos (escolástica, Aristóteles, etc). El libro puede además interpretarse de mil maneras distintas y deja en el aire numerosos enigmas sin aclarar. Ni siquiera el título tiene un significado unívoco.

Yo reconozco sinceramente haberme quedado en el segundo nivel (histórico) y no haber entendido de la misa la mitad ciertas partes especialmente densas sobre teología o filosofía (que me las explique C.S., por favor).

Pero Eco vendió millones de ejemplares gracias a su inteligente estrategia. Se interesaron y quedaron fascinados por El nombre de la rosa desde adolescentes y marujas acostumbradas a devorar novelas rosas hasta catedráticos de ética, historia o literatura. Ello dio lugar a un curioso fenómeno que merece la pena analizar, y es que la crítica, que acogió la primera edición con auténtico fervor y le dedicó monografías, ensayos y artículos en revistas especializadas, comenzó a distanciarse descaradamente del libro a medida que iba cosechando éxito comercial. La pregunta que todos nos hacemos es si la calidad de una obra literaria se basa en algún parámetro objetivo o acaso es inversamente proporcional al número de personas que la compran.

Recomiendo leer este clásico a quienes todavía no lo hayan hecho, pues sin duda disfrutarán, quizá no tanto durante su lectura en sí sino al terminar y reflexionar. Les aseguro que el libro va muchísimo más allá que la película y que recordarán ciertos pasajes y diálogos durante toda la vida (uno de mis compañeros de trabajo, por ejemplo, es tan rosófilo como yo padrinófilo).  Eso sí, antes de empezar hay que tomar aire y prometerse a uno mismo no tirar la toalla ni dormirse al llegar a ciertos capítulos donde el autor se despacha a gusto con sus cultismos y sus honduras.

jueves, 14 de marzo de 2013

CHE, UN PAPA ARGENTINO, ¿VISTE?


Que su Eminencia el cardenal Jorge Bergoglio no obtuviera ni un solo voto, es una prueba más de que los lectores de La pluma viperina no se tomaron nada en serio nuestra encuesta sobre los papables.

Aunque admito que sabía muy poco sobre este candidato, la impresión que me han dado sus primeras palabras como Pontífice y la información que he ido leyendo entre ayer y hoy me producen, la verdad, excelentes vibraciones. Aparte de la ilusión que me hace, como alumno de la Compañía, que un jesuita obtenga –por primera vez- el báculo papal, no puedo ocultar mi satisfacción por el hecho de que Francisco I no se encuentre pre-encasillado ni en el ala “conservadora” ni en la “progresista”, un claro indicio de su equilibrio y buen criterio. También me ilusionan su innegable sesgo social, y los gestos de solidaridad y humildad que ha tenido con los pobres durante su etapa como Primado de Argentina, llegando a besar los pies a unos enfermos de sida durante una visita a un centro clínico.

Otro punto a su favor fue su actitud en los años 70 y 80 del pasado siglo, durante el Proceso de Reorganización Nacional argentino (liderado, entre otros, por el elocuente Teniente General Videla), cuando tuvo que hacer auténticos encajes de bolillos y hasta juegos malabares para salvar su independencia y no politizarse, estando como estaba, en su papel de Provincial de los jesuitas, entre la espada de los videlistas, no demasiado escrupulosos al parecer con los derechos humanos, y la pared de los teólogos de la liberación de su orden, marxistas y a menudo proterroristas.

Huelga decir igualmente que despierta mi máxima simpatía su coraje al enfrentarse sin rodeos al gobierno de la Kirchner durante la tramitación en 2010 del proyecto de Ley de Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo, al que calificó con gran acierto como “movida del diablo”.

Por último, me encanta que por fin haya un Papa hispano y sobre todo de Argentina, país al que tengo mucho cariño y que me encantaría conocer. Sin embargo –por qué negarlo- que el vicario de Cristo sea bonaerense tiene diferentes lecturas tanto positivas como negativas.

De todos es sabido que los nativos de este bello país sudamericano llevan en la sangre una verborrea tan vertiginosa como agobiante, y poseen una destreza innata para hablar durante horas y horas sin llegar a decir nada concreto, lo que les convierte en profesionales altamente cualificados en el área comercial o en el de la psicología, la pedagogía o la política.

Evidentemente, estas habilidades pueden resultar muy útiles en algunos casos, como por ejemplo en la labor evangelizadora que emprenda Francisco I o en su lucha contra las legislaciones inmorales. Es decir, que por no soportar a un argentino pegando la toquilla, por no tragarse entera una de sus peroratas, yo entiendo que hasta Joaquín Sabina sería capaz de convertirse en católico de misa y comunión diaria, lo que supone una ventaja indudable para la expansión de la Fe, aunque sea por puro agotamiento. Lo mismo cabe esperar, ya digo, de su acción política; salvo Cristina Kirchner, que, al ser plateña, ya está acostumbrada, admitamos que cualquier primer ministro normal casi preferiría reimplantar la Santa Inquisición a tragarse una reprimenda de tres cuartos de hora de un argentino. Ello abre una puerta a la esperanza de que la mayoría de estados occidentales se apresuren a derogar sus normativas flexibles con el aborto, con las uniones “matrimoniales” de gays y lesbianas, o con los métodos anticonceptivos cuestionados por la Iglesia, ante el temor de que Bergoglio pueda dedicar al asunto una larga homilía o un inflamado discurso.

La lectura negativa sería el riesgo de que durante los viajes pastorales, concentraciones católicas, misas multitudinarias o jornadas mundiales de la juventud, la gente se quede torrada tras escucharle más de diez minutos predicando, como es típico con las alocuciones de cualquier argentino.

Chistes aparte, los creyentes de todo el Planeta recibimos con mucha alegría al nuevo Papa Francisco, que promete ser la voz de los pobres en este mundo materialista y deshumanizado.

martes, 12 de marzo de 2013

ELECCIONES ECUATORIANAS


Hace unas semanas se celebraron las elecciones presidenciales en Ecuador, algo que no nos pasó desapercibido por la singular cobertura que los medios españoles dieron al proceso. Una de las cosas que me llamó la atención fue que el consulado ecuatoriano en España dispuso 19 centros electorales y casi 300 juntas de voto en diversas provincias (muchos en locutorios, como no podía ser de otro modo), para facilitar a una parte de los 400.000 oriundos de uno de los territorios del antiguo Virreinato del Perú residentes en nuestro país el ejercicio del derecho de sufragio.

En mi supina ignorancia desconozco para qué tiene nuestro gobierno que colaborar de ningún modo con las elecciones de esta república sudamericana, en un gesto más para que los extranjeros sin permiso de residencia se sientan como en casa, cuando la inmigración irregular favorece la esclavitud laboral y el deterioro de nuestros servicios públicos.

Pero lo que de verdad me ha dejado de piedra es enterarme de que en Ecuador es preceptivo votar bajo multa del 10% del salario básico del país, o sea un puro de 30 euros, y de que no es, ni mucho menos,  una obligación única en este estado, sino que también se aplica en Argentina, Austria, Bélgica, Australia, Grecia y otros muchos. No puedo menos que llevarme las manos a la cabeza ante una medida tan bárbara que impide a los ciudadanos abstenerse libremente de participar en los comicios si, por ejemplo, se la refanfinflan o los consideran una farsa absurda, un simple espectáculo circense para aupar al poder a los caciques habituales. Es lo que faltaba, que un ciudadano de un país supuestamente libre y democrático ya no pueda ni quedarse en su casa tranquilo el día de la elección a modo de protesta silenciosa contra el modelo de participación o de corte de mangas a los políticos corruptos que solo se acuerdan de él cada cuatro años, o simplemente porque no se identifica con ninguna de las candidaturas y no le apetece ni tomarse la molestia de votar en blanco.

Esta previsión no me extraña demasiado en lugares como el Congo, Egipto, Libia o Mongolia (donde también existe, en algunos so pena de prisión),  pero sí en los países serios que he citado.

Cuidado, que en España, después de las enormidades de la última reforma electoral, a los politiquillos puede llegárseles a ocurrir una barrabasada semejante si la abstención sigue creciendo y empiezan a sentirse deslegitimados los pobres.

domingo, 10 de marzo de 2013

¿POR QUÉ SON FEAS LAS FEMINISTAS?


Ya lo sabía, pero el viernes, Día de la Mujer Trabajadora, pude constatarlo una vez más viendo por la tele las manifestaciones propias de la jornada e incluso en vivo (a una prudente distancia) la concentración que se celebró en mi ciudad. En efecto, las feministas son feas, muy feas. Resulta difícil encontrar armonía alguna en los rostros y cuerpos de las lideresas de estas algaradas. Desgraciadamente para ellas, el tópico se cumple con exactitud científica: gordinflonas, enanas, pelicortas, malencaradas, vulgares, poco femeninas y horteras en el vestir. De forma adicional, y aunque nada tiene que ver con la estética, estos engendros tan reinvindicativos suelen caracterizarse por una voracidad sexual insólita, que, por razones patentes, rara vez satisfacen acompañadas, lo que agria su carácter más todavía.

¿Por qué son tan feas las feministas por lo general? ¿Por qué nunca se ve a una tía buena enarbolando esas pancartas chorras? ¿Por qué son unos cocos todas las responsables de iniciativas y organizaciones relacionadas con la igualdad de género? Pues muy sencillo: a las mujeres atractivas siempre les ha ido fenomenal en eso que las feministorras llaman "el patriarcado machista". Durante tantos siglos en que los hombres han tenido la sartén por el mango en casi todos los ámbitos de la sociedad, las chicas guapas siempre han sido tratadas como princesas. Han tenido amor, dinero, fama, comodidades, vestidos, regalos y docenas de interesantes galanes pendientes de cada uno de sus caprichos. Incluso en estos tiempos en que ellas creen que nos van ganando el terreno, las mujeres agraciadas siguen siendo, sin lugar a dudas, las que primero encuentran trabajo, las que menos paro chupan, y las que más posibilidades tienen de destacar social y laboralmente, llevándose los mejores pedazos de una tarta que, por mucho que les joda a las herederas de las sufragistas (que también eran muy feas), seguimos cortando los hombres.

¿Cómo van a querer las guapas que cambie este estado de cosas, por favor? ¿Cómo van a ponerse a reivindicar la igualdad unas mujeres que desde que nacen les va todo rodado con los varones gracias a sus ojazos y a su culo? A las que no les queda otra que manifestarse y protestar es a esos orcos en versión femenina a los que no contratarían ni de dependientas en una tienda de ropa; a esos adefesios que mientras los hombres predominen en los consejos de administración de las empresas, las van a tener escondidas en una cueva, como a Gollum, si es que las contratan; a esas gruñonas mal parecidas que para conseguir un puesto cualificado precisan el triple de valía y de inteligencia que un hombre y el doble que una mujer guapa.

Pecando, ya lo sé, de simplificador, este es el gran móvil de fondo del siempre acomplejado y repugnante feminismo, que predica una igualdad de tabla rasa que jamás podrá existir, ya que las oportunidades de cada cual son ya distintas desde la cuna (y no hablo de dinero) le pese a quien le pese.

jueves, 7 de marzo de 2013

LUCES Y SOMBRAS DE HUGO CHÁVEZ


Estas son las cosas que menos y que más me gustaban del recién fallecido presidente de Venezuela:


SOMBRAS


- Su histrionismo y su vulgaridad.

- Su marxismo militante.

- Su fobia a la labor histórica de España en América.

- Su demagogia indigenista, que le llevó a cambiar el "Día de la Hispanidad" por el "Día de la Resistencia Indígena".

- Su alineamiento con la Cuba castrista y con la China comunista.

- Su compra de armamento a España por miles de millones de euros.

- Su manipulación de la figura de Simón Bolívar, que por cierto era masón y tenía unas ideas muy diferentes al marxismo.

- Su apoyo a la organización terrorista ETA, el asilo político que ha dado a numerosos etarras y su negativa a extraditar a otros.

- Su apoyo a las comunistas y terroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)

- Su manipulación liberacionista del cristianismo, y sus burlas y ataques a la Iglesia Católica, a la que consideraba “troglodita”, y al Papa, de quien negaba su condición de representante de Cristo en la Tierra.


LUCES

- Su arrojo y su carisma.

- Su ferviente patriotismo y su sentido de lo nacional.

- Su inteligente y audaz estrategia en materia de medios de comunicación social.

- El modelo de propaganda política para ensalzar su figura de líder.

- Sus reformas sociales y su sincera preocupación por los más pobres. Muy encomiables, las llamadas misiones bolivarianas para erradicar el analfabetismo y hacer viable la educación, la sanidad, la vivienda y los recursos alimenticios en las zonas más deprimidas. Durante su mandato la pobreza en Venezuela se redujo en más de un 20%.

- Su reforma agraria, expropiando latifundios improductivos y entregándolos a los campesinos dispuestos a trabajarlos.

- Su política de nacionalización de empresas en los grandes sectores esenciales, en especial el petrolero, la electricidad, la telefonía y la alimentación (pesca).

- La militarización de su política y el empleo de las Fuerzas Armadas para sus objetivos de gobierno, sin excluir el uso de la fuerza en caso de necesidad.

- Su crítica a los Estados Unidos como nación hipócrita y genocida.

- Su indisimulable desprecio por la democracia parlamentaria.


Descanse en paz


Más sobre Hugo Chávez en La pluma viperina.

martes, 5 de marzo de 2013

MIS MALOS PROFESORES

Tras muchos años convencido de que estudié en un buen colegio, últimamente me pregunto de quién es en realidad el mérito de que los chavales educados en ciertos centros obtengan tan buenos resultados académicos y luego destaquen en la Universidad: ¿de la calidad de ese colegio y de la profesionalidad de sus profesores, o, más bien, de las familias, del ambiente que esos chicos viven en su casa? Me pregunto si es antes el huevo o la gallina, si esos escolares se centran y rinden tanto porque su cole privado o concertado es de los mejores, o es que resulta que los padres que escogen esos colegios le dan una importancia decisiva a los estudios y se encargan en casa de motivar y apretar las tuercas a sus retoños, algo que por desgracia no sucede en la misma medida en los centros públicos.

Es un tema sociológico complicado pero cada vez me decanto más por la segunda opción. Sin restar importancia a la tarea de los docentes, me parece a mí que los éxitos académicos se deben, en su mayor parte, a la labor y a la actitud de los padres, y que como a un profesor le llegue un muchachito en cuya familia no se valore nada la educación ni el estudio, lo tiene crudo por mucho que se esfuerce con él.

Es una especie de círculo vicioso. Unos padres muy preocupados por que su hijo estudie están dispuestos a pagar para facilitarle un ambiente y unas compañías que favorezcan eso. Porque ese ambiente cuesta dinero; por muy duro que suene, se paga para “rescatar” al niño de la escuela pública y gratuita, donde por razones obvias acuden los hijos de las familias de rentas bajas, que, mira tú por dónde, son las que menos relevancia le dan a la formación. Esos niños de esas familias pueden no ser un buen ejemplo ni unas buenas amistades si se quieren sacar buenas notas, conseguir títulos, triunfar en la vida (o en ese aspecto de la vida).

Así que en los colegios de pago se juntan al final los niños con más posibilidades de destacar, no porque sean los más listos sino por el ejemplo y el empeño de sus familias. Por eso aprueban bien y acaban donde acaban. Esta es la razón del prestigio de estos colegios, aunque la verdad es que, por muchos valores en los que eduquen y por muy buen ambiente que ofrezcan, académica y profesionalmente pueden (y suelen) ser muy limitaditos,  y no deben su fama a la calidad del profesorado sino al esfuerzo y al interés de su clientela. Ya digo, un círculo vicioso.

Y es que solo así se explica que en mi colegio de jesuitas yo tuviera que soportar a ciertos profesores, que, estoy seguro, jamás habrían aprobado ni en sueños la oposición para dar clase en la pública, ya que eran tontos, inútiles e ignorantes, y carecían de la mínima habilidad didáctica, de la mínima capacidad para comunicar y de la más elemental sintonía con los niños y adolescentes.

¿Por qué tuve que sufrir a Ulpiano dándome literatura y latín en BUP, cuando no sabía nada de literatura ni de latín,  se limitaba a leernos el libro de texto y encima era incapaz de imponerse a una clase de treinta chavalines, que le toreaban y puteaban hasta límites de vergüenza ajena?

¿Por qué me han dado inglés algunos señores cuya pronunciación de la lengua de Shakespeare recordaba a la de un pastor de la Alcarria? Uno incluso era oriundo de la Galicia más irredenta y no se desprendía del deje para decirnos “what is there for today?” o dictarnos sus “ten sentences”, de una forma que estoy seguro que ningún londinense entendería. Además, ¡qué diablos!, ¡cómo iba a enseñar inglés si no sabía hablar ni español!

¿Por qué tuve a Manrique de profesor de dibujo, un señor más de campo de la Abeja Maya, que no paraba de decir palabrotas y de tratar a los alumnos como a ganado, y al que, encima, no había quién entendiera explicando las perspectivas caballera e isométrica?

¿Qué pecado cometimos mis compañeros y yo para padecer a Malaquías en matemáticas de 1º de BUP explicándonos sin ninguna habilidad (y con intenso acento canario) los límites y las “ecuasione”, que si no fuera por la lectura a nuestro aire del libro de texto, por las clases particulares o por la ayuda de nuestros padres, aún tendríamos la asignatura pendiente?

¿De dónde coño sacaron a Revilla, el de filosofía de 2º? Era un hombre que seguramente habría podido desempeñar cualquier profesión (mejor manual) excepto la de docente, tan a la vista estaban sus limitaciones como comunicador y sus escasos conocimientos de la materia que impartía…

¿Quién contrató al gilipollas comunista de Julián Carretín, el de Historia, ese excéntrico barbudo que, haciéndose el innovador, dividía a la clase en grupos para preparar los temas del libro y exponerlos, y así no dar él ni una sola clase? El muy jeta se sentaba al fondo como un alumno más, nos dejaba explicar a nosotros las lecciones y no abría la boca con la excusa de que quería potenciar nuestro "espíritu crítico y democrático". Yo en esa época le habría potenciado el dolor de costillas.

Tuve otros profes muy buenos que también merecen un post, pero los que he citado eran consecuencia, sin más, de las políticas de enchufismo del colegio, donde lo que primaba era colocar por caridad cristiana (no hacia los alumnos, claro) al hermano tonto de una profesora, a un ex novicio inútil, al hijo del presidente de la APA que no se sacaba ni a la de tres la oposición de Magisterio, al recién licenciado (tras nueve años en la facultad) muy poco brillante pero entusiasta de los grupos cristianos, o al catequista rojo de parroquia roja que se vendía a los curas como un “joven comprometido”.

Lo mejor de mi colegio, sin duda, fueron los valores que los jesuitas, con su estilo singular, me inculcaron en muy distintas actividades y situaciones al margen de las aulas y las asignaturas, pero había demasiados profesores que dejaban mucho que desear. El centro, desde luego, no les debía a ellos su fama.


PD: Todos los nombres y apellidos han sido debidamente cambiados o retocados en estricto cumplimento de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal. Si alguno se reconoce, seguro que se equivoca.

Sobre colegios privados, en La pluma viperina:

- Colegios, cuotas voluntarias y gorrillas (muy buenos los comentarios de Nago)
-20 cosas que aprendí de los jesuitas.

domingo, 3 de marzo de 2013

¡LE PILLÉ, SEÑOR MARTÍN!


Una compañera del trabajo, aficionada a las aves como yo, me contó emocionada antes de Navidades que había visto un martín pescador zambulléndose en el estanque de un gran parque a las afueras de la ciudad, a pocos metros de la orilla del río. Debo confesar que me sorprendió bastante el relato, ya que esta especie muestra querencia por las aguas cristalinas o, al menos, de una mínima calidad, condiciones opuestas a las que se dan en el Pisuerga a su paso por la urbe. Además, el martín es una de las aves más esquivas de España, difícil de observar incluso en entornos naturales, y vuela a una velocidad de vértigo. Pero me lo creí porque los pajareros no mienten (y mi compañera menos), porque es cierto que este pequeño pájaro buceador merodea ambientes muy distintos durante el invierno, porque he leído citas de ornitólogos sobre avistamientos puntuales incluso en la cascada de un parque más céntrico y, como no, porque el amigo Carlos Naza, de cuyo blog soy seguidor entusiasta, le hizo fotos hace años en la ciudad.  
Lavandera cascadeña

Garza real
De modo que me propuse pillar al señor Martín y yo soy un tipo con mucho tesón. Mi compi me dijo que seguramente la vistosa flecha azul con pico de puñal estaría solo de paso y que sería complicado dar con ella de nuevo, pero yo sospecho más bien que en invierno estos bichos tienen que acudir siempre a los mismos posaderos para pescar y en nuestra ciudad no hay tantos para elegir. Desde que lo hablamos, he salido bastantes fines de semana a pasear por la ribera hasta el bello parque para ver si lograba dar con el vistoso coraciiforme aunque fuera por casualidad y, de paso, por supuesto, disfrutar de la rica avifauna de la zona. Es increíble la de especies que pueden llegar a identificarse en las arboledas, praditos y vegetación palustre que rodean las orillas del río. A mí lo que más me gusta es ver cómo pescan las garzas reales y los cormoranes grandes, pero también es apasionante contemplar a las gallinetas comunes, a los picos picapinos tamborileando en su tronco, a los ruidosos ánsares, a toda la legión de pajarillos que tanto abundan como pitos reales, mirlos, petirrojos, currucas capirotadas, pinzones, mitos, agateadores, carboneros, herrerillos, colirrojos tizones o verdecillos, y a otros menos frecuentes como el carbonero garrapinos o el acentor.   

Acentor común
Pero el señor Martín no aparecía ni loco. A pesar de mis aguardos en los alrededores del estanque, lo más que llegué a ver la semana pasada es una parejita de lavanderas cascadeñas saltando de roca en roca y meneando la cola de arriba abajo. El invierno ya se acaba y yo daba por frustrado mi objetivo hasta que ayer a primera hora, a un grado bajo cero, el Alcedo Atthis hizo acto de presencia a siete metros escasos de mí. Fue una de esas experiencias emocionantes en las que uno echa en falta estar metido en el mundillo de la fotografía y llevar encima una buena cámara y un buen objetivo, aunque lo cierto es que no hubiera podido ni disparar una foto, tal fue la celeridad con que se produjo el encuentro.   

Carbonero garrapinos
Ni siquiera lo pillé en el dichoso estanque, sino mucho antes, al final de la playa, justo al pie del ancho puente de origen medieval que cruza el Pisuerga en dirección a León. Yo iba inspeccionando la embarrada orilla como otras veces cuando descubrí una bandada de jilgueros desperezándose en las ramas de un árbol que emergía casi del agua. Me eché los prismáticos a la cara para admirar con detalle sus siete colorines y en ese instante oí un inconfundible silbido; apenas había enfocado el punto correcto, el señor Martín, que se encontraba apostado en una rama baja, salió disparado como una centella turquesa hacia la otra orilla, dejándome ver poco más que su obispillo. Más contento que unas pascuas, lo seguí alejarse a una velocidad increíble (alcanza más de 50 kilómetros por hora) hasta que se perdió en la lejanía.

A ver si la próxima vez (seguramente ya el año que viene), se deja ver con más tranquilidad y, si puede ser (por pedir que no quede), pescando algún pececillo…