sábado, 19 de septiembre de 2009

HISTORIAS DE «EL PATA» (IV).

Como buen aficionado, El Pata inundaba de teatralidad cada acto de su vida; sobre todo si contaba con un público que se veía obligado a aguantar cuatro representaciones semanalas de lo que con trece o catorce años era un drama y, con diecisiete, una comedia absurda.

Tuve suerte y sólo hube de soportarle durante el COU, y
a espabilado y con las suficientes tablas para no amilanarme ante sus actuaciones. Aun así, las anécdotas que he vivido y conocido por otras personas son interminables.

Su comportamiento con las chicas, en la actualidad, le habría llevado derechito al cadalso. Eso sin contar el día que, de excursión en Londres con unos alumnos, se perdió y, ante el ataque de histeria de su sobrina, reaccionó administrándole un tranquilizante consistente en un bofetón y un par menos de dientes. Nada sorprendente, teniendo en cuenta que gracietas tan poco sutiles y expresadas a pleno pulmón como «Señorita, cuando hable conmigo quite sus pechos de encima de mi mesa que no me dejan escribir» eran el pan nuestro de cada día.

Pero no se conformaba con eso. Era común escuchar cosas similares a «Señorita, quítese la camisa y límpieme la mesa» -sobra decir que la chica no lo hacía-; «Señorita Pepita, no mire con esa cara al señor Núñez. ¡Resérvela para cuando estén encamados!» o, tras fustigar con decenas de preguntas a una adolescente de buen ver, que además sabía más inglés que él, espetar «En esta clase hay señoritas que no sólo son muy buenas sino que también lo están» entre las risas estruendosas de los serviles gregarios y el enrojecimiento de la chiquilla en cuestión.

Recuerdo que, en ese mismo momento, yo ocupaba el puesto de «
secretario» y me le quedé mirando a los ojos sin sonreír. A continuación saltó: «En esta clase hay algún señor que debe ser del Opus Dei porque me echa unas miradas...».

No fue la única vez que hizo algún comentario similar cada vez que se daba cuenta de que no reía sus chistecillos. Incluso creo que sospechaba que era yo quien pintaba en la pizarra, justo antes de su entrada, algún que otro símbolo provocativo (víctores, yugos y flechas ...) con el objetivo de que ordenara a alguno
«Borrar ese símbolo franquista de la pizarra». Me alegro de no haberle caído nunca bien, incluso cuando se despidió de mí a finales de mayo pronosticándome públicamente un 1 en el examen de Inglés de la Selectividad.


Al final aprobé raspado y me quedé con los ganas de darle con la nota en las narices. Tuve mis motivos para no hacerlo pero ahora, catorce años después, cuando le veo ya jubilado pasar por la calle -debe vivir cerca mi casa- me quedo con las ganas de pararle y cantarle las cuarenta. Aunque me imagino su reacción.

6 comentarios:

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Señor subdirector con semejante tribu,desde luego cachonda,es más de valorar,que usted no haya salido otro zumbado.Por cierto,lo que no acabo de entender es como los curas no lo mandaron a tomar viento,con ese comportamiento tan desequilibrado,en resumidas cuentas,que descojono.

Al Neri dijo...

Parece que el Pata tenia un trastorno afectivo-sexual. Subdire, ¿ha pensado mandar estos relatos por email a su antiguo colegio? Seguro que se lo pasarían pirata leyéndolos.

Por cierto, querrá usted decir "líctores" y no "víctores". ¿Así que ya era un pequeño fascista a tan tierna edad?

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Señor Francotirador, yo tampoco lo entiendo.

Sr. Neri, pues es una gran idea enviárselos. Quizás lo haga aunque supongo que ya saben todo eso.

Y son víctores (el símbolo de la victoria, como en las fachadas universitarias de Salamanca), no los líctores de los cónsules y del fascio.

Legionarius dijo...

Mira esto, sobre el tema que hablamos.

http://cantabriaradixhispaniae.blogspot.com/2009/09/revisando-el-video.html

Un saludo español...

Marty McFly dijo...

"Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo." Georges Clemenceau.

Usted señor Sub no lo hizo, cuentacuentos no es igual a valentía.

P.D.: Al Neri es Psiquiatra?

Anónimo dijo...

Sr. Subdirector, no deje de deleitarnos con sus historias, por favor, narrenos mas aventuras de su infancia-adolescencia....