Ayer nos desayunamos con una noticia bomba publicada en El Norte de Castilla. En el último año, la crisis económica ha obligado a cerrar siete negocios “dedicados al sexo” en Valladolid, tanto clubs de carretera como pisos, tal como explica el diario. Los pucelanos que todavía no fueran conscientes de las catastróficas dimensiones de la recesión, ya se pueden ir llevando las manos a la cabeza. En los tiempos de vacas flacas, la gente no se compra coche, sale menos de copas, pasa de restaurantes, no va al cine ni a las casetas de las Fiestas (que acaban de terminar). Cuando la cosa económica está chunga, el personal recorta –o suprime- las vacaciones- , reduce el gasto en regalos y celebraciones, y no se compra ropa. Pero pase lo que pase, por muy desacelerada que ande la economía, el joderío que no se lo toquen a los españoles, que eso es sagrado. Es un poco como los toros. El vicio de ir a putas es casi institucional y no puede verse afectado por crisis alguna. No se puede pretender que de la noche a la mañana, los putañeros de la provincia dejen de pasarse por el Jamaica cada dos sábados a trincarse dos cubatas y a retozar con la Yasmín. Ya se lo quitarán de otra cosa, hombre, pero no del puterío.
Si me creo la noticia es que me desespero. No sé, a lo mejor es una maniobra de la oposición para acojonar. Pero a mí no me parecería serio provocar semejante alarma social, peor que la de la Gripe A, si cabe. El cierre de siete puticlubs en Pucela es una noticia demasiado grave como para andar con chirigotas, teniendo en cuenta el perfil socioeconómico de los aficionados. Si los clientes de las mancebías fueran modestos obreros, no me asustaría tanto, pero es bien sabido que en este país los que más van de putas son la gente de derechas de toda la vida, igual que en el siglo XIX, cuando los señores principales, las fuerzas vivas de la localidad, se tomaban un coñac en la tertulia del casino y después, al amparo de la noche, se personaban en el prostíbulo más elegante para charlar con las señoritas y cambiar el aceite. Los albañiles, los mineros y, en fin, las clases populares, no tenían ni tiempo ni dinero para esas expansiones. Lo hacían con la parienta, que era gratis.
También de siempre ha sido una gran afición de los señoritos de pueblo, con tierras, que al llegar el fin de semana se cambiaban los gallumbos y los calcetines, se afeitaban a navaja, se ponían camisa limpia y chaqueta, y le decían a la novia que se iban a tomar unos chatos al pueblo de al lado con la cuadrilla.
Y ahora lo mismo. El otro día me lo decía un amiguete con toda la razón: Si entras en cualquier club grande de los de la autovía de Palencia y haces una encuesta política, ¿qué sale, a ver?, ¿qué sale? Pues cantadísimo que más del 80% votan al PP, como Dios manda, y son gente de orden y con perrillas. Luego igual hay algún rojo viciosete, algún jubilado irredimible o algún solterón cutre enconejado con la dominicana de turno, pero vamos, casos puntuales.
Si lo que nos cuenta El Norte es cierto, nos podemos echar a temblar. La crisis está tocando fondo…
(Sobre este mismo tema, leer La leyenda de Putéitor)
Si me creo la noticia es que me desespero. No sé, a lo mejor es una maniobra de la oposición para acojonar. Pero a mí no me parecería serio provocar semejante alarma social, peor que la de la Gripe A, si cabe. El cierre de siete puticlubs en Pucela es una noticia demasiado grave como para andar con chirigotas, teniendo en cuenta el perfil socioeconómico de los aficionados. Si los clientes de las mancebías fueran modestos obreros, no me asustaría tanto, pero es bien sabido que en este país los que más van de putas son la gente de derechas de toda la vida, igual que en el siglo XIX, cuando los señores principales, las fuerzas vivas de la localidad, se tomaban un coñac en la tertulia del casino y después, al amparo de la noche, se personaban en el prostíbulo más elegante para charlar con las señoritas y cambiar el aceite. Los albañiles, los mineros y, en fin, las clases populares, no tenían ni tiempo ni dinero para esas expansiones. Lo hacían con la parienta, que era gratis.
También de siempre ha sido una gran afición de los señoritos de pueblo, con tierras, que al llegar el fin de semana se cambiaban los gallumbos y los calcetines, se afeitaban a navaja, se ponían camisa limpia y chaqueta, y le decían a la novia que se iban a tomar unos chatos al pueblo de al lado con la cuadrilla.
Y ahora lo mismo. El otro día me lo decía un amiguete con toda la razón: Si entras en cualquier club grande de los de la autovía de Palencia y haces una encuesta política, ¿qué sale, a ver?, ¿qué sale? Pues cantadísimo que más del 80% votan al PP, como Dios manda, y son gente de orden y con perrillas. Luego igual hay algún rojo viciosete, algún jubilado irredimible o algún solterón cutre enconejado con la dominicana de turno, pero vamos, casos puntuales.
Si lo que nos cuenta El Norte es cierto, nos podemos echar a temblar. La crisis está tocando fondo…
(Sobre este mismo tema, leer La leyenda de Putéitor)
14 comentarios:
Lo realmente importante aquí, estimado Sr. Neri, es saber cuántas y cuáles de esas casas de zorrerío siguen abiertas.
A ver si ahora debemos usar el PornoGps para quitarnos la picazón...
Pero coincido básicamente con lo que Ud. ha expuesto.
Querido Neri,estoy consternando,la patria se va al carajo,las casas de lenocinio cerrando,esto y la sustitución de Parada presentando "Cine de Barrio",demuestra la infinita maldad de ZP y sus piji-rojas.Como dijo Unamuno, "vencereis pero no convencereis".
Pero ¡que dices!. Los puticlubs han sido siempre una cosa de gentes de izquierdas, sin ética ni decencia, solo instinto.
¡Inmensos Ud y sus comentaristas!
Jajajaja buenisimo qunque no me queda claro del todo si es en serio o es en broma, o sea si crees de verdad (yo si) que los puteros siempre han sido los de derechas. Tampoco me acaba de quedar claro si en serio defiendes la prostitucion o es una ironia, pero me he reido mucho con lo de los señoritos de pueblo que se cambian la muda para ir de putas :-)
Pufff pues sí que tiene que estar la cosa grave como para que sea noticia... El Francotirador lleva razón, lo de "Cine de Barrio" fue un duro golpe, y encima ésto... no sé donde vamos a parar y no sé que será de los pobres españoles.
Como España deje de ir de putas ,esto se va poner muy malamente.
Me contaron que en el Jamaica han puesto una máquina expendedora de putas.
Si echas un billete de 100 euros te sale un tiquet que dice "palna 3 ,puta 5
Si echas 50 leuros, otro tiquet dice, "planta 2, puta 7
Si echas un billete de diez leuros , el tiquet dice "planta baja, puta calle".
Y me dicen que hay cantidad de billetes de diez leuros.¡Nos hundimos!
¿Qué han cerrado 7 locales de diosas? ¿Pero qué pasa?
Joder, me voy unos días de vacaciones y a la vuelta me encuentro esto... ¡no se os puede dejar solos!
En fin, coincido bastante con el diagnóstico de Neri. Los sitios de puterío nos gustan a la gente que tenemos dinero, es decir, a peperos de toda la vida de Dios o a agnósticos de la política, que con unos duros en el bolso nos luce más decir que somos socialistas.
7 locales, 7 locales, a mi me suena como si fueran 700. ¿Dónde encuentro yo ahora a Irina y a sus traviesonas amigas?
No sé, creo que con un Valium yo lo soluciono, pero Aprendiz de Brujo no creo que tenga con una caja entera...
Y sigue, y sugue...¡Buenííísimos Clebarr y Suso!
Dulcinea... losputiclus, de toda la vida de Dios, es donde recala la gente de doble cara, de doble nombre y de doble alma. Y con muuucho dinero, de derechas de-toda-la-vida. Los de izquierdas no se recluyen en esos antros. Sencillamente, no se recluyen... tan desinhibidos ellos.
Lo anteriores, peligrosísimos. Doble moral... nunca sabrás a qué carta están jugando.
Hala, con Dios...
Yo pienso que con las putas, pasa lo mismo que con el fútbol y los toros, no se distinguen de ideologías políticas entre su clientes...
Pues a la pera limonera, como diria
el maestro Umbral. Vallisoletano, por cierto.
A ver: lo que no es de recibo es que en buena parte de las carreteras españolas (estoy pensando en todo el tramo que va Burgos a Salamanca, por ejemplo) puedan encontrarse decenas, uno tras otro, con sus llamativos fluorescentes móviles y significativos nombres, en los que mujeres, en su inmensa mayoría inmigrantes, practican la prostitución. Si esa práctica fuera voluntaria, ningún problema, pero: ¿cuántas de estas chicas estaban un día en su pueblo y se dijeron: me voy a España a hacerme puta? La respuesta es fácil: ninguna. Son mujeres que han venido aquí engañadas y que son coaccionadas con todo tipo de tretas para forzarlas a prostituirse. Es una nueva forma de esclavitud, sin más. Y no me entra en la cabeza que todos y cada uno de esos puticlubs de carretera no sea inspeccionado a fondo por la policía y consecuentemente cerrado. Pero esto no se hace por el negocio que representa y por los sobornos que a buen seguro cobran las fuerzas del orden responsables, que hacen la vista gorda previa entrega de pasta y servicios gratuitos. Esto, señores y señoras, lo sabemos todos, joder. Todos. Pero la culpa no es de la policía, ni de los proxenetas, las mafias, etc. La culpa, como en todo mercado libre, es del consumidor: la prostitución que tenemos es la prostitución que posibilitan una pandilla (muy amplia, al parecer) de babosos a quienes importa una mierda la situación de las mujeres a las que se están follando. Un putero, en la actualidad, contribuye al mantenimiento y desarrollo de una situación lamentable y vergonzosa, es cómplice directo de uno de los delitos más graves que existen, un delito que atenta contra la libertad y la dignidad de las personas (al igual que los diarios que difunden los famosos anuncios de relax, pero esa es otra cuestión). Y si el señor Rubalcaba quiere ser efectivo, tendría que comenzar penalizando el consumo tal y como es la situación actual: aquí no hablamos de libre intercambio de bienes, sino de abuso de situación. 1º, todos los puteros a la cárcel por cómplices en un delito de lesa magnitud, 2º todos los proxenetas y mafiosos del gremio a la cárcel, 3º políticas activas de reinserción para todas las mujeres del oficio que quieran dejar su ocupación y/o volver a sus países y 4º, legalizar en condiciones la práctica de la prostitución para que quien quiera dedicarse a ello pueda hacerlo en condiciones. ¿Ve qué fácil, señor Rubalcaba? No es algo tan complicado, quizás sea costoso, pero sencillo es sencillo de cojones.
Entrada Anónima anterior por JDM, vetada, (de forma incomprensible a mi parecer) incontables veces al intentar publicarse en el foro de El Correo. ¿Será porque los anuncios de relax en este diario son legión?
Por cierto, señor Al Neri, me ha soprendido la vinculación que establece entre puterío y peperismo. Me gustaría que tuviera razón, pero me temo que desgraciados y malfollados los hay en todso los extermos del espectro político. Quizás el pepero tenga que cargar con un poco más de hipocresía por sus supuesto catolicismo, lo que hace la dobel moral más evidente, pero pretenderse de izquierdas y er putero es igualmente contradictorio.
JDM
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