Le conocí en las fiestas de mi ciudad hace casi seis años y su patética historia me impactó profundamente, aunque desde entonces haya sido mil veces motivo de cachondeo. Amigo de un buen amigo mío, se unió de hecho a la peña festiva que montamos aquel año. Por entonces estaría a punto de cumplir la treintena, y a la legua se notaba que era un personaje cuando menos peculiar, con sus gorduras rebosantes, su inmensa calvorota y sus gafas de alta graduación, a lo que se unía un rostro sudorosillo y un tono de voz casi siempre picarón y carcajeante.
Durante aquellas salidas nocturnas comenzamos a calarle. Todos bebimos bastante esas fiestas, sobre todo aquel calimocho repugnante de la vieja porronería, pero él se resistía tercamente a probar una gota. A nuestras insistencias, respondía socarrón y con solemnes aspavientos:
- Paso de beber. Es que yo estoy muy metido en el tema del joderío…
Lo del joderío hizo historia. Pero no se refería al vicio adquirido a base de conquistas amorosas, sino simple y llanamente a ir de putas. El muchacho estaba profundamente obsesionado con el joderío y con el objeto quincenal de sus jodiendas, que eran las lumis extranjeras, excepto las “negroides”, que ofrecían sus servicios en un famoso y luminoso puticlub de la provincia. En pocas horas, el amigo –a quien no tardamos en apodar “Putéitor”- comenzó a relatarnos sus hazañas con todo lujo de detalles, a veces requeridos para mayor choteo, pero casi siempre suministrados motu proprio entre sonrisas lascivas y cavernosas carcajadas.
- Lo mejor son las rusas y las del este. ¡Menudas jacas!, jojojojojo…
Entre sus más cómicas peculiaridades se encontraba la de describir el coito con una sonora y singular onomatopeya, “chan, chan, chan, chan”, a la que siempre acompañaba, estuviéramos donde estuviéramos, de un gesto expresivísimo con los codos. No se cortaba en absoluto, ni bajaba el tono, cuando había chicas cerca, que solían escuchar estupefactas sus crónicas carnales.
En seguida nos empezó a animar, a uno por uno, a acompañarle los sábados, y aunque todos rehusamos amablemente, no se cansaba de vendernos entusiasmado las ventajas de la prostitución. Solía explicar que ya se había pasado muchos años “entrando a tías” sin ningún éxito –no me extraña- y gastándose una pasta en infructuosas invitaciones a copas. Al final nunca mojaba y volvía a casa sin un duro y con el amor propio más que mellado. Hasta que cierto día dio con una solución “barata”, directa y plenamente satisfactoria…
- Jojojojo… Por 60 euros me tiro a una tía buena, y para ligar en un bar de copas te gastas mucho más, no hay garantía, y encima, si lo haces, es con una gorda.
Sus razonamientos eran aplastantes. Aunque mucho más aplastantes para nuestro buen gusto eran las anécdotas tragicómicas de Putéitor en acción. Sus venturas y desventuras en el conocido lupanar nos eran relatadas sin rubor alguno, y a veces no entendíamos cómo no guardaba silencio sobre algunos episodios vergonzantes. Como el día que las putis se le escondían por los rincones del local, rehuyéndole por gordo y por asqueroso, aunque el encargado, chulo o lo que fuera, las metió rápido en vereda, voceándolas que todos los clientes debían ser atendidos. O como la velada “gloriosa” en que una colombiana, en plena faena, le soltó:
- Ay, papito, mejor me pongo yo arriba, que me estás cayendo en la cara todos los goterones de sudor…
Vamos, unas historias que rebosaban romanticismo.
Hace siglos que no sé de Putéitor, aunque creo que otro amigo le ha cambiado el apodo por Putenco, porque ya sólo va con rusas. Dicen que se cabreó con nosotros porque nos traíamos mucha guasa con los “secretos” que nos confiaba, y que ya hace bastante que se medio lió con una turca a la que conoció en aquel antro de carretera. Aunque nos lo pasábamos muy bien con él, yo no echo de menos sus historias truculentas y en el fondo muy tristes, ni sus jetadas de no pagar ni una ronda por ahorrar para el joderío.
Durante aquellas salidas nocturnas comenzamos a calarle. Todos bebimos bastante esas fiestas, sobre todo aquel calimocho repugnante de la vieja porronería, pero él se resistía tercamente a probar una gota. A nuestras insistencias, respondía socarrón y con solemnes aspavientos:
- Paso de beber. Es que yo estoy muy metido en el tema del joderío…
Lo del joderío hizo historia. Pero no se refería al vicio adquirido a base de conquistas amorosas, sino simple y llanamente a ir de putas. El muchacho estaba profundamente obsesionado con el joderío y con el objeto quincenal de sus jodiendas, que eran las lumis extranjeras, excepto las “negroides”, que ofrecían sus servicios en un famoso y luminoso puticlub de la provincia. En pocas horas, el amigo –a quien no tardamos en apodar “Putéitor”- comenzó a relatarnos sus hazañas con todo lujo de detalles, a veces requeridos para mayor choteo, pero casi siempre suministrados motu proprio entre sonrisas lascivas y cavernosas carcajadas.
- Lo mejor son las rusas y las del este. ¡Menudas jacas!, jojojojojo…
Entre sus más cómicas peculiaridades se encontraba la de describir el coito con una sonora y singular onomatopeya, “chan, chan, chan, chan”, a la que siempre acompañaba, estuviéramos donde estuviéramos, de un gesto expresivísimo con los codos. No se cortaba en absoluto, ni bajaba el tono, cuando había chicas cerca, que solían escuchar estupefactas sus crónicas carnales.
En seguida nos empezó a animar, a uno por uno, a acompañarle los sábados, y aunque todos rehusamos amablemente, no se cansaba de vendernos entusiasmado las ventajas de la prostitución. Solía explicar que ya se había pasado muchos años “entrando a tías” sin ningún éxito –no me extraña- y gastándose una pasta en infructuosas invitaciones a copas. Al final nunca mojaba y volvía a casa sin un duro y con el amor propio más que mellado. Hasta que cierto día dio con una solución “barata”, directa y plenamente satisfactoria…
- Jojojojo… Por 60 euros me tiro a una tía buena, y para ligar en un bar de copas te gastas mucho más, no hay garantía, y encima, si lo haces, es con una gorda.
Sus razonamientos eran aplastantes. Aunque mucho más aplastantes para nuestro buen gusto eran las anécdotas tragicómicas de Putéitor en acción. Sus venturas y desventuras en el conocido lupanar nos eran relatadas sin rubor alguno, y a veces no entendíamos cómo no guardaba silencio sobre algunos episodios vergonzantes. Como el día que las putis se le escondían por los rincones del local, rehuyéndole por gordo y por asqueroso, aunque el encargado, chulo o lo que fuera, las metió rápido en vereda, voceándolas que todos los clientes debían ser atendidos. O como la velada “gloriosa” en que una colombiana, en plena faena, le soltó:
- Ay, papito, mejor me pongo yo arriba, que me estás cayendo en la cara todos los goterones de sudor…
Vamos, unas historias que rebosaban romanticismo.
Hace siglos que no sé de Putéitor, aunque creo que otro amigo le ha cambiado el apodo por Putenco, porque ya sólo va con rusas. Dicen que se cabreó con nosotros porque nos traíamos mucha guasa con los “secretos” que nos confiaba, y que ya hace bastante que se medio lió con una turca a la que conoció en aquel antro de carretera. Aunque nos lo pasábamos muy bien con él, yo no echo de menos sus historias truculentas y en el fondo muy tristes, ni sus jetadas de no pagar ni una ronda por ahorrar para el joderío.
27 comentarios:
Me parece patético tú amigo PUTÉITOR
Sr. Neri, muy buena descripción del personaje, jajajajajajaja.
Le sugiero que contacte con él y le invite a escribir una entrada en nuestro blog, seguro que será todo un éxito.
Neri te quiero felicitar por tu relato descriptivo de la personalidad de tu amigo. Una pregunta: conozco a Puteitor?.
Muy divertido la entrada. No por curioso, el personaje no es poco común pues, no en vano, la prostitución lleva camino de convertirse en el negocio del siglo XXI.
Es paradójico que en plena "Revolución Sexual", cuando muchas mujeres parecen más desinhibidas que el más salido de los hombres y una vez que ha triunfado el "todo vale", los lupanares cada vez sean más frecuentes y gocen de mayor público.
Vas por la carretera y hay más burdeles que gasolineras. Algunos a lo lejos parecen un centro comercial por el tamaño de las instalaciones y, sobre todo, la extensión y alta ocupación de su aparcamiento.
Por lo tanto, son muchos los que frecuentan estos sitios. ¿Por qué?
Voy a crear un poco de polémica: yo creo que una gran parte de la culpa la tienen ciertas actitudes actuales de muchas mujeres. No se van con cualquiera sino siempre con los mismos (una distribución de Pareto) y hasta la más coco parece querer aspirar a un príncipe azul, aunque pese cuatro veces más que él y tenga un bigote más tupido.
No, Aprendiz, no es Carlos.
¿60 euros? Cáspitas, Neri, dile a Jodéitor que se pase por "el comedor" que por 3 euros algo encuentra... ah, perdón, que viejas con sida no creo que le gusten.
Del tema de la prostitución, yo he llegado a oír a una mujer de nuestra edad, con su trabajo ganado en oposiciones (vale, era guardia civil, pero aun así les hacen pruebas), que no le parecía mal que su marido (también guardia civil) fuese a los clubes, “mientras no me entere” (vamos, mientras no se lo digan las vecinas muy a menudo, porque enterada estaba). Me temo que en muchos círculos es algo que está muy lejos de ser mal visto… Me recuerda un libro (de poco fiar) que decía que en los años 20 en España se consideraba que con las putas, al ser profesionales, no había riesgo de que se tuviese nada más que sexo (y no un romance): de ahí que estuviese bien visto que los maridos las frecuentasen en ciertos momentos (enfermedad de la mujer, parto reciente…) pues era una “garantía” de que no hubiera “otra”.
Por cierto, señor subdirector del banco arús, creo que si hay más lupanares que estaciones de servicio es porque, al precio del combustible, sale más barato follar (el otro día gasté 61 euros en gasóleo, salí jodido de la gasolinera y disfruté más bien poco… me habría ahorrado un euro de irme con Jodéitor)
Hablando de amigos de Al Neri y fiestas de su pueblo: recuerdo un año que estuve con él y otros colegas entre los cuales había un pesado que no paraba de contar chistes ("venga, dime un tema cualquiera y te cuento uno") y aunque dieras la callada por respuesta, se "proponía" a sí mismo un asunto, y te contaba no uno, sino diez (supongo que ensayaba para algún programa de la tele y no creo que fuera "saber y ganar").
Recuerdo también que el resto del grupo decidimos adelantar una hora nuestros relojes para hacerle ver lo tarde que era y que se fuera antes... el ardid fue descubierto y no debió ser de su gusto pues se lió a "simpáticos" puñetazos con los que tenía confianza (yo me libre… de los golpes, que no de la compañía).
En fin, que el escribirlo me recuerda también que mi memoria es práctica (y benévola) y creo que ha guardado en el mismo espacio de la mente a dos personajes distintos, pero aun así, ¿para qué corregirlo? Todo sea que (uno de los dos) ande por el blog, que no me extrañaría...
Saludos cordiales.
La verdad es que es un tema bastante "triste", aunque es cierto que el personaje se las traía.
Recuerdo una temporada en la que estuvo "metido a político", e incluso intentó desbancar al líder provincial (sobra decir que era un partido minoritario), y entre las medidas que dijo que iba a proponer era la de llenar las carreteras de prostíbulos.
Subdirector del banco arus, desde luego que las mujeres actuales no se van con cualquiera, y desde luego no se van con los fachas y con los machistas de verbena de pueblo, asi que a lo mejor le convenia irse de juerga con su amigo Puteitor.
Pues conozco a muchas que se van con cualquiera. Hasta yo mismo me las tengo que quitar de encima. Pero vamos, que me refería a que todas las mujeres ligan cuando quieren. Hasta las muy feas y muy gordas ligan si quieren a las seis de la mañana en el peor garito que te puedas encontrar. Pero hasta esa hora, las mismas gordas y feas parecen que quieren encontrar una mezcla entre George Clooney (no sé si se escribe así) y el Príncipe Caspian y después se conforman con el primer alcoholizado que pillan.
Teniendo en cuenta el precio de las copas en los tugirios que permanecen abiertos a las seis de la mañana y la poca calidad del "ganado" en exposición, me explico muchas cosas.
Señor Subdirector el ganado de las 6 de la mañana es tanto masculino como femenino...igual de desesperados serían en todo caso tanto los hombres intentando ir a las discos donde hay mas mujeres para ver si encuentran a alguna porq al fin y al cabo todas las mujeres son igual de guapas si las miras donde te interesa...
Porque según los hombres ninguna mujer es fea por donde.....(ahora viene el ruido de liquido)
¿Pero de dónde has salido, Subdirector del Banco Arús? Vaya forma machista de verlo. ¿Qué me dices de los calvos esmirriados o los gordinflas babosos que no te dejan en paz en los bares y que serían capaces, no a las 6, sino a las 5 de la tarde, de tirarse a cualquier cosa con falda? Para estas cosas tienen mucha más dignidad las mujeres que los hombres, no te quepa ninguna duda. Un hombre salido es capaz de cualquier cosa, desde ir de putas como Putéitor y aguantar humillaciones a ponerse de rodillas delante de cualquier par de tetas.
¿Y entonces por qué le seguías el juego al neri? ¿para reirte un rato de él? menuda caridad cristiana.....sepulcros blanqueados
¡Hola LOCAS!! ¡He vuelto! Vaya fin de semana, madre mía que desmadre. Al final ninguno os animasteis a acompañarnos en nuestras fiestas, os lo perdisteis, ¡que hombres!
Para prostíbulo bueno el Gayngelo, en Sevilla, canela en rama lo que allí se ofrece, os lo recomiendo. Especialmente a Al Neri y su amigo puteitor. Si queréis yo os acompaño y repito. jiji
Uff, he leído por ahí que "Para estas cosas tienen mucha más dignidad las mujeres que los hombres, no te quepa ninguna duda".
Pues reconozco que a mí sí me cabe alguna duda, viendo el panorama actual.
Por lo que leo a usted caballero Al Neri, es mejor tenerle cerca, porque como ha tratado usted a su "amigo",me gustaría saber que piensa usted de sus actuales amistades, porque madre mía, Dios les pille confesados.
Y cómo usted, Subdirector del Banco Arús, caballero de los que quedan pocos, menos mal, que hace a las 6 de la mañana, por ahí??no debería usted estar en su lugar de reposo, tras el rezo nocturno, para ir a maitines??
Sólo quiero aclarar que en ningún momento he dicho que Putéitor sea o haya sido amigo mío.
Pues nunca suelo aguantar hasta las seis de la mañana a decir verdad. Nunca me han gustado las discotecas.
Señor Al Neri, tengo que decirle que me ha sorprendido bastante encontrame esta entrada.
En esas fiestas que comenta yo también tuve el placer (o la desgracia, porque con personas así prefiero no tener mucho trato) de conocer a susodicho individuo y puedo corroborar todo lo que dice de él. La descripción de hecho es muy buena, y tengo que reconocer que yo tambien me he echado unas buenas risas a su costa.
Peeeero.. lo que me parece increíble y bastante triste por su parte es que haga mofa pública de él en un medio como el blog, que va más allá de la panda de amigos que nos juntábamos en esas fiestas.
Tan buen cristiano como es usted, ¿¿no debería haber intentado ayudarle (lo suyo también podría considerarse otro tipo de "desviación sexual") en lugar de alentar las burlas hacia su persona??
A mi el mundo de las putas me produce sensaciones y pensamientos contrapuestos. Por un lado es obvio que siempre es lamentable tener que vender tu cuerpo para ganarte la vida. Indudablemente no es el oficio más edificante.Si bien siempre he manifestado en más ocasiones que en nuestros trabajos, renunciamos a más cuotas de dignidad de las que sería deseable.No digo que pasemos por todo, pero si por mucho.
Por otro lado reconozco que cuando he estado en estos lugares,generalmente el ambiente me ha gustado y mentiría si no reconociera que me lo he pasado bien.Además sin putas no habría Lautrec, no habría Sabina, no habría muchas cosas, o por lo menos perderían parte de su encanto.
También por manido que sea el argumento, hay que pensar que ciertas personas no tendrían acceso al sexo en su vida si no hubiera prostitutas. Lo cual es un problema de apariencia cómica, pero de gravedad considerable.
La duda siempre llega y aterra en los caminos de dios que recorren las mujeres u hombres que se dedican al oficio más antiguo del mundo. Lo terrible es que haya engendros humanos que se dediquen a traficar con personas. A los inductores y traficantes,(ya no digamos si se valen de engaños) habría que meterles mano y hacerles penar de por vida su desfachatez.
Aprendiz de Brujo, me quedo alucinada de que puedas comparar la dignidad que hay que ceder en un trabajo honrado con el sufrimiento y la degradación de las prostituta. Sinceramente, tu comentario me parece muy frívolo. También me parece hipócrita que digas esto y que hay que castigar a los inductores y traficantes y después nos digas que te lo pasas pipa cuando vas a los puticlubs y que sin putas no habría canciones de Sabina, qué gracioso. Las putas no lo son d ela noche a la mañana sino porque son inducidas, obligadas y a veces forzadas por la pobreza y por las circunstancias. Me parece una cerdada que la gente se divierta con ellas y Puteitor me parece un guarro y un salido.
El que no pueda tener sexo sin putas, pues que se aguantem que no somos animales y no es lícito desahogar nuestros instintos a costa del sufrimiento ajeno, por mucho que se diga que es un contrato entre personas libres, yo lo pondría en tela de juicio.
De verdad que tengo la impresión de que ya solo van de putas los camioneros y los paletos de los pueblos.
Vamos a ver Dulcinea, creo que tu estrechez te impide entender ciertas cosas. Precisamente lo que digo al principio es que el mundo de la prostitución me produce ciertas paradojas. Por una parte en ciertas fiestas o despedidas de soltero me lo he pasado bien.Por otra parte no dejo de reconocer que la realidad humana que subyace detrás de ese negocio es bien triste.Creo que el razonamiento no es tan complicado. Por lo que das a entender tú puedes vivir sin sexo tranquilamente pero no creo que sea lo habitual, ni lo natural en el ser humano. Soy cosnciente de que el sexo por dinero, no es la mejor de las combinaciones para fomentar la autoestima del que recurre a ello, ni es la relación humana más gratificante, pero si puede ser una vía de escape en según que situaciones para determinadas personas, que sientan ardor genital ocasional, aunque ya se que tu esos "males", por lo visto no los padeces.
Por lo demás te diré una cosa: es muy ingenuo pensar por tu parte que a putas solo van los camioneros y los paletos. Yo no pondría la mano en el fuego por nadie.Ten cuidado y mira a tu alrededor. No vayas a encontrar a encontrar una boina al lado de la armadura de D.Quijote.
Por cierto no pretendo comparar la dignidad entre trabajos.Simplemente reseñaba que en nuestro trabajo a veces también tenemos que bajarnos los pantalones.No creo que se pueda hablar de relación contractual libre, en el caso de la mayoría de las putas, ni en otros muchos trabajos. No va por ahí el contenido esencial de mi intervención.Lo de Lautrec es cierto, pero bien pensado sin esclavos tampoco hubiera habido catedrales ni pirámides y no por eso vamos a defender la esclavitud.
Vamos que me has convencido: en la próxima despedida, ni diosas, ni estriptis, ni na. A jugar a la brisca.
Por lo que a gordos, calvos cincuentones se refiere, por lo menos les dejaremos recurrir al método tradicional manual. O tampoco que no somos animales.Contención señores gordos.
Por último con los camioneros y paletos, qué hacemos?.También son hijos de Dios.
Aunque parezca una exageración, la verdad es que es tal cual lo ha descrito el Sr. Neri, incluso en lo de que no se cortaba aunque hubiera mujeres delante.
Señor subdirector, en cuanto a su polémica afirmación tengo que decirle que disiento completamente. ¿Cómo que la culpa la tiene la actitud de ciertas mujeres?
Por supuesto que no nos vamos con cualquiera y por supuesto que aspiramos a lo mejor posible (llámelo si quiere "príncipe azul") y no sólo porque se parezca a George Clooney. ¿Acaso usted no? Pues sinceramente, lo siento mucho por usted...
Y disculpe mi atrevimiento señor Adonis, pero dudo mucho que se tenga que quitar a tantas de encima. Seguro que en cuanto les diga lo que opina de las mujeres, salen despavoridas...
A mí me parece mal que utilice a este individuo para reirse públicamente de él señor neri....hable de usted la próxima vez que no sepa como rellenar una entrada, lo que ha hecho es semejante a lo que hacía el tomate y otros programas de esa índole con los personajes etiqueados como "frikies"...tratar de ganar audiencia a costa de las desgracias o mierdas de otros...eso es basura .Y dice mucho de usted y de su catadura moral ,mas que del pobre sujeto protagonista de la entrada, que algunos no lo conocen, lo que ha escrito....rastree en su armario y hable de sus propias miserias o hable del tiempo que es un tema muy recurrente
Hombre, yo creo que nadie está haciendo escarnio público de nadie. El personaje al que se refiere es simplemente un punto de partida para tratar los temas que precisamente han aflorado en los comentarios.
Con respecto a la triste realidad subyacente en la prostitución, mucho ojo: cada vez son más las personas que prefieren ese trabajo a otros para salir adelante por la "facilidad" (más bien diría yo rapidez) con que se consigue el dinero, dinero que encima no se declara. En estos casos, que emitan factura de una p...uñetera vez y me parece estupendo que se pague por los servicios prestados.
Creo que la típica estampa de la madre a la que no le queda otra alternativa para dar de comer a sus hijos y pagar las facturas empieza quedarse obsoleta (lo cual no significa que no existan estos casos, aunque cada vez menos). Hace años puede que fuera así, pero ahora ... permítanme que lo dude.
Ah, por último, apuntar que cada vez hay más hombres que se prostituyen y me refiero también a ellos en las opiniones anteriores (por si a alguien se le ocurre tachar mis comentarios de machistas).
Señor Leonardo, al paso que va la economía en España puede que vuelvan a ser habituales esos casos. Esperemos que la crisis (perdón, desaceleración económica) no sea tan acusada como para llegar a esos extremos.
En defensa de Al Neri (hay que jorobarse, qué cosas hago), decir que no creo que cometa ninguna injusticia con el interfecto haciendo esta entrada por dos motivos:
1- mantiene su anonimato (y los que conocen al personaje personalmente, ya conocían de antemano sus inclinaciones sexuales por ser públicas, con lo que nada “descubre”)
2- es el propio “putéitor” el que ha relatado por activa y por pasiva, sin discreción ninguna y reiteradamente ante cualquier público sus aventuras. No cabe “ofensa” por repetir lo que nunca se ha comentado “en confianza”.
Personalmente me parece una buena entrada que espero repita… eso sí, siempre que la próxima no sea sobre mí (convéncete, Neri, “vaguéitor, el funcionario rojeras” no suena bien)
Coincido en lo esencial con dulcinea si bien sigo pensando que la prostitución está mucho más extendida de lo que cree: prueba de ello los numerosos clubes de carretera señalados por el subdirector del banco arús y, dentro de la ciudad, zonas como las de la estación de autobuses de Valladolid donde hay 3 ó 4 “bares”.
Un saludo a todos
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