Como consecuencia directa del proceso casi irremediable de aburguesamiento que sufre mi vida, este mes de julio he pasado una semana de vacaciones en la isla de Gran Canaria junto a otros siete compañeros de trabajo. ¡Qué lejos quedan aquellos campamentos cutres y las austeras peregrinaciones a Santiago!
Alojados en un apartahotel situado en la zona sur de la isla, en la localidad conocida, no sin razón, como Playa del Inglés, hemos disfrutado de unos días incomparables de sol y playa, de excursiones por toda la isla a bordo de una amplia, cómoda y potente furgoneta Hyundai H1 que alquilamos nada más llegar al aeropuerto, de suculentas y abundantes, muy abundantes, comidas y de unos paisajes geográficos y femeninos incomparables.
La primera impresión que recibes al salir del pequeño aeropuerto es bastante decepcionante. La zona este y sur de la isla es muy similar a un desierto africano batido por fuertes e incansables vientos que hacen bastante llevadero el sol que cae de plano. En la zona sur se encuentra la zona más turística, destacando localidades como Playa del Inglés y Maspalomas, de paisajes áridos y playas amplias aunque de arena bastante oscura -sin duda debido al origen volcánico de la isla- y sin duchas de agua dulce que te ayuden a no volver a tu lugar de hospedaje repleto de arena y salitre, sensación extremadamente desagradable para los habitantes de las estepas cerealísticas de la Meseta. Imprescindible es la visita a las dunas de Maspalomas: cuatrocientas hectáreas de inmensas dunas que, de no estar formadas por arena salada de origen salino, nos recordarían a los paisajes propios del Sáhara.
De todas formas, la zona sur de toda la isla está pensada para el turismo extranjero, mayoritariamente inglés y alemán, con restaurantes y bares donde muchos de los camareros ni siquiera entienden nuestra lengua. Incluso hay carteles escritos sólo en Inglés y Alemán. Eso sí, mi concepción de la belleza de la mujer anglosajona ha mejorado muchísimo, al igual que mi convencimiento de que el punto cumbre de la evolución humana es la mujer española seguida muy de cerca por la eslava: «We don't like metrosexual men; they seem gays». Sin duda, la primera vez que encuentro verdadera utilidad al inglés en mi vida, lengua en la que no logro suficiente soltura hasta que no ingiero un buen par de gintonics. No se me ocurre bebida más adecuada para el caso.
Aunque el turismo extranjero, los bárbaros del Norte, no suele salir de la playa y las carísimas discotecas en las que es difícil escuchar algo distinto al chunta-chunta-chunta -no me explico como no dominamos a naciones con semejantes costumbres-, casi lo más interesante son los diversos paisajes, vertigionosamente montañosos, que la isla esconde tras su apariencia desértica.
En la zona norte, poblaciones como Arucas, su montaña y su famosa fábrica de ron, Arehucas, Gáldar o la capital, Las Palmas, sorprenden al viajero con sus cuidadas casas, propias de ciudades caribeñas. Si hay tiempo, se puede visitar Agaete y su puerto pesquero, donde se pueden divisar los restos de un capricho geológico conocido como El dedo de Dios, destruido recientemente por una tempestad.
Imprescindible también visitar el centro de la isla, sucesión inesperada de paisajes desérticos, oasis plagados de palmeras, inmensos bosques de pino canario y vergeles propios de Galicia, destacando, con casi un kilómetro de diámetro, la caldera volcánica de Bandama, Teror, Agüimes y Santa Cruz de Tejeda -centro de la isla a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar-. Impresionante la vista que se disfruta desde el Roque Nublo, a cuya base se asciende a pie desde un mirador de la carretera -dos chicas de nuestro grupo lograron subir con sandalias y sendos vestiditos-.
Para finalizar, otra imagen para el recuerdo: en el escarpado occidente de la isla, mediante una carretera literalmente enroscada en los acantilados, se llega a Mogán desde cuyo puerto se puede contemplar el sol escondiéndose tras el Teide a cien kilómetros en el horizonte.
Una última recomendación: ir provisto de unos buenos mapas de carreteras y, mejor aún, de un navegador pues, aunque las carreteras están muy bien cuidadas a pesar de lo dificultoso del terreno, la señalización es pésima.
Se me olvidaba. También me he llevado una muy grata impresión de los habitantes de la isla -más de las habitantas- a pesar de lo dificultoso que suele ser para el carácter mesetario congeniar con los habitantes de más al sur.
En unos días marcho a París y espero no necesitar de unos cuantos tragos de mosto con Cointreau -muy frío está riquísimo- para recordar el poquísimo francés que en otros tiempos supe.
Alojados en un apartahotel situado en la zona sur de la isla, en la localidad conocida, no sin razón, como Playa del Inglés, hemos disfrutado de unos días incomparables de sol y playa, de excursiones por toda la isla a bordo de una amplia, cómoda y potente furgoneta Hyundai H1 que alquilamos nada más llegar al aeropuerto, de suculentas y abundantes, muy abundantes, comidas y de unos paisajes geográficos y femeninos incomparables.
La primera impresión que recibes al salir del pequeño aeropuerto es bastante decepcionante. La zona este y sur de la isla es muy similar a un desierto africano batido por fuertes e incansables vientos que hacen bastante llevadero el sol que cae de plano. En la zona sur se encuentra la zona más turística, destacando localidades como Playa del Inglés y Maspalomas, de paisajes áridos y playas amplias aunque de arena bastante oscura -sin duda debido al origen volcánico de la isla- y sin duchas de agua dulce que te ayuden a no volver a tu lugar de hospedaje repleto de arena y salitre, sensación extremadamente desagradable para los habitantes de las estepas cerealísticas de la Meseta. Imprescindible es la visita a las dunas de Maspalomas: cuatrocientas hectáreas de inmensas dunas que, de no estar formadas por arena salada de origen salino, nos recordarían a los paisajes propios del Sáhara.
De todas formas, la zona sur de toda la isla está pensada para el turismo extranjero, mayoritariamente inglés y alemán, con restaurantes y bares donde muchos de los camareros ni siquiera entienden nuestra lengua. Incluso hay carteles escritos sólo en Inglés y Alemán. Eso sí, mi concepción de la belleza de la mujer anglosajona ha mejorado muchísimo, al igual que mi convencimiento de que el punto cumbre de la evolución humana es la mujer española seguida muy de cerca por la eslava: «We don't like metrosexual men; they seem gays». Sin duda, la primera vez que encuentro verdadera utilidad al inglés en mi vida, lengua en la que no logro suficiente soltura hasta que no ingiero un buen par de gintonics. No se me ocurre bebida más adecuada para el caso.
Aunque el turismo extranjero, los bárbaros del Norte, no suele salir de la playa y las carísimas discotecas en las que es difícil escuchar algo distinto al chunta-chunta-chunta -no me explico como no dominamos a naciones con semejantes costumbres-, casi lo más interesante son los diversos paisajes, vertigionosamente montañosos, que la isla esconde tras su apariencia desértica.
En la zona norte, poblaciones como Arucas, su montaña y su famosa fábrica de ron, Arehucas, Gáldar o la capital, Las Palmas, sorprenden al viajero con sus cuidadas casas, propias de ciudades caribeñas. Si hay tiempo, se puede visitar Agaete y su puerto pesquero, donde se pueden divisar los restos de un capricho geológico conocido como El dedo de Dios, destruido recientemente por una tempestad.
Imprescindible también visitar el centro de la isla, sucesión inesperada de paisajes desérticos, oasis plagados de palmeras, inmensos bosques de pino canario y vergeles propios de Galicia, destacando, con casi un kilómetro de diámetro, la caldera volcánica de Bandama, Teror, Agüimes y Santa Cruz de Tejeda -centro de la isla a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar-. Impresionante la vista que se disfruta desde el Roque Nublo, a cuya base se asciende a pie desde un mirador de la carretera -dos chicas de nuestro grupo lograron subir con sandalias y sendos vestiditos-.
Para finalizar, otra imagen para el recuerdo: en el escarpado occidente de la isla, mediante una carretera literalmente enroscada en los acantilados, se llega a Mogán desde cuyo puerto se puede contemplar el sol escondiéndose tras el Teide a cien kilómetros en el horizonte.
Una última recomendación: ir provisto de unos buenos mapas de carreteras y, mejor aún, de un navegador pues, aunque las carreteras están muy bien cuidadas a pesar de lo dificultoso del terreno, la señalización es pésima.
Se me olvidaba. También me he llevado una muy grata impresión de los habitantes de la isla -más de las habitantas- a pesar de lo dificultoso que suele ser para el carácter mesetario congeniar con los habitantes de más al sur.
En unos días marcho a París y espero no necesitar de unos cuantos tragos de mosto con Cointreau -muy frío está riquísimo- para recordar el poquísimo francés que en otros tiempos supe.
12 comentarios:
Bienvenido, Subdirector, ya echábamos de menos su presencia, aunque fuera con una entrada inocua como ésta. Cómo nos amaricona el verano.
Las islas canarias son una verdadera preciosidad, una maravilla de la naturaleza. Además, cada isla es diferente. Parece mentira que en un archipiélago tan chiquitín convivan paisajes tan variados como la selva, el desierto, la montaña, las zonas volcánicas... Yo conozco Tenerife, La Gomera y Lanzarote. Éstas dos últimas son muy originales, con mucha magia. Seguramente le copie su viaje el año que viene.
Compruebo que ha estado usted degustando -desconozco hasta qué punto- productos no españoles. ¡Qué decepción!. Aunque la frase en inglés sobre los metrosexuales me parece muy políticamente incorrecta. ¡Repórtese, Subdirector!
Francia, ¡ah! Au revoir. Pasate por San Nicolás de Chardonnet cerca de la Cité. Solo para recordar viejos derroteros, que pudieron ser y no son.
Bueno Subdirector, seamos serios. Esto de los volcanes, los dedos de Dios, la Mano de la virgen y los lugares paradisíacos esta de puta medre, pero vamos a lo importenta y esencial cuando se va uno con amigos seis dias a Canarias.Hemos mojado o no?.En realidad tienes en ascuas hasta al propio Neri,("desconozco hasta que punto"), lo que pasa es que muy políticamente correcto, con según que temas y no lo dice abiertamente.
Por cierto el Banco Arús ese te paga de putamadre macho, menudo veranito te estás pasando. Ahora para París.Que jodío el subdirector.
Mientras tanto los plebeyos aquí estamos, currando como cabrones.
El "Brujillo" me ha leido el pensamiento... Mucho texto y poca chicha...Zzzzzzzzzz. Cuente usted si ha triunfado, ó como dice la canción...
"Primero que sí, y después que no, luego a lo mejor y al final verás... Este verano tampoco me como na".
Bueno Panterita, esto se puede volver en nuestra contra,-mejor dicho en tu contra,- porque a la vuelta de cada viaje te pueden solicitar un balance de situación y una cuenta de pérdicas y ganancias sexuales.
Yo nunca he estado en Canarias pero tengo muchas ganas de ir, supongo que la primera vez iré a Tenerife. Podrías colgar si tienes algunas fotos de esos sitios tan bonitos que mencionas, porque en la vista aérea no te haces mucha idea.
Primero una semanita en Canarias, después a Paris...
Es mejor que no te oiga ZP porque va a pensar que le das la razón y que en España no hay una crisis del copón sino un "periodo de desaceleración económica que afecta a las economías domésticas y ensombrece las percepciones de los ciudadanos".
Un saludo y a pasarlo bien en París (qué envidia).
Por partes:
Lo de la crisis afecta a los casados con hijos, a las personas que viven en pisos de más de 70 metros cuadrados, a los que no son funcionarios de carrera del grupo A (ahora A1) y sin hijos, ...
Lo de mojar o no... Un caballero nunca se acuerda de esas cosas.
Pondré fotos cuando me las pasen los que llevaron cámara. Algunos son fotógrafos semiprofesionales.
Saludos a todos.
Por cierto, no he contestado antes porque ayer estuve recorriendo la maravillosa montaña palentina y bañándome en sus estupendos embalses.
Te saludo Subdirector, soy uno de esos siete compañeros que te acompañó en la visita. Te felicito por la descripción, ilustrativa y divertida.
Coincido con tu primera impresión de la isla, en nuestro viaje desde el aeropuerto hacia el sur, una impresión no muy buena, aunque esto ayudó a que nos sorprendiera más luego. Sin duda una isla de contrastes naturales, sorprendente, con espacios de gran belleza. Nuestro contacto con los lugareños creo que fue también bueno, así como el contacto con el resto de seres, algunos, seguramente, llegados del espacio exterior, viajando en aviones de papel. Los avistamientos nocturnos fueron numerosos las últimas noches.
Si ha esto le unimos un alojamiento aceptable, agradable, y una magnífica compañía, sale un viaje genial como el que hemos tenido. Para repetir algún día.
Que tengas buen viaje y buena estancia en París. Ya contarás.
Un saludo
Pablo
Buena descripción de la isla, señor Subdirector. Menos mal que no pidió en Gran Canaria el mosto que va a pedir en París, porque una de las primeras experiencias que tuve en Las Palmas fue la de pedir a media mañana en la cafetería de la Universidad un mosto y mirarme todos los locales con cara extrañada, diciendo que como iba a pedir bebida tan fuerte a esas horas de la mañana, después de lo cual me enteré de que allí no conocían el mosto, y creían que era una especie de orujo. Ahí me di cuenta de lo lejos que estamos unos de otros geográficamente hablando.
El resto de visitas a Gran Canaria han sido también por trabajo, aunque sí he podido disfrutar de algunas de sus maravillas, como las dunas de Maspalomas, o los carnavales de Las Palmas.
También le recomiendo visitar las otras dos islas que conozco, La Gomera, tremendamente natural y bien conservada, y sorbe todo Tenerife, con enormes contrastes en cuanto a naturaleza, clima, paisajes y sorpresas.
En cuanto a la gente canaria, coincido con usted, en que son muy agradables y en general buena gente.
Por cierto, no probó una de sus peculiaridades grastronómicas más curiosas como es el gofio, que usan en desayunos, comidas y postres, y tanto en comidas dulces como saladas. A mí no me gustó pero me parece algo curioso.
La destrucción total es la única esperanza. Dejad en paz a las mujeres del proletariado germánico.
-A revolution is not a tea party.
Camarada Mao Tse Tung
Gracias por las sugerencias para próximas vacaciones, tomo nota. Yo de Canarias conozco Tenerife y Lanzarote, y recomiendo esta última por lo diferente que es el paisaje. En algunos sitios era como si hubieras aterrizado en la Luna!
Yo me voy este viernes también a París, la ciudad de la luz. Lo mismo hasta nos cruzamos sin darnos cuenta por allí, señor Subdirector. ;-)
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