martes, 21 de abril de 2009

RELEYENDO "EL PADRINO" (3): DECIR "NO"

Uno de los más importantes indicios de una personalidad bien formada es atreverse y saber decir que no. Atreverse porque no siempre es cómodo hacerlo y las personas inseguras temen desairar a los demás negándoles lo que sea. Y saber hacerlo porque es todo un arte sostener una negativa con elegancia y con cariño y, a la vez, con firmeza. Don Corleone dio a su hijo una lección magistral sobre el asunto. 


"Michael negó con la cabeza y, con voz áspera, dijo:

—Te repito que quedas al margen, Tom.

Tom Hagen terminó su whisky y, antes de abandonar la estancia, dirigió un leve reproche a Michael.

—Eres casi tan bueno como tu padre —le dijo- , pero te falta una cosa por aprender.

—¿Cuál? —preguntó Michael.

—Cómo decir «no» —respondió Hagen.

Gravemente, Michael asintió.

—Tienes razón. Lo recordaré. - Cuando Hagen se hubo marchado, Michael dijo en tono de broma a su padre:

—Del mismo modo que me has enseñado las demás cosas, enséñame a decir que no a la gente.

El Don fue a sentarse detrás de la enorme mesa y se tomó unos segundos antes de contestar:

—No puedes decir «no» a las personas que aprecias, al menos con frecuencia. Ése es el secreto. Cuando tengas que hacerlo, haz que parezca que dices «sí». Aunque lo mejor es conseguir que sean ellos mismos quienes digan «no». Pero eso es algo que se aprende con el tiempo. De todos modos, yo soy un hombre chapado a la antigua, mientras que tú perteneces a la nueva generación. No me hagas demasiado caso".

13 comentarios:

El Abogado Chalado dijo...

Bravo, bravo...

SUSI dijo...

Magistral.

Aprendiz dijo...

Desde luego, eso de decir no y quedar bien, es un arte.
Lo mejor como dice Don Corleon, es hacer que los demás lo digan por tí. Pero no ha dicho ninguna fórmula para conseguilo...

Para algunas personas es importante aprender a decir no, porque verdaderamente hay gente con tan poca personalidad que son manejadas por los demás como títeres.

Ojalá fuera tan fácil hacer lo que dices en el primer párrafo. Pero creo que hay cosas que no se aprenden, sino que se llevan en la personalidad.

ignatus dijo...

Convencer a alguien de que se diga a sí mismo "no" de forma más o menos voluntaria creo que es tener el don de la persuasión.

A mí eso sólo se me ocurre que se puede conseguir vinculando lo deseado (que se le quiere negar) con otro hecho no deseado.

Ejemplo: Mi hijo, N., está en el parque (que le gusta) y hay que irse a casa a cenar (que también le gusta) y luego a dormir.

Estilo Michael:
YO: "N., vámonos a casa"N.: "No quiero"YO: "Me la suda, te vienes por cojones"FIN

Estilo Don:
YO: "N., cariño, vámonos a casa que tenemos que cenar"N.: "No quiero"YO: "¿No quieres cenar? Luego en la cama vas a tener hambre, pero vale, si quieres nos quedamos"N.: "Vámonos a cenar"FIN

Saludos

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Pues a mí lo que me parece de "admirar" es la gente que dice que sí, se compromete, engancha a otros y luego... Como el Capitán Araña, que embarco las tropas y se quedó en España.

Mª Ángeles dijo...

Esa es la auténtica valentía, decir no cuando hay que decirlo, sin miedo, aunque te busques enemigos, aunque decepciones... a la larga siempre te valorarán por la sinceridad. (todo lo contrario a lo que hace ZP y su tribu)
Saludos

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Muy buena cita,pero los reproches a Michel Corleone siempre me parecieron injustos el se vio arrastrado a una situación de la cual siempre había huido,pues el tenía que haber sido el eslabón dentro de los Corleone con los asuntos legales su propio padre don Vito siempre lo había deseado.

sefo dijo...

Hay que tener cuidado con decir mucho que no, a lo mejor llega un momento en que no te vuelven a preguntar.

clementine dijo...

Al hilo de lo que decía Sefo, recordé aquel poema de Salinas....

"A veces un no niega
más de lo que quería, se hace múltiple.
Se dice «no, no iré»
y se destejen infinitas tramas
tejidas por los síes lentamente,
se niegan las promesas que no nos hizo nadie
sino nosotros mismos, al oído.
Cada minuto breve rehusado,
-¿eran quince, eran treinta?-
se dilata en sin fines, se hace siglos,
y un «no, esta noche no»
puede negar la eternidad de noches,
la pura eternidad.
¡Qué difícil saber adonde hiere
un no! Inocentemente
sale de labios puros, un no puro;
sin mancha ni querencia
de herir, va por el aire.
Pero el aire está lleno
de esperanzas en vuelo, las encuentra
y las traspasa por la alas tiernas
su inmensa fuerza ciega, sin querer,
y las deja sin vida y va a clavarse
en ese techo azul que nos pintamos
y abre una grieta allí.
O allí rebota
y su herir acerado
vuelve camino atrás y le desgarra
el pecho, al mismo pecho que lo dijo.
Un no da miedo. Hay que dejarlo siempre
al borde de los labios y dudarlo.
O decirlo tan suavemente
que le llegue
al que no lo esperaba
con un sonar de «sí»,
aunque no dijo sí quien lo decía."

Los últimos versos tienen el mismo fondo que lo que decía Don Corleone

J. F. Sebastian dijo...

Y también lo es de un líder que se precie. Dos de mis mejores jefes lo tenían. Por desgracia para mí uno de ellos fue el último.

Hispanicus dijo...

Me ha encantado este comentario vuestro, viperinos, he visto la película pero no me acordaba de esta conversación. La he copiado y guardado, creo que es uno de los mejores dialogos que he oido en el cine, corto pero intenso y no falto de razón.
Enhorabuena

Al Neri dijo...

Hispanicus, no sale en la película.

Anónimo dijo...

Sale en el libro