No acostumbro a ver demasiado la televisión. Con la excepción de Los Simpson (cuyas infinitas repeticiones cansan a cualquiera), las barbaridades de Padre de Familia y House, son pocos los programas que me atraen a pesar de disponer de 23 canales de TDT más dos cadenas locales. La mayoría de los concursos me parecen aburridos y, cuando tienen un mínimo de originalidad, las cadenas los exprimen tantísimo que me acabo saturando. Ver un película se convierte en un ejercicio de paciencia debido a la escasez de emisiones, la ausencia de estrenos destacables y, sobre todo, la saturación de anuncios (además, hay «personas malvadas» que alquilan películas en un videoclub rápido y barato que tiene por nombre EMule). Tampoco aguanto la mayoría de las series españolas que me parecen un homenaje a la cutrería y a la falta de gusto, ausencia de talento interpretativo e imaginación, al margen de la abundancia de mariquitas y desviaciones de todo tipo. Y, por desgracia, Silvia Jato se dedica en exclusiva desde hace mucho a su marido y sus hijos. Llegamos así a los programas de cotilleos y los informativos, reinos de unos seres que se han autoproclamado embajadores de la verdad ante los mortales de nuestro mundo: los periodistas.
Un amigo me explicó que eran muy pocas las personas que sabían leer y escribir medianamente en los pueblos y ciudades de antaño. Entonces, la vida pública y destacable estaba protagonizada por miembros de esta elite (sin tilde): el médico, el alcalde, el jefe de la guarnición local, los clérigos y pocos más. De todos aquellos con un mínimo de cultura, había uno que no servía para protagonizar la historia, de seguro por ser el más incapaz. Éste individuo era el cronista y, a pesar de todo, sirvió en gran medida a sus convecinos presentes y futuros desde su humilde puesto.
Pero hace unas décadas se comenzó a invertir la situación y los periodistas se convirtieron en protagonistas y jueces de las noticias que, muchas veces, tergiversan o inventan. Es cierto que existen medios en los que esta situación es menos visible que en otros. Aunque las crónicas de los diarios puedan estar manipulados o carezcan de todo rigor documental, siempre puedes prescindir de leer las páginas de opinión de los diarios. Pero el resto de medios me provoca una repuganancia tal que, ver un informativo o escuchar cualquier emisora de radio que no sea exclusivamente musical (y que no hablen de nada, no como en los 40 Subnormales) me supone la realización de un esfuerzo casi titánico. Hace unos años escuchaba divertido todas las mañanas a Jiménez Losantos ( «En la radio, información y opinión son la misma cosa») pero poco a poco me empezó a producir el mismo rechazo que desde siempre me causaron Gabilondo (igual de perverso y manipulador pero más educado, eso sí) o Cristina López Schilichting (una mezcla a partes iguales entre maruja pepera y portera progre).
¿Qué decir de algunos informativos, destacando el de la Sexta, aún más repulsivo que los comentarios de Gabilondo, el publirreportaje encubierto de Matías Prats o el parte de la Moncloa de Televisión EXpañola? Cada vez que veo a Mamen Mendizábal babear con ZP como lo hizo en su día Concha Velasco, siento vergüenza ajena por esta pobre ilusa. Por lo visto sólo se exige a las presentadoras de informativos que sepan leer medianamente del PROMPT y una cara y un pecho agradables. ¡Para que después hablen de machismo e igualdad! ¿De verdad se cree este busto parlante que es la estrella mediática de los informativos de Emilio Aragón si no fuera por su físico y su lameculismo político? Aunque siempre será mejor verla a ella que a otras perlas de la profesión como María Antonia Iglesias, más conocida como La Albóndiga.
Caso extremo son los programas de personajes como Ana Rosa Quintana o María Teresa Campos: analfabetas, cotorras sin escrúpulos, falsas, manipuladoras, chapuceras, buscadoras incansables del morbo y lo desagradable. Aquélla, incluso, plagiadora confesa que pretendía enriquecerse aún más encargando a un negro, que además copio el libro, una novela sobre el maltrato doméstico. ¡Hay que ser bruja y aprovechada! Y ahora, a la comba de estos programas, van todos los matutinos cuyos nombres no recuerdo.
No cabe duda de que existen periodistas que realizan su labor con diligencia y pulcritud, incluso algunos brillantes como los que revelaron la trama de corrupción de los gobiernos de Felipe González, el GAL o los secretos del 11-M. Pero creo que no cabe tampoco duda de que, como consecuencia de la demanda social que exige obtener un título universitario aunque no se tenga la capacidad suficiente, se han creado una serie de carreras-cursillo que sólo sirven para que muchos analfabetos funcionales (ni están todos los que son ni son todos los que están) puedan presumir de estudios superiores. Y Periodismo es una de ellas. De hecho, he conocido a varios profesionales que, a la hora de rellenar sus datos personales, en el apartado de profesión, ponían su carrera (licenciado en Historia, licenciado en CC Empresariales,...) y entre paréntesis «Periodista».
De este oficio y sus estudios asociados presumen los comentaristas de fútbol (ésos que preguntan obviedades como «¿Estás contento de haber ganado la Champions?») y los de la prensa rosa o presentadores de grandes hermanos y telebodrios como Está Pasando o España Directo y sus reporteros (al hilo de ver estos dos programas me dedicí con esta entrada). Ejemplo de cutrería, analfabetismo, amarillismo y chapucería. O personajes como Jordi González y Mercedes Milá que, tras demostrar repetidamente su mala calaña, pretenden hacernos creer que sus ocasionales reportajes de investigación pueden contar con algo de seriedad y credibilidad. Como para fiarse de estos tipejos.
En fin, una profesión plagada de lo más selecto de cada casa: María Patiño, Jesús Mariñas, Gemma Nierga, José Ramón de la Morena... Y por no hablar de la ralea de histéricos amanerados como el marica del Tomate, cuyo nombre ni puedo ni quiero recordar. Hasta Belén Estaban tiene más solvencia. Para que luego te digan chorradas como «Tiene que ser verdad. Lo han dicho en la tele».
Un amigo me explicó que eran muy pocas las personas que sabían leer y escribir medianamente en los pueblos y ciudades de antaño. Entonces, la vida pública y destacable estaba protagonizada por miembros de esta elite (sin tilde): el médico, el alcalde, el jefe de la guarnición local, los clérigos y pocos más. De todos aquellos con un mínimo de cultura, había uno que no servía para protagonizar la historia, de seguro por ser el más incapaz. Éste individuo era el cronista y, a pesar de todo, sirvió en gran medida a sus convecinos presentes y futuros desde su humilde puesto.
Pero hace unas décadas se comenzó a invertir la situación y los periodistas se convirtieron en protagonistas y jueces de las noticias que, muchas veces, tergiversan o inventan. Es cierto que existen medios en los que esta situación es menos visible que en otros. Aunque las crónicas de los diarios puedan estar manipulados o carezcan de todo rigor documental, siempre puedes prescindir de leer las páginas de opinión de los diarios. Pero el resto de medios me provoca una repuganancia tal que, ver un informativo o escuchar cualquier emisora de radio que no sea exclusivamente musical (y que no hablen de nada, no como en los 40 Subnormales) me supone la realización de un esfuerzo casi titánico. Hace unos años escuchaba divertido todas las mañanas a Jiménez Losantos ( «En la radio, información y opinión son la misma cosa») pero poco a poco me empezó a producir el mismo rechazo que desde siempre me causaron Gabilondo (igual de perverso y manipulador pero más educado, eso sí) o Cristina López Schilichting (una mezcla a partes iguales entre maruja pepera y portera progre).
¿Qué decir de algunos informativos, destacando el de la Sexta, aún más repulsivo que los comentarios de Gabilondo, el publirreportaje encubierto de Matías Prats o el parte de la Moncloa de Televisión EXpañola? Cada vez que veo a Mamen Mendizábal babear con ZP como lo hizo en su día Concha Velasco, siento vergüenza ajena por esta pobre ilusa. Por lo visto sólo se exige a las presentadoras de informativos que sepan leer medianamente del PROMPT y una cara y un pecho agradables. ¡Para que después hablen de machismo e igualdad! ¿De verdad se cree este busto parlante que es la estrella mediática de los informativos de Emilio Aragón si no fuera por su físico y su lameculismo político? Aunque siempre será mejor verla a ella que a otras perlas de la profesión como María Antonia Iglesias, más conocida como La Albóndiga.
Caso extremo son los programas de personajes como Ana Rosa Quintana o María Teresa Campos: analfabetas, cotorras sin escrúpulos, falsas, manipuladoras, chapuceras, buscadoras incansables del morbo y lo desagradable. Aquélla, incluso, plagiadora confesa que pretendía enriquecerse aún más encargando a un negro, que además copio el libro, una novela sobre el maltrato doméstico. ¡Hay que ser bruja y aprovechada! Y ahora, a la comba de estos programas, van todos los matutinos cuyos nombres no recuerdo.
No cabe duda de que existen periodistas que realizan su labor con diligencia y pulcritud, incluso algunos brillantes como los que revelaron la trama de corrupción de los gobiernos de Felipe González, el GAL o los secretos del 11-M. Pero creo que no cabe tampoco duda de que, como consecuencia de la demanda social que exige obtener un título universitario aunque no se tenga la capacidad suficiente, se han creado una serie de carreras-cursillo que sólo sirven para que muchos analfabetos funcionales (ni están todos los que son ni son todos los que están) puedan presumir de estudios superiores. Y Periodismo es una de ellas. De hecho, he conocido a varios profesionales que, a la hora de rellenar sus datos personales, en el apartado de profesión, ponían su carrera (licenciado en Historia, licenciado en CC Empresariales,...) y entre paréntesis «Periodista».
De este oficio y sus estudios asociados presumen los comentaristas de fútbol (ésos que preguntan obviedades como «¿Estás contento de haber ganado la Champions?») y los de la prensa rosa o presentadores de grandes hermanos y telebodrios como Está Pasando o España Directo y sus reporteros (al hilo de ver estos dos programas me dedicí con esta entrada). Ejemplo de cutrería, analfabetismo, amarillismo y chapucería. O personajes como Jordi González y Mercedes Milá que, tras demostrar repetidamente su mala calaña, pretenden hacernos creer que sus ocasionales reportajes de investigación pueden contar con algo de seriedad y credibilidad. Como para fiarse de estos tipejos.
En fin, una profesión plagada de lo más selecto de cada casa: María Patiño, Jesús Mariñas, Gemma Nierga, José Ramón de la Morena... Y por no hablar de la ralea de histéricos amanerados como el marica del Tomate, cuyo nombre ni puedo ni quiero recordar. Hasta Belén Estaban tiene más solvencia. Para que luego te digan chorradas como «Tiene que ser verdad. Lo han dicho en la tele».
31 comentarios:
Jorge Javier Vázquez es un gran profesional que ha sabido mezclar información seria con sentido del humor y es un símbolo y orgullo de nuestro colectivo. Aunque por supuesto, el maestro de los maestros es Jesús Vázquez, no sólo un presentador entrañable sino además guapísimo.
Oye me he fijado que esto no son "comentarios" sino "plumazos", qué puntazo chicos, ¿lo habéis hecho a drede? !me encanta!
Me he reído muchísimo leyendo esta entrada. Lo de La Albóndiga es insuperable.
Es una pena que el periodismo esté tan degradado. Hemos llegado a un punto en el que ni los teletipos de agencia están exentos de opinión.
Las series españolas es cierto que son el colmo de la chabaacnería, y encima muchas de ellas son una burda copia de series estadouonidenses.
Y sobre la telebasura, llegamos a la cuestión de si fue antes el huevo o la gallina: ¿la sociedad lo demanda y por eso lo tenemos a todas horas, o los grupos de comunicación expulsan la mierda para aborregar aún más a la sociedad? Es la pescadilla que se muerde la cola.
Pues en algunas cosas coincido pero en otras no estoy de acuerdo contigo. Para empezar no soporto a Mª Teresa Campos pero es Licenciada en Historia y una Gran Comunicadora guste ó no, ahí tienes a la Gran Periodista Rosa María Mateo que estudió Derecho y tu "amada" Silvia Jato es Licenciada en Ciencias Económicas Empresariales.
Estás mezclando cosas muy diferentes, una es ser presentadora que para éso lo absolutamente imprescindible no es tener la carrera de Periodismo sino saber Comunicar, que es mucho más difíl.Y no vayamos a pecar de "Titulitis" a estas alturas Sr Subdirector...
Y otra cosa es la labor periodística que se haga, porque el término que has usado es absolutamente correcto, es un oficio, conozco a grandes periodístas que llevan toda la vida trabajando en esto, son veraces, buenísimos y muy respetados en el medio, y tienen su carnet de periodistas, el que colectivo les entrega después de más siete años de labor, reconociendo su titularidad. Porque, cuántos hay que tienen su precioso titulito y no saben ni expresarse a nivel oral ó escrito. Hablemos de profesionalidad... No de títulos.
Luego mezclas periodistas de todos los estratos y medios. No tiene nada que ver el trabajo que hace Jiménez Losantos con los del equipo del "Anda Ya". No es lo mismo ver Informe Semanal que ver a la Milá pegando puñetazos ó a Jaime Cantizano. Lo único que importa a las Cadenas es que el mayor número de gente posible se pegue a ellos, por desgracia el Canal de Historia nos gusta a unos pocos que compramos revistas con un poquito de chichilla documental, pero siendo sinceros Cantizano entretiene despues de todo el día currando y con mil problemas te sientas a desconectar toda actividad neuronal de tu mente y ese tipo de programas se da a ello.
Respecto a las presentadoras de Informativos, son guapísimas es verdad, pero teniendo seriedad, rigor y sabiendo expresarse...Las apoya todo un equipo de gente profesional y hacen un trabajo estupendo, y es que en la lucha por las audiencias se nos da precisamente lo que la mayoría reclama, y por desgracia lo que la mayoría reclama es basura. El otro día pensaba que hace algunos años, no tantos, cada vez que se realizaba un proyecto de cara a la Televisión ó la Radio se planteaba como una obra de Arte, hoy en día sólo cuentan los Share y el EGM, y en lo que estoy absolutamente deacuerdo contigo es que hoy por hoy la Tele y la Radio son un mojón y te lo digo con toda mi pena. Pero no mezcles Blanco con Tinto...
Pantera, ni titulitis ni pollas. A mí me toca bastante los cojones cuando un psicopedagogo o un educador social quieren hacer pasar por psicólogos y, tras haber leído tres manuales de autoayuda, pretender ejercer como tales. A mí me toca los cojones que el seleccionador de fútbol llevara a su sobrino diplomado en educación física (si no recuerdo mal) como psicólogo de la selección a un mundial. Y a mí me toca los cojones que haya cuatro listillos que dando consejillos pretendan conseguir ayudar de una manera eficaz a una persona que tiene problemas. ¿Y sabes porqué me toca los cojones? Porque yo invertí años en ser especialista en algo y esas personas no tienen esos conocimientos para serlo. De ahí deduzco que a alguien que haya estudiado periodismo y esté en paro (o no, que da igual) le toque mucho los cojones que otros que no lo hicieron (esos que nombras que hicieron Historia o Económicas o lo que sea) se hagan de oro ejerciendo la profesión para la que no están formados. Por ejemplo la maruja que hizo Historia y que según tú comunica bien se las da de periodista.
De acuerdo en que ser presentador no es ser periodista, pero hay MUCHO intrusismo en muchas profesiones. El periodismo, una de ellas.
Y añado: Pantera, ¿te dejarías operar del corazón por alguien que no estudió medicina? ¿te dejarías defender en un juicio por alguien que no estudió derecho? ¿te dejarías llevar en un avión por alguien que no fuera piloto? Entonces, ¿porqué te dejas informar por quienes no son periodistas?
Extraordinaria entrada, Subdire. Coincido plenamente con usted aunque le haría alguna de las matizaciones de Pantera.
Desde luego, no hay quien vea la televisión, que es literalmente una mierda, con todo el potencial y posibilidades que podría tener... En cuanto a la radio, albergo profundas fobias hacia este medio de comunicación, que además me parece desfasado y que supongo acabará extinguiéndose. La prensa escrita es la única que me atrae más y tiene la ventaja de que leyendo "te saltas" lo que tú quieres.
Un día hablaré en un post del periodsmo como mi vocación perdida, y seguramente le descubriré algunos aspectos de la profesión más positivos de los que usted señala. Hasta entonces, sólo decir que estoy completamente de acuerdo en que la carrera de Ciencias de la Información es una titulación-cursillo artificial e inútil (me parece pretencioso que tenga categoría universitaria). Pienso que entre los periodistas (si sólo tienen este título)se encuentra lo más inculto de los universitarios.
Por otra parte, es normal que el periodismo se preste tanto al intrusismo, ya que para ser un buen comunicador lo que hace falta es cultura (que se puede adquirir con otros estudios) y un don personal con el que seguramente se nazca, si bien se puede perfeccionar.
En la línea de Pantera Rosa y Al Neri iba yo, precisamente. Remarco que Periodismo me parece un cursillo para inadaptados académicos (las tres pes: periodismo, publicidad y psicología) y, al igual que sucede con otras profesiones, son ejercidas mejor por personas con otras titulaciones y mayor cultura. Muchos periodistas de carrera no saben realizar una entrevista mínimamente.
Por supuesto que, actualmente, no me dejaría operar por alguien que no tenga el correspondiente título pero si Medicina se convirtiera en un cursillo, quizás confiaría más en un veterinario o un licenciado en Biología.
Con respecto a María Teresa Campos, me sorprende que sea licenciada en Historia, aunque no dudo de la palabra de Pantera Rosa. La Campos me parece una fregona dirigiendo una reunión de cotorras. Recuerdo su frase: "Me gusta más llamar ántrax al carbunco. Suena más a araña: ¡pica, pica!". O cuando comenzó a presentar telediarios en TVE y llamaba al Lehendakari una cosa rarísima, no recuerdo el qué, demostrando su incultura y su analfabetismo. Quizás sea una buena comunicadora para el nivel del populacho pero nada más. Vamos, que ni comparación con Balbín.
F.A., te entiendo, pero creo que llevas la titulitis a extremos poco razonables. La Universidad debe cumplir su función muy loable de regular y normalizar las profesiones, aparte de investigar. Lo malo es, como dice el Subdire, cuando la sociedad tiene tantas ansias de presumir de un título de lo que sea que surgen por generación espontánea un montón de "carreras" a la carta (entre ellas, Trabajo Social, Relaciones Laborales, Periodismo y otras que se han ejercido toda la vida sin tener carrera)
Buen periodista o trabajador social lo puede ser cualquiera sin esas carreras. Ahí está el problema. ¿Permitimos a una persona que redacte una noticia para El Norte de Castilla o que atienda a un marginado sin el título correspondiente? Mi respuesta es sí, porque son áreas donde la capacidad no viene tanto de los conocimientos (como Derecho, Ingeniería o Medicina, que requieren formación especializada) como de unas habilidades personales a veces innatas.
Por ponerte un ejemplo. Si tú quieres comprar un cuadro para tu salón, ¿pedirías certificado de que el pintor ha estudiado Bellas Artes?; ¿te jode ver una película en la que uno de sus actores no haya estudiado Arte Dramático?... Puede que no sea exactamente lo mismo, pero es para entendernos. De todos modos, F.A., te comprendo muy bien. Ya que estamos metidos de lleno en la titulitis, por lo menos que cumplan todos, pensarás... Pero para mí los títulos a veces son sólo poner puertas al campo.
Querido director del programa de arú, quería agradecerte que un día de tan poca inspiración me hayas servido de musa
Nery, ¡¡qué no!! Que los Chamanes llevan toda la vida curando (o intentándolo) o los jefes de las tribus juzgando, y no por ello vamos a eliminar las carreras de Medicina o de Derecho.
Como siempre querido F.A. Alabo tu pasión en la defensa de tus argumentos, más yo no tengo la Carrera de Periodismo, pero los 18 años y pico que llevo trabajando en un Medio de Comunicación, te aseguro que me avalan y "me como con papas" en mis cometidos, que además de musicales han sido bastante variados, a cualquier niñito con título recién adquirido. En tu caso, es cierto, hace falta invertir años de estudio y especialización para hacer lo que tú haces, y pocos encontrarás que sin una titulación específica se dediquen a tus menesteres, pero en el mio, cualquier licenciado que sepa contar y se expresarse contundentemente en mi profesión, tiene mis respetos, más incluso que alguien con un título y con pocos recursos. Que por supuesto no dudo que con experiencia y años de trabajo logrará adquirir el bagaje suficiente para ser un buen comunicador.
Hombre, llamar "inadaptados académicos" a quienes estudian Periodismo, Publicidad o Psicología me parece excesivo. Personalmente, sí creo que un publicista crearía mejores campañas que un simple "inspirado"; no creo que un periodista comunique mejor una noticia por el hecho de haber estudiado Ciencias de la Información, a juzgar por la morralla que se puede leer en los periódicos diariamente; y dudo seriamente de la utilidad de un psicólogo, como de cualquier profesional que trabaje sobre la conducta y la mente humanas, quizá porque me resulta algo poco tangible.
Y sinceramente, viendo cómo están la Medicina y la Justicia aquí y ahora, si me diesen a elegir entre un médico y un chamán, y entre un juez y un jefe de tribu, cuando menos pediría un tiempo para meditar profundamente mi decisión.
¡Ay, qué picajosos nos ponemos todos cuando nos tocan nuestras cosas!
Curiosamente el que tiene título defiende que hay que tenerlo; la que no lo tiene pero lo ejerce "respeta", como no, a los sin título; el homosexual alaba a los de su condición; e incluso el licenciado en alguna de las carreras "clásicas" defiende éstas frente a las "nuevas"... ¡qué gusto nuestra amplitud de miras y nuestra empatía!
En fin, que dicho esto y, como decían faemino y cansado (qué habrán estudiado éstos), "lo importante es tener salud" (y hacer la declaración de la renta, añado yo, que con tanta tontería de bloggear, a alguno se le pasa el plazo)
Por cierto, que, para que no parezca que escurro el bulto sobre el asunto, quiero decir que estoy de acuerdo con todos vosotros (es que soy muy empático porque hice trabajo social ;-)
Que conste que, pese a la crítica, me están gustando vuestras razonadas contestaciones. Un saludo a todos.
P.D.: ¿qué es lo de "Luzía" del otro post?
Leandro únete al club de los ignorantes ¿desde cuándo las conductas no se pueden medir (o percibir que es la definición de tangible)? Estoy alucinando, ¿de qué guindo os habéis caído?
Me uno a las felicitaciones por esta entrada, con la que estoy prácticamente de acuerdo en todos sus términos.
Desprecio los programas del corazón y cotilleo, y creo que nunca he visto ninguno, salvo haciendo zapping. Lo malo es que por desgracia muchas secciones de otros programas como los telediarios se acercan cada vez más a esta forma de hacer periodismo. El problema es el de las audiencias, y como dice Leonardo, tampoco tengo claro si fue antes el huevo o la gallina. Y lo peor es que mientras la televisión dependa de la tiranía de la audiencia irá de mal en peor en cuanto a calidad. Lo único que la podría salvar es que hubiera una televisión pública de verdad, en la que, ya que la pagamos todos, se hiceran programas en los que no se mirara su audiencia, pero eso, salvo en la 2, sería pedir peras al olmo.
Respecto a la discusión sobre los títulos, especialmente en el caso del periodismo, estoy de aacuerdo en que el título de periodista no hace un buen periodista, ni siquiera creo que haga un perdiodista. Muchos de los mejores comunicadores y periodistas no poseen este título, sino otros muy diversos. En esa profesión creo que es mucho más importante la vocación y los conocimientos que la titulación, y por supuesto el saber comunicar. Un ejemplo que me viene a la cabeza es el de Carlos Pumares, cuando hacía programas de cine en la radio (no posteriormente que le vi en algún programa de cotilleo mientras hacía zapping). Si no me equivoco es químico, pero no he visto nunca alguien que sepa tanto de cine como él.
Y hablando de radio, no estoy de acuerdo para nada con Al Nery, a mí la radio me gusta mucho más que la televisión, y pese a que carece de imagen, esto la hace en ocasiones mucho más fresca y sugerente.
Con respecto a los "inadaptados" de ciertas carreras (sobre todo titulaciones sin límite de plazas y que por tanto cogen a todo perro pichichi) creo que sí hay cierta verdad (en el sentido de desorientados): hay mucha gente que, con 18 años, sin tener ni idea de qué hacer, estudia una carrera por simple continuismo (como ejemplo, yo mismo) y eligen sin tener conocimiento real de dónde se meten ni para qué sirve eso (yo mismo). Y eso es exactamente lo que, con más de 30 tacos, nos pasa en este blog: en el caso de la publicidad, por ejemplo, discrepo de leonardo pues sí creo que un "inspirado"/creativo creará buenos anuncios, pero se olvida de que la publicidad es mucho más que eso: es ver perfiles de compradores, grupos de usuarios, destinatarios de las campañas, inversiones y medios para los que no sirve sólo la creatividad (esa es sólo la parte que vemos y por la que entra mucha gente a publicidad, simplemente porque les gustan los anuncios de cocacola); lo mismo pienso de quienes ven en la psicología un simple "estar y escuchar", olvidando las muchísimas y útiles técnicas existentes y que dan apoyo a la disciplina (véase la pataleta/post de f.a. en "todo gira"). Y finalmente, a esta minusvaloración que hacemos de las otras titulaciones, ayuda, y mucho, el hecho de que aunque se estudia para hacer mucho, en el día a día, se trabaja en muy poco: el periodista que conocemos, se limita a leer teletipos; el de relaciones laborales rellena declaraciones de la renta (por cierto, acordaos de hacerla); el psicólogo que vemos es el que saca Woody Allen en las pelis y que nunca le cura (cómo no, es psicoanalista ;-); el publicista critica a los de Operación Triunfo; el filólogo pregunta "¿quiere patatas con su hamburguesa?"... perdón por el chiste, que yo quería ser serio esta vez.
Bueno, que hay que comer. Lo completáis vosotros.
Agur
Hola otra vez.
Con respecto a lo de "el huevo o la gallina", hay que decir que la gallina sólo tiene unos 50.000 años (¡joder, qué gallina tan vieja!, quiero decir que "existe"), mientras que muchos dinosaurios (de hace millones de años) eran ovíparos: luego el huevo fue, sin duda, antes que la gallina.
Lo siento, tenía que decirlo. Ahora sí me largo a comer.
Como psicóloga no puedo dejar de dar mi opinión en este debate. Creo que hay mucha titulitis y que en España desde hace 30 años parece que si no tienes un titulo universitario no eres nadie, lo cual es una imbecilidad. Creo que para responder a esta deformación social, como dice Al Neri, han surgido como hongos “carreras” que antes eran meros cursillos de academia. Creo que los psicologos son una figura relativamente reciente y que parte de sus funciones (psicología clínica, que la gente se cree que es lo único que hacemos)han sido ejercidas en la historia por personas sin ninguna formación pero si con grandes dotes personales de empatía, saber escuchar, persuasión, comprensión... Muchos curas han sido un buen ejemplo en el confesionario.
Lo único que quiero decir es que me da igual si los estudios de psicología tienen categoría suficiente para llamarse carrera. Yo lo único que se es que a mí estos estudios me han servido para aprender muchas cosas y para ejercer mi profesión lo mejor que puedo. En cuanto al intrusismo, me temo que nada tienen que ver los ejemplos puestos por Neri de la escuela de bellas artes o interpretación. En la psicologia moderna no bastan cualidades innatas y sí es precisa una formación (técnicas, estadística, ética profesional...) y una homologación que impidan a cualquier advenedizo espontáneo poner en juego la estabilidad, la salud y el futuro de la gente. Puede que antes no hiciera falta porque la sociedad no era tan compleja y a muchas personas les bastaba alguien que supiera escuchar pero en los tiempos que corren el mundo de la psicología (social, laboral, deportiva, clínica, educativa...) necesita tener unos estudios homologados y unos profesionales serios.
Pues yo creo que la psicología es un invento como el día de San Valentín...
Porque, ¿cómo antes no habiendo titulados la gente estaba mas cuerda que ahora y tenía menos problemas mentales?
Yo creo que hoy en día los titulos es una forma de cribar a la hora de seleccionar a alguien para desempeñar un puesto, ya que desconoces muchas veces sus aptitudes o actitudes para desempeñarlo...aunque no quita que alguien sin título lo haga mejor...
Queridos seres inferiores, os saluda el Señor del lado Oscuro.
No me extraña que gente de la tierra se vuelva loca y cada vez haya mas violencia, con esos programas de televisión que hay.
La desinformación abunda, escuchas la noticia en 2 canales y te cuentan 2 cosas diferentes y ambos profesionales han estudiado lo mismo, con la diferencia que uno se apoyaba con el codo derecho y el otro con el izquierdo en la biblioteca.
La programación infantil cada dia es peor, demencial, padre de familia, los simpson, pokemon o los teletubbies.
Yo prefiero los pitufos o la pantera rosa (siempre tan callada y pallasadas).
De la sexta me quedo con las presentadoras.De la 5 con Risto Mejide.De la 3 con la Champions.
La 2 es ideal para dormir la siesta y de la 1 con el discurso de fin de Año de su Majestad el REY, VIVA ESPAÑA.
Estimada hija Leia:
No te preocupes con tu identidad, ya he cogido a tu hermano y a sus amigos y le he tirado de las orejas para que no jueguen con tu persona nombre nunca mas.
pd: ten cuidado con tu padre que le tienes de muy mala leche, porque no le gusta nada tu peinado de ensaimada.
Besitos, tu mama LA REINA AMIDALA
La profesión periodistica esta cada vez mas devaluada, por la poca calidad que ofrecen ya que solo nos dan telebasura, radiobasura y prensa basura y por que estan casi todos politizados o vendidos al poder.
La carrera de periodismo no creo que contribuya a formar a los periodistas, a la vista está.
La carrera de psicologia merece todos mis respetos y no creo que sea una carrera menor o para inadaptados como dice El subdirector del banco arus. El papel de los psicologos en la sociedad es cada dia mas importante.
Si tú tienes a Sivia Jato y yo me quedo con Mamen Mendizabal, ¿a quién destinamos a recibir a Mª Antª Iglesias?
Yo creo que Mª Antonia Iglesias no es el tipo de Al Neri. Así que la intentaremos liar con Rubalcaba.
Periodista puede serlo cualquiera sin cualidades y sin título así que me parece normal que otros licenciados ejerzan como periodistas y que pasado un tiempo les den el carnet.
Pantera rosa, me parece curioso que conozcas a tantos famosos de la radio y me da la curiosidad de saber en que trabajas, no digo en la cadena ni en el programa pero si que nos cuentes que tipo de trabajo haces, pues seguro que es interesante, a mi me gusta mucho esa profesion.
De los psicologos decir que estoy de acuerdo con la princesa leia en que son muy importantes en la sociedad moderna y que la imagen de "cantamañanas" tipica de los psiclogos argentinos, etc, es un topico de la tele pues son grandes profesionales. Sin embarho la psicologia si es una ciencia inexacta que quizas no debiera utilizarse para orientar decisiones claves (politicas, el futuro de alguien, un despido etc)
Tenemos la TV que nos merecemos, nuetros hijos ocupados con ordenadores, playstation y demás tecnología de última generación, para qué quieren dibujos,como veíamos en mi época, recuerdan ustedes a la risueña abeja Maya?Además, un porcentaje elevado de señoras de mediana edad, adoradoras del cotilleo, servidas con AR, Cantizano, y demás y por supuesto los deportes, fútbol, motociclismo, fórmula 1,...mientras que los programas de investigación se programan a altas horas de la madrugada, las buenas películas son sustituidas por la última retransmisión de interés social, no sé para quién?.
En cuanto a los periodistas, quiero que realicen su trabajo, siguiendo su código deontológico, sus ideas políticas seguramente queden reflejadas a la hora de la comunicación, pero a quién no se le intuye su ideología?
Y no comparto con usted la idea de que Mercedes Milá, sea "mala calaña" como usted expresa, que tiene unos ovarios, que ya para si quisieran muchos caballeros ni el rechazo que le genera a usted Gabilondo, un periodista que lleva muchos años al pie del cañón, tanto en radio como en tv y con mucha aceptación o es porque pertenece al Grupo Prysa?
Pues por ejemplo, al Cuatrivirato no se le intuye su ideología.
Alisa, a ti sí que se te intuye la ideología, como al aprendiz de brujo.
Mercedes Milá = Gran Hermano (con eso está dicho todo: para crearse un prestigio hace falta toda una vida; para dilapidarlo, un segundo).
Gabilondo = Secta ("Han encontrado el cadáver de un terrorista suicida en uno de los vagones". "Hay manifestaciones importantes delante de las sedes del PP.").
Anónimo, yo tampoco tengo muy claro que ideología tienen los miembros del Cuatrivirato, dudo un poco entre varias corrientes, podrías indicarme tú.
Dama Dulcinea, a todos, no a mi única y exclusivamente.
Como ya he comentado alguna vez, a mí la televisión tal cual está hoy en día no me gusta nada. Lo que menos, los programas de prensa rosa y los conocidos como "reality shows", pero es que (como ya han comentado) hasta los telediarios en lugar de dar noticias objetivas y contar lo que pasa por el mundo, se llenan de noticias sensacionalistas, sensibileras y de publireportajes encubiertos.
Yo creo que para ser un buen periodista no hace falta tener un título de periodismo, a diferencia de otras profesiones como puede ser por ejemplo la medicina para la que hace falta unos estudios ya que de otro modo no se puede aprender. En mi opinión, aunque en la universidad puedan enseñar los fundamentos de la profesión (y por supuesto te den un título para poder dedicarte a ello), lo importante para ser un buen periodista es: estar informado , tener un cierto nivel cultural (y esto no se aprende en la universidad, sino principalmente leyendo, viajando y relacionándose con la gente) y saber comunicar (ya sea de forma oral o escrita, según el medio al que se dedique).
Sobre el por qué ahora parece que hace falta más psicólogos que antes , yo lo veo claro. Cuando las personas tenían que preocuparse por llevar algo de comer a su mesa cada día y ello además les suponía un esfuerzo físico, no tenían tiempo de pensar en si estaban deprimidos o no, simplemente pensaban en el día a día. Ahora, cubiertas todas esas necesidades básicas y con trabajos físicamente mucho más relajados, es normal que empiecen a surgir más "problemas mentales" y nuevas necesidades "psicológicas".
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