Hembra de tábano de ojos rayados |
El asqueroso tábano también puede
arruinarnos una excursión campestre estos días de vacaciones. Los tábanos son unos insectos dípteros
del suborden de los braquíceros, es decir que pertenecen a la misma familia que
las moscas comunes. De hecho son muy parecidos a las moscas pero bastante más
grandes. En España hay muchas especies de tabánidos.
El macho y la hembra son muy distintos y es esta última la peligrosa. Los machos son totalmente inofensivos y se alimentan del polen de las flores, mientras que las hembras son hematófagas y pican al ganado doméstico para nutrirse de las proteínas de su sangre. Son mucho más voluminosas que los ejemplares masculinos y, a diferencia de ellos, tienen los ojos completamente separados, como en la foto del post.
Estos bicharracos, similares a un moscardón aunque de apariencia más siniestra, frecuentan áreas rurales con ganado bovino, caprino y equino, y vuelan a velocidades de más de 30 kilómetros hora. Las hembras poseen un aparato bucal picador-cortador especializado en la extracción de sangre con el que pueden atravesar sin problema la dura piel de un toro o de un burro. Yo no llamaría picadura a la herida que causan, pues no se limitan a pinchar la piel para atravesarla, como los mosquitos, sino que más bien cortan la carne y después chupan el líquido sanguíneo.
Atacan sin dudarlo al hombre, como saben muy bien los ganaderos. Tienen predilección por las personas inmóviles y vestidas con ropa oscura, y acostumbran a posarse por encima de la ropa para evitar ser espantados. Con las cuchillas que llevan acopladas en la boca pueden morder vorazmente casi a través de cualquier tejido.
El picotazo de este insecto no tiene grandes riesgos para la salud, pero es una faena sufrirlo. El dolor que provoca es bastante agudo y la lesión considerable. Si están acostumbrados a picar a vacas, es fácil imaginar qué pedazo de agujero nos pueden hacer a nosotros en el cogote. Aparte de la lesión y del intenso escozor, pueden llegar a sufrirse mareos y debilidad, inflamación de los ganglios y algo de fiebre. El mayor problema es que los tábanos van picando por ahí a toda clase de animales mamíferos, incluidos perros, y podrían causarnos una seria infección si tenemos la mala suerte de que nos elijan a nosotros para alimentarse.
Posts anteriores sobre picaduras veraniegas:
- Avispas y abejas
- Escorpiones
El macho y la hembra son muy distintos y es esta última la peligrosa. Los machos son totalmente inofensivos y se alimentan del polen de las flores, mientras que las hembras son hematófagas y pican al ganado doméstico para nutrirse de las proteínas de su sangre. Son mucho más voluminosas que los ejemplares masculinos y, a diferencia de ellos, tienen los ojos completamente separados, como en la foto del post.
Estos bicharracos, similares a un moscardón aunque de apariencia más siniestra, frecuentan áreas rurales con ganado bovino, caprino y equino, y vuelan a velocidades de más de 30 kilómetros hora. Las hembras poseen un aparato bucal picador-cortador especializado en la extracción de sangre con el que pueden atravesar sin problema la dura piel de un toro o de un burro. Yo no llamaría picadura a la herida que causan, pues no se limitan a pinchar la piel para atravesarla, como los mosquitos, sino que más bien cortan la carne y después chupan el líquido sanguíneo.
Atacan sin dudarlo al hombre, como saben muy bien los ganaderos. Tienen predilección por las personas inmóviles y vestidas con ropa oscura, y acostumbran a posarse por encima de la ropa para evitar ser espantados. Con las cuchillas que llevan acopladas en la boca pueden morder vorazmente casi a través de cualquier tejido.
El picotazo de este insecto no tiene grandes riesgos para la salud, pero es una faena sufrirlo. El dolor que provoca es bastante agudo y la lesión considerable. Si están acostumbrados a picar a vacas, es fácil imaginar qué pedazo de agujero nos pueden hacer a nosotros en el cogote. Aparte de la lesión y del intenso escozor, pueden llegar a sufrirse mareos y debilidad, inflamación de los ganglios y algo de fiebre. El mayor problema es que los tábanos van picando por ahí a toda clase de animales mamíferos, incluidos perros, y podrían causarnos una seria infección si tenemos la mala suerte de que nos elijan a nosotros para alimentarse.
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4 comentarios:
Madre mía, a mí los tábanos simplemente me daban un poquito más de asco que las moscas por ser mas gordos, pero no sabía que mordían y todo.
¿Cómo va el verano? ¿Os han picado ya alguno de estos bichos? Por tener algún testimonio en primera persona...
Muy buenos párrafos, Neri.
Pero creo comprenderá que me quede con éste de Platón:
“Si hacéis que me maten –dijo Sócrates- no encontraréis fácilmente, aunque resulte ridículo que lo diga, a otro hombre a quien el dios ha situado en esta ciudad como un tábano, junto a un caballo grande y noble, pero lento por su tamaño, que necesita ser aguijoneado. Para esto creo que el dios me ha colocado en esta ciudad, y no dejaré de exhortaros, de persuadiros y de reprocharos, posándome en todas partes y sin concederos ni un momento de reposo. No, atenienses, no encontraréis a otro como yo, y si me hacéis caso y miráis por vosotros, me dejaréis vivir. Pero si irritados, como quien es despertado cuando está a punto de dormirse, me dais un manotazo y me condenáis a muerte a la ligera, haciendo caso a Ánito, pasaréis el resto de vuestra vidas dormidos, a no ser que el dios, preocupado por vosotros, os envíe a otro como yo”.
(Apología de Sócrates)
Cada vez que nos enseña un bicho nuevo tiene usted que dejar bien claro que, las hembras de su especie son siempre mucho peor que los pobres machos. En fin... Qué no le pique ninguna :)
Dónde andará Sefo...! Se la echa de menos.
nago
Cuando se va a hablar de la picadura de la víbora...o de la mordedura de la tigresa de Bengala, que es lo que realmente interesa al personal. Ahora nos vuelves a hablar de los mosquitos, con unos vídeos absurdos, que todos hemos visto en la 2, mientras dormimos la siesta, los días que la parienta no se deja meter mano después del postre.
ESTO NO ME INTERESA PARA NADA.
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