Nos quitaron la Enciclopedia Álvarez y ahora los Cuadernos Rubio... ¡Esto es el fin de la civilización occidental! |
A principios de este mes los medios de comunicación de todo el mundo se hacían eco de la decisión del Gobierno de Finlandia de suprimir, a partir de 2016, la enseñanza de la escritura manual en la educación primaria, sustituyendo la caligrafía por la mecanografía a través de teclado. La noticia ha provocado un verdadero terremoto entre los profesionales de la enseñanza en España, que se han enzarzado en un debate sin desperdicio. A los pocos días, sin embargo, algunos periódicos recogían los “matices” del Instituto Nacional de Educación Finlandés, que ha dejado bien claro que la información ha sido manipulada y que en ningún momento se ha planeado prescindir de la práctica caligráfica, sino solamente de la “escritura seguida”. Es decir, que a los niños se les enseñará a escribir con lápiz, pero solo en letra de imprenta, y se potenciará sobre todo el uso de tablets y ordenadores.
Con independencia de lo que haga al final este país nórdico, no cabe duda de que el tema reviste un enorme interés para la sociedad de todo el planeta, en especial para las nuevas generaciones. Reconozco que al enterarme de la versión inicial de la noticia, mi primera reacción fue despotricar contra esos “vikingos del norte de romanización y cristianización tardía”, pero al poco tiempo, dándole vueltas, me di cuenta de que la decisión del ejecutivo finlandés tiene mucha más miga de la que parece, pues no en vano cada vez manuscribimos menos y en pocos años lo más probable es que desaparezca incluso el soporte papel. Ya invité una vez a los lectores de La pluma viperina a preguntarse cuántas palabras escribían de su puño y letra a la semana; yo, desde luego, pocas, muy pocas, y cada vez menos, debido a mi uso cotidiano del ordenador, Internet, correo electrónico y smartphone.
Intento, desde que me enteré de esta curiosa noticia, discurrir argumentos a favor de mantener la caligrafía tradicional, y la verdad es que no se me ocurren demasiados, y algunos de ellos admito que solo responden a la más pura nostalgia o a un romanticismo bobalicón. Pensaba por ejemplo lo triste que sería, si nos cepillamos la escritura a mano, que los chavales no pudieran escribir “tonto el que lo lea” en los cristales empañados del autobús, poner su nombre en la arena de la playa o inmortalizar sus primeros amores, con una navajita, en la corteza de un chopo. Aunque se siguiera enseñando la caligrafía con letras de molde, separadas y sin rabito, no sería igual de entrañable.
Con independencia de lo que haga al final este país nórdico, no cabe duda de que el tema reviste un enorme interés para la sociedad de todo el planeta, en especial para las nuevas generaciones. Reconozco que al enterarme de la versión inicial de la noticia, mi primera reacción fue despotricar contra esos “vikingos del norte de romanización y cristianización tardía”, pero al poco tiempo, dándole vueltas, me di cuenta de que la decisión del ejecutivo finlandés tiene mucha más miga de la que parece, pues no en vano cada vez manuscribimos menos y en pocos años lo más probable es que desaparezca incluso el soporte papel. Ya invité una vez a los lectores de La pluma viperina a preguntarse cuántas palabras escribían de su puño y letra a la semana; yo, desde luego, pocas, muy pocas, y cada vez menos, debido a mi uso cotidiano del ordenador, Internet, correo electrónico y smartphone.
Intento, desde que me enteré de esta curiosa noticia, discurrir argumentos a favor de mantener la caligrafía tradicional, y la verdad es que no se me ocurren demasiados, y algunos de ellos admito que solo responden a la más pura nostalgia o a un romanticismo bobalicón. Pensaba por ejemplo lo triste que sería, si nos cepillamos la escritura a mano, que los chavales no pudieran escribir “tonto el que lo lea” en los cristales empañados del autobús, poner su nombre en la arena de la playa o inmortalizar sus primeros amores, con una navajita, en la corteza de un chopo. Aunque se siguiera enseñando la caligrafía con letras de molde, separadas y sin rabito, no sería igual de entrañable.
También se me han ocurrido otras razones más pragmáticas. Por ejemplo, ¿cómo nos comunicaríamos por escrito en una hipotética situación de emergencia en la que no pudiéramos disponer, al menos temporalmente, de dispositivos tecnológicos? Aunque este tipo de trances extraordinarios en los que tuviéramos que redactar mensajes con un lápiz o con un palo con la punta quemada parecen más propios de un filme del género apocalíptico, yo sí considero que saber escribir sin ayuda de instrumentos complejos que puedan sufrir averías o dependan de una fuente de alimentación, es una habilidad humana nada desdeñable que nos puede sacar de más de un apuro. En contra de mi razonamiento hay quien esgrime que una habilidad que casi nunca se practica acaba atrofiándose y volviéndose inútil en caso de necesidad. No hay más que fijarse en la letra de un anciano de ochenta años que aprendió a escribir en la escuela pero que jamás ha practicado en su vida.
Otra posible defensa de la caligrafía es que escribiendo con papel y bolígrafo los tiernos infantes potencian su destreza manual y su desarrollo cognitivo, lo cual ha sido rebatido por algunos pedagogos muy modernos, que señalan que hay otras formas más idóneas de adquirir estas pericias, como el dibujo o las manualidades. Lo que yo sí tengo muy claro, tras mi larga experiencia como estudiante y opositor, es que escribiendo las ideas y conceptos a mano se quedan mucho mejor grabados en la memoria que leyéndolos o incluso tecleándolos en el PC.
Otra posible defensa de la caligrafía es que escribiendo con papel y bolígrafo los tiernos infantes potencian su destreza manual y su desarrollo cognitivo, lo cual ha sido rebatido por algunos pedagogos muy modernos, que señalan que hay otras formas más idóneas de adquirir estas pericias, como el dibujo o las manualidades. Lo que yo sí tengo muy claro, tras mi larga experiencia como estudiante y opositor, es que escribiendo las ideas y conceptos a mano se quedan mucho mejor grabados en la memoria que leyéndolos o incluso tecleándolos en el PC.
En pocos años los finlandeses no van a entender ni papa los textos como este |
Se me va agotando la batería argumental y pido el auxilio de los lectores. En su momento pensé que suprimir la caligrafía alegando la existencia de teclados sería como no enseñar a los críos a sumar, restar, multiplicar y dividir con la excusa de que para eso ya existen las calculadoras. Pero siendo honrado debo aceptar que no es lo mismo, pues el aprendizaje de las operaciones aritméticas básicas favorece el desarrollo intelectual, la inteligencia conceptual y el conocimiento del medio de una manera muy específica y totalmente imprescindible para la vida futura del niño, mientras que desterrar los Cuadernillos Rubio y los lapiceros no equivale a anular el aprendizaje de las habilidades lingüísticas, sino a alcanzarlo por otras vías más acordes con nuestro actual entorno socio-tecnológico.
Para terminar, daré una razón que a mí me parece importante. Si se finiquita la enseñanza de la “letra seguida” (la caligrafía cursiva, como se le llama técnicamente), los alumnos quedarán incapacitados para leer un manuscrito y ello repercutirá de manera negativa en la comunicación intergeneracional y en el acceso a las fuentes del conocimiento. Imagino que los futuros historiadores y documentalistas tendrían que hacer un curso monográfico para aprender cómo se escribían sin ordenador las letras “a”, "b", “r” y “f”, y cómo se unían los caracteres entre sí con los trazos de una pluma.
Para terminar, daré una razón que a mí me parece importante. Si se finiquita la enseñanza de la “letra seguida” (la caligrafía cursiva, como se le llama técnicamente), los alumnos quedarán incapacitados para leer un manuscrito y ello repercutirá de manera negativa en la comunicación intergeneracional y en el acceso a las fuentes del conocimiento. Imagino que los futuros historiadores y documentalistas tendrían que hacer un curso monográfico para aprender cómo se escribían sin ordenador las letras “a”, "b", “r” y “f”, y cómo se unían los caracteres entre sí con los trazos de una pluma.
11 comentarios:
Y además según Borges alguna vez fue parte de los buenos modales:
“Escribir no era una tarea para Macedonio Fernández. Vivía (más que ninguna otra persona que he conocido) para pensar. Diariamente se abandonaba a las vicisitudes y sorpresas del pensamiento, como el nadador a un gran río, y esa manera de pensar que se llama escribir no le costaba el menor esfuerzo. Su pensamiento era tan vívido como la redacción de su pensamiento; en la soledad de su pieza o en la agitación de un café, colmaba páginas y páginas con la escritura perfilada de una época que desconocía la máquina de escribir y para la cual una clara caligrafía era parte de los buenos modales.”
(Jorge L. Borges sobre Macedonio Fernández).
Solo aportar un elemento más de reflexión a su post. En el último párrafo hace referencia a dificultades para que los futuros historiadores interpreten documentos manuscritos. Esta dificultad ya existe, y precisamente en las facultades de historia suele haber la asignatura de Diplomática y Paleografía (o con nombres similares), donde aprenden a interpretar manuscritos antiguos, no precisamente jeroglíficos, sino escritos con nuestro mismo alfabeto y lengua. Es decir, ya nos cuesta entenderlos, y somos generaciones que nos han educado a escribir manualmente, pero esta escritura manual ha evolucionado con los siglos. En Finlandia conservarán, por lo menos, la grafía manual con letra de imprenta, que produce una escritura bastante más nítida que la seguida, aunque muy impersonal, lo siento por los grafólogos.
La pregunta real que deberían hacerse en Finlandia es sobre que van a aprender en el tiempo que antes dedicaban a la escritura manual. ¿Son estos nuevos contenidos más valiosos que el aprendizaje de la escritura manual seguida? porque uno de los problemas de la pedagogía es que el tiempo de aprendizaje es limitado, y esto obliga a realizar una selección de contenidos a aprender y otros a no aprender en la escuela. Este es el problema real. ¿Cuales son los contenidos significativos en nuestra época?.
Yo por un lado estoy muy a favor de que se aprenda mecanografía, porque me parece dañino a los ojos que en esta época que vivimos, los niños y no tan niños, sigan tecleando usando solo el dedo índice de cada mano.
Sin embargo, no comparto que no se enseñe a escribir a mano. Yo por mi parte a diario escribo bastante a mano. Y por mucho que avance la tecnología, para enseñar y para estudiar nunca va a dejar de ser importante la escritura a mano. De hecho, las pizarras, ya sean de tiza, de rotulador, o con bolígrafos táctiles, son lo que más se utilizan en la enseñanza, ya que por muchos recursos que incluyan los programas de ordenador, lo más rápido para hacer esquemas o usar símbolos o diferentes formas, es con la mano, que es lo más espontáneo y lo que mejor representa lo que está en tu cabeza.
Por otra parte, sí que quitaría importancia a algunas destrezas que antes eran muy importantes y que algunas con el tiempo ya la han dejado de ir teniendo. Por ejemplo: escribir con la derecha, esforzarse en una caligrafía bonita, enlazar las letras, la velocidad al escribir, la escritura en cursiva. Bastaría con que el niño sepa escribir a mano y punto.
Alco, lo de aprender a escribir solo con letra de imprenta a mí me parece una chorrada, y eso de que produce una escritura "bastante más nítida" que la escritura seguida, habría que verlo. La escritura seguida (unir las letras con rabitos)es una simple consecuencia de la necesidad de escribir deprisa, y aunque aprendan las letras de molde separadas en vez de las cursivas, como los niños tengan que escribir con cierta velocidad, acabarán uniéndolas y deformándolas igualmente.
La clave está en lo que dice la amiga Aprendiz, que últimamente se sale con sus comentarios: a lo mejor es que ya no es necesario escribir rápido a mano y por lo tanto es absurdo aprender o ejercitarse en esa habilidad.
Me ha gustado mucho lo que comenta Aprendiz de la mecanografía. Yo tecleo todos los días páginas y páginas, y, sin embargo, uso solo los índices de cada mano como un paleto. ¿Por qué motivo? Porque nunca nadie me enseñó mecanografía. ¿Y por qué no me preocupé de aprenderla por mi cuenta? Porque nunca me ha sido imprescindible tener velocidad tecleando. Los textos que yo redacto en mi actividad profesional los debo meditar mucho, fundamentar, consultar normativa mientras escribo y rehacer continuamente, y por lo tanto me da lo mismo tener o no un determinado número de pulsaciones.
Sin embargo, si ahora tuviera que volver a la Universidad y tomar apuntes con la tablet como hacen ahora los chavales, lo iba a tener crudo. Usando solo dos dedos no podría seguir ni al catedrático más lentorro, aunque creo que para usar solo los índices lo hago bastante deprisa y conozco a mucha gente que le pasa igual...
Creo que para las generaciones más recientes sí será imprescindible la mecanografía, porque para ellas va a ser la única forma de escritura y si no lo hacen de forma rápida y eficiente, tendrán muchas actividades y trabajos vedados. Incluso casi serán analfabetos funcionales.
¿Y qué me dicen de las pizarras?
No se preocupe Neri, suele pasar. Cuando la tecnología amenaza a la morfología o a la costumbre el hombre tiende a asustarse porque genera una incertidumbre sobre el futuro; en ese sentido pienso que le ha dado por hacer una crítica facilona anclándose en un pasado que no volverá y mostrándose algo destructivo sobre un futuro que desconoce.
No le quiero ni quitar ni dar razones, si acaso como usted dice retroalimentar la batería discursiva al respecto del tema que nos propone.
Verá, a mi me ha dado por pensar por la época aquella que no existía ni el papel ni la pluma (o instrumento similar para escribir) la escritura se hacía a golpe de martillo y cincel sobre el mármol. Cuando apareció lo nuevo, seguro que muchos dejaron la escritura de “martillo y mármol” y otros tipo usted se lamentarían como el escritor de antaño abandonaría la fuerza de sus brazos trasladando el trazo a la delicadeza de los dedos con pluma y papel. ¿Lo ve? Más que una cuestión de estilo, antropológica o cultural esa transmutación de la escritura también acabó siendo una cuestión antropomórfica. Y puede que "...quien libera el cuerpo de actividades motrices traslada su fuerza a la mente" (Anónimo)
Quién ha tenido hijos (quien no los ha tenido también) sabrá que una de los primeros avances en el dominio del cuerpo del bebé, está en la capacidad de hacer “la pinza” (y con ello alcanzar objetos con el pulgar y el índice de la mano)…esa facilidad bien entrenada ha sido imprescindible para la escritura de letra ligada y con ello no solo la elegancia caligráfica sino un buen domino de las manos y dedos para otro tipo de actividades. Se me ocurre que gracias a que su amigo AdB tiene depurada esa técnica de manos y dedos, la mismísima Monica Bellucci disfrutará mas de las caricias que él lehiciera y que esa habilidad manual del Brujo podría llegar a los lugares más insospechados.
¡No solo es una cuestión romántica Neri! Es la adaptación del cuerpo a la tecnología. También decían que con los primeros móviles los pulgares de los adictos al SMS se harían más robustos, y ahora solo con un leve contacto de las yemas de los dedos puedes enviar un “te quiero” a la persona amada con un simple “watsup” ¿mejor? ¿peor? ... Simplemente diferente.
Yo creo que llegaremos a ver la tablet injertada en el brazo derecho (si uno es zurdo) o viceversa aunque sospecho que en ese momento la fuerza de los dedos no sea tan importante. En ese caso que le pregunten a la Bellucci si le satisface más un poema por e-mail o que le acaricien un seno a golpe de pulgar.
Un Saludo y
Buenffffffffffffffffffindesemana ( ¡glups!¡se me ha disparado el índice derecho! )
Vaya lección de espeleología genital...Qué cochinada.
Pero bueno...usted que se ha pensado?. Que mi amor por la Bellucci es platónico. El efecto pinza. Yo había oído hablar del efecto tuneladora, del hombre-ventosas, del tirachinas, del cococha- man...Permitáseme el pareado para finalizar:
Qué cojones tiene la caligrafía finesa,
para que a usted se le ponga tiesa?.
Es coña...eh...De buen rollo.
Oiga Brujo, no se me encabrone. Diez de cada diez pediatras (repito diez) mencionan el "efecto pinza" como uno de los aprendizajes coporales del ser humano, tan importantes como el gateo (posición a cuatro patas) , la lateralidad (que la mano derecha sepa de la izquierda) y si me apura el saber hacer la "croqueta" (voltear el cuerpo de posición tendio de espalda a posición de frente) Es una cuestión morfológica y anatómica de la evolución y dominio del cuerpo que poco tiene que ver con la caligrafía finesa, las tuneladora u hombres ventosa. ¡Y es cierto!
A parte de eso, respeto mucho su amor con la Sra.Monica Bellucci, como también respeto al Sr. Platón (EPD) Le pido disculpas a usted y a toda la audiencia si mi comentario ha parecido, escabroso, de mal gusto o lascivo. No pretendía ofender con estúpidas lujurias algo tan puro como sus sentimientos hacia esa bella mujer (que además tengo entendido que tiene una caligrafía espectacular).Reitero mis disculpas que espero las recoga con la grandeza de su generosidad.
Saludos.
Tomae...que no pasa nada.No abandone su fina ironía por las disculpas.Joder que me ha dejado pelín sorprendido esa asociación de ideas en un hombre recto y formal como usted.No me haga caso, que yo tengo pinzado el cerebro todo el tiempo. Buen fin de semana a usted y a toda la peña viperina.
Gracias Brujo, también le deseo lo mejor para estos días a usted y toda la peña.
Gracias Al Neri, me ruborizas :-)
Yo creo que el que no escribe a mano es porque no quiere,ya que todos sabemos hacerlo,yo al menos unas 3 veces a la semana lo hago,y tengo un bloc lleno de ideas que me vienen de pronto o alguna cita que me gusta,o en cualquier caso escribo una chorrada que me viene a la mente,y luego al cabo del tiempo la releo,y digo. vaya no está mal,al margen de esto mi madre estudió en colegios finlandeses y siempre nos decía a mi hermano y a mi,que el mejor profesor no es el que mas te enseña,es aquel que te hace tener ganas de aprender.
Lo de escribir a máquina,bueno en mi casa aprendimos mi hermano y yo,con una vieja máquina alemana de mi padre,y cada vez cogíamos mas carrerilla,mi padre lo hacía como un juego,pero hoy lo agradezco ya que tengo gran destreza ante un ordenador,pues así es el que no hace algo es porque no quiere aprenderlo,siempre hay tiempo para todo.
Publicar un comentario