Esta miniserie me la recomendó un amigo con su mayor entusiasmo y con términos tan encomiásticos como “obra maestra”, ”maravilla”, “genialidad” y “joya”, de modo que me la descargué y me dispuse a disfrutarla con unas expectativas por todo lo alto. El primer episodio no me enganchó, la verdad, pero su fabulosa fotografía y esa atmósfera tan inquietante de comarca sureña encenagada en el Misisipi y en la superstición me incitaron a seguir adelante y tragarme los ocho capítulos. Craso error. En su conjunto me ha parecido un cargante cóctel de pretenciosidad, tedio, guión impeorable e interpretaciones tan intensas como patéticas, con un Matthew McConaughey sobreactuadísimo.
True detective, estrenada este mismo año en Canal Plus, es una serie de la HBO sobre la investigación de unos crímenes de cariz religioso por dos turbios detectives de la policía estatal de Luisiana. Anclada en los esquemas más elementales del thriller policíaco, con un hilo argumental confuso y unos desnudos íntegros y absolutamente gratuitos, esta historia de Nic Pizzolatto nos recuerda las peores muestras del cine independiente americano. La trama es lentorra (sobra más de la mitad) y nada original, los episodios se hacen eternos (una hora), no hay casi acción, los continuos flashbacks hacen perder el hilo, los diálogos son enrevesados y muy difíciles de seguir, no hay ni un solo giro que sorprenda en todo el guión, el final deja indiferente (a quien lo entienda) y, por si fuera poco, los agentes protagonistas son más raros que un perro verde, hablan todo el tiempo en tono cansino y pseudofilosófico, y se pasan la serie bebiendo y follando sin venir a cuento.
Al amigo que me ha hecho tan nefasta sugerencia, corriendo voy a tomarle en serio otro día cuando me hable de cine. Me dijo el muy truhán que McConaughey estaba sublime y para mí que nunca debería haber dejado sus papeles de niño mono en comedias comerciales y pelis de acción. Ni siquiera me convenció del todo en su breve aparición, como bróker pajillero, en El lobo de Wall Street (2013).
True detective amenaza con más temporadas. Menos mal que en cada una la historia y los personajes son distintos.
True detective, estrenada este mismo año en Canal Plus, es una serie de la HBO sobre la investigación de unos crímenes de cariz religioso por dos turbios detectives de la policía estatal de Luisiana. Anclada en los esquemas más elementales del thriller policíaco, con un hilo argumental confuso y unos desnudos íntegros y absolutamente gratuitos, esta historia de Nic Pizzolatto nos recuerda las peores muestras del cine independiente americano. La trama es lentorra (sobra más de la mitad) y nada original, los episodios se hacen eternos (una hora), no hay casi acción, los continuos flashbacks hacen perder el hilo, los diálogos son enrevesados y muy difíciles de seguir, no hay ni un solo giro que sorprenda en todo el guión, el final deja indiferente (a quien lo entienda) y, por si fuera poco, los agentes protagonistas son más raros que un perro verde, hablan todo el tiempo en tono cansino y pseudofilosófico, y se pasan la serie bebiendo y follando sin venir a cuento.
Al amigo que me ha hecho tan nefasta sugerencia, corriendo voy a tomarle en serio otro día cuando me hable de cine. Me dijo el muy truhán que McConaughey estaba sublime y para mí que nunca debería haber dejado sus papeles de niño mono en comedias comerciales y pelis de acción. Ni siquiera me convenció del todo en su breve aparición, como bróker pajillero, en El lobo de Wall Street (2013).
True detective amenaza con más temporadas. Menos mal que en cada una la historia y los personajes son distintos.
4 comentarios:
Tampoco a mí me gusta el McConaughey, así que me lo apunto: "no ver True detective bajo ningún concepto".
Yo a la que estoy enganchadísimo es a la serie de Netflix House of Cards. Si no la ha visto dele una oportunidad, que de momento llevan sólo dos temporadas muy cortas :-)
¿Veis la foto de la entrada la cara que tiene McConejo de estar cagando? Pues se pasa con esa cara toda la serie.
para mí serie buena, buena, Breacking Bad......
Tablones, véndanosla un poco, ande.
Sinretorno, hace muy pocos días le dediqué una entrada a Breaking bad.
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