Era una tertulia radiofónica de derechas donde se criticaba, con grandes aspavientos, el programa económico de Podemos. Dos grandilocuentes economistas parecían al borde de la apoplejía advirtiendo de las nefastas consecuencias que tendría la puesta en práctica de los postulados que a mí más me gustan de la formación liderada por Pablo Iglesias. La injusticia, el aumento de la evasión fiscal, la restricción de libertades, la huida de capitales o el empobrecimiento del país eran, según estos señores, los fantasmas que nos asolarían si Iglesias, Errejón y Monedero sacaran adelante su proyecto intervencionista, redistributivo y nacionalizador. En mitad del debate, uno de los neocapitalistas aseguró, quedándose tan ancho: “Yo siempre he dicho que si soy liberal es para que los pobres puedan hacerse ricos, no para que los ricos se hagan más ricos”.
Comentarios de este jaez, que hieren mi estómago y azuzan mi agresividad más básica, merecerían una respuesta penal o, en su defecto, la acción de la apisonadora del pueblo encrespado y ahíto de paridas. Frases como esta son cuchillos de insulto, burlas crueles que atenazan la garganta de los humildes, únicos paganos de esta crisis desencadenada por usureros bancarios y por liberales porcinos como su autor.
Ya es duro que unos ideales se apoyen en el deseo de que alguien "se haga rico”, pero peor es el pitorreo. El liberalismo económico se fundamenta en unas relaciones fuertemente competitivas dentro de un escenario de absoluta desigualdad, en el que resulta técnicamente imposible que los débiles lleguen a jugar en la misma división que los millonarios de cuna. Por otra parte, como los recursos son limitados, la existencia de famélicos solo se explica por el hecho de que una pequeña minoría acumula la mayor parte de la renta y del patrimonio, algo que el modelo liberal no está dispuesto a enmendar. Por eso, en una economía capitalista los pobres jamás se forrarán, más que nada porque si todo el mundo fuera rico ello implicaría, por puras razones aritméticas, que los ricos de toda la vida perderían muchísimo dinero, algo que los liberales no van a consentir.
Esa cantinela yanqui del “país de las oportunidades” solo puede hacerme sonreír en el mejor de los casos. La presunta movilidad social ilimitada en los entornos libremercantilistas es solo una ilusión cultural auspiciada por la propaganda. La única oportunidad de las familias más necesitadas para mejorar sus expectativas sería al amparo de un régimen político que impulsara activamente medidas solidarias, fiscalizara las relaciones laborales, domesticara los mercados y enfocara la fiscalidad a la corrección de desigualdades. Yo dudo que todo esto vayan a hacerlo los de Podemos, quienes, por el contrario, si alcanzaran la más mínima cuota de poder, provocarían una fractura social sin precedentes y los efectos más nocivos imaginables para la integridad de nuestra Patria. ¡Y la culpa sería de los liberales!
6 comentarios:
Parece que en USA muchos se están haciendo cuestionamientos que están en línea con lo que usted expone:
http://www.lanacion.com.ar/1746249-el-nuevo-populismo-seduce-a-los-norteamericanos
Viene bien recordar aquí la voz estremecida de Pound diciendo su célebre Canto XIV:
http://www.youtube.com/watch?v=Aba1dVLVSFg
me chirría es que alguien de derechas sea también liberal. No ha habido muchos regímenes de derechas que prescindan del Estado, que relajen la ley, que fomenten el individualismo ..., en fin, esto de la teoría política es un mundo.
En el fondo de su artículo veo una comparación entre dos vías paralelas: la económica y la política. El liberal económico dice que un pobre puede hacerse rico, del mismo modo que el liberal político afirma que cualquiera puede llegar a gobernar. Pero si un humilde intenta acceder a la riqueza, la clase privilegiada caerá sobre él del mismo modo que los políticos asentados están cayendo sobre Podemos.
El que dice defender que los pobres puedan ser ricos, seguro que también presume de demócrata por reivindicar el acceso de todos a la política. Hasta que se presenta uno con el paso cambiado, claro.
En resumen, que reconocen tu derecho a ser rico o a gobernar mientras no se te ocurra ejercerlo.
Saludos.
Tábano, yo, de todos modos, no consideraría populismo a las políticas redistributivas. Lo que sí me parece populista es el discurso del sueño americano, que tanto ha calado en millones de imbéciles.
Politícola, hombre, tampoco estamos hablando de anarcocapitalismo. La derecha siempre ha representado los intereses de las élites económicas, pero tradicionalmente ha tenido dos vertientes: la liberal y la antiliberal. Los derechistas liberales son los que consideran que unos poderes públicos neutrales o inhibidos en materia económica favorecen más los intereses de estas élites, pues les dejan las manos libres para imponerse en el mercado y acumular recursos. En cambio la derecha antiliberal o autoritaria (que es la que suele conocerse como "extrema derecha") piensa que un estado fuerte es la mejor garantía de los privilegios de clase.
La derecha antiliberal hoy está "fuera de onda". En la historia se ha identificado frecuentemente con regímenes confesionales católicos. Un ejemplo muy típico es el franquismo. Su sensibilidad social es mucho mayor que la de la otra derecha, pero en la práctica sus políticas sociales son parches que no alteran en lo más mínimo las estructuras socioeconómicas.
Algunos han confundido la derecha antiliberal con los regímenes de inspiración fascista, pero no tienen nada que ver. El historiador Stanley Payne explica muy bien la diferencia apelando al carácter oligárquico y elitista económico de la derecha antiliberal, y al de movimiento popular, revolucionario,obrerista y de masas del fascismo. Y subrayo que me estoy refiriendo a las doctrinas políticas, no a los regímenes históricos, algunos de los cuales (el fascista italiano mismamente)tuvieron un importante sesgo derechista.
Llorente, no puedo estar más de acuerdo con su comentario y en especial con su última frase.
Gracias a todos.
Brillante post. Brillante respuesta. Muy lúcido, Neri.
efectivamente, Sr.Neri ha detectado bien por dónde iba. Observo en los últimos tiempos muchos tipos que sacan billete hacia el anarcoliberalismo ..., y me preocupa
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