He observado que en general soy bastante menos influenciable que la media por las modas, por la publicidad o por cualquier charlatán que pretenda convencerme de que compre algo. Seguramente se deba a mi actitud defensiva por culpa de toda la ralea de iluminados y vendecacerolas que a lo largo de mi vida me he ido topando en los mundillos religiosos e ideológicos, así que estoy más que harto de que me intenten dar la brasa y colocar motos de todo tipo.
Sin embargo, hay una modalidad publicitaria con la que siempre pico para mi desgracia. Me refiero a los trailers de cine. Suelo ir al cine un par de veces al mes y siempre me pasa igual. Al final de cada tráiler de los que ponen antes de la película, casi siempre digo: “Esa, esa, yo quiero ver esa”. Vamos, que me la meten doblada, porque me las trago todas por los anuncios. Menos mal que después no siempre pago por verlas, ya que la mayoría me las apunto y las consigo en su momento con métodos inconfesables, pero hay unas cuantas que sí voy al cine a tragármelas.
Y está demostrado: siendo optimistas, solo una de cada diez películas de estreno merece ser vista. El resto son un coñazo o son el mismo filme que has visto cien veces (sobre todo thrillers) con diferentes formatos, actores y guiones, que se te olvidan nada más aparecer los créditos finales. Pero me deja maravillado eso de los trailers, que es un verdadero arte. Se necesita ser listo para seleccionar dos minutos de escenas y hacer creer a la peña que una bazofia insufrible es un peliculón entretenidísimo. Tiene mérito, sí.
Para mí, la clave está en que la mayoría de los guiones tienen un planteamiento muy atractivo, pero después la pifian en el desarrollo y sobre todo en el final, alargando excesivamente el metraje o cayendo en los tópicos habituales de Hollywood. También sucede que en casi todas las películas, por muy patéticas que sean, hay tres o cuatro escenas vistosas (basadas normalmente en los efectos especiales) o tres o cuatro diálogos originales. El truco está por lo tanto en presentar en unos minutos el planteamiento sugerente y esas pocas secuencias bien mezcladas, sacando partido a la banda sonora, y en dejar la cosa en suspenso, para que a los que estamos en la butaca se nos queden unas ganas locas de ver la peli entera. A mí ya digo que me engañan como a un chino.
Luego vas a verla y sales bufando y acordándote de la madre del director y del autor del extracto publicitario.
De todos modos, en estos avances alguna vez incurren en una estratagema que a mí me pone en guardia. Se trata de esa frase tan sospechosa de “Del director de tal película” o, aún peor, “del productor de tal otra”. Cuando intentan atraer al público rememorando una vieja gloria de un cineasta o de un miembro del equipo artístico, mala señal. Es indicio de que el producto es malo, tan malo que incluso costaría llenar las salas con el tráiler más hábil, de modo que no les queda otra que apelar al recuerdo de otra peli que les salió mejor. Es matemático; jamás he visto algo con ese tipo de señuelo que haya merecido la pena. De hecho, esas películas ya las descarto por sistema.
Normalmente los trailers me recuerdan a algunas mujeres coqueteando. Solo sacan su lado más simpático, te medio aturden con los efectos especiales de un escote de Wonderbrá, te enganchan con su risa cantarina o con un par de secuencias de simpatía arrolladora, y luego… tururú. Después el guión completo aburre y a los efectos especiales se les ve el truco.
14 comentarios:
Yo este viernes estuve viendo "Invasión a la Tierra", cuyo trailer prometía mucho.
Luego me decepcionó bastante, era más de lo mismo, muy semejante a "Skyline" o "Monstruoso".
El trailer que más me ha impactado en los últimos días es el de "Caperucita Roja", porque hay que ver como han cambiado el cuento los de Hollywood.
¿Que ha sido del mundo en el que me crié?.
Jajajajaja wonderbra ¿cómo era aquello de......engaña a los de fuera, oprime a los de dentro y levanta la moral .......? O algo así.
Soldado Vikingo la primera vez que me contaron un chiste de Caperucita se me cortó la respiración, yo la tenía por una niña inocente que iba a visitar a su abuelita.
Tiene mérito ir dos veces al mes al cine... Yo para encontrar una película que de verdad me guste antes me he tenido que tragar unas cuantas un poco mierdecillas...por eso no me arriesgo y las veo gratis en casa.
y lo malo es que, buscando esas dos o tres escenas sugerentes, a veces llegan al final de la peli, ¡y te ponen en el "trailer" escenas determinantes en el argumento !
El cine a nivel global se está quedando sin ideas,las decadas anteriores fuerón mucho más fructiferas en buen cine.
Actualmente apenas hay películas que merezca la pena pagar por ellas, son todo remakes encubiertos, lobotomizadoras sociales o bazofias ñoñas made in USA.
Esto mismo es aplicable a series de TV,incluso dibujos infantiles
Soldado Vikingo, el mundo donde te criaste ha sido mucho mas"progre" del que yo me crie puesto qué soy un poco más mayor que tú, pero no te digo nada si lo comparamos con el de nuestros padres...
Ese mundo ha sido dinamitado desde fuera y desde dentro por hordas de hijos de puta cobijados en la democracia"liberal" con el máximo beneficio como pretensión única al coste social que fuera.
Solo queda resistir y combatir.
Casi nunca voy al cine. Y las pocas veces que voy salgo con la impresión de que si hubiera invertido ese dinero en un Bacardí o en unas cervezas belgas me habría causado mayor satisfacción.
Es más, la mayor parte de las veces que me pongo a visitar las discográficas megaupload ni siquiera sé qué bajarme. De hecho ni siquiera había visto entera películas como Laurance de Arabia (ayer comencé).
Sin embargo, es cierto que la publicidad (no esa carrera cursillo) puede llegar a ser un arte. Arte que a usted, sr. Neri seguramente se le habría dado muy bien.
Estoy de acuerdo en que tiene mucho mérito la labor de los que realizan los avances de las películas. Yo lo haría también extensivo a los anuncios de las series y programas de televisión. Bueno, y a los anuncios en general, a mí siempre me han atraído muchísimo. Aunque tengan a veces mecanismos discutibles, hay resultado audiovisuales fascinantes.
Hace usted unos matices interesantes, sr. Neri, al reconocer que se deja llevar con más facilidad por los anuncios de las películas que en cualquier otro tipo de anuncio. Parte del mérito de los que hacen los anuncios supongo que está en ponerse en la piel y el alma del tipo de persona a la que pretenden llegar. Y con el coqueteo me temo que pasa lo mismo: el escote y la risa cantarina siempre tienen su público.
¿Usted cree que yo habría sido buen publicista, Subdire? Pero si soy incapaz de convender a nadie de nada...
Pues yo sí me le imagino desarrollando campañas publicitarias de compresas.
Subdire, ¿a qué huelen las nubes? :-)
Le doy toda la razón, Neri, los trailers son un reclamo infalible y peligroso y el recurso a las viejas glorias un anzuelo ramplón para que piquen memos.
Me gusta su post porque está de rabiosa actualidad.
Para muestra un botón: "Encontrarás ratones"
Gracias por poner por escrito cosas que siento y no caigo en expresar,
Muy cordialmente
Asun
Otra cosita Al: yo le diré a qué huelen las nubes en este caso.
A dinero fresco.
A mucho dinero y muy fresco.
Las chavalinas son un sector de compradoras infalibles y los vendedores zorros viejos de méritos incuestionables y una experiencia e intuición impagable.
Por eso cobran tanto.
Saludos
Asun
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