martes, 7 de diciembre de 2010

LA TORMENTA PERFECTA

En estos tiempos de cacareada democracia y supuesta pluralidad es más difícil que nunca para un católico vivir coherentemente conforme a sus creencias y valores.

La moral católica es de por sí dura de llevar, ya que los humanos somos por naturaleza bastante cómodos, egoístas y dados a los excesos más placenteros. Es lo que nos pide el cuerpo, vamos. A unos más que a otros.

Pero si encima todo a nuestro alrededor nos incita y nos presiona a renunciar a nuestro estilo de vida, apaga y vámonos.

Es verdad que la salvación o la condena eterna nos la curramos nosotros solitos, pero sin un buen entorno, sin unas buenas “condiciones ambientales”, la lucha contra algunas poderosas corrientes puede resultar estéril.

El barco lo tripulamos nosotros y es cierto que somos responsables de que llegue a puerto. Pero, ¿qué pasa si navegamos en medio de una terrible tempestad? ¿Qué pasa si tenemos el pulso firme pero nuestra pequeña embarcación está rodeada de olas gigantescas y de vientos adversos?

A menudo reflexiono sobre la situación de los barquitos católicos en este océano materialista, hedonista e insolidario. Pienso que a muchos se nos ha colado ya mucho agua y tenemos las velas medio rasgadas.

Quizá la solución sea navegar más cerca de otros barcos, para contar con su ayuda. O, mejor aún –y más idealista- , hacernos un mar diferente en el que navegar.


En este sentido, si algo tengo claro es que vivir rodeado de católicos ayuda mucho. En mi opinión, vivir en una familia cristiana, tener gente maja que sepa y te aconseje, contar con la ayuda de un sacerdote, tener un grupo de amigos como Dios manda o echarse una novia que piense en católico son claves esenciales para perseverar en nuestro estilo de vida.

Pero hacer esto puede ser, como digo, crearnos un mar diferente para navegar más tranquilos; cavar nuestra pequeña piscina a orilla del furioso oleaje; autocomplacernos en nuestro propio microclima artificial… Y digo artificial porque el mal tiempo y el maremoto implacable seguirán estando ahí y tendremos que lidiar con ellos tarde o temprano, en mayor o menor medida.

A veces me parece utópico que el católico de hoy pueda cumplir como es debido si no se monta su pequeño mar “friki” y vive un poco a su aire, de espaldas a todo lo que le rodea, sin participar en los vicios y costumbres, en las mentalidades, en las economías, en el estilo de pareja, en el ocio o en el modelo de familia que el gran océano impone con la cresta turbia y agresiva de sus olas.

El católico fetén, el que está dispuesto a no ceder ni un ápice en sus convicciones, está condenado a sentirse aislado, “extraño como un pato en el Manzanares”, rarete y menospreciado desde su humilde barreño junto a la playa.

Hace diez o quince años, tenía amigos y conocidos con firmes convicciones católicas. Algunos de ellos, grandes ejemplos para mí. Gente que, sin ser ñoña, compaginaba con salero y maestría, sin renunciar a nada, el cálido bienestar de su pequeña piscina con sus salidas obligadas al mar desapacible.

Hoy casi todos han sido engullidos
por la tormenta perfecta.

Sobre este mismo tema, en La pluma.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo importante es saber volver al barco pese a caer en las olas de la tormenta.

LANGOR dijo...

Buenas tardes:

Visto desde fuera el catolicismo (como gran parte de las religiones) tiene dos fallos:

- Primero: En muchos de sus aspectos es contrario a una serie de instintos fijados por una burrada de años de evolucion humana. Estos instintos son validos ya que nuestra propia existencia a dia de hoy los avala. Sirva de ejemplo la moral sexual. La naturaleza nos ha hecho poligamos y no monogamos.
Sirva tambien la idea de violencia (muerte y robo)
En la lucha entre la doctrina de los santos padres de la Iglesia y los intintos tiendo por lo general a quedarme con los instintos.

LANGOR dijo...

Segundo:

La ciencia esta dejando muy descolocada y obsoleta a la religion en muchas materias.

Valga como ejemplo el caso del Parkinson (y otras degenerativas)y la investigacion con las celulas madre. Me importa un pito que esas celulas madre pudieran haber sido una persona. No lo van a ser, son subproductos y si pueden ser usados para otra cosa benditas sean.

En resumidas cuentas la tormenta perfecta no es mas que una evolucion normal del ser humano y no puede ser constreñida por unos dogmas inventados por nadie.

Un saludo

Embajador dijo...

Bueno, lo que tu llamas "la tormenta perfecta" en el Evangelio se denomina "la puerta angosta".

Y al final los que pretenden que el cristianismo es una manera facilona, apocada y cobarde de vivir la vida lo unico que demuestran es no tener ni puñetera idea de lo que están diciendo.

Por lo demás muy de acuerdo con Soldado Vikingo, y muy en desacuerdo con Langor porque si algo nos ha enseñado el devenir de los tiempos es que los humanos no somos meros animalitos y que nuestra naturaleza es algo diferente a la de los cerdos y las hienas, por poner un par de ejemplos rápidos. Posiblemente hasta un evolucionista puede entender eso sin excesiva dificultad.

Anónimo dijo...

Embajador en el infierno: lo que individuos como este quieren es enfrentar a la ciencia y a la religión para hacer creer a la gente que solo se puede aceptar una de las dos.
Vamos a ver:
1º Al negar a Dios y justificarlo todo con la ciencia, esa gente no se da cuenta de que esta divinizando a algo, que es lo que ponen por encima de ellos para justificar las cosas. El hombre siempre pone a algo por encima de si, ya sea a Dios, a la ciencia, a su ideología política o a si mismo (en este caso, el hombre resulta ser un individuo prepotente, egocentrico y egoísta).
2º Mañana, cualquier científico podría elaborar una teoría sobre los cambios en la naturaleza mejor explicada que la de Darwin, lo que provocaria que la teoría de la selección natural quedara obsoleta y ya no sirviera para nada, convirtiendose en el acompañante del lamarckismo en el apartado de teorías científicas desechadas (¿y que dirían todos aquellos que negaron la existencia de Dios amparándose en la ciencia?). Una teoría científica en realidad no es ni verdadera ni falsa, sino que se ajusta mediante hipótesis a los hechos de manera más o menos clara. El problema es que los defensores de la ciencia la usan como si fuera absoluta, cuando está demostrado que la ciencia es cambiante y lo que un día es aceptado al siguiente se rechaza por anticuado.
3º La religión católica y sus enseñanzas siempre van a seguir siendo las mismas, nosotros los hombres podremos fallar por que somos débiles y pecamos.
4º Veo innecesaria la confrontación entre darwinismo-creacionismo. Por mucho que la ciencia pueda elaborar hipótesis acerca de la vida, es incapaz de demostrar por sus medios la causa de la existencia. A lo más que llega es a una explosión de materia que no podía estar ahí por si sola. Por lo tanto, la ciencia no puede demostrar el modo en que surge la realidad y el tiempo.

Anónimo dijo...

Y ya estamos en lo de siempre ¿por qué tenemos que mirar siempre a los demás y no mirarnos nosotros? Al final todos burros y detrás de una zanahoria para no dejar de estar a la moda.
Personalmente no soy practicante y realmente envidio a esas personas que encuentran consuelo y esperanza en la religión.

LANGOR dijo...

Buenas noches:

Vamos a ver, yo no he querido iniciar un debate entre la religion y la ciencia. Que cada uno crea lo que le de la gana al respecto, aunque por como se calienta el tema creo que merecia un post aparte.

El Sr Neri ha propuesto un tema que considero interesante, consistente en que si se puede vivir "aislado" del mundo.
Pero para hablar del tema hay que analizar cuales son las causas de la "tormenta perfecta".

Y he citado que tenemos los instintos disparados y que la ciencia esta proporcionando muchas respuestas nuevas que chocan con unas normas morales obsoletas. No he querido decir otra cosa que no fuera eso ni ofender a nadie. He dado lo que yo creo son las causas de la tormenta perfecta.

Y creo que estas causas son estructurales, ya que los antiguos limites morales han desaparecido y no se pueden volver a poner y la ciencia y sus soluciones estan para quedarse.
No puede volverse la pasta al tubo de dientes.

¿Desaprecera el hecho religioso? Yo creo que no, esta arraigado en los instintos del ser humano.
Es mas creo, que segun el cambio se acelere se avivara más, aunque creo que en forma de religion musulmana y no catolica.

Pero este resurgimiento no podra volver atras lo que ya se ha hecho.
Las cosas ya han cambiado y no se pueden volver atras. La tormenta se va a quedar. O juegas con sus reglas o seras destruido.

Esa es mi opinion respecto a la pregunta formulada por el Sr Neri, que es lo que estamos debatiendo.

Un saludo

Zorro de Segovia dijo...

siempre admiraré a cualquiera que (dentro de la ley) sepa vivir consecuentemente a sus ideas. También, no obstante, seré indulgente con quien se separe de ellas mientras no se engañe a sí mismo. Nada hay más triste que aquéllos que se hacen trampas jugando al solitario.

@ Langor, el Derecho Natural no lo ha inventado Roma. Desde que el hombre se organiza en sociedades el robo y el asesinato han sido condenados. La violencia fue aceptada desde siempre, pero contra miembros de "fuera del grupo" (hoy sigue siendo así)

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Las sociedades antiguas tenían ciertas costumbres basadas en esos instintos y esa forma de ser tan instintiva y por lo visto tan científica que terminaron muriendo.

¿Acaso no es animalmente instintivo devorar el corazón de los enemigos o montar bacanales en honor a Venus? Pues eso es lo que ahora nos vienen a vender como moderno.

Desfasado está el intentar buscar argumentos morales para montar una ética a medida que justifique todo lo que deseemos hacer, sin orden ni medida. Y lo contrario, el buscar una moral justa, equitativa, categórica, universal, no es un tema únicamente religioso. Es, simplemente, racional.

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

Me ha gustado el post. Este tema es para charlar con un café y una tarde por delante.

Yo me he planteado ya esta cuestión que propone (no sé yo si autoenlazarme no queda mal, sino fatal, pero lo hago porque allí digo lo que pienso. Si no le parece adecuado quita el enlace y listo).

No me parece adecuado que los católicos vivamos en una burbuja, aislados del resto del mundo. Además de por ser algo dificil de realizar, porque va contra uno de los aspectos esenciales del catolicismo: predicar la Buena Nueva a todos los hombres.

Por otra parte, es verdad que vivir en un ambiente católico ayuda y mucho... pero en el mar más peligroso que las tormentas perfectas son los sincronismos... que terminan, si uno no cambia la velocidad o el rumbo del barco, en un ojo de mar que te engulle.

Ese sincronismo es una doble vida. Uno va compaginando todo hasta que un día la vida fácil devora a la otra. Por desgracia he conocido a católicos que vivían una doble vida hasta que un día después de 20 años de matrimonio el tío se largó con una colombiana de la edad de su hijo.

Por otra parte, conozco a no católicos no sólo super buenas personas, sino que viven la ley natural de una forma que ya quisiera yo. De hecho mi mejor amiga es agnostica y es todo un ejemplo para mí. Además de tener toda la paciencia del mundo de acompañarme a Misa.

La religión católica te ayuda a luchar por ser mejor persona. Pero ser católico no significa ser perfecto, ni ser mejor que otra pesona.

Pero como consecuencia de nuestra condición de católicos, nace la exigencia de tratar de testimoniar a Cristo en nuestra vida: en la familia, en el trabajo, con los amigos... Una lucha que exige coherencia entre lo que pensamos y lo que vivimoa. Y que exige oración, para no sucumbir ante el desaliento...

¿Y si caemos? pues nos levantamos, nos limpiamos el polvo del camino y seguimos. De hecho es bueno caer. Así comprenderemos mejor las debilidades de los demás.

Álex dijo...

Siguiendo con su esquema del barco que navega, Sr. Neri, pongo en duda que el mar se encuentre en un estado de tormenta perfecta. Quiero decir con eso que este mar en el que navegamos es el que hay, nos guste o no. Y ahí estamos todos, haciendo lo que podemos. En ese mar complicado yo intento que mi pequeña tripulación esté bien, aunque a veces nos sentimos perdidos, empapados y cansados. E intento contribuir a que las tripulaciones de los barcos próximos también estén bien. Quiero ir avanzando y navegando hacia donde creo que debo hacerlo, aunque sea haciendo mil eses, ayudando a quien pueda y quiera, dejándome guiar también.
Hace tiempo que dejé de intentar poner nombre a mis convicciones y mi manera de vivir. Mi formación es marcadamente cristiana y católica; con el tiempo he ido viendo que mucho de lo bueno que tengo viene de esa formación, aunque también haya unas cuantas cosas que me han perjudicado.
Así que mucho ánimo a todos en su navegación, siempre con el espíritu atento y abierto.

Aprendiz dijo...

"El católico fetén, el que está dispuesto a no ceder ni un ápice en sus convicciones, está condenado a sentirse aislado, “extraño como un pato en el Manzanares”, rarete y menospreciado desde su humilde barreño junto a la playa."

El lema de la próxima JMJ es "arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (San Pablo)

Aunque no comparto la frase que extraigo de tu post pero que entiendo que muchos pueden pensar eso y quizás alguno se sienta así, me remito a las palabras de San Pablo. Firmes en la fe, lo que piensen de ti es lo de menos.
No creo que un "católico fetén" -que yo lo interpreto como aquel que intenta ser coherente con su fe- se sienta un bicho raro, no será tan fetén entonces -que no significa que a veces se caiga en el desánimo-. Como decía Santa Teresa: "A Jesucristo sigue con pecho grande,
Y venga lo que venga,
Nada te espante."
Claro que como bien dices eso no se consigue yendo uno sólo por la vida, procurar lo que te acerca a Dios y evitar lo que te aleja de Él es elección de cada uno. Pero cuando uno confía de verdad en Dios ya esos temores que dices desaparecen porque simplemente dejan de importarte.