Echando la vista atrás, revisando mi catálogo de valores y punteando mis viejos sueños, solo puedo decir que me siento bastante incoherente.
Incoherente porque he marginado en un oscuro rincón principios y pautas que antaño consideré esenciales en mi vida.
Incoherente porque mi vida ha tomado y sigue tomando derroteros bien distintos a los que proyecté cuando era más soñador, más generoso y más honrado.
Incoherente porque soy un mal católico y lo peor de todo es que mis debilidades y defectos ya parecen consustanciales a mi forma de ser.
Siempre tuve la impresión de que nací en una época equivocada y de que la sociedad en la que me había tocado desenvolverme no estaba hecha para mí, que era imposible que me adaptara. Pero en un momento dado de mi vida, que no fue un día ni una hora concreta, pero sí un proceso más o menos rápido, tuve que decidirme.
Decidirme entre la fidelidad absoluta a mis principios o la aceptación de tantas cosas que odio a cambio de vivir en paz con los demás y conmigo mismo.
Decidirme entre el cumplimiento riguroso de todo lo que creo o la posibilidad de una vida afectiva y social más rica y satisfactoria.
Decidirme entre mi solitaria urna de cristal, de razón indiscutible y de integridad, o la oportunidad de ser feliz, aunque fuera metido en la mierda hasta la cintura.
Decidirme entre un comportamiento intachable y una vida encorsetada con el corsé de la virtud, o abrir algunas ventanas para poder conservar algún dulce recuerdo de mis años jóvenes.
Decidirme entre seguir mi conciencia o cumplir la ley; entre ser irreductible o vender parte de mí a cambio del pan de cada día; entre estancarme con la Verdad a cuestas o avanzar por una ciénaga con la esperanza de llegar algún día a un sitio que se parezca al que yo sueño.
A veces me consuelo pensando que si yo he sido herido vistiendo la mejor coraza de acero, qué habrá sido de los que solo la tenían de cuero, o de lana o no llevaban protección alguna.
A veces pienso que no renuncié a tanto y que, aunque no lo sepa, sigo siendo un extraterrestre… Pero eso sí, un extraterrestre al que alguien quiere en este planeta.
Incoherente porque he marginado en un oscuro rincón principios y pautas que antaño consideré esenciales en mi vida.
Incoherente porque mi vida ha tomado y sigue tomando derroteros bien distintos a los que proyecté cuando era más soñador, más generoso y más honrado.
Incoherente porque soy un mal católico y lo peor de todo es que mis debilidades y defectos ya parecen consustanciales a mi forma de ser.
Siempre tuve la impresión de que nací en una época equivocada y de que la sociedad en la que me había tocado desenvolverme no estaba hecha para mí, que era imposible que me adaptara. Pero en un momento dado de mi vida, que no fue un día ni una hora concreta, pero sí un proceso más o menos rápido, tuve que decidirme.
Decidirme entre la fidelidad absoluta a mis principios o la aceptación de tantas cosas que odio a cambio de vivir en paz con los demás y conmigo mismo.
Decidirme entre el cumplimiento riguroso de todo lo que creo o la posibilidad de una vida afectiva y social más rica y satisfactoria.
Decidirme entre mi solitaria urna de cristal, de razón indiscutible y de integridad, o la oportunidad de ser feliz, aunque fuera metido en la mierda hasta la cintura.
Decidirme entre un comportamiento intachable y una vida encorsetada con el corsé de la virtud, o abrir algunas ventanas para poder conservar algún dulce recuerdo de mis años jóvenes.
Decidirme entre seguir mi conciencia o cumplir la ley; entre ser irreductible o vender parte de mí a cambio del pan de cada día; entre estancarme con la Verdad a cuestas o avanzar por una ciénaga con la esperanza de llegar algún día a un sitio que se parezca al que yo sueño.
A veces me consuelo pensando que si yo he sido herido vistiendo la mejor coraza de acero, qué habrá sido de los que solo la tenían de cuero, o de lana o no llevaban protección alguna.
A veces pienso que no renuncié a tanto y que, aunque no lo sepa, sigo siendo un extraterrestre… Pero eso sí, un extraterrestre al que alguien quiere en este planeta.
18 comentarios:
Sr. Neri, no se atormente así hombre.
No conociendo con detalle la distancia entre sus ideales originales y la vida que realmente lleva es difícil darle un consejo. Pero considere que las cosas en la vida no son sólo blancas o negras: en los matices intermedios están los detalles que lo hacen todo más rico y bello. Una luz global y fortísima que elimine toda sombra, hace desaparecer el volumen y los relieves que da la vida. Los valores más elevados que conozco preveen la derrota, el fracaso, el dolor, la debilidad...; están pensados para la lucha, que no es siempre victoria, Y en esa lucha permanente, que es inherente ya nuestra forma de ser, es donde se pueden encontrar las herramientas de la felicidad.
Yo tampoco me siento comprendido en esta sociedad (es lo que tiene ser nacionalsindicalista en la España "moderna"), pero intento salir adelante como puedo.
No te entiendo del todo. Es que... ¿cómo explicarlo? Yo creo que se puede vivir en la realidad tal y como es sin aceptarla y con el fin de intentar cambiarla. Lo contrario a abogar por el status quo y a la mentalidad revolucionaria (sinceramente, creo que esta útlima es hoy por hoy un serio problema). En parte creo entenderte, porque también pensé durante tiempo que yo era un extraterrestre y me dí cuenta de que lo que sucedía era que el mundo no era como debiera.
Supongo que esa fase es necesaria en la vida de cada cual, pero...
Ahora tengo claro que no soy ningún extraterrestre. Es que simplemente Dios me ha puesto en la tierra para que haga "algo", para que siga el camino que me corresponde seguir. Espero estar acertando. En parte no lo dudo. Y es ese creer estar atinando con el camino el que me rinde felicidad, no el aceptar lo inaceptable. En absoluto.
Tengo el convencimiento de que la vida no trata de que le comprendan a uno, sino de que uno procure comprender el mundo, a los demás. En dar, no en recibir. Ardua tarea, pero fundamental.
Yo creo que eso que dices les pasa a todas las personas, esas incoherencias, lo que pasa es que muchos ni lo saben. No lo saben porque nunca han tenido unos valores, al menos unos elegidos por ellos según su conciencia, sino que se han ido guiando en función del momento y el entorno, por eso al cambiar de unos valores a otros ni se percatan. Y mucho menos se pueden llegar a sentir extraterrestres o diferentes, porque siempre creen y quieren lo que la masa.
Creo que se ha pasado cuatro pueblos...pero consigo mismo.Señor Neri al final como algunos más es usted un superviviente.Lo único que hay que hacer es con perdón no enmerdarse demasiado.
¿Se siente tan mal como nos deja ver en su entrada?
Me preocupa Sr. Neri, intente acercarse a su verdad y a su felicidad, pero también intente ver las cosas buenas que tiene en su vida, en su entorno.
No todo será malo hombre.
A veces cuando nos paramos a mirar detenidamente a nuestro alrededor la vida nos da pequeñas sorpresas que merecen la pena.
Le deseo suerte en su camino hacia la tranquilidad de espíritu que tanto parece necesitar.
Un saludo.
Y yo, y casi todos. Algunos optan por negarlo ante los demás (farsantes), otros por negarlo ante sí mismos (hipócritas) y otros por admitir ese hecho, pero negar que puedan hacer nada al respecto (cínicos). Son tres maneras de ser desgraciado que se aprenden en la adolescencia.
Pienso que un buen católico no es el que lleva una vida intachable sino el que, con todas sus debilidades, lucha por vivir el Evangelio. Buscar la Verdad requiere una lucha en la que hay caídas y es preciso volver a levantarse una y otra vez. Nuestra historia no es una historia de fidelidad sin fisuras, sino la historia de la Misericordia de Dios. Un abrazo!
Creo, Sr. Neri, que tod@s, somos a lo largo de nuestra vida, en más o menos ocasiones, incoherentes... Creo que es algo humano... Y Dios, que cuenta con ello, no se asombra... Sin embargo los demás y nosotros mismos si que nos asombramos y nos juzgamos severamente... Y es que por encima de incoherentes, somos orgullosos...
Caer no es malo. Lo malo es permanecer en el suelo. Ser incoherente no es malo. Lo malo es decir que nuestra incoherencia no es tal...
Y digo que caer no es malo, que ser incoherente no es malo, porque un atributo de Dios -el que a mí más me fascina- es la Misericordia. Una explicación que me dieron de esa palabra fue: miseris cors dare, dar el corazón al miserable, al débil... Dios da Su Corazón al débil...Por eso es necesario no olvidar que nuestras incoherencias, son eso incoherencias... Debilidades de niños pequeños...
Por otra parte, supongo que tod@s nos sentimos incomprendid@s en muchas ocasiones a lo largo de la vida...
Una vez hablando con alguien muy sabio le expliqué que me sentía muchas veces como un barco solitario en alta mar, siempre sola... porque cuando encontraba a alguien nunca podía ser entera y totalmente yo... porque hay momentos que soy una desvergonzada y alocada, en otros momentos soy sumamente madura y precavida, en otros soy una pícara hablando de chicos y en otros me pongo a hablar de Sta. Teresa y S. Juan de la Cruz... y vía que a veces, demasiadas, la gente no me seguía... por lo que aunque estaba redeada de gente, me sentía ese barco en alta mar... Recuerdo que la respuesta que me dió fue que Sta Teresita de Lisieux decía que hay más diferencia de un alma a otra que de un rostro a otro. Y luego me añadió que nos sentíamos imcomprendidos porque no nos atrevíamos a ser nosotros mismos ante los demás por miedo... Miedo a que no les gustemos, miedo a que nos rechacen... En definitiva, miedo a la soledad.
Y terminó diciéndome que SÓLO ante Dios no nos sentimos imcomprendidos, porque Dios nos conoce... y, porque nos conoce, nos ama...
Una paradoja: unos a medida que nos van conociendo en todas nuestras facetas, nos rechazan. Y Dios, el Dios de la Suma Perfección, Bondad, Pureza y otros atributos, nos ama porque nos conoce...
Y eso a mí, me llena de paz. Ante Él, soy yo... con mis aciertos y mis errores, con mis incoherencias y mis caídas, con mis aciertos y mis victorias... Y ÉL ME AMA!!!
Perdón por el sermón... Pero, Sr. Neri, me ha tocado un tema de la fibra más profunda.
De corazón, bikiños ( quizás le suene demasiado "dulzón" pero es que soy gallega)
Pues yo siempre he pensado que la felicidad precisamente consistía en seguir las ideas y valores de cada uno y cuanto más se acercan a estos la realidad, más grado de felicidad se consigue, así que no entiendo eso de renunciar a valores, principios o formas de entender la vida para poder ser uno un poco más feliz... pero bueno en eso no me meto, cada cual es cada cual y espero que de una forma u otra sea usted feliz señor Neri, que por aquí vamos a estar cuatro días como quien dice.
QUien tiene ideas claras y firmes tiene más riesgo de ser incoherente que los relativistas, ya que los primeros pueden caer en tentaciones o contradecire sus principios difíciles de cumplir, pero los relativistas nunca se contradicen a si mismos.
¡¡¡Felicidades!!!, eso prueba que eres un ser humano, por ahí alguien habla de cínicos, hipócritas y farsantes. Que clasificación tan propia, pero todos los seres humanos inconscientemente se sienten así, aquellos que no piensan tanto en el tema te comentarán acerca de dios, del mal, del bien, de la felicidad, de los principios, no es ofensa pero no creo que ese haya sido el punto que querías tocar. Aunque tristemente mencionaste lo de mal católico, hubiera estado perfecto sin ese punto, pero creo que no puedes escapar de tu educación. Más bien temes a las decisiones, al error, a tu constantes fracasos o derroteras, ya lo has hecho parte de tu vida, lo cual me parece perfecto para evitar el dolor, pero yo creo que la felicidad no se alcanza, es igual de relativa que dios, q el bien, q los principios, etc, por lo cual no puedes cometer errores (no hay un bien o mal GLOBALMENTE aceptado, así que ya pensado de la situación libérate de tu educación) , las emocionaes siempre estarán vigentes, uno nunca puede saber la verdad, pero creo que es mejor buscarla a refugiar su bipolaridad en algún dios propio o inexsitente, sería como engañarse a si mismo. Acuérdate que Schopenhauer dice q es el peor de los defectos. En mi expieriencia, dudar ha sido lo mejor y lo peor que me ha pasado, (tu sabes es relativo, me agrada saber el por qué de las cosas pero sé qué inevitablemente las palabras de aliento se irán de mis manos) pero al menos aun tengo un sentido en la vida; dudar. Por lo cual, si quieres pertencer a la sociedad, y saciarte de su miseria (no es fatalista ni tampoco pesimista, pero no puedo concebir de otra manera este momento al leer ciertos comentarios), según Aristoteles, busca el equilibrio, y tal vez no encuentres a dios ni a la felicidad eterna, pero podrás, como dijo alguien, sobrevivir pero a ti en función de los demás. O puedes se un "eterno curioso" en busca de la verdad, es cierto que el camino solitario y doloroso, pero el otro lo será también, no es tu culpa, así te han enseñado. Sin embargo veo que dudas, de lo que te enseñan, de lo que debes de sentir, hacer o aprender, lo cual es fabuloso, es como volver a nacer, pero ahora que te das cuenta de las cosas, de lo incoherente que eres, hagas lo que hagas podrás fingir pero no engañarte. No son palabras de desaliento, ni pesimistas, espero que lo tomes de la mejor manera, por que quiero seguir viendo nuevos escritos de vos :).
Ah por cierto (soy el anónimo de arriba), eso de la honestidad, etc, veo que lo mencionas mucho en tus escritos, hay dos opciones, o sientes culpa por algo que hiciste, o realmente dudas del verdadero significado. Si haces una lista definiendo esas acciones y emociones, te darás cuenta de cuánta importancia tiene y de cuánta importancia carece. Deja la culpa, el temor, bien lo escribiste, sólo que a mitades, lo que haga uno o no, siempre llevará la mierda hasta la cintura!!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas".
Con esto dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros, pues, colmad la medida de vuestros padres!
¡Serpientes, generación de víboras!, ¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Sr. mío:
si me lo permite comento brevemente su afirmación: "he marginado en un oscuro rincón principios y pautas"
Vera usted: Yo entiendo que los principios y las pautas son cosas distintas.
Marginar pautas está bien. Las pautas son rígidas y, muchas veces, estrechas. Por lo tanto es imprescindible cambiarlas.
Lo de los principios es otra cosa. Marginarlos por otros mejores, está muy bien. Marginar una comprensión insuficiente o pobre de unos principios buenos también está muy bien.
Lo que resulta tremendo es confundir los principios con las pautas de comportamiento. Y si las pautas tienen como patrón la indefectibilidad, es mejor tirarlas por la borda junto con los principios que las sostienen, o con la interpretación que de ellos hacemos.
Quede con Dios.
creo que a parte de forma generica , lo dices por algun tema mas particular que tiene que ver con algo femenino pero no se
en españa el catolico social esta practicamente desaparecido incluso lo social es casi lo contrario
pero hay un nuevo tipo de catolico que yo lo llamo el catolico politico (o el antimoro o antiateo), que ha asumido de siempre unos valores que existian , creyendo que eran porque si, cuando el hecho catolico social ha desaparecido , esos valores entraban en peligro y esta gente se ha dado cuenta que la iglesia era quien mas lo defendia y no estaban ahi porque si
Ahora empiezan a defender a la iglesia aunque fuesen nulos practicantes e incluso la criticasen
Dentro de este batiburrillo de valores, todos muy distinos entran cosas, como la procesion de su pueblo, el aborto, los crucifijos en los coles, las vacaciones de navidad, temas relacionados con el mundo musulman, educacion para la ciudadania, la atencion por los pobres de caritas...
Gracias a todos por los consejos y aportaciones.
Creo, como Teutates que la felicidad real se alcanza cuando tu vida y tus sueños y valores van de la mano.
También creo que yo soy demasiado idealista y que no llevo bien hacer cesiones ni renuncias.
A lo mejor, en parte me viene bien el libro de Suso, una guía para "sobrevivir a los grandes ideales".
Me han gustado las conclusiones de DasGretchen, los consejos de Sandra y las matizaciones de Genjo.
Anónimo, la honestidad es lo más importante que hay y es un valor al que ahora no se le da demasiada importancia. Honestidad con los demás, pero también fundamentalmente con uno mismo. Estoy con Dulcinea en que quien tiene grandes ideales e ideas firmes es más probable que acabe desdiciéndose o contradiciéndose que quien se adapta a lo que toca sin ningún principio sólido. Pero también es verdad que las incoherencias de las personas con fuertes ideales son más criticadas y ridiculizadas que el relativismo de los inconsistentes.
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