viernes, 10 de diciembre de 2010

Y LUEGO ALGUNOS NO SE EXPLICAN POR QUÉ LA DEMOCRACIA NO FUNCIONA


Me paso el día matando tontos y no doy abasto. O el trabajo no cunde por mi ineficacia, o me desborda porque los tontos y los sinvergüenzas se expanden como el kéfir.

Comprendo las limitaciones humanas porque las acumulo casi todas. Es muy duro tratar de ser perfeccionista de forma constante, íntegro, eficaz, audaz, equilibrado. Todos tenemos días espesos en los que la tarea más sencilla se convierte en complejísima, en los que cometemos errores pueriles y en los que nos cuesta aparcar en un hueco donde un ciego podría estacionar un camión. Cualquiera puede haber dormido mal o discutido con la parienta o derramado la leche en el microondas... O simplemente, tener un día en el que sólo apetezca holgazanear. Pero es que hay algunos que son tontos o sinvergüenzas, o ambas cosas, esféricamente.


Y no sé si será cosa mía, pero las jetadas, que deberían ser anecdóticas en una sociedad que desee funcionar armoniosamente, se han convertido en regla. Lo verdaderamente inusual es ser atendido como Dios manda en el supermercado y en el registro de la Junta. Casi milagroso es contratar un ñapas para pintar una pared y que respete el color acordado y el presupuesto debido y que se presente a la hora concertada. Afortunado te puedes sentir si no te destroza la casa «porque le sale de los cojones».

Espero que sea sólo mi impresión de tiquismiquis, pero en España no cabe ni un sinvergüenza, ni un caradura, ni un insensato, ni un ladrón ni un idiota más. Adivino las causas de esta plaga y son muchas.

6 comentarios:

Al Neri dijo...

Subdire, es algo muy triste llegar a la conclusión de que en este país muchísima gente solo funciona cuando la vigilan estrechamente y tiene sobre su cabeza la espada de Damocles.

Sin embargo, como le he dicho más veces, la motivación tiene un peso importante. La gente motivada funciona mejor y motivar a los demás es una habilidad directiva que muy pocos directivos tienen. De la ineficacia y de la dejadez hay que culpar muchas veces al jefe.

Y luego, claro, que no podemos disculpar la ineficacia solo por la falta de motivación. Si resulta que el pintor o el funcionario que pone usted como ejemplo están explotados, jodidos, quemados o desmotivados, yo no tengo por que aguantarlo como cliente o como ciudadano.

Álex dijo...

Tiene usted razón, sr. subdirector, en que hay mucha gente que busca sistemáticamente el atajo fácil, la trampa y el escurrir el bulto. Hay mucha gente que no actúa con corrección en su trabajo y nunca estará de más hacérselo ver.
Tiene también razón el Sr. Neri en que hay que estar atentos a lo que hay detrás de cada persona que actúa mal para saber si hay maldad real, mala motivación o simplemente un mal día, entre muchas causas posibles.
Y tampoco hay que olvidar, sr. subdirector, que hay muchísimas personas que se esfuerzan, que ponen buena cara, que sonríen y que hacen las cosas bien. Yo, al menos, me cruzo con muchas cada día: desde que bajo al portal y me cruzo con la buena mujer que limpia la escalera, hasta que pongo la radio al acostarme y alguien me presenta impecablemente unas buenas canciones.
A veces también cuenta la actitud de uno mismo ante los demás: con respeto y eso que nuestras madres llamaban "tener mano izquierda" se pueden sacar maravillas hasta de un cardo borriquero.
Lo que desde luego no veo como usted, sr. subdirector, es la relación entre que haya gente que actúa mal y el buen o mal funcionamiento de la democracia. Ya lo he dicho en más ocasiones: la educación, la cultura, fomentar la apertura de miras, poner en valor a cada persona... son algunos de los modos de enriquecer la sociedad a largo plazo.

sefo dijo...

Y no piensas que esa actitud tuya tan negativa de "matar tontos" es la causa de que nada funcione bien a tu alrededor?

LANGOR dijo...

Buenas:

Permitame una correccion, no tontos sino desmotivados.

España esta llena de funcionarios. Entiendase el termino no como persona que trabaja para la administracion publica, sino en el sentido de persona que va al puesto de trabajo y sabe que le va a dar igual hacerlo bien que mal, porque nadie le puede reclamar nada (en teoria si, de facto no)

Voy a poner un ejemplo que yo conozco personalmente. En justicia las Leyes de procedimiento varias fijan diferentes plazos para cierta actuaciones procesales, tanto de Jueces como de partes.
Si una parte se le pasa el plazo cae sobre ella todo el peso de la Ley y sus consecuencias, mientras que jueces y fiscales se saltan los plazos por meses o años sin que aqui pase nada.

Asi las cosas como para reclamar ningun derecho estamos los pobres ciudadanos.

Creo que un sistema de correccion de esto seria poner una tasa para el acceso al servicio publico (ej 1% de la cuantia del pleito) para evitar pleitos inutiles y una indemnizacion fijada de antemano por retrasos en las tramitaciones imputables a la Administracion (1 € por dia de retraso).

Cuando el estado empiece a pagar, veremos como los jefes se espabilan

Sin presion nada se hace bien.

Un saludo

PD: esto no es problema de democracia sino de mentalidad.

Al Neri dijo...

"Sin presion nada se hace bien".

Gran frase, Langor.

A.J dijo...

Al NERI, eso que dices es correcto, pero no olvides que esto no es Suecia o Noruega...

La cultura española arrastra en el subcosciente el "heroe" del picaro, y eso cuesta mucho atajarlo si no es a bastonazos.


Sabemos que hay malos sueldos, mal ambiente, pero lo mejor de todo es que muchos malos trabajadores son AUTONOMOS o funcionarios, y ahi la excusa d ela precariedad no cuela.

España solo ha tirado para adelante con mano firme, guste o no.