Todos tenemos debilidades y hay aspectos de nuestra vida o de nuestra personalidad en los que difícilmente lograremos triunfar. Es más, por mucho que nos esforcemos, a lo sumo, obtendremos pequeños éxitos o mejoras y, en otros muchos casos, terminaremos dañados cuando nuestra fuerza de voluntad, nuestra potencia, aplique una tensión excesiva sobre esos flecos que nunca lograremos pulir completamente.
También existen personas que son intrínsecamente débiles, ya sea de carácter, de salud, de capacidades... Personas que se esfuerzan en conseguir sus objetivos aunque no los alcancen. Algunos, incluso, padeciendo graves sufrimientos ya sea por la conciencia de sus límites o al intentar superar éstos infructuosamente.
Y luego existen individuos que simplemente son abúlicos, flojos, fofos, extremadamente vagos en lo poco que hacen. Personas que se mueven gracias a la inercia de la Tierra pues cualquiera diría, incluso, que les cuesta respirar.
Te los encuentras en cualquier sitio y no sé si será que cada día soporto menos a estos sangre de horchata, focalizando mi atención en ellos, o bien que en esta España cómoda e inepta cada día abundan más.
Los ves en el trabajo, ahogándose en vasos de agua, andando, moviéndose, pensando endeble y cansinamente. Contagiando su indolencia y su inutilidad. Te entorpecen en la cola del supermercado, colocando sus artículos de uno en uno en la cinta transportadora, con una sola mano; mirando, como si se les estuvieran agotando las pilas, agilipolladamente, a la cajera mientras les cobra, sin ser capaces de guardar con un mínimo de salero su cansina compra en las bolsas. Miran tontamente el semáforo en verde mientras se deciden a arrancar para luego circular a la mitad de la velocidad permitida.
La vida de estos hipohemáticos sería un bostezo continuo si tomar aire no les supusiera un esfuerzo físico y mental demasiado grande. Todo les cuesta, todo les cansa, nada les ilusiona. Ni siquera suelen sonreír clara y sanamente. Y su mirada suele ser vacía e inexpresiva: a través de sus pupilas se puede contemplar el interior de su nuca. Y eso les hace, incluso, peligrosos pues es complicado intuir qué demonios estarán pensando.
En fin, que me pone enfermo contemplar cómo una legión de alfeñiques ralentiza y aburre el mundo con su algodonosa vida. Pensando que un día fueron el espermetazoide más veloz, no me puedo ni imaginar cómo sería el resto del grupo.
27 comentarios:
Muchos inmigrantes de origen hispanoamericano son un excelente ejemplo del tipo de persona descrito en su post, pero aquí en España tampoco andamos cortos de caracoles y sangres de horchata.
La pereza es un defecto muy repulsivo, pero no hay problema si quien la padece desarrolla o al menos intenta desarrollar los mecanismos necesarios para vencerla y funcionar eficazmente. Conozco muchas personas muy perezosas que sin embargo se comportan de forma activa, trabajadora y eficiente. Simplemente se superan a sí mismos.
En cambio conozco buenas muestras de personas aplatanadas, balbuceantes y titubeantes a las que les vendría como el comer una mili de las de antes o como mínimo alguien con látigo que les espabilara de una vez.
El mejor post que ha escrito el Subdirector.
Muy bueno,si señor.
Es verdad, parece un post dedicado a los panchitos, jajaja.
Dulcinea, ese adjetivo de panchitos se lo podría haber guardado usted, por las connotacioens despectivas que tiene. No quiero hablar más sobre eso porque no es el tema del post, pero necesitaba corregir esa expresión.
Pues sí, cada vez hay más de esos y mucho mal pensado seguro que habrá pensado que usted ve muchos porque trabaja en la administarción publica... donde muchos después de haber estudiado un par de años dormitan permanentemente.
En el resto del mundo se ve más en ciudades pequeñas aunque aquí en Madrid a veces es desesperante ir a comprar, pero menos.
De todas maneras en el trabajo y en muchos otros aspectos se ve pero... ¿Por qué coño nos extrañamos? Si fomentamos eso en el sistema educativo. Y además fomentamos también que la gente con formación, experiencia y demás esté atrapada en curros sin se sabe si futuro o temporales a los que no se les reconoce nada, ¿para qué esforzarse si no te lo reconocen? ¿para uno mismo? cierto, pero también llega a bajarte la moral mientras al paso del tiempo. En esta sociedad mediocre es lo que sembramos, no nos extrañemos de la cosecha.
Magnífico artículo. Dado el carácter predominante en la ola inmigrante de origen sudaca, imagino que más de un panchito se dará por aludido, sobre todo si trabaja en el gremio de la hostelería.
Ya estamos en plan Hitler con los inmigrantes y también faltando al respeto al fallecido Jose Antonio Labordeta, un hombre con talento y vocación de servicio a los demás sea de la idea que sea.
No puedo estar más en descuerdo con el señor Neri ( de Dulcinea ya ni hablamos porque esa señorita no pasa el descarte es la típica de..¿cuál fue la pregunta, profe? - cuando el profe le ha preguntado, sencillamente, "la hora"
Existen personas con sus nombres y apellidos que son "flojas", pero no razas, o pueblos enteros tipo "muchos inmigrantes hispanoamericanos".
Parece mentira que usted, a veces tan perspicaz para algunas cosas, las tenga tan de Cantinflas.
De acuerdo con lo de Labordeta, y con el post también, aunque en cierta forma me siento reflejado en algunos aspectos de mi vida que me causan una tremenda pereza, una abulia insalvable y sobre todo un cargo de conciencia insoportable.
Todos creo que necesitamos una motivación para hacer las cosas, y si se carece de ella se cae, a veces inevitablemente en esa actitud que describe usted en la entrada, aunque claro, de eso a que sea una línea general en la vida de una persona, va un mundo.
Si que es verdad que es un rol atribuido principalmente a los sudamericanos, aunque he de decir que he conocido a algunos que son todo lo contrario, puro nervio y pura inquietud pero no debe ser la mayoría...
Quizá puede influir en esta clase de personas el haber intentado cumplir unos objetivos en sus vidas y no haberlos logrado nunca, puede ser cuestión de autoestima (no valgo para nada así que para qué me voy a molestar),o como comenta el señor Neri limitaciones insuperables o falta de capacidades suficientes para afrontar las cosas, o como se dice en la entrada cuestión de actitud vital , pero creo que éste último es el menor de los casos.
A ver, Suso, precisamente al decir "muchos" (ni todos ni la mayoría) he querido evitar la generalización que a usted le podría molestar con razón.
Yo no sé si habrá razas flojas o no. Lo que veo claro es que la gente de ciertos climas o de ciertos países es más... cómo decirlo...tranquilaza.
No tengo ninguna antipatía, sino todo lo contrario, por los pueblos hispanoamericanos, pero las cosas son como son. Tiene razón Semper en que basta fijarse en el personal de hostelería o en los empleados del hogar para darse cuenta de que estos señores van a otras revoluciones diferentes.
También conozco casos de peruanos o ecuatorianos que no son así, pero ya he dicho cuál es la impresión general.
Y una cosa más: Aquí pueden resultar lentos, pero la verdad es que más o menos tienden a espabilar, pero váyase usted a Hispanoamérica. Allí, in situ, la ralentización, pachorra y desidia de los camareros es algo como para poner de los nervios.
Aquí quizá procedería también una reflexión sobre si los ritmos muchas veces vertiginosos de Europa son los adecuados y sobre todo si son sinónimo de eficacia...
Teutates, a mí me pasa igual que a usted. Y le doy también mucha importancia a la motivación.
Y dale con los comentarios racistas, ¿Sabéis que piensan en otros países europeos de los españoles? ¿Es cierto? pues habrá de todo, ¿verdad?
Habrá gente que sea así de por sí, sin motivación y ganas, que en muchas empresas durarían dos días, no sé en el funcionariado, me temo que sí hasta que se reforme como Dios manda, que eso también ayuda a tener "horchata". No les hace falta "mili" (o jarabe de palo que es lo que insinúa) les hace falta ciertas motivaciones.
Otros se van desanimando por el camino, a los que tampoco les hace falta "mili" o palos, sino otras motivaciones.
Eso en el trabajo claro... en la vida diaria es otra cosa, lo que vemos... igual nos da una imagen equivocada, igual esa persona está estresada en el trabajo y cuando sale va despacio por necesidad... ¿Sabemos con solo mirar cuales son las razones de cada cual? Me sorprende tanta sabiduría.
En los casos que sean por lo que indica la entrada, pues hijo, pacienca, hay de todo en la viña del señor.
Donde más ralentización pachorra y desidia me he encontrado yo es cuando he ido a hacer gestiones a la administración.
No me convence, señor Neri. Lo que subyace en su argumento es aterrador.
Yo he tenido una señora de servicio en casa y la eché por vaga. Y era dominicana.Pero era "esa" dominicana
Profesionalmente conozco a unas cuantas bastantes del sector hostelería que son unas cracks, y le hablo de más de diez, de Bolivia, de Marruecos, de Cuba, de Ecuador.
Laas generalizaciones, "el muchos" que usted afirma, no son inteligentes y llevan por caminos que, ya le digo, dan miedo.
Lo que hay que hacer es exigir, si uno tiene cierto mando en las personas, y guiarse por criterios profesionales, sean de donde sean.Y el que no valga, a la calle, sea de donde sea.
Le recuerdo, Suso, que también he dicho "aquí en España tampoco andamos cortos de caracoles y sangres de horchata", así que no achaque mi comentario a una generalización racista.
Supongo que su siguiente chacha también sería sudamericana, porque si no, es para matarle...
"!Chacha!"...¡señor Neri, usted es muy antiguo!
Que gracioso eres, Suso, es que me parto contigo, como puedes tener tanta gracia.
Dulcinea, no uses el truco barato de solterilla que quiere ligar , es muy viiejo eso de "Que gracioso eres, Suso, es que me parto contigo, como puedes tener tanta gracia...luego viene lo de "no eres guapo, pero sí interesante"...y luego pasa lo que pasa.
Está muy visto, y esa peli ya le he visto.
Completamente de acuerdo con usted señor subdirector,sobre todo me ocurre cuando voy por la calle (bien es cierto que soy de los que va a paso rápido),y me encuentro con personas que entorpecen mi normal caminar por su lentitud y por estar pensando en la higuera.Y en cuanto al trabajo ni le cuento.
Suso, bonito, es mi triste deber comunicarte que no todas las mujeres del mundo son pretendientas tuyas.
De Dulcinea en el Quijote, hablan, cielo mío, moza labradora y "dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha".
¿Cuántos años tienes Dulci?
Cualquier inmigrante decente, hasta los pateros, nos da mil vueltas, a los lugareños, amuermaos hasta la pestilencia, como niños malcriados, que no valoran lo que tienen y no sienten las responsabilidad, el deber de justicia, de mejorarlo y hacer honor así a los esfuerzos y las guerras de sus ancestros.
Ellos nadaron río arriba, como otros pueblos hacen ahora en nuestro cauce, y a nosotros apalancaos en un flotador regalado, nos lleva la corriente y nos despedecerán las niagaratas.
En la parábola de los talentos, a la mayoría nos desplumarían. Los que llegan de fuera alucinan con nuestro acomodamiento anestesiado mientras que para nosotros ellos casi son transparentes, como mucho molestos. Cómo vamos a intuir que nos dan una lección de arrojo y de afán de superación a diario.
Los flojos, sin duda, y cada vez más, en el sentido más amplio de la palabra somos nosotros.
Nos despedazarán. He dicho.
Si a Hitler le hubieran dejado llegar hasta el final, la discusion de hoy entre Neri y Dulcinea versus Suso no hubiera tenido lugar. No en esos términos, aunque quizá si distinguiendo entre arios de origen mediterráneo y arios centroeuropeos, destacando la clara tendencia genética de los primeros a la vagancia y la languidez... y por lo tanto la conveniencia de suprimirles como a los demás.
Bueno, fuera a parte de eso, Sr Subdirector, me se yo de unos vagos redomaos que se han pasado todo el verano sin ser capaces de escribir si quiera una sóla lacónica frase en su blog... ¡A la horca con ellos!
Hay de todo en todos los sitios. Isel tiene mucha razón ¿qué fama tenemos los españoles fuera? Vamos que nos dan unas castañuelas y una bota de vino y no se nos pone por delante el trabajo no.
"Es mi triste deber comunicarte que no todas las mujeres del mundo son pretendientas tuyas", dice Dulcinea.
Para tí es triste deber, para mi no: ya sé, lista, que todas las mujeres del mundo no son pretendientes mías.
Y tú, a ver si te atreves a poner tu foto en la Pluma ( la tuya de verdad- que tú sí conoces la mía), y entonces hablamos.
Que nos vamos a reír un buen rato.
Chirly en tu primer párrafo empleas una dialéctica muy similar a la de Sabino Arana distinguiendo entre vascos y españoles.
Aunque creo que este último no habló de la conveniencia de suprimirles, (suprimirte y suprimirnos).
Me queda la duda de si estás de acuerdo con Hitles o solo hablas en tercera persona.
Algo malo he tenido que hacer para que te quepa esa duda, Aprendiz de Brujo...
Claro queda ante los comentarios, que por las venas de los comentaristas viperinos no corre horchata...
Creo, Subdire, que la clave de su post es la idea de la motivación... Las personas tendemos a la flojera y es que la gravedad atrae al suelo. Si nos tocasen 5millomes de euros, no creo que nadie se levantase a las 6de la mañana para irse a currar.
Pero cuando uno tiene un objetivo, los obstáculos "ennanecen".
Los motivadores por excelencia son la supervivencia y otro el enamoramiento.
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