viernes, 2 de abril de 2010

SONETOS A PIE DE CRUZ

A JESÚS CRUCIFICADO - Rafael Sánchez Mazas (1894-1966)


Delante de la cruz, los ojos míos
quédenseme, Señor, así mirando
y sin ellos quererlo estén llorando
porque pecaron mucho y están fríos.

Y estos labios que dicen mis desvíos
quédenseme, Señor, así cantando,
y sin ellos querer estén rezando,
porque pecaron mucho y son impíos.

Y así con la mirada en vos prendida
y así con la palabra prisionera,
como a la carne a vuestra cruz asida.

Quédeseme, Señor, el alma entera
así clavada en vuestra cruz mi vida,
Señor, así cuando queráis me muera.




Anónimo (siglo XVI)

No me mueve, mi
Dios, para quererte
el Cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

3 comentarios:

marian dijo...

Conocía el segundo y me ha encantado leer el primero es muy bonito.

Sr.Neri seguro esto le gusta.
http://pasaytomauncafe.blogspot.com/2010/04/el-monumento.html

Hispanicus dijo...

El soneto anónimo me impactó la primera vez que supe de el. Lo vi en una Iglesia a los pies de un gran crucifijo, me pare a leerlo y desde entonces lo tengo muy presente porque es realmente emotivo y descriptivo de lo que debe sentir un cristiano.

Enhorabuena por difundirlo.

Sahndrah dijo...

El anónimo maravilloso, sublime.