martes, 5 de agosto de 2014

ABEJARUCOS


No me los encuentro mucho, pero sí al menos tres o cuatro veces cada verano, aunque nunca tan cerca como este domingo. Estaba en lo alto de un teso contemplando el paisaje periurbano que rodea Zaratán cuando escuché nítidamente su reclamo inconfundible de silbato soplado sin ganas. No estaba seguro de llegar a verlos, pues su canto puede oírse a grandes distancias y me sonaba lejano, pero a los pocos minutos atisbé en el cielo la peculiar silueta de un ejemplar, con esas alas tan afiladas, e inmediatamente una pareja adulta y dos juveniles descoloridos se posaron en una alambrada a diez metros de mí. Me oculté tras un arbusto y pude observarlos a placer con mis prismáticos, sin perderme un detalle de su plumaje, de su pico y de sus ojos rojo chillón. Son unos pájaros bellísimos.


Si queréis ver abejarucos, aprovechad ahora, pues se largarán a África dentro de dos semanas como mucho tras pasar con nosotros toda la primavera y el verano. Para casi todo el mundo son las aves más bonitas de Europa por su variado colorido de tonos azules en las partes ventrales y cálidos en el dorso. Suelen vivir en colonias y casi siempre vuelan en grupo cazando abejas (de ahí su nombre) y otros insectos similares, contra cuyo veneno están inmunizados.

Se trata de un ave relativamente abundante que no es difícil de avistar siempre que reconozcamos su canto (ver vídeo), principal pista para localizarlo. Otra forma de encontrar a este vistoso coraciiforme es acudir a zonas que encajen con su hábitat, que también es muy característico, ya que excava su nido en cortados, barrancos y otras paredes arenosas no necesariamente elevadas. Acudir a primera hora de cualquier día caluroso a una zona de pinar con desniveles o a una ribera flanqueada por taludes es casi garantía de toparse con este pájaro de colorines de casi 30 centímetros.


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3 comentarios:

nago dijo...

Nunca he visto uno. Es precioso.

Hace unos días me acordé de usted, sentada en el río junto a una charca mientras perseguía con la mirada una libélula. Se cruzó una lavandera preciosa de pechito amarillo. No creo haber visto ninguna antes.

Ahora estoy criando un gorrión pequeñito. Cayó del nido hace dos meses y su madre se acercaba a alimentarlo. Cuando dejó de hacerlo comencé a echarle miguitas de pan mojado, después alpiste... y enseguida aprendió a comer solo.
Se baña en un charquito que le hago, habla con Miguelito y ha sobrebivido por dos veces a las fauces de Currito porque yo me encontraba cerca.
Temo que si no comienza a volar, un día me despistaré o, llegará el invierno y no sobrevivirá.
No quiero meterlo en una jaula.

También he observado y, ésto me llama la atención que, no crece. No se ha desarrollado con normalidad. Parece un peluchito de ojos saltones y pico grande. Es preciosa.

No sé que hacer...

Pd. oiga! mire en el cubiiiiito... que no me encuentro ;))) yo comento y comento y mis coments se los lleva el viento jajaja...

Al Neri dijo...

¡Hola, Nago! ¿Qué tal las vacaciones?

Era una lavandera cascadeña o una lavandera boyera.

Tengo un amigo que también crío un gorrión y está muy amaestrado. Se lleva muy bien con una gata que tiene, sorprendentemente.

Había cosas suyas en el "cubito" desde antes de ayer, ya están publicas, lo siento, no lo había visto.

nago dijo...

Muchas graciaaaaaas... por todo, Sr. Neri.

Tomo nota. A ver qué puedo hacer...