Tanto la generosidad como la mezquindad se notan en los mínimos detalles de cualquier comportamiento. Incluso en la forma de utilizar Internet hay personas que demuestran un gran altruismo y otras que se retratan como ruines y cicateras.
Algunos internautas manejan la red de redes bajo el lema "recíbelo todo sin dar nada a cambio". Descargan todo tipo de contenidos sin subir un solo mega. Acceden continuamente a los perfiles, datos y fotos de otros usuarios de redes sociales pero mantienen su propia cuenta cerrada a cal y canto. Avasallan con sus dudas en los foros buscando ansiosamente solucionar su problema y luego ni dan las gracias a quienes dedican su tiempo a responderles ni, por supuesto, publican jamás ninguna información útil. Pretenden que sus blogs se llenen de comentarios pero rara vez comentan en las bitácoras ajenas o, si lo hacen, se nota a la legua que solo quieren darse publicidad.
Son muy fácilmente identificables por su conducta: jamás publican ni una línea en Internet si no es para obtener un beneficio del tipo que sea.
Cuando empecé a manejarme en los cibermundos y no tenía ni idea, un amigo me instaló la famosa aplicación P2P Emule. Me enseñó a bajarme películas pero me advirtió: “Cuando te hayas descargado una, no la quites de la carpeta inmediatamente. Hay una regla ética no escrita de que debes compartirla al menos unos días, dejar que los demás se la bajen de tu pc”. Me pareció curioso el consejo, pero muy lógico.
Como dije el otro día, yo he aprendido mucho gracias a Internet, sobre todo informática, aunque también otras materias como cine, ornitología o historia, y ha sido casi siempre gracias a la labor desinteresada de unos cuantos cibernavegantes que comparten sus conocimientos y sus experiencias en los foros o en sus blogs. También en demasiadas ocasiones he podido hacer una buena compra o elegir bien un hotel gracias a que un experto, sin ganar nada a cambio, ha hecho una crítica del artículo que me interesaba, o a que un viajero se ha tomado la molestia de comentar en una web las ventajas y defectos de su alojamiento. Otras veces los foros me han enseñado a hacer alguna tarea (chapuzas domésticas, recetas, nudos de corbata, manejo de un programa…). Los tutoriales y los vídeos de Youtube pueden llegar a ser utilísimos.
Por eso pienso que es de sentido común y de una mínima moralidad aportar nuestro granito de arena para ayudar a otros en Internet. Aunque no nos demos cuenta, todos tenemos alguna habilidad o somos expertos en algo, ya sea en el campo profesional o del ocio, y en alguna medida podríamos poner en común lo que sabemos para que los demás lo aprovechen. Al menos, todos somos usuarios de servicios o consumidores de bienes, y no cuesta dejar nuestra opinión, en un par de minutos, sobre el viaje que hemos contratado, el restaurante donde hemos comido, la peli que acabamos de ver o el producto que hemos comprado en Amazon.
Algunos internautas manejan la red de redes bajo el lema "recíbelo todo sin dar nada a cambio". Descargan todo tipo de contenidos sin subir un solo mega. Acceden continuamente a los perfiles, datos y fotos de otros usuarios de redes sociales pero mantienen su propia cuenta cerrada a cal y canto. Avasallan con sus dudas en los foros buscando ansiosamente solucionar su problema y luego ni dan las gracias a quienes dedican su tiempo a responderles ni, por supuesto, publican jamás ninguna información útil. Pretenden que sus blogs se llenen de comentarios pero rara vez comentan en las bitácoras ajenas o, si lo hacen, se nota a la legua que solo quieren darse publicidad.
Son muy fácilmente identificables por su conducta: jamás publican ni una línea en Internet si no es para obtener un beneficio del tipo que sea.
Cuando empecé a manejarme en los cibermundos y no tenía ni idea, un amigo me instaló la famosa aplicación P2P Emule. Me enseñó a bajarme películas pero me advirtió: “Cuando te hayas descargado una, no la quites de la carpeta inmediatamente. Hay una regla ética no escrita de que debes compartirla al menos unos días, dejar que los demás se la bajen de tu pc”. Me pareció curioso el consejo, pero muy lógico.
Como dije el otro día, yo he aprendido mucho gracias a Internet, sobre todo informática, aunque también otras materias como cine, ornitología o historia, y ha sido casi siempre gracias a la labor desinteresada de unos cuantos cibernavegantes que comparten sus conocimientos y sus experiencias en los foros o en sus blogs. También en demasiadas ocasiones he podido hacer una buena compra o elegir bien un hotel gracias a que un experto, sin ganar nada a cambio, ha hecho una crítica del artículo que me interesaba, o a que un viajero se ha tomado la molestia de comentar en una web las ventajas y defectos de su alojamiento. Otras veces los foros me han enseñado a hacer alguna tarea (chapuzas domésticas, recetas, nudos de corbata, manejo de un programa…). Los tutoriales y los vídeos de Youtube pueden llegar a ser utilísimos.
Por eso pienso que es de sentido común y de una mínima moralidad aportar nuestro granito de arena para ayudar a otros en Internet. Aunque no nos demos cuenta, todos tenemos alguna habilidad o somos expertos en algo, ya sea en el campo profesional o del ocio, y en alguna medida podríamos poner en común lo que sabemos para que los demás lo aprovechen. Al menos, todos somos usuarios de servicios o consumidores de bienes, y no cuesta dejar nuestra opinión, en un par de minutos, sobre el viaje que hemos contratado, el restaurante donde hemos comido, la peli que acabamos de ver o el producto que hemos comprado en Amazon.
1 comentario:
Gracias a Youtube, sé cocinar lentejas, y eso es impagable.
Bueno, y gracias a los foros, mi ordenador está libre de virus, malware, y etc.
La gente que no da ni las gracias... Debería extinguirse como los dinoraurios.
¡Un beso! :*
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