martes, 13 de mayo de 2014

SUBORDINACIÓN INFORMATIVA




Hay una práctica en los informativos de televisión y de radio que nunca he llegado a entender. En muchos programas o boletines de noticias se incluye una sección en la que se repasan rápidamente los principales titulares de los grandes periódicos nacionales: El Mundo, El País, ABC, La Razón, La Vanguardia, etc. En los telediarios incluso ponen la imagen de cada una de las portadas.

No comprendo bien este gesto de subordinación de los medios audiovisuales a la prensa escrita. Es como si las teles y las emisoras dieran por sentado que la gente prefiere saber lo que dicen los periódicos de papel antes que informarse en los espacios televisivos o radiofónicos. Probablemente sea así, y no me extraña, pero me asombra que se admita con tanta naturalidad por los en teoría perjudicados.

También me pregunto si no mediará algún tipo de contraprestación, aunque no sé de quién a quién, si de los medios escritos a las radios y a las cadenas por hacerles publicidad o de estas a aquellos por utilizar sus contenidos.

En cualquier caso las principales cabeceras de prensa estarán encantadas por esta actitud chupa-rueda con la que los audiovisuales demuestran no tener entidad propia ni capacidad para ofrecer al público unos titulares propios e independientes.

Aunque es verdad que en ocasiones los periódicos hacen referencia a programas, debates o declaraciones emitidos por sus competidores en las ondas, no me imagino a El Mundo resumiendo las noticias que ha dado Matías Prats la noche antes en Antena 3.

6 comentarios:

Tábano porteño dijo...

Neri:
la subordinación que expone seguramente se deba al prestigio que sigue teniendo en nuestras sociedades aún hoy la prensa escrita sobre la audiovisual. Copio fragmentos de un ensayo que buscan explicarlo:

"(...) Pero a partir de mediados de nuestro siglo comenzaron a producirse una serie de transformaciones en el escenario cultural de las sociedades de masas que afectaron la hegemonía de la prensa escrita en la difusión de la información y en la formación de la opinión pública. Destacamos entre dichas transformaciones el surgimiento y consolidación de la televisión como medio de comunicación. (..)
Ante estos cambios, el tradicional "pacto de lectura" entre el diario y su público, empezó a desgastarse, a perder vigencia y la prensa fue perdiendo espacios y lectores. Se hizo imprescindible una transformación que permitiera atraer de nuevo al público, había que ofrecerle al lector de periódicos un "modo de decir" interesante y diferente del televisivo.
(...)Respecto de los modos de tratamiento del contenido, estos cambios son más radicales, ya que tienen que ver con la manera de construir la noticia: predominan el análisis y profundización de la información, se observa un aumento significativo de la presencia de artículos que siguen una estructura argumentativa y en donde se fortalece el denominado "periodismo de opinión", ya no sólo en las editoriales sino en un sinnúmero de notas firmadas por periodistas y también por colaboradores provenientes de diversos campos disciplinares (sociólogos, politólogos, psicólogos, economistas, filósofos, escritores, entre otros); se produce un importante desarrollo del periodismo de investigación en torno de temas y hechos sobresalientes. Prácticamente perdida la posibilidad de la primicia, el diario nos ofrece a cambio el espacio para la reflexión, para el análisis de causas y consecuencias y para la interpretación de lo que está detrás del mero acontecimiento. Esta modalidad discursiva propone explícitamente -como adelantáramos- una representación argumentativa particular de los acontecimientos 'construidos' por las "noticias", es decir, una representación que se estructura en torno de una tesis o conjunto de proposiciones que, a partir de un razonamiento, traducen directa o indirectamente (mediante aserciones, juicios, etc.) la toma de posición de un sujeto ante a una temática. Esta pérdida del anonimato debido al hecho de que la mayoría de las notas son firmadas por sus redactores, al individualizarse al autor, personaliza al discurso y, por ende, el periodismo gráfico deja de lado el efecto de pseudo-objetividad que le daba el anonimato. Los editoriales y los artículos de opinión de columnistas y otros redactores "conforman el discurso de opinión más ampliamente divulgado en la sociedad (..) su influencia se puede atribuir más a la influencia de las elites que a la influencia popular masiva." (van Dijk, 1997, p. 276)".

Aprendiz de brujo dijo...

El papel siempre va por delante de la tele.Si no acuérdate de que es lo que viste antes, Neri: Una revista porno ó una peli porno?.
Contesta, por favor.

Carlos T. dijo...

Tantos canales durante tantas horas, con tan bajo presupuesto, provocan estas situaciones. Radio televisada con contertulios de medio pelo, partes meterológicos de treinta minutos, especiales informativos absurdos sobre deportes. Esto es lo que se consigue gracias a la concentración de medios y que dos grupos de comunicación copen el 90% de los canales.

Al Neri dijo...

Gracias por sus enjundiosas aportaciones, Tábano.Es cierto lo que dice ese ensayo. A la prensa escrita le ha tocado cambiar para competir con los medios audiovisuales, igual que a la pintura y al teatro les tocó virar el timón cuando aparecieron la fotografía y el cine respectivamente. Puede que con esta evolución los periódicos hayan salido reforzados porque ofrecen más que la tele y la radio. También efectivamente hay un trasfondo social y cultural. Y aquí enlazo con lo que dice Carlos T: la prensa escrita tiene más prestigio porque no se ha rebajado tanto como las televisiones para llegar a las masas. No en vano la gente sin cultura sigue informándose predominantemente en la tele y las personas formadas en los periódicos.

Tábano porteño dijo...

Sin embargo, Neri, ¿qué tan formada es la persona que se "forma" leyendo periódicos? Es conocido aquello de que "un periodista es alguien que trata un tema que conoce poco para otra gente que de ese tema no conoce nada".

Un amigo fue lapidario con esta profesión (o con gran parte de ella, digamos), escribió "El libro negro del periodismo" en que la mitad es análisis impiadoso del "mundus" periodístico, y la otra mitad una extensa recopilación de no menos impiadosas citas de pensadores y ensayistas famosos de todas las épocas respecto de la labor periodística.
Por si le interesa: dejo enlace a la presentación de la obra (preste atención a la alocución del Dr. Caponnetto):
http://es.gloria.tv/?media=350271

Al Neri dijo...

Digo que las personas formadas prefieren informarse en los periódicos que en la televisión, no que se formen gracias a los periódicos.