martes, 29 de abril de 2014

BELLEZA Y FEALDAD




Quienes me conocen saben que soy un pésimo fisonomista. Mi impericia para recordar rostros humanos me ha puesto, a lo largo de mi vida, en no pocas situaciones apuradas, surrealistas o de vodevil, sobre todo por no saludar a quien debería reconocer o por dirigirme a quien no he visto en mi vida tras confundirlo con otra persona. Pero lo que siempre he observado es que me cuesta mucho más quedarme con la cara de los guapos que con la de los feos. 

Este hecho parece bastante estúpido pero tiene una explicación racional. Si lo meditamos bien, veremos que la belleza tanto femenina como masculina se basa en un patrón aceptado casi unánimemente en nuestra sociedad. Los rasgos faciales de los considerados guapos y guapas responden a unos cánones bastante homogéneos, con pocas variaciones, lo que en la práctica se traduce (simplificando un poco) en que casi todos se parecen entre sí.  Puede que haya muchos tipos de belleza, pero seguro que menos de los que pensamos, dada la tendencia que tenemos en occidente a patentar moldes de hermosura e imponer la uniformidad estética a todos los niveles.

Sin embargo con los poco agraciados no pasa esto: se puede ser feo de miles de maneras distintas, ya que si bien la armonía se asienta en reglas contadas, la deformidad, el defecto, la asimetría o la desproporción físicas cuentan con un infinito abanico de posibilidades para manifestarse en un careto. O sea que por mucho que se busque, no se encuentran dos costrollos iguales y ni siquiera parecidos, lo que para mí desde luego es una gran ventaja.

Así que, querido lector, si solo te he visto una vez y te reconozco sin problema a la siguiente, saca tus propias conclusiones…

Más sobre este tema en La pluma viperina:

4 comentarios:

Carlos T. dijo...

Esto le pasa a usted y a todo el mundo. Por eso en la publicidad se emplean caras guapas. Al cumplir determinados cánones, aceptamos esos rostros de modo positivo pero casi neutro, sin distraernos del objetivo principal, que es vendernos el producto. Siempre hay excepciones, como Cindy Crawford con Pepsi, Claudia Schiffer con Citroen, etc, pero ahí más que vender es hacer imagen de marca.

Esto que comenta es tan habitual que llega al punto de que en más spots televisivos de lo que creemos se repite la persona y ni nos damos cuenta de ello, con gran alegría para el o la modelo, que no quema su imagen. En cambio, los anuncios en los que sale gente corriente o fea tendemos a recordarlos más, pues nos llama la atención

Aprendiz de brujo dijo...

Si, es cierto que hay más variedad de feos: (fofos, sinbarbillados, ojinexistentes, angelotes, deslabiados, angelitos, atractivos, picasianos, asimétricos, amorfos,narigones,orejones, lazarillescos, escuchimizados, obesos,dejados... ).Hay muchos tipos. De hecho la mayoría de la humanidad es/somos/(ERES) fea, pero varipinta.
A mi me pasa igual que a ti, pero siempre que nos refiramos al género masculino.
De las mujeres bellas, nos acordamos más.
Buen día a todos.

Zorro de Segovia dijo...

ja, ja, ja, ¡qué rico en epítetos el comentario de aprendiz de brujo!

nago dijo...

Una mirada inteligente, tampoco se olvida.
A veces la belleza...

Feliz descanso a todos.