Las personas despistadas
padecemos, como consecuencia de nuestros despistes, una serie de problemas
sociales bastante poco agradables. Los peores son nuestras meteduras de pata
involuntarias, que a veces no solo tienen consecuencias negativas para
nosotros, sino para nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo. Si cuando
nuestro déficit de atención provoca alguna catástrofe que solo sufrimos
nosotros, la sensación de impotencia y de imbecilidad ya es bastante dolorosa,
puede imaginarse cómo nos sentimos cuando la armamos como Amancio perjudicando
a los demás.
Otra secuela típica de nuestra “dispersión” es el encasillamiento injusto que solemos padecer. La gente que ha sido muy distraída en la niñez y en la adolescencia tiende a ser fuertemente estigmatizada en su entorno, no de forma malintencionada, pero sí machacona. Como llegues a cierta edad con la etiqueta de “despistado” a cuestas, ya no te la quitas ni con agua hirviendo. Sentencias como “es que Manolito es muy despistado” terminan siendo un verdadero sambenito imborrable con efectos demoledores. Porque a Manolito, aunque cambie y se centre con los años, seguirán llamándole atolondrado el resto de su vida; le echarán la culpa de todos los desaguisados, pérdidas de objetos, errores y confusiones que sucedan a su alrededor, y –lo peor de todo– sus despistes siempre serán deformados y exagerados por sus conocidos para hacer mofa y befa de ellos. Esto último significa que pequeñas torpezas que comete mucha gente a todas horas, llamarán mucho más la atención cuando el autor sea él y provocarán chanzas o censuras a todas luces desproporcionadas.
Es el destino insalvable de los despistados.
Pero también hay cosas que decir en nuestra contra, y es que ese cartelón infamante que nos han colgado del cuello desde chavales a veces lo utilizamos como cómoda tapadera. Esclavos de nuestro propio estigma, no hacemos ningún esfuerzo por mejorar porque, total, este fallo o este olvido mío se debe a que soy muy despistado y si soy así qué le vamos a hacer.
Además, yo que soy bastante disperso y que conozco unos cuantos individuos de mi especie, puedo afirmar de forma rotunda que cuando hay algo que nos preocupa en serio, por lo que tenemos verdadero interés o que nos importa que salga muy bien, aparcamos nuestro aturdimiento y los descuidos se evaporan como por arte de magia. Es decir, que cuando alguien, por muy despistado que sea, no hace más que meter la gamba en una determinada actividad o tarea, o con una persona concreta, se puede asegurar sin temor a equivocarse que esos temas o esa gente no le motivan para nada.
Otra secuela típica de nuestra “dispersión” es el encasillamiento injusto que solemos padecer. La gente que ha sido muy distraída en la niñez y en la adolescencia tiende a ser fuertemente estigmatizada en su entorno, no de forma malintencionada, pero sí machacona. Como llegues a cierta edad con la etiqueta de “despistado” a cuestas, ya no te la quitas ni con agua hirviendo. Sentencias como “es que Manolito es muy despistado” terminan siendo un verdadero sambenito imborrable con efectos demoledores. Porque a Manolito, aunque cambie y se centre con los años, seguirán llamándole atolondrado el resto de su vida; le echarán la culpa de todos los desaguisados, pérdidas de objetos, errores y confusiones que sucedan a su alrededor, y –lo peor de todo– sus despistes siempre serán deformados y exagerados por sus conocidos para hacer mofa y befa de ellos. Esto último significa que pequeñas torpezas que comete mucha gente a todas horas, llamarán mucho más la atención cuando el autor sea él y provocarán chanzas o censuras a todas luces desproporcionadas.
Es el destino insalvable de los despistados.
Pero también hay cosas que decir en nuestra contra, y es que ese cartelón infamante que nos han colgado del cuello desde chavales a veces lo utilizamos como cómoda tapadera. Esclavos de nuestro propio estigma, no hacemos ningún esfuerzo por mejorar porque, total, este fallo o este olvido mío se debe a que soy muy despistado y si soy así qué le vamos a hacer.
Además, yo que soy bastante disperso y que conozco unos cuantos individuos de mi especie, puedo afirmar de forma rotunda que cuando hay algo que nos preocupa en serio, por lo que tenemos verdadero interés o que nos importa que salga muy bien, aparcamos nuestro aturdimiento y los descuidos se evaporan como por arte de magia. Es decir, que cuando alguien, por muy despistado que sea, no hace más que meter la gamba en una determinada actividad o tarea, o con una persona concreta, se puede asegurar sin temor a equivocarse que esos temas o esa gente no le motivan para nada.
16 comentarios:
No tienes pinta de despistado!
Yo tengo una amiga super despistada, a la pobre le pasa de todo y lo pierde todo. Yo tengo otro tipo de despiste, no suelo perder las cosas, sino que a veces quedo en algo con alguien, y como no sea algo en lo que yo tenga un gran interés y encima me surja otra cosa, aunque sea algo importante se me olvida por completo.
Con antecedentes de despistado, hay quien se vuelve un poco compulsivo, en un intento de paliar el despiste.
Son estas personas que comprueban 5 veces si han cerrado el agua, miran varias veces si la ventana esta cerrada. etc. etc. Dicen que es más frecuente en gente soltera -más dada a manías.
Pues para despistado mi padre,que me llevó un día zoo,y salió con otra niña de la mano.Otro día mi madre le dijo que bajara la basura porque salía de casa,y se montó con ella en el autobus,así que al darse cuenta de que iba sentado con la bolsa al lado,tuvo que bajarse,en fin lo mas despistado que he visto en mi vida,otro día me llevó al médico y cuando le preguntó el doctor por mis apellidos se quedó en blanco,porque no se acordaba,el médico le preguntó entonces si yo era su hija,así que por no quedar mal,le dijo que no,que yo era su sobrina,bueno no cuento mas cosas porque mi padre tenía una lista interminable,y eso que luego era un tío super responsable,pero a despiste no lo ganaba nadie.
Por cierto lo de mirar 5 veces si ha cerrado el agua,o la ventana no es de despistado,es de personas obsesivas compulsivas,que no tiene que ver nada con el despiste.
No, mirar 5 veces si se ha cerrado el agua no es de despistado.
Pero muchos despistados que (por lo que sea) comienzan a volverse compulsivos, tienden a justificárse en eso (en que son despistados, y por si acaso, "más vale comprobar todo muy bien").
Yo con el tema de los despistes he sufrido una evolución pero a la inversa de lo que suele ser normal.
De pequeña y adolescente no era para nada despistada, pero cuando acabé la universidad, no vean. He llegado a cometer despistes de lo mas cómico y absurdos.
Mi marido NUNCA se acuerda de nuestro aniversario, y es nuestra eterna discusión: él dice que es por despiste; yo que por falta de interés. Se me hace que tiene "despistes selectivos", pues un partido de la liga no se le olvida jamás.
Yo no me considero despistada, aunque suelo olvidarme dónde dejo aparcado el coche. Qué sensación horrible! Sobre todo en los garages de varios pisos.
Saludos
Lozana, los despistes de su padre son tan insuperables que no parecen reales. Cuéntenos más, por favor. A mí alguna vez también me ha pasado quedarme en blanco sobre datos elementales que nadie entiende que puedas olvidar.
Brisa, no sé si contestar a su comentario, pues tiene faltas de ortografía ;.). Lleva usted razón: lo de su marido es falta de interés, pero no es para dramatizar. Para muchos hombres las fechas no importan nada y si las recuerdan solo es por sus mujeres, que les dan mucha importancia. O sea que el interés de muchos maridos en recordar religiosamente las efemérides se basa en evitar cabreos y broncas, no en otra cosa.
Yo sí creo que los neuróticos que comprueban 4 veces si cerraron el coche tienen un fondo de despistados, aunque no todos los despistados seamos así.
En realidad mi comentario tiene dos faltas de ortografía, Sr. Neri.
Es verdad, he confundido la voz "garaje" con su homónimo francés "garage". Lo siento.
De todas formas me parece su comentario fuera de lugar. Corregir en público no es digno de un caballero; tal vez me confundí con usted.
Saludos
Lozana lo de tu padre es buenísimo!!
Brisa, sabe que aquí la apreciamos y que mi comentario es una simple broma por lo de que usted no contesta nunca emails con faltas de ortografía. No sé si soy muy caballero pero mi "corrección" no se la hubiera hecho a alguien que comete continuas faltas. Tenga un poco más de sentido del humor.
Va a resultar que es usted como el monje dulcinista Salvatore, de El nombre de la rosa, que hablaba una lengua rara mezclando dos o tres idiomas ("todos los dialectos y ninguno").
Por cierto, Aprendiz, acuérdese de la buena receta que nos dio una vez usted para no coger fama de gafes (en este caso de despistados): no contar jamás a nadie las meteduras de mata que se cometen sin testigos, pues buena parte de nuestra reputación se debe a lo que nosotros mismos confesamos sin que nadie nos lo pida.
Al Neri, pues qué buen consejo di, voy a tener que reaplicármelo!! ;-p
Bueno ya que os ha caído tan bien mi padre,voy a contar otra cosa que le ocurrió.Iba con mi madre en un barco camino de Canarias,y el camarote tenía el baño fuera en el pasillo.El se levantó a media noche para ir al servicio,y al volver,dado el despiste que tenía se metió en el camarote de al lado,como vió su litera ocupada por un bulto tapado pensó que era me madre,que se había mudado a su cama,así que se metió en la cama le trincó el culo y le dijo: aquí ya no te me escapas,y no veas la que se armó era un tío que estaba durmiendo,pensó que mi padre era un maricón se puso a gritar,vino la seguridad del barco,en fin toda una odisea,en la que tuvo que explicar que se había equivocado de camarote.Aún recuerdo que muchas veces cuándo le hacía alguna caricia a mi madre ella le decía: anda y vete con el del barco que te gustó mucho.
jajajajajja en serio Lozana, tu padre es un crack!!
Aprendiz, no ves que es falso? Qué hija díría de su padre que se metió en la cama y "le trincó el culo" a su madre. La lozana andaluza nos cuenta unas películas que para qué.
Sefo,vamos a ver que hay que explicarlo todo,en andalucía la palabra trincar es la mas usada,y se usa para todo,con decirte que mi madre extranjera,nórdica total,y de un carácter nada parecido al andaluz,la tenía también en su vocabulario,y además como no voy a decir que le trincó el culo,si eso fue lo que hizo,bueno pues fue lo que hizo y lo que pasó.
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