lunes, 13 de junio de 2011

LA BIOGRAFÍA DE FRANCO

Como muy bien nos alerta a menudo en su blog el amigo Ramiro Semper, España recuerda cada día más a un circo, a una charlotada o a una descacharrante película de Berlanga. Hoy en día España es un vodevil surrealista que se presta al cachondeo más que nada por no echarnos a llorar. Una de las últimas muestras de los desatinos propios de este país, del choteo en el que vivimos inmersos y que hace imposible, por desgracia, tomarse en serio a los españoles, ha sido el asunto de las biografías publicadas hace unas semanas por la Real Academia de la Historia.

Los españoles somos unos voceras apasionados incapaces de ver nada con perspectiva y mucho menos los acontecimientos políticos de la historia reciente, en particular los relacionados con la conflagración civil del 36 y el régimen a que dio lugar. Y por eso a la Real Academia de la Historia, que, como cualquier otra institución patria, no es sino un reflejo de esta España de aspaviento y chascarrillo, no se le ha ocurrido otra cosa que encargar varias biografías de personajes históricos de tan resbaladizos períodos a "historiadores" de marcadas tendencias ideológicas.

En mi humilde opinión la Real Academia de la Historia, precisamente por su carácter oficial y su presumible objetividad (tan difícil cuando se habla de Historia), nunca debería editar biografías. A diferencia de un ensayo o una obra monográfica sobre una determinada etapa, acontecimiento o institución, que pueden llegar a abordarse con unos mínimos de frialdad, las semblanzas de personajes constituyen un género mucho más escabroso. Cuando hablamos de la vida de una persona, no solo estamos hablando de datos y de fechas históricas, sino de pasiones y de sentimientos humanos, elementos, a mi juicio, que suelen intoxicar la ecuanimidad de cualquier obra. Qué duda cabe que la Historia la protagonizan hombres y es imposible comprenderla sin apelar en alguna medida a sus motivaciones más íntimas, pero nadie me quita de la cabeza que el género biográfico se presta tanto a la apología o al acoso y derribo, según los casos, que es preferible que lo cultiven autores que no escriban por cuenta de la Real Academia.

Quiero decir que quien escribe sobre la vida de un determinado personaje suele ser porque el personaje le obsesiona, para bien o para mal, y con esa pasión es difícil pergeñar una buena obra histórica, que se supone que es el objetivo de la Real Academia. Y os lo dice un ex lector compulsivo de “biografías apasionadas”.

Pero es que encima la Academia le ha encargado la biografía de Franco nada menos que a Luis Suárez, patrono de la Fundación Francisco Franco, que, por si alguien no lo sabe, es una organización abiertamente franquista que no en vano viene participando con el máximo entusiasmo en los eventos que cada 20-N se celebran en memoria del Caudillo. Si de por sí toda biografía ya es sospechosa de parcialidad, no digamos en este caso, que es como encargar a la zorra que cuide del gallinero.

Como cabía esperar, el resultado
no ha sido satisfactorio para todos y la biografía (que no he leído) ha provocado las iras de todo el rojerío (incluidos los entrañables Indignados), que ha exigido rectificaciones, dimisiones y no sé si hasta ahorcamientos, porque, según dicen, parece un texto del NO-DO. Entre las diversas quejas de la izquierda biempensante están que Suárez exalta el valor militar de Franco, que silencia su “perfil represor” y que no le califica como dictador ni como totalitario, sino simplemente como "autoritario", cuando por ejemplo en la semblanza publicada sobre Negrín se afirma que su Gobierno fue casi una dictadura.

No voy a hablar de Franco ni de las opiniones que me merece su régimen político, pero me ha llamado mucho la atención que la gente se haya cabreado tanto por no haberle llamado dictador en una publicación de historia. Seguro que la biografía de marras, habiéndola escrito Luis Suárez, no hay por donde cogerla, pero honestamente a mí me parece perfecto que no haya utilizado el término “dictador”.



La palabra dictadura me parece totalmente acientífica. Es un concepto valorativo (peyorativo) empleado como insulto político y un sinónimo exacto de tiranía. Para más inri la palabreja en cuestión se emplea de forma relativa, es decir por comparación con determinados modelos de estado muy concretos cuales son las democracias parlamentarias de partidos hoy vigentes en los países de nuestro entorno. Un régimen político será considerado más o menos "dictatorial" en función exclusivamente de si se aleja más o menos de los cánones constitucionales del tipo hoy conocido. Llamar pues a alguien dictador o a su mandato dictadura genera múltiples desajustes de la realidad y rodea de prejuicios a esa figura o a ese período históricos.

Se dice dictadura para acusar, no para describir
, y por ello todo historiador que se precie debería apartarse de este concepto. Una de las pruebas más evidentes de su carácter subjetivo es que se usa solo para desprestigiar formas de estado o de gobierno de las etapas más recientes, y precisamente por quienes están en la acera ideológica opuesta a las mismas. ¿Por qué por ejemplo nadie llama dictadura al Reinado de Felipe IV o al de Carlos III sabiendo que estos soberanos no reconocían derechos individuales y que aplicaban penas de muerte a sus enemigos políticos? Muy fácil: esos reinados no tenían una carga ideológica asumible o criticable con los parámetros de hoy, mientras que hay mucho interés en estigmatizar el franquismo, la Cuba de Fidel, la vieja URSS, el nazismo, el peronismo, el régimen chino, el Chile de Pinochet o el régimen talibán.

Además no debe olvidarse que los historiadores no son ni tienen por qué ser politólogos, por lo que sus incursiones en el terreno de las ideas resultan muy peligrosas.

A mi modo de ver, un historiador debería explicar como mucho si Franco permitía o no los partidos, si reconocía los derechos y libertades individuales que hoy figuran en la Constitución, cómo se nombraban los alcaldes y los procuradores en Cortes, si había delitos políticos, si existía pena de muerte y en qué casos, si había censura de prensa o cómo funcionaba el “sindicalismo vertical”… También debería limitarse a exponer fríamente las obras sociales, los grandes proyectos de infraestructuras llevados a cabo por el General y los datos macroeconómicos de esos casi cuarenta años. ¡Y punto! Y que sean sus lectores los que saquen sus propias conclusiones y valoren si Franco era un virtuoso demócrata o un siniestro dictador, o bien decidan que no es tan fácil catalogarle con semejantes etiquetas.

Lo que no se puede es decir en una biografía de Francisco Franco que era un hijoputa (o un dictador, que me da lo mismo) solo por dar gusto a los rogelios, ni afirmar que era un salvador de la Patria por congraciarse con los franquistas. Dejemos las interpretaciones y las valoraciones, pues de lo contrario estaremos manipulando en vez de investigando o informando. No creo que sea posible la objetividad en Historia, pero al menos (no sé si en España) sí es evitable el sectarismo y el calentamiento para hacer una obra seria y digna.

19 comentarios:

Ramiro Semper dijo...

A toda la "intelectualidad" roja le gustaría que la biografía de Franco dijera que era un cabrón con pintas. Supongo que también les encantaría que en la de Hernán Cortés se afirmase que fue un maníaco genocida y en la de Quevedo, que se trató de un peligroso antisemita. En el fondo, todas estas pataletas del rojerío obedecen a su sectaria obsesión por imponer como verdad histórica lo que no es más que su infumable dogma políticamente correcto.

Ramiro Semper dijo...

Y muchas gracias por la mención a La Antorcha, Sr. Neri.

ignatus dijo...

Coincido contigo Neri en que la elección del paisano para escribir la biografía es todo un desatino (bueno, todo, todo no: al menos la escribe alguien que desde luego sabe del tema. Peor sería que me la hubiesen encargado a mí).

Y también coincido en que lo justo es, con cualquier personaje, hacer una descripción de los hechos, buenos y malos, de una forma objetiva. En el caso de Franco, desde luego que actualmente se tiende a criticarle desaforadamente y tomarlo como referencia y sinónimo de "todo lo malo", lo cual claramente es injusto.

Ahora bien, respecto al término "dictador" basta con ceñirse a la primera definición de la RAE para ver que pudiera ser correcta:
"En la época moderna, persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos extraordinarios y los ejerce sin limitación jurídica".

Me llama la atención por tanto tu mojigatería con el término aduciendo el posible matiz peyorativo que para algunos puede tener, cuando precisamente tú no has tenido ningún problema en emplear términos claramente mucho más ofensivos para definir a personas como los homosexuales a los que has llamado maricones, cacorros y pedófilos acogiéndote a no recuerdo qué diccionarios para arropar de "objetividad" dichos términos. Eso sí, previamente añadías alguna frase hipócrita del tipo "odiar el pecado pero no al pecador" como para no quedar muy mal... (Umh. Igual esto último fue lo que hizo el Subdirector, perdón si recuerdo mal).

No sé, teniendo en cuenta que muy franquista no me parece que seas, esta entrada tan "doliente" por un término que es bastante descriptivo me sorprende un poco.

Que Dios os guarde (suelo poner "saludos" pero voy a intentar hacer despedidas cristianas para resultar más simpático a A.J. y lo de "adiós" me parece muy feo habida cuenta de que os leo de continuo).

Al Neri dijo...

Ignatus, Franco desde luego no me parece un dictador en la primera acepción (clásica) del diccionario de la RAE. Igual que los términos maricón y cacorro no se podrían usar nunca en un manual científico, el término dictador jamás debería usarse en una obra histórica. Aquí entre nosotros es otra cosa, hombre.

A.J dijo...

Bueno, centrandose en el tema de la polemica, si Franco fue autoritario o totalitario...


Franco fue dictador, eso no cabe duda, pero el franquismo no fue un regimen totalitario¿Por qué?

Porque dejó margenes de libertad a la población y no como los sistemas comunistas que si eran totalitarios al prohibir cualquier tipo de iniciativa economica privada e incluso la libre circulación de personas del país.

En la España de Franco quien queria irse se iba, y quien queria regresar, regresaba(simpre que no fuera una persona"non grata")

Eso en el bloque sovietico no sucedia.

Por eso Franco fue autoritario(mas que Franco el franquismo) y no totalitario.
Tambien se ha criticado eso de que Franco era valeroso...pues hombre, un tio que con 43 años era general y se batió el cobre en el Rift muy cobarde no creo que fuera...


Si me pusiera a debatir sobre lo positivo y negativo del franquismo me pegaria hasta mañana, pero a grandes rasgos lo resumo en una frase:
"Otros vendrán que bueno te harán"

pues eso...

Tranquilo Ignatus, yo no soy catolico practicante, digamos que defiendo la herencia cristiana en España aún sin ser muy creyente.


A mi las jotas no me apasionan , pero tambien las defiendo como floklore tipico aragonés.

Respeto a la tradición y a la identidad.


(La cuestión de fondo de todo el tema este del franquismo es obvio, un gobierno inutil e incapaz tiene que crispar a la sociedad y enfrentarla distrayendola, y si a eso sumamos las ansias de revancha, el querer ganar lo que no pudieron ganar etc, pues esta claro que solo con la manipulación y el desprestigío pueden actuar)


Como decia Vizcaino Casas :

"Contra Franco se vivia mejor"

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Ya he vuelto de otra de mis aventuras y me encuentro con dos entradas del Sr. Neri, no sabiendo interpretar demasiado bien la primera (creo que tiene algo que ver con los "indignados" pero no lo podría jurar).

Y con respecto, a la segunda, como más bien parece un ensayo sobre el tema no puedo añadir nada más... Nada, que por mucho que me esfuerzo no puedo añadir ni matizar nada. Estaré perdiendo la perspicacia.

Dulcinea dijo...

Muy buena entrada. Claro que es horrible llamar dictador a Franco, de muy mal gusto con todo lo que hizo por España. ¿Dar de comer y trabajo a la gente, subir el PIB hasta límites hasta entonces desconocidos y poner orden para los españoles y los territorios es ser un dictador? ¡Pues haber cuando viene otro? Dictadores eran los rojos que querian desterrar las santas costumbres españolas, su fe, sus devociones y su identidad para hacer a todos iguales, igual de pobres. Otro Franco tenía que venir, sí, para que muchos se enteraran.

Álex dijo...

Curiosamente, antes de leer los comentarios al post mi análisis iba más o menos en la línea de Ignatus. También pensaba poner de manifiesto que la misma precisión que ha desplegado el sr. Neri respecto a la palabra "dictador" podía aplicarla a muchos términos de los que se ven a veces en este blog. Por supuesto que no es lo mismo el lenguaje de una biografía oficial que el de un blog, pero la precisión y el tener en cuenta lo que implican las palabras nunca está de más, salvo que se quiera hacer daño, claro.
Coincido con el sr. Neri en poner en duda la necesidad de este tipo de biografías oficiales. De realizarse tendrían que ser casi una relación de hechos y datos. Y si se quisieran analizar las cuestiones ideológicas del personaje, habría que intentar recoger todos los puntos de vista posibles, sin entrar a valorarlos.
Saludos a todos.

Zorro de Segovia dijo...

¿Franco maricón y científico? no sé si hablan ustedes de otra persona o que yo he leído el último comentario del Sr.Neri en diagonal.

Pensándolo bien, me parece que muchos historiadores leen sus fuentes en diagonal también.

que dificil la vida sin ti dijo...

Estimado Neri y amigos todos :-)))
Como llego tan tarde sólo me gustaría hacer una pequeña reflexión: bucles semánticos aparte o históricos incluso, dictador o no, autoritario...pero recordemos que Franco gobernó 40 años sin oposición seria y murió en la cama tras una agonia seguida por el cariño de toda España. Y que las colas para darle el último adiós fueron eternas en un mes de noviembre de Madrid inclemente...se ve que se les ha olvidado a todos los estudiososos, en cambio yo, que era casi una niña lo recuerdo perfectamente.
Un abrazo muy satisfecho desde lo políticamente incorrecto (que me encanta)
Asun

Aprendiz de brujo dijo...

A mi como le llamen me da lo mismo.Me interesan más los datos objetivos. a cuántos fusiló UNA VEZ ACABADA LA GUERRA nuestro barrigudo amigo?.A que se debe el tono aflautado de su voz?.Por qué son tan putas sus nietas y tan maltratadores sus nietos?.Esto último a titulo de curiosidad sociológica. parece mentira que una familia donde se inculcaron valores tan sólidos sobre el honor y la decencia haya tenido una descendencia de ese calibre.
Son cuestiones mucho más interesantes.A mi si le llaman dictador me da un poco lo mismo.

alco dijo...

En los textos de historia se habla sin más de la dictadura de Primo de Rivera y no se cuestiona el término. Si la utilizamos como baremo para decidir si el período de Franco fué una dictadura, podríamos comparar analíticamente y determinar si fué una dictadura o no (yo creo que es un problema de denominación, los hechos son los hechos). En mi opinión, el período de Franco si fué una dictadura, bastante blanda al final (una "dictablanda"), como el período primoriverista.
La dictadura de Primo de Rivera no tiene, actualmente, las connotaciones negativas del término dictadura, más bien se enfatiza el gran desarrollo del país en aquellos siete años.
Finalmente, la historia (como ciencia) situará correctamente el período franquista dentro de unos 20 o 30 años, cuando el tiempo transcurrido sea suficiente para evaluar sin pasión. Actualmente, vivimos un régimen formalmente democrático, cuyo origen está en el régimen franquista. No es heredero de la II República, y éste es el trauma de mucha izquierda, y el problema a resolver de muchos historiadores de izquierda.

Anónimo dijo...

Los "gays" son maricones. Los listos son inteligentes. Las mujeres que venden su cuerpo por dinero son putas. Y Franco era un dictador.

Llamemos a cada cosa por su nombre.

Aprendiz de brujo dijo...

Asunción tienes razón al 50%,(lo cual no es poco).Es verdad donde están todos esos que agitaban l bandera con la gallina caponata al paso del caudillo, incluso en las Vascongadas o en Catalunya. No se sabe.
Ande andan los que lloraban desconsoladamente cuando el abuelo, tras ser retratado por su entrañable yerno en su lecho de muerte, entregó la cuchara.
No crees de todas maneras que sus opositores, esatban en algunos casos bajo tierra o en su defecto a algunos km de distancia de su capilla ardiente,( no lo digo por Carmen Martínez Bordiu), y no pudieron compartir la emoción del momento de dar cristiana sepultura al que fuera Caudillo de España.

Anónimo dijo...

Más vale un buen dictador que miles de dictadorcillos a cada cual más inutil .

Anónimo dijo...

No voy a opinar sobre el tema (yo de Franco solo sé... "que tenía el culo blanco"), pero como acabo de ver el "letrerito anunciador" que han puesto ustedes ahí arriba y yo estoy últimamente un poquito "quisquillosa" :)), aquí le dejo un artículo muy bonito a la par que curioso

Espero que le guste, a mí me ha encantado.

P.D tengo un come-come con lo otrooo... ;))

Álex dijo...

Curiosa historia, Nagore... Esa precisión de fechas, horas y direcciones llega a ser incluso inquietante. Saludos cordiales (y, con un guiño, póngame a los pies de su marido, ya sabe...)

Al Neri dijo...

Interesantísima historia, Nagore, que demuestra que el franquismo no reprimió la homosexualidad en sí, sino solo a aquellos homosexuales que generaban escándalo o manifestaban su tendencia públicamente.

Álex dijo...

Si se da cuenta, sr. Neri, lo que ha escrito en el comentario anterior es bastante parecido a decir, por ejemplo, que los afines a ETA no amenazan a toda la gente de derechas no nacionalista, sino sólo a los que ponen una bandera de España en el balcón o a los que se atreven a ser concejales del PP...