miércoles, 9 de marzo de 2011

REGATEAR

Hace cuatro o cinco años que dedico parte de mis vacaciones a hacer viajes por países del mundo con muy diverso nivel de desarrollo económico, y un detalle que me parece ilustrativo es que en los países más pobres y menos avanzados es muy común la práctica del regateo en toda clase de tiendas y mercadillos.

Siento una gran aversión hacia el regateo por varios motivos, pero sobre todo porque me parece una costumbre comercial basada en el engaño y en la falta de honestidad y de transparencia. Yo, una persona con pocos recovecos, que adoro las cosas claras y el chocolate espeso y que detesto las triquiñuelas y los teatros, soy completamente nulo para regatear y me acabo poniendo de mala leche con el moro o el panchito de turno en los típicos zocos o en las exóticas tiendas de recuerdos.

Normalmente acabo hasta el gorro de preguntar cuánto vale, poner mala cara, ofrecer la mitad, charlotear con el palomo (que suele ser un brasas), darme la vuelta entre grandes aspavientos, aguantar que me persigan para ofrecerme un nuevo precio, decir que si eso me paso luego, para forzarle, y, en fin, todo ese guirigay tercermundista. Encima a veces me doy cuenta de que he estado haciendo el panoli y perdiendo tiempo de disfrutar de mi viaje solo por una diferencia insignificante de un par de euros, ya que con el cambio de moneda no hay quien se cosque.

Se ve que a toda la peña que vende en estos mercadillos le encanta perder el tiempo, hablar, discutir y dar bien la turra. Mis compañeros de viaje suelen explicarme que son otras idiosincrasias y otras mentalidades, pero, como he dicho, para mí que en el fondo lo que quieren es timarte. Quizá entre los nativos, que ya están acostumbrados a estos usos medievales, se entiendan bien así, se sepan todos los trucos y gaitas, y hasta se diviertan con ello, pero en las zonas muy turísticas a mí nadie me quita la idea de que lo tienen todo muy bien estudiado y saben a ciencia cierta que con el regateo sacan mucha más pasta que con el civilizado sistema del precio fijo.

Estoy convencido de que por muy contento que acabes tras porfiar por un precio más bajo y sacar la mierdecilla en cuestión (porque siempre es una mierdecilla que luego queda en tu casa como un Cristo con dos pistolas) por la mitad de su “precio inicial”, al final el moraco o el mohicano Caballo Loco se han descojonado en tu cara y has soltado una cantidad desproporcionada que nadie habría pagado en ese pueblo. Ellos lo tienen todo calculadísimo. Puede que puntualmente, si les interesa, alguien se lleve el cachivache muy barato, pero saben bien que con un solo turista torpe, o rico, o que no se atreva a bajar demasiado la oferta o que pase de andar haciendo el primo por cinco euros, van a salvar el día con creces.

El regateo siempre esconde un precio injusto y una intención de engañar.

Otra cosa es que el nivel económico del país o la diferencia entre la capacidad adquisitiva de los oriundos y la de los foráneos haga que muchos turistas se tomen sus compras como una forma de dar limosna “a estos pobrecicos, que no tienen nada, ¿qué nos suponen a nosotros veinte euros?”. Pero resulta que yo a los viajes no voy para hacer caridad y no me gusta nada que me estafen. Cuando quiera dar donativos iré a Manos Unidas y no a los tenderetes de estos jetas.

Lo que más me preocupa es que estas prácticas oscuras y abusivas que yo siempre he atribuido a una incultura propia de zonas deprimidas, se están poniendo cada vez más de moda, y con todo el descaro, en nuestro propio país. Y si no que me expliquen qué diferencia hay entre los voceros de la medina de Marrakech, del Gran Bazar de Estambul, de un mercado de Alejandría o de los puestos de Playa del Carmen (México) y los comerciales españoles de telefonía móvil o los directores de sucursal bancaria. Con los de atención al cliente de MoviStar también hay que andar regateando y fingiendo que quieres la baja o la portabilidad para que te recorten la factura o te regalen un móvil. Con los empleados de las Cajas tienes que estar debatiendo sobre lo que te dan en la entidad de enfrente o sobre los recibos que puedes o quieres domiciliar para que te prometan un punto más de interés por un depósito. Todo ello redunda en perjuicio del cliente, de la seguridad en las transacciones y del más elemental sentido de la justicia, ya que siempre termina pagando en exceso el más honrado, el más tímido o prudente, el que carece de información o las personas mayores.

Menudo “Primer Mundo” del demonio.

29 comentarios:

Aprendiz dijo...

A mí no me gusta regatear, si no estoy de acuerdo con el precio le digo yo el precio que le pago, si no lo acepta me voy.

Anónimo dijo...

Parece mentira lo que voy a decir, dedicándome a lo que me he dedicado casi toda mi vida laboral..... no tengo ni idea de regatear, no se hacerlo, ni de palabra ...... ni con balón.

El último de Filipinas dijo...

A un botijo feo no cuesta renunciar, pero hoy hay que tener internet, móvil y cuenta en el banco.
Y no vas a estar comparando con lo que te ofrecen los demás constantemente, ni aguantando lo que te dicen sus comerciales, que puede ser peor todavía. He optado por no comparar y conformarme con lo que tengo.

Anónimo dijo...

Yo tambien pensaba como usted, hasta que llegué aquí. Me costó entenderlo. Incluso me parecía ofensivo hacia el vendedor regatearle. Pero con el tiempo he llegado a comprender que no es así, es todo lo contrario.

Si a un árabe no le regateas se ofende.
Si es autóctono, se quedará pensando:
- muy rápido me ha pagado, seguro que lo que le he vendido, valía mucho más.

Hace un par de semanas -como casi cada viernes- nos fuimos a tapear por el centro.
A última hora de la tarde pasó un señor con un cubo lleno de caracoles, lamentándose por lo bajito, de que no había vendido nada y se iba para casa sin haber sacao ni pa la cena.
Mi "torero" al escucharle le quiso dar unos eurillos, pero no le dejé.
- Manolo, ese señor no pide limosna, vende caracoles y además quiere que le regatees!
Porqué? porque al hacerlo, le estás dando más valor a lo que vende. Así de sencillo.

Me fui de allí con los caracoles, dos capullos, un iris y un mechero, me cantaron una coplilla y me salió todo más caro que las tapas.
- y vámonos, que por ahí viene el de la guitarra. Hija que pareces Santa Rita, que tol mundo te da pena.(eso cree él)

Me encantan los caracoles, pero no sé limpiarlos. Al llegar a casa abrí el maletero, saqué la bolsa y los solté por el campo.

Hay gente que lo pasa francamente mal y vende lo que sea, o te canta lo que haga falta para poder comer al dia siguiente. Si hay que regatear se regatea! y todos tan contentos.

Solo hay que saber, donde?, como? cuando? y con quién?, debe hacerse.

que dificil la vida sin ti dijo...

Sr. Neri:
El mérito que tienen casi todos sus post es que usted mismo, a continuación del problema plantea la solución.
Y para mí no hay más que analizar o añadir.
En el mejor de los sentidos "usted se lo guisa, usted se lo come".
Insisto en que me parece que eso habla muy bien de su razonamiento lógico.
Yo me limito a asentir y a felicitarle muy cordialmente:

"Mis compañeros de viaje suelen explicarme que son otras idiosincrasias y otras mentalidades, pero, como he dicho, para mí que en el fondo lo que quieren es timarte."

Anónimo dijo...

"El regateo siempre esconde un precio injusto y una intención de engañar"

He regateado nuchas veces por algo que Marian sabe, vale mucho más que los dos euros que he terminado pagando.
El sentimiento de engaño, lo he tenido yo.

Aprendiz de brujo dijo...

Neri escribes mejor cuando lo haces con un tema que te irrita o te atormenta.
Así que ya sabes los días pares,un pesar; los impares una protesta.
Eres muy feo, pero escribes cada día mejor.
Por cierto de todos esos sitios que has citado solo he estado en el Gran Bazar, que es una preciosidad.A mi, particularmente me molesta mucho más el tumulto que el regateo, así que a pesar de su encanto arquitectónico hice una visista de 20 minutos.
En general ir de compras,(especialmente acompañado de mujer), es una de las torturas más jodidas que puede uno soportar.Bastante me sosdomizan a diario, como para pasar los días de ocio y vacaciones dedicado a ese menester.
Ikea es el infierno en la tierra. Estoy seguro de que las llamas serán más divertidas.

Álex dijo...

Tampoco me gusta a mí el regateo, pero desde luego me gusta mucho menos la sospechosa variación de precios en rebajas, la jungla de las tarifas de telefonía (no digamos las de electricidad, con no sé ni cuántos decimales!), los descuentos que en alguna tienda te hacen "por ser tú", la letra minúscula con las condiciones exactas de muchos anuncios y mil cosas más a las que nos hemos habituado.
Para bien o para mal también a mí me gustan las cosas claras y soy de los que suelo salir perdiendo por no quejarme o por no remover Roma con Santiago para conseguir el supuesto mejor precio.
Una de mis cuñadas aún me mira poniendo cara de "qué pavo es" porque me negué a ir a cambiar al corte inglés un televisor que al día siguiente de que yo lo comprase bajó de precio casi 200 euros en una semana fantástica de esas.
Nagore, definitivamente voy a tener que ir a comprar cortinas con ese marido suyo, ¿eh? Bueno, y ya puestos, véngase usted también, Aprendiz de Brujo, que ya verá qué bien lo pasamos...

Al Neri dijo...

Nagore: ¿aquí? Pero en qué territorios inhóspitos habita usted. Sáquenos de dudas.

Anónimo dijo...

Aprendiz de Brujo como socia nº1 y presidenta de tu club de fans, reclamo mi derecho a pasar un día entero en tu compañía en IKEA, que es el paraíso en la tierra, ese lugar dónde toda mujer es féliz y vosotros pobres varones os convertís en porteadores de peli de Tarzan en blanco y negro.

Alex puedes venirte que también eres del club. ¿El sabado os va bien? A las ocho preparados que hay que llegar justo cuando abren.

Nagore bonita, si yo encuentro eso que tú sabes a 2 euros y lo puedo vender a 1000, no dudes que el cargo de conciencia lo tengo pero me dura un segundín jajajaja (esto me lo han enseñado los bancos y las empresas constructoras, yo era inocente hasta que compré casa).

Anónimo dijo...

SR. Neri, Nagore vive en el peor sitio para vivir de este país y no hablo por hablar, lo he padecido en mis carnes.
No, no puedo hablar de ello ... aún ....sif sif ....no puedo .....lo siento......es tan horrible recordar aquello.....

Aprendiz de brujo dijo...

Hombre Perroviejo yo voy contigo al fin del mundo, pero al Ikea no.
La única visita que he realizado al infierno me dejó secuelas cerebrales irreparables, como bien se puede deducir de mis escritos.
Para que te hagas una idea prefiero ir al Valle de los Caídos, con A.J;el Subdirector y Neri. (A Alex también le invitamos que allí hay mucho hombretón de pelo en pecho, para que hurgue entre los armarios, que seguro que algo encuentra).
De las compañías telefónicas prefiero no hablar. Sacan de mi lo peor: una vena terrorista que debo controlar.

Anónimo dijo...

En el averno Sr. Neri, en el averno.

En el único lugar de España donde aún existe la TIÑA.


P.D. ahora que me releo... que no me fui de allí con "dos capullos", ja, ja, ja... bueno, sí pero de rosas, ja, ja, ja...

Anónimo dijo...

Acabo de darme cuenta de que tengo que regatear en breve, acaba mi contrato con voda-flon y tengo que buscar otra compañía que me de TODO (menos por saco con la factura) ¿qué les pido, iphone, blackberry, el normalito con teclas grandes que vamos a una edad que....?

AdB si llego yo a saber que te niegas a lo de IKEA desayuno hoy en el centro por la cara.

Al Neri dijo...

Yo tengo que conseguir un router wifi gratis de los de MoviStar. Admito sugerencias sobre la estrategia a seguir en mi llamada.

Anónimo dijo...

¿No tiene router wifi??? Joder negocia usted bastante peor que yo jajajajajaja.
Llame y diga "quiero un router wifi gratis".
Si no funciona creo que tengo uno de sobra en casa, vemos si funciona.
Jajajajaja que hombre este, ni con lo del router jajajajaja.

Anónimo dijo...

Nagore a los turistas es normal que nos divierta regatear porque nos parece pintoresco pero no puede negarse que es una forma muy primitiva de comerciar, casi como el trueque. Me gusta esta frase:
"Se ve que a toda la peña que vende en estos mercadillos le encanta perder el tiempo, hablar, discutir y dar bien la turra" , porque resume lo que yo también pienso del regateo, que es primitivo porque es lento e inefizaz. La gente de las sociedades desarrolladas no tiene tiempo que perder en regatear, el tiempo vale más que los cuatro duros que te puedes ahorrar discutiendo un rato. En la era del cibercomercio en que la gente compra desde casa hasta para la compra diaria esto de regatear es un anacronismo que dice mucho sobre el retraso de esos países.

Anónimo dijo...

Anónimo:
Vivo en España, no en Marruecos.

En la era del ciberespacio como usted dice, tambien se regatea.
No encuentro la diferencia entre hacerlo en un rastrillo o en las Subastas inversas en Ebay por ejemplo.
Sí, que es más "fino"???
En todas las páginas de venta en la red, se regatea, se lo aseguro.

El encanto de comprar en esos lugares no radica unicamente en lo atractivos que puedan resultar o no sus precios, si no en los objetos que puedes llegar a encontrar en ellos, que en muchos casos sería imposible adquirir en ningún otro sitio, aunque puedas pagarlo con la VISA PLATINUM.

Un saludo

Saturnino Martín Cerezo dijo...

Debido a mis devaneos por países árabes (un consejo es que nunca vayas a un país acabado en «tan»). He aprendido mucho sobre regateo. A este «sitio» que yo fui no había muchas cosas que hacer, bueno, mejor dicho, no había muchas cosas divertidas. Así que los domingos íbamos a un mercadillo dentro del «sitio» donde estábamos. Digamos que lo chulo allí era regatear, porque, al final del día comparabas lo que habías comprado con el resto de la gente. Era como un deporte, a ver quien lo había conseguido más barato. A veces, llegue a regatear cincuenta céntimos, pero no era el hecho del dinero sino el deporte en sí. Confieso que yo era reacio al principio (como el Sr. Neri), pero luego me deje llevar. Ya que por lo menos te entretenías, viendo alfombras, y todo tipo de materiales exóticos y no tan exóticos.
Hay anécdotas divertidas, como que había gente que usaba el champú como moneda de cambio. Allí era un objeto muy cotizado. Solía ser el granito de arena que desequilibraba la balanza cuando «el amigo» era reacio a soltar la mercancía por lo que le habían ofrecido.
Otra táctica que se solía usar era ponerle el dinero en la mano, mejor si era un billete, y rematabas la faena si le enseñabas la cartera vacía.
No nos juzguen por esto, según los que más solían «veranear» en este «sitio» habían ido subiendo los precios progresivamente desde hace años y ahora comprábamos más por diversión que por negocio.
Pero para mi lo más divertido eran las frases que usaban:

- Best price for you, mi friend.

- No business for me, my friend.

- You are my friend.

Al final me traje cuatro alfombras, unos jarrones de piedra (muy bonitos y que además no he visto una cosa parecida aquí), pulseras, pañuelos, mochilas, navajas, etc..

Anónimo dijo...

Y lo rápida que soy!!! no pierdo un segundo!!!
- visualización del objeto.
- paso firme hacia el objetivo.
- contacto (o agárralo con fuerza que viene un listo por detrás y te lo levanta)
- cuanto???
- 20
- pero qué dice??? tá roto, mire, mireeee...
- le doy 5 y a ver si lo puedo arreglar yo en casa.
- 7... y le estoy perdiendo dinero oigaaaa...

Acabo de ahorrarme 100 euros y solo he perdido 5 minutos;)

Al Neri dijo...

Si hago algún otro viaje a Morolandia (en ningún caso a países que acaben en "tán" o en "mén", pero tengo previsto volver a Turquía) me llevaré a Nagore y a Martín Cerezo para que me hagan las compras.

Vaya, y siempre postpongo mi post sobre mi semana en Marruecos... Esa entrada no tendrá desperdidio, oigan.

Anónimo dijo...

Que bonito hombre y a mí que me den ........pues sepa usted señor que tengo conocidos en Estambul, hale a joderse se ha quedado sin guias de la ciudad por dejarme fuera.
Ah y sin router repetido, así lo tire.
Y sin carnet de socio del club de fans de AdB.
Ahora regatee.

A.J dijo...

Yo no tengo la necesidad de viajar al tercermundo, con pasearme por mi barrio obrero, el mismo donde resido- o por puntos similares de la geofrafía española - me basta.
En mi ciudad hay una avenida apodada, AV. Marrakecht(o como se escriba) es igualito a pasear por las calles de Rabat o la citada ciudad, hasta el HAY-UNTAMIENTO de mi ciudad cambió unos sosos árboles ornamentales por palmeras africanas(no es broma)


Hablo de la avenida Conde de Aranda.

A.J dijo...

No tengo nada en contra del regateo, cualquier coche o vivienda que se venda de segunda mano suele adquirirse por medio de cierto regateo.

Eso si, regatear a la gente por chorradillas baratas me parece algo ruín, sobre todo si es gente humilde, a no ser que el precio sea algo realmente excesivo y que no se ajusta al valor real o subjetivo del objeto en cuestión según nuestro criterio.

El Subdirector del Banco Arús dijo...

No me gusta regatear. No valgo para ello. Me aburre, me incomoda, me siento como un estafador. O peor, com un judiorro o como un moro.

Ni siquiera sirvo para negociar: una especie de regateo a mayor altura y con más dinero de por medio. Será que los pocos castellanos viejos que quedamos no servimos para esas cosas.

Me parece, sin embargo, bien quien lo hace o incluso quien se divierte. Salvo cuando ves a clientes, algunos muy borjamaris, en los mercadillos españoles regateando dos euros a un pobre negro que vende lacostes falsos por diez euros. Seguro que cuando van a El Corte Inglés no regatean con el vendedor.

Únicamente un día hice una cosa parecida. Me quería comprar una camisa falsa y un negrito me pidió diez euros. Pregunté a la negra del puesto de al lado y me pidió, por lo mismo, quince. Le dije que su compañero la vendía por diez y que sólo pagaría eso pero que prefería comprársela a ella. Y por diez me la quedé. Quizás me la habría vendido por dos euros menos. Dos míseros euros que no me suponen nada pero que a ella le dan para un bocadillo o para enviárselo a sus hijos en África.

A.J dijo...

Subdirector, no te pongas blandito hombre...
Que los hijos de la negrita los estaran seguramente "reagrupados familiarmente" y de tutto gratis gracias al mesiánico ZP

la amante del regateador. dijo...

Pos a mi,es que me encanta regatear,por eso me he juntao con mi churri,que no veas como regatea,es que ando medio loca,embrujá de su saber.No te digo más que una cosa de 10 euros,el me latrae a casa po 2,¡que arte,que poderío!,tiene este novio mio.Y cuándo lo mando a que me traiga una alfombra,me trae 14,que poder de persuasión,se gasta mi ladrón,uy.....,así tengo yo mi casa,que parece la sala los tapices,y es que si a el le piden por una alfombra 100 euros,el se la saca por 5,y es que tiene un piquito.....,además,no quiere Z.P.
que ahoremos,pos mi novio,ya ha empezao,si había hasta que darle,la medalla que le quitaron al Bono,anda lo bien que le quedaría a mi churri,colgá de su cuello,además¿que es un mercaillo sin regateo?,en la cultura arabe,si no regateas,es que ni te venden,vá implícito a su cultura,y a su negocio.
Ay,mi churri,mientras más regatea,más me enrrea.
Pa que os hagais una ídea de como es.
Vá vestío siempre de ropa de marca
y regatea en el piojillo
más que Messi,por la banda.
¡Ay,que cosas tiene mi novio!.

Zorro de Segovia dijo...

oiga Nagore, el tipo ese de los caracoles, no sería en Málaga ?? hace dos fines de semana un tío en Málaga me contó una milonga idéntica.

Anónimo dijo...

I like it very much!