FALTÓ EN EL MUNDO LA CARIDAD, LA JUSTICIA Y LA VERDAD
Hoy, día 29 de marzo, se conmemora la fiesta del beato mallorquín Raimundo Lulio. Erudito en la corte de Jaime I el Conquistador, llevó una vida disoluta hasta los treinta años cuando, tras experimentar varias visiones místicas, sufrió una profunda conversión que lo llevó a acercarse a la Orden Tercera Franciscana. Gran conocedor de las culturas árabes y judías, en cuyas lenguas llegó a escribir algunas de sus obras, no dudaba en predicar ante las puertas de las mezquitas y las sinagogas, solicitando, incluso, una nueva cruzada que le permitiera predicar en los territorios musulmanes.
Profundamente afectado por la caída de Jerusalén en manos de Saladino, y observando una profunda crisis en la forma de vida de algunos caballeros cristianos, promovió la reforma de las órdenes militares con la intención de que fueran unificadas bajo las órdenes de un único Rex Bellator, seguramente Jaime II de Mallorca. Así, entre sus variadas obras, destaca el Libro del Orden de Caballería, en el que un caballero anciano, convertido en eremita, enseña a un joven escudero los altos valores morales que deben informar el noble ideal del caballero cristiano, y a la vez predica contra los donceles indignos.
Esta figura, cumbre del pensamiento español medieval, tan poco difundida que se hace muy complicado encontrar en el mercado alguno de sus textos -mi edición del Libro del Orden de Caballería es de los años 40-, murió linchado por los mismos musulmanes tunecinos a los que intentaba convertir.
1. Faltó en el mundo caridad, lealtad, justicia y verdad; comenzó enemistad, deslealtad, injuria y falsedad, y de ahí nació error y turbación en el pueblo de Dios, que fue creado para que los hombres amasen, conociesen, honrasen, sirviesen y temiesen a Dios.
2. Al comenzar en el mundo el menosprecio de la justicia por disminución de la caridad, convino que la justicia recobrase su honra por medio del temor; y por eso se partió todo el pueblo en grupos de mil, y de cada mil fue elegido y escogido el hombre más amable, más sabio, más leal y más fuerte, y con más noble espíritu, mayor instrucción y mejor crianza que todos los demás.
3. Se buscó entre todas las bestias la más bella, la más veloz y capaz de soportar mayor trabajo, la más conveniente para servir al hombre. Y como el caballo es el animal más noble y más conveniente para servir al hombre, por eso fue escogido el caballo entre todos los animales y dado al hombre que fue escogido entre mil hombres; y por eso aquel hombre se llama caballero.
4. Una vez reunidos el animal y el hombre más nobles, convino que se escogiesen y tomasen de entre todas las armas aquellas que son más nobles y más convenientes para combatir y defenderse de las heridas y de la muerte; y aquellas armas se dieron y se hicieron propias del caballero. Quien quiera, pues, entrar en la orden de caballería debe meditar y pensar en el noble principio de la caballería; y conviene que la nobleza de su corazón y su buena crianza concuerden y convengan con el principio de la caballería, pues, si no lo hace así, sería contrario a la orden de caballería y a sus principios. Y por eso no conviene que la orden de caballería reciba en sus honras a sus enemigos, ni a aquellos que son contrarios a sus principios.
5. Amor y temor convienen entre sí contra desamor y menosprecio; y por eso convino que el caballero, por nobleza de corazón y de buenas costumbres, y por el honor tan alto y tan grande que se le dispensó escogiéndolo y dándole caballo y armas, fuese amado y temido por las gentes, y que por el amor volviesen caridad y cortesía, y por el temor volviesen verdad y justicia.
6. El hombre, en cuanto posee mayor cordura y entendimiento, y es de naturaleza más fuerte que la mujer, puede ser mejor que la mujer; pues si no fuese tan capaz de ser bueno como la mujer, se seguiría que la bondad y la fuerza de la naturaleza serían contrarias a la bondad del corazón y de las buenas obras. De donde, así como el hombre por su naturaleza se halla en mejor disposición de tener noble corazón y de ser bueno que la mujer, así también el hombre se halla más predispuesto a ser aleve que la mujer; pues, si así no fuese, no sería digno de tener mayor nobleza de corazón y mayor mérito de ser bueno que la mujer.
(...)
10. Ciencia y doctrina tienen los clérigos para poder, saber y querer amar, conocer y honrar a Dios y a sus obras, y para dar doctrina a las gentes y buen ejemplo en amar y honrar a Dios; y para ser ordenados en estas cosas, aprenden y frecuentan las escuelas. De donde, así como los clérigos, por vida honesta y por buen ejemplo y por ciencia, tienen orden y oficio de inclinar a las gentes a devoción y santa vida, así los caballeros, manteniendo la orden de caballería con la nobleza de su corazón y la fuerza de sus armas, tienen la orden en que están para inclinar a las gentes a temor, por el cual temen los hombres delinquir los unos contra los otros.
(...)
14. Si no hubiese falta en clérigos ni en caballeros, apenas habría falta en las demás gentes; pues por los clérigos tendrían devoción y amor a Dios, y por los caballeros temerían delinquir contra el prójimo. De donde, si los clérigos tienen maestro y doctrina, y frecuentan las escuelas para ser buenos, y si hay tantas ciencias que están en doctrina y en letras, muy grande injuria se hace a la orden de caballería no haciendo de ella una ciencia enseñada por letras y de la que se haga escuela, como sucede con las otras ciencias. Por todo ello, el que escribe este libro suplica al noble rey y a toda la corte que se ha reunido para honor de la caballería que empleen el libro a satisfacción y restitución de la honrada orden de caballería, que es agradable a Dios.
7 comentarios:
Muy bonito, Subdire. a mí me gusta más la Infantería, pero la Caballería, donde serví, tiene un himno muy chulo, que nos obligaron a aprender cantando una y otra vez bajo la lluvia:
Caballero español
centauro legendario
jinete valeroso
y temerario.
Tu deber y tu honor
te lleva al sacrificio
acepta con orgullo
este servicio.
Ataca con valor,
a caballo eres fuerte,
y lucha cuerpo a cuerpo con la muerte,
que si mueres de Dios
recibirás la gloria
y los clarines
cantarán Victoria.
Brigada heroica,
la Patria espera
que tus jinetes
defiendan su Bandera.
Sables bizarros,
bravos lanceros
que en el combate
lucháis tercos y fieros.
Vais a la muerte
con alegría
con el galope
de la Caballería
Un grito pone
fin a la hazaña,
con nuestro lema:
"Santiago y cierra España".
Leí el comienzo y bien, seguí con los puntos y vale los primeros....pero llegué al 6 ¿así que la mujer tiene menos cordura y entendimiento que el hombre? Jajajajajaja pues lo podía haber demostrado el tipo este saltándose esa afirmación, que la jode con las patas de atrás (de las del caballo por supuesto)
Sr.Neri no conocía el himno, le voy a preguntar a mi marido si lo recuerda.
Sr. Subdirector:
Si me permite aporto un dato curioso:En Mayo del 2001 se acordó que Ramón Llull sería el patrón de los informáticos en España, celebrando su día el 27 de Noviembre, ya que en sus obras filosóficas anticipó la lógica como cálculo mecánico con símbolos en el que se aplicaba un método, los métodos heurísticos de la Inteligencia Artificial, los sistemas generativos, los grafos, las redes semánticas y los diagramas.
As´que por extensión, ya ve: es también ¡patrón de los blogers!
Saludos cordiales
Asun
Gracias por la aportación. Es cierto, de hecho, se diceplanificó una máquina (siglos antes que la famosa máquina analítica de Babagge) que en principio sería capaz de unificar la teología y la filosofía y que , a partir de cierto axiomas, lograría generar otros nuevos.
De todas formas, mi idea era más bien dedicar un artículo a los ideales de la Caballería y no tanto a Raimundo Lulio.
Ideales representados muy bien en vídeos como éste, de la película (aunque tiene más de ópera) Excalibur: El rey Arturo, al frente de sus caballeros, avanza hacia batalla. A su paso, la primavera resurge venciendo al invierno. Una escena llena de simbolismo.
Que fachas eran todos esos caballeros mediavales.
siempre he considerado el léxico español como una bendición y una calamidad a la vez. Y es que un idioma tan antiguo y tan escrito, ha alumbrado muy distintos significados para las mismas palabras. Seguramente el buen Raimundo y alguno de los lectores no se hubieran entendido bien, a la luz de los cambios que conceptos como "caridad" han sufrido a lo largo de los siglos.
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