Siempre he creído que S.M. Don Juan Carlos desempeña un cargo que no se ajusta exactamente a sus capacidades, pues cabría esperar que una Jefatura de Estado recayera en todo caso en un político serio, prudente, perspicaz, con habilidades diplomáticas y otros méritos propios de un puesto de tan alta responsabilidad. A pesar de que nuestro Rey no parece encajar en este perfil, es bien sabido que su simpatía, su espontaneidad y sus meteduras de pata han conquistado el corazón de todos los españoles.
Sin embargo este miércoles, nuestro querido monarca ha estado a la altura de las circunstancias apoyando al sector agroalimentario de la región castellana y leonesa en estos delicados momentos de declive económico. Me refiero naturalmente al acto celebrado en la burgalesa localidad de Roa en el que Don Juan Carlos ha presidido la inauguración de la nueva sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera de Duero, apadrinando con su buen nombre esta marca de calidad.
La presencia del soberano en un acto como este y la vinculación de su nombre con las famosas bodegas castellanas supondrá un impulso publicitario incalculable para el sector, toda vez que España entera lleva años asociando subconscientemente la figura del Rey con los caldos del país, dadas las aficiones del garante de nuestra democracia. Parece que por una vez los asesores de La Zarzuela han acertado de lleno al programar la agenda y los cometidos de Su Majestad, escogiendo un ámbito en el que, gracias a su dilatada experiencia como bebedor de vino, se desenvuelve como pez en el agua.
Los consumidores de ahora en adelante se decantarán siempre por el Ribera de Duero para brindar en sus mesas, emulando el ejemplo del carismático Don Juan Carlos, que ha llegado a Rey de España y lleva en el trono 36 años comportándose cada día como si se hubiera bebido una añada entera de Pago de Carraovejas.
Sin embargo este miércoles, nuestro querido monarca ha estado a la altura de las circunstancias apoyando al sector agroalimentario de la región castellana y leonesa en estos delicados momentos de declive económico. Me refiero naturalmente al acto celebrado en la burgalesa localidad de Roa en el que Don Juan Carlos ha presidido la inauguración de la nueva sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera de Duero, apadrinando con su buen nombre esta marca de calidad.
La presencia del soberano en un acto como este y la vinculación de su nombre con las famosas bodegas castellanas supondrá un impulso publicitario incalculable para el sector, toda vez que España entera lleva años asociando subconscientemente la figura del Rey con los caldos del país, dadas las aficiones del garante de nuestra democracia. Parece que por una vez los asesores de La Zarzuela han acertado de lleno al programar la agenda y los cometidos de Su Majestad, escogiendo un ámbito en el que, gracias a su dilatada experiencia como bebedor de vino, se desenvuelve como pez en el agua.
Los consumidores de ahora en adelante se decantarán siempre por el Ribera de Duero para brindar en sus mesas, emulando el ejemplo del carismático Don Juan Carlos, que ha llegado a Rey de España y lleva en el trono 36 años comportándose cada día como si se hubiera bebido una añada entera de Pago de Carraovejas.
El alegre monarca tuvo un comportamiento ejemplar durante la visita a la sede de Roa, si bien no puedo evitar que le brillaran los ojos cuando el Presidente del Consejo Regulador le agradeció su presencia en las bodegas “que serán para siempre su casa”. Al pasar por la sala de catas tuvo también, según las malas lenguas, un momento de debilidad, viéndose obligados la Ministra de Medio Ambiente, Rural, Marino y Caprino, y demás distinguidos acompañantes a empujarle discretamente hacia otras dependencias, susurrándole que la visita no había finalizado. Una crisis parecida sufrió al recibir como obsequio una botella mágnum honorífica de Gran Reserva, pues por lo visto pidió ansiosamente un sacacorchos.
Se rumorea que los Consejos de Rueda, Cigales, Bierzo y Toro han solicitado ya a la Casa Real la presencia del Rey en otras inauguraciones parecidas. La marca de whisky DYC planea asimismo una recepción en Palazuelos de Eresma a la que estaría invitado tan ilustre y real conocedor de las bebidas alcohólicas españolas.
¡Gracias, Don Juan Carlos, por sus impagables sacrificios por la Patria!
Se rumorea que los Consejos de Rueda, Cigales, Bierzo y Toro han solicitado ya a la Casa Real la presencia del Rey en otras inauguraciones parecidas. La marca de whisky DYC planea asimismo una recepción en Palazuelos de Eresma a la que estaría invitado tan ilustre y real conocedor de las bebidas alcohólicas españolas.
¡Gracias, Don Juan Carlos, por sus impagables sacrificios por la Patria!
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8 comentarios:
Hmmmm Pago de Carraovejas......... ¡¡que bueno ese vino porlamordelos dioses!!!
Por cierto, dice usted:
"Siempre he creído que S.M. Don Juan Carlos desempeña un cargo que no se ajusta exactamente a sus capacidades, pues cabría esperar que una Jefatura de Estado recayera en todo caso en un político serio, prudente, perspicaz, con habilidades diplomáticas y otros méritos propios de un puesto de tan alta responsabilidad."
¿Se atreve a decir uno que cumpla sus requisitos para el puesto? Jajajajaja y espere que después de este señor viene el hijo........y la nuera.
Como escarpias se me han puesto los pelos sólo de pensarlo.
Los que, desde el desconocimiento demagógico, quitan importancia al elemento hereditario en la institución monárquica, ignoran la trascendencia que la tradición familiar tiene en la formación de un soberano.
Estoy convencido de que nuestro amado Rey no tendría la desenvoltura de que hace gala en el mundo etílico si no le hubiera iluminado el ejemplo en estas lides de sus augustos progenitores.
¡Qué malo es usted, Neri, pero qué malísimo!
Y como me ha hecho reir con esa pluma irónica que hoy se gasta.
Dos orejas, el rabo y vuelta al ruedo!
¡Ole!
Estoy de acuerdo con Ud, Sr Neri, un jefe de estado es otra cosa.
Pero para ir a tomar unas copas y echar unas risas, Con el Borbón antes que con cualquiera de los plastas de ZP, Rajoy y Cia.
Vamos, que nuestro jefe de estado es un mero relaciones públicas. Que vergüenza de país.
Siempre he tenido cierta predilección por S.M. D Juan Carlos pero desde el "¿Por qué no te callas?!" realmente me ha conquistado, a mi y a todos los españoles. Esperemos que siga con nosotros mucho tiempo con su aspecto bonachón y sus copillas de dyc 8 años.
Buen, post, sr. Neri. Claramente, el perjuro es un inútil, una marioneta, un caradura, un beodo... Y su hijo aún es peor que él. Una lacra y una enfermedad, la de su estirpe, que España sufre desde hace más de tres siglos y que nos lleva al desastre.
Ojalá, en uno de sus arrebatos de espontaneidad y buen humor confundiera la botella de vodka con algún otro líquido no tan "saludable".
Sí, sí pero el título de beodo mayor del reino lo obstenta el expresidente Aznar que con una buena melopea encima, en plena campaña de prevención de riesgos al volante, se arrancó con aquello de: ¿Quién te ha dicho a tí que quiero que conduzcas por mí? Absolutamente insuperable. Un ejemplo para todos y un buen autorretrato de si mismo, sí señor, para regocijo de todos sus seguidores, que le rierón la gracia, ja,ja.
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