Aunque no me atrevo a enunciarlo como regla absoluta, sí creo que las mujeres no suelen ser muy buenas jefas, o, vale, por lo menos a mí no me lo parecen. Ellas son… muy tías. Su frecuente obsesión por ser empáticas, por conectar, por dialogar, por parecer suaves, por llegar a la gente, etc, hace que todo les salga como a Cagancho.
En uno de mis primeros destinos profesionales tuve una jefa joven muy de pichiglás que me sacaba de mis casillas. Cuando le pasaba a firmar una propuesta o cualquier documento y algo no le gustaba, me devolvía el expediente con un post-it que decía por ejemplo: “Lo concretamos más, ¿te parece, Al?”. Pues no, guapa, no me parece. Primero, si te lo he pasado así será porque me parece que debe ir así, y, segundo, ¿qué quiere decir que lo concretamos?, ¿que lo concreto yo o que lo concretas tú? ¿Y qué diablos significa concretar?, ¿que lo haga más extenso para dar más detalles o más corto centrándome en lo importante? ¡Vete al cuerno, tía!
Y se quedaba tan pancha con el dichoso post-it…
A veces me llamaba al despacho. En las provincias remotas la peña como ella tiene unos despachos alucinantes, aunque bien mirado era una mindundi.
- Oye, Al, he estado mirando tu informe y me ha parecido muy interesante.
- Ah, me alegro, Mari Mar.
Entonces hacía un gesto enigmático, extraña mezcla de buen rollito y de señorita Rotenmeyer:
- Pero quizá, y corrígeme si me equivoco, es más oportuno valorar algunos términos… de otra manera.
- ¿Valorar… de otra manera? -preguntaba un servidor con cara de póker
- Creo que sí. Sin perjuicio de la calidad del informe, podríamos ajustarlo un poco, evaluar hasta qué punto, tal como está, que insisto en que está muy bien, va a conseguir lo que pretendemos conseguir. –Y aquí, al ver mis ojos fulgurantes, ponía cara de susto- . Bueno, Al, pero no creas que te estoy criticando el informe, es solo para que lo valoremos juntos...
Y se tiraba dos horas mareando la perdiz. Como para volverse uno loco con la niña dichosa.
Yo pensaba que si todos mis superiores iban a ser así, acabaría suicidándome. Pero qué va, al poco tiempo cambié de puesto y me tocó un jefe cojonudo, enérgico, decidido, que daba gusto currar con él. Por ejemplo, me llamaba a su despacho a ver un convenio o un acuerdo que le había preparado, y según entraba ya le veía negar con la cabeza, con cara de mal café. Al sentarme frente a su mesa me lanzaba los folios como si fueran aviones de papel:
- ¿Pero qué es esto? –me miraba fijamente a la cara.
- No te gusta, ¿no?
- No me jodas me va a gustar. Esto está hecho con los pies, es una mierda. No me he enterado de nada.
- Hemos corrido bastante, Ángel, está un poco en mantillas…
- ¿En mantillas? Rehazlo de arriba abajo, ¿oyes?
- Muy bien, ¿alguna sugerencia para orientarlo? Puede que no me haya quedado claro.
- Pues joder, para empezar no metas los antecedentes del Ayuntamiento, que ya se los saben mejor que tú. Luego céntrate en explicar por qué se renuncia al proyecto, basándote en las fichas desde 2001. Elimina las referencias normativas, mete un grafico de la evolución y explica uno por uno los compromisos de las partes, en vez de irte por las ramas con los párrafos estos que parecen ladrillos, hombre.
- Perfecto, lo cambio y te lo paso.
- Hasta ahora.
Tres minutos de reloj y todo claro como el agua.
Diréis que depende de la persona y no del sexo, pero no sé yo…
En uno de mis primeros destinos profesionales tuve una jefa joven muy de pichiglás que me sacaba de mis casillas. Cuando le pasaba a firmar una propuesta o cualquier documento y algo no le gustaba, me devolvía el expediente con un post-it que decía por ejemplo: “Lo concretamos más, ¿te parece, Al?”. Pues no, guapa, no me parece. Primero, si te lo he pasado así será porque me parece que debe ir así, y, segundo, ¿qué quiere decir que lo concretamos?, ¿que lo concreto yo o que lo concretas tú? ¿Y qué diablos significa concretar?, ¿que lo haga más extenso para dar más detalles o más corto centrándome en lo importante? ¡Vete al cuerno, tía!
Y se quedaba tan pancha con el dichoso post-it…
A veces me llamaba al despacho. En las provincias remotas la peña como ella tiene unos despachos alucinantes, aunque bien mirado era una mindundi.
- Oye, Al, he estado mirando tu informe y me ha parecido muy interesante.
- Ah, me alegro, Mari Mar.
Entonces hacía un gesto enigmático, extraña mezcla de buen rollito y de señorita Rotenmeyer:
- Pero quizá, y corrígeme si me equivoco, es más oportuno valorar algunos términos… de otra manera.
- ¿Valorar… de otra manera? -preguntaba un servidor con cara de póker
- Creo que sí. Sin perjuicio de la calidad del informe, podríamos ajustarlo un poco, evaluar hasta qué punto, tal como está, que insisto en que está muy bien, va a conseguir lo que pretendemos conseguir. –Y aquí, al ver mis ojos fulgurantes, ponía cara de susto- . Bueno, Al, pero no creas que te estoy criticando el informe, es solo para que lo valoremos juntos...
Y se tiraba dos horas mareando la perdiz. Como para volverse uno loco con la niña dichosa.
Yo pensaba que si todos mis superiores iban a ser así, acabaría suicidándome. Pero qué va, al poco tiempo cambié de puesto y me tocó un jefe cojonudo, enérgico, decidido, que daba gusto currar con él. Por ejemplo, me llamaba a su despacho a ver un convenio o un acuerdo que le había preparado, y según entraba ya le veía negar con la cabeza, con cara de mal café. Al sentarme frente a su mesa me lanzaba los folios como si fueran aviones de papel:
- ¿Pero qué es esto? –me miraba fijamente a la cara.
- No te gusta, ¿no?
- No me jodas me va a gustar. Esto está hecho con los pies, es una mierda. No me he enterado de nada.
- Hemos corrido bastante, Ángel, está un poco en mantillas…
- ¿En mantillas? Rehazlo de arriba abajo, ¿oyes?
- Muy bien, ¿alguna sugerencia para orientarlo? Puede que no me haya quedado claro.
- Pues joder, para empezar no metas los antecedentes del Ayuntamiento, que ya se los saben mejor que tú. Luego céntrate en explicar por qué se renuncia al proyecto, basándote en las fichas desde 2001. Elimina las referencias normativas, mete un grafico de la evolución y explica uno por uno los compromisos de las partes, en vez de irte por las ramas con los párrafos estos que parecen ladrillos, hombre.
- Perfecto, lo cambio y te lo paso.
- Hasta ahora.
Tres minutos de reloj y todo claro como el agua.
Diréis que depende de la persona y no del sexo, pero no sé yo…
15 comentarios:
efectivamente cada uno cuenta la feria como le va. Las mujeres tienen sus virtudes y defectos, y los hombres, igual. Quien diga que somos iguales no tiene ojos en la cara, o en su defecto no los usa.
Supongo que será de la persona pero yo creo que como en todo, hombres y mujeres tienen mayor facilidad en tareas diferentes, desde mi punto de vista las mujeres son mejores organizando y administrando ya que nos fijamos más en los detalles, pero a la hora de negociar o en tareas de dirección creo que son mejores los hombres, ya que van más a lo concreto. Los hombres cuando algo ven que está bien, lo aprueban y ya está, las mujeres siempre tenemos que hacer alguna observación, si no reventamos..;-p
Esto no quiere decir que quién esté bien preparado no pueda hacer cualquier actividad.
Pues desde mi experiencia diferenciar por el sexo... He tenido más jefas que jefes y,resumiendo, me fío menos de ellas que de ellos. Lo peor es cuando te toca un marimacho que tiene que comportarse como una mala copia de los estereotipos de "macho". Penoso.
Buenas:
Pues si alguna vez soy su jefe, cosa que dudo, iba a disfrutar un monton Sr Neri.
Un saludo
Resumiendo: no creo que haya factores físicos, mentales o genéticos que influyan en que una mujer sea mejor o peor jefe que un hombre. Sí creo que en la práctica y como generalización pueden resultar más eficaces ellos que ellas en los ámbitos de los que usted habla, Sr. Neri, pero me parece que se debe a factores básicamente culturales, sociales o educativos.
Es una cuestión ésta de las diferencias entre hombres y mujeres a la que se sigue dando muchas vueltas, pero creo que en el fondo es muy sencilla: claro que hay algunas diferencias "de forma", pero yo creo que muy pocas o ninguna "de fondo". Me refiero a que puediendo haber pequeñas o grandes diferencias físicas, culturales, educativas... al final lo que cuenta es que somos personas básicamente iguales que en las mismas condiciones podemos llegar a ser y hacer lo mismo, aunque suene muy tonto.
Nos empeñamos en buscar la diferencia con los que nos rodean y convertirla en motivo de enfrentamiento en vez de enriquecimiento: mujeres, hombres, izquierdas, derechas, cultos, analfabetos, españoles, inmigrantes... Y creo que nos suele dar miedo reconocer que la esencia es la misma.
Me parece que eres un poco machista, Neri. Las mujeres también podemos tener mucho caracter y dirigir equipos perfectamente, mejor que los hombres incluso, solo que las auténticas mujeres, las mujeres con mayusculas deberían abandonar sus puestos de responsabilidad e incluso su trabajo cuando les llegue el momento de la maternidad y dar prioridad a lo que es importante de verdad.
He tenido jefes y jefas en mi vida laboral, y en general me quedo con ellas, todos tanto unos como otras han sido en general malos jefes y responden a la descripción que hace usted de la jefa que tuvo "joven y de pichiglás", con la diferencia que los varones eran todos más falsos que un duro de cartón.
Coincido plenamente con la opinión de aprendiz. Cada sexo puede ser que esté preparado mejor para unas cosas y peor para otras, pero en el balance general, al final depende de cómo es la persona.
Si que he conocido jefes buenos, han sido hombres, pero claro, la proporción entre hombres y mujeres en puestos de mando en la empresa privada es muy desigual.
Sólo he tenído jefes en mi vida laboral. Y por experiencia ajena, no quiero jefas. Primero empiezan con el colegeo, con unas propuestas que no se llega an inguna parte, "¿que os parece?, podéis participar", y cuando el asunto se les va de la mano, porque no tienen capacidad de mando, se ciñen al estricto cumplimiento de las normas (no tienes correcto el formato de gestión de proyecto ...), en vez de valorar la calidad del trabajo realizado. Muy pocas son capaces de decir las cosas a la cara, con claridad y con seriedad, lo cual no queire decir que se pierda el respeto. Me encantan las informaciones telegráficas, un listado de puntos a modificar con las suguerencias, y nada de tonterías.
"Como para volverse loco con la dichosa niña"... Ummmm ¿no sería quizá por la turgencia de sus muslos, señor Neri?.
Si es así, por lo que yo sé el especimen del que hablas no creo que sea representativo de nada: era muy, muy rarita y bastante inútil a juicio de muchos (de los mismos que hablan bien de su sustituta y regular de su precedente, hembras las dos).
Personalmente no he encontrado diferencias sustanciales entre los jefes que he tenido: los he tenido buenos, malos y buenos y malos a la vez. Pero no veo una incidencia mayor de una u otra cosa por razón del sexo.
De todas formas lo que sí que creo que puede haber es una mala predisposición del currito hacia su jefe en función del sexo de éste. A algunos les jode que les manden mujeres (y conste que no es una indirecta hacia nadie, hablo en general). De la misma manera que he visto jefes dando distinto trato a sus subordinados por igual motivo.
De hecho en una entrevista que yo llevaba razonablemente bien preparada para que no me sorprendieran con preguntas extrañas, me "pillaron" al preguntarme directamente eso "¿tendrías algún problema con que tu jefa fuera una mujer?"
Menos mal que estuve ágil y respondí con un inteligente "depende del tamaño de sus tetas" que al parecer dejó satisfechos a los entrevistadores pues con esto dieron la entrevista por terminada.
Fue hace unos años y, por cierto, ahora que caigo no me han llamado... supongo que me faltaba curriculum.
Salud a todos.
Normalmente el jefe o jefa que ha realizado antes ese trabajo y ha ascendido sabe lo que cuesta hacerlo y sabe como hacerlo, por lo tanto sabe mandar y tiene claro lo que quiere, independientemente del sexo. Otra cosa son esos jefecillos que no tienen ni idea de por dónde se andan.
Zorro, efectivamente cada uno tenemos nuestras vivencias pero yo sí creo que hay un estilo directivo masculino y femenino.
Aprendiz, yo creo que las habilidades directivas de las mujeres pueden ser muy útiles para cierto tipo de trabajo o de empresa, pero no son normalmente las demandadas en la mayoría de organizaciones.
Isel, lo peor son las mujeres jugando a machote, tomando todos los defectos del estilo de dirección masculino pero ninguna de sus virtudes.
Langor, ¿quién oba a disfrutar, usted o yo? ¿A que se refiere? ¡No me asuste!
Álex, entre hombres y mujeres hay abismales diferencias psicológicas, de actitud, de aptitud para según qué y, por supuesto, muchos condicionantes educativos como bien dice usted. Nuestro reto está en colaborar juntos y en aunar nustras diferencias para alcanzar logros y mejoras para todos.
Dulcinea, muy bien dicho.
Teutates, feminista, capullo ;-)
Espartaco, también pienso que ellas se pierden en los detalles, ven el árbol y no el bosque.
Jajajajaja, Ignatus, ¡qué perspicaz memoria tiene! Es verdad, ahora recuerdo que a usted le parecían muy turgentes los muslos de Mari Mar, qué bueno. Pues mire, esta chica, que cesaron hace poco, tendría muchos defectos, pero estaba muy preocupada por hacer las cosas bien, algo de lo que otros no pueden presumir. Su principal fallo es que como jefa estaba más orientada a las personas que a la tarea, de la que no tenía ni idea. Y encima con las personas también la cagó, aunque a veces era juzgada muy injustamente (salvo por usted en lo relativo a sus muslos).
No solo hay que tratar distinto a los colaboradores, jefes y subordinados según sean hombres o mujeres, sino según sean en general.
Perroviejo, importante matiz, aunque en las organizaciones muy grandes y a determinados niveles un jefe no siempre puede -ni debe- dominar todos los aspectos técnicos del trabajo.
Jefa mujer, si hay un estilo masculino y femenino;
Si tienes hombres a tu cargo los tienes que dirigir "ordeno y mando" simple y directo. Usarás x palabras y todo claro. Y tu trabajador sera eficiente y "feliz".
Si tienes mujeres que dirigir es "ordeno y mando" simple y directo. Para explicar el mismo concepto que a un hombre usarás 2x... y tu trabajadora sera eficiente y "feliz"...
x es el número de palabras o frases.
Jefes, cuestión de entrenamiento para el liderazgo.
Trabajador@s, psicologia aplicada, y los diferentes modos de reaccionar ante las órdenes dadas por una mujer.
Se nos suele olvidar que tambien hay "abismales diferencias psicológicas, de actitud, de aptitud para según qué" entre unos hombres y otros, o entre unas mujeres y otras (sin ir más lejos, entre la inigualable Dulcinea y cualquier otra de las mujeres que aquí intervienen, dicho esto sin ningún ánimo de "chinchar").
Y, curiosamente, esas diferencias nos las solemos tomar con mucha más naturalidad.
Es interesante ver que este post ha originado comentarios muy tranquilos y serenos; quizá es señal de que el tema va siendo cada vez menos conflictivo.
Saludos a todos
Comparto su valoración totalmente. A lo largo de mi vida profesional he tenido la desgracia de padecer a varias jefas.
Tanto monta, monta tanto... hay jefas geniales y jefas horribles... jefes maravillosos y jefes pésimos...
A mi modo de ver, el sexo no determina la calidad y la capacidad de la persona en el tema laboral.
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