viernes, 30 de enero de 2015

LA CASA DE CERVANTES EN VALLADOLID (por Un vallisoletano madrileño)


En el año 1915 el Rey Alfonso XIII dona al Estado la casa en donde vivió Miguel de Cervantes en Valladolid durante los años 1602 a 1606. Dicha casa presentaba a principios del siglo XX un aspecto casi de ruina, por lo que D. Benigno Vega-Inclán, Marques de la Vega-Inclán, Primer Comisario Regio de Turismo, se lo comenta a Alfonso XIII y, en el año 1912, el Rey, con su propio dinero, decide la compra de la casa que se encuentra en el nº 14 del antiguo Rastro de los Carneros. Aparte, la Hispanic Society de Nueva York compra las casas nº 12 y 16, anterior y posterior, para su restauración. Después de un período de restauración, el Rey, en el año 1915 preside la inauguración de las casas totalmente restauradas. Adjunto dos fotografías de mi archivo de dicho acto en el que unas muchachas ofrecen unas flores a los reyes y a la reina madre. Estas fotografías son del fotógrafo vallisoletano Patricio Cacho.

En dichas casas se instala un museo, unas dependencias para actos culturales y una imprenta con el fin de hacer ediciones de obras cervantinas. Tengo en mi biblioteca la primera y la segunda de las obras editadas que son de las Novelas Ejemplares (El celoso extremeño) y de dos entremeses: El juez de los divorcios y El vizcaíno fingido. Estos libros se editaron encuadernados en tela y en papel de hilo. Son ediciones raras pues no se pusieron a la venta y eran solo para regalo y de tiradas muy cortas. Adjunto portada de ellas.

Posteriormente en dichas casas se instala la Real Academia de las Bellas Artes de Valladolid, que les dará mucha vida cultural.

En esos años en el jardín delantero se encontraba una estatua de Miguel de Cervantes que posteriormente fue trasladada a la plaza de la Universidad, donde actualmente se encuentra. 

(Pinchar las fotos para ampliarlas)


miércoles, 28 de enero de 2015

COMIENDO A CIEGAS



Hay algo que jamás he logrado entender sobre la comida que sirven los hosteleros. 

Si compras en un supermercado cualquier producto alimenticio, comprobarás que en el envase o en la etiqueta figura una información más que exhaustiva sobre el mismo: descripción; origen geográfico; datos del fabricante; peso neto; ingredientes detallados con el nombre técnico de todos los colorantes y conservantes; composición nutricional; condiciones de conservación; grado alcohólico; forma de preparación, fecha de caducidad… 

En cambio si vas de pinchos o a cenar a un restaurante, la situación es justamente la contraria: te ofrecen el minimum minimorum de datos sobre las viandas a degustar. 

En cualquier sitio de picoteo, la máxima información al cliente es una pizarra o un menú plastificado donde se relacionan, con su denominación común y de manera sospechosamente sucinta, las tapas o raciones disponibles: patatas guisadas, revuelto de la casa, sándwich mixto, parrillada de verduras… En los restaurantes, en el mejor de los casos aparece en la carta, bajo el nombre del plato, una enumeración genérica de los componentes de la receta, pero eso es tener mucha suerte porque lo normal es que no te aclaren nada o incluso se permitan, sobre todo –pero no solo– en los establecimientos de alta cocina, emplear nombres de fantasía poco o nada esclarecedores como “cristal de tocino con soplo de pacharanes”, “huevo mollet con mezclum de lechugas”, “cordero con bizcocho de algas” o “postre de chocolate en tres cocciones”.

Si tanto en el Mercadona como en un mesón lo que en definitiva estoy haciendo es adquirir alimentos para mi consumo, ¿por qué estas diferencias? En mi desconocimiento sobre la normativa comunitaria en materia de consumidores y servicios hosteleros, estoy convencido de que algo se me escapa, pero, sean cuales sean los fundamentos legales, la cosa es que no alcanzo a comprender por qué si compro el artículo envasado, me cuentan hasta el DNI del moro que recolectó los espárragos, pero si me lo sirven en barra o mantel tengo que hacer un acto de fe imaginándome más o menos de qué estará hecho el guiso. 

Yo desde luego prefiero saber con la mayor exactitud posible lo que estoy comiendo, y no digo que me cuenten hasta el nombre de la vaca que dio la leche con la que me han hecho el flan, pero en mi opinión los bares y restaurantes sí deberían describir con cierto detalle todos los ingredientes utilizados en los platos que sirven, y no solo por mí, que igual soy un maniático, sino por los muchos celíacos, diabéticos, alérgicos o personas a dieta que necesitan conocer esa información para almorzar tranquilos, y por los consumidores en general, que no tenemos por qué aguantar que pedir una comida se convierta en una pura lotería y menos cuando nos clavan cien euros por cubierto. 

domingo, 25 de enero de 2015

MERCADILLO



Al pie del estadio se extienden dos largas calles de puestos flanqueadas por furgonetas blancas en medio de un bullicio de colores. Casi todos los tenderetes son de ropa y calzado, pero también los hay de juguetes, herramientas, antigüedades, marroquinería que parece plástico, cachivaches eléctricos y bisutería irregalable. Incluso un viejo merchero de mejillas chupadas con una visera puesta del revés vende periquitos, canarios y mixtos que animan la mañana invernal con sus trinos mezclados con el griterío de los reclamos comerciales.

– ¡Bolsos de marca a cinco euros, chicas! ¡Aprovechar!

Cuatro gitanos jóvenes, gordos como boliches, se desayunan con un trago de orujo frente a la churrería ambulante, frotándose las manos e intercambiando miradas salaces.

– ¿Tú tas echao ya con la Noemí? – le preguntan al más repeinado entre codazos cómplices y con la boca llena de churros.

Un jicho bajito con sombrero y patillas blancas le ofrece fulares a una señora muy peripuesta que ni se para. La sigue unos pasos llamándola a voz en grito:

– ¡Si no te gustan estos también los tengo de Busberri!

Las gitanas agasajan a las clientas mientras se prueban las prendas en la trasera de los tenduchos. Una chica guapa y con un desparpajo de vértigo intenta colocar una sudadera falsa de Adidas a una adolescente acompañada por su madre.

– Pues la tengo también en azul. ¡Esa te queda divina, cariño! –y mira a la madre– ¡Ay, de verdad que es que sois clavaditas! ¡Que al veros yo me pensé que erais hermanas y no madre e hija!

Tras el puesto de zapatos se desgañitan dos treintañeros en chándal:

–¡Botas buenas de piel en liquidación! ¡Venid pa acá, hermosonas! ¡Pagáis la bota derecha y os regalo la izquierda!

Hay un vejete con sonotone y cazadora de cuero gris que expone gorros de lana con pompón sobre una colcha extendida en la acera. Le sabe dar color a su mercancía: 


¡Todo térmico! ¡Todo térmico!

Al final de la calle venden collares, pendientes y otras baratijas. Atiende un chavalín renegrido, en camiseta a pesar del relente. Dos mujeres se paran y manosean las pulseras de cuentas hablando en bajo entre ellas.


– La que más os guste, ¿eh? ¡Es perla perla!

Antes de irme le compro al quinqui una piedra de calcio para mi periquita, y un espejo con cascabel, que se le ha roto el que tenía y se lo pasaba bomba picoteando su propia imagen y metiendo la cabeza bajo la campanilla.

viernes, 23 de enero de 2015

OPERACIÓN B.S.O. (36): FAMA




Estaba el otro día haciendo abdominales en el gimnasio, partiéndome en dos y sudando la gota gorda, cuando un amigo se acercó sigilosamente por detrás y me voceó: ¡la fama cuesta, y aquí es donde vas a empezar a pagar, con sudor! Me hizo mucha gracia y me vino rápido a la cabeza la vieja serie del 82, con Leroy, Amatullo, Coco, la carismática profe de danza (Lydia) y, por supuesto, el viejo Shorofsky, que no podía tener más pinta de judío, el pobre. Pero como fondo de estos recuerdos que avivó el gracioso de mi colega Pepe sonaba la voz de Irene Cara interpretando la inolvidable Fame! I'm gonna live forever. 

Lo que no saben muchos sobre esta canción es que antes de convertirse en entrada de la serie de Sherry Coben, había sido el tema principal de la peli musical homónima que la inspiró, y que curiosamente la hispana Cara interpretaba a Coco en el fime (en la serie le dieron el papel a Erica Gimpel).

Ahí va el vídeo con las letras de Fame para que al ritmo de este pegadizo tema nos atrevamos a "learn how to fly".

miércoles, 21 de enero de 2015

JE SUIS LOS CHUNGUITOS

Telecinco no tuvo en cuenta la cultura y la idiosincrasia del famoso dúo madrileño

El jueves pasado, la cadena Telecinco ha expulsado del programa Gran Hermano VIP al emblemático dúo de rumba vallecana Los Chunguitos, por unos supuestos comentarios racistas y homófobos. Con esta arbitraria medida, los hermanos Juan y José Salazar han sufrido en sus carnes la censura represiva del lobby gay, que, como es sabido, ejerce un control absoluto sobre Mediaset España.

La hipocresía de los medios de comunicación no conoce límites. Resulta que si el semanario Charlie Hebdo se cisca, con unas viñetas soeces, en las creencias religiosas de medio mundo, estamos ante un sano ejercicio de la libertad de expresión, pero si dos simpáticos rumberos de etnia gitana hacen unos chascarrillos sobre el aspecto de un subsahariano o sobre el colectivo homosexual, merecen la mayor repulsa e incluso ser apartados fulminantemente de un espacio televisivo.

Yo todavía no entiendo dónde está la gravedad de las divertidas reflexiones que los Chunguitos tuvieron a bien compartir con la audiencia. 

Por una parte parece ser que el día en que el robusto guineano Coman Mitogo hizo su entrada en pelotas en la casa de GH VIP, los veteranos cantantes se preguntaron en voz alta si era un mono, un gorila o King Kong, provocando el escándalo de varios de sus compañeros de programa. Pero sin ánimo de ser ofensivos, tendremos que admitir que el parecido entre el cuerpo desnudo de un nativo africano y el de un simio antropomorfo es, como mínimo, bastante razonable.

Los Chunguitos solo manifestaron sus dudas sobre la apariencia del joven guineano

El segundo “crimen” de los artistas calés fue manifestar al colaborador de Telecinco y sodomita (valga la redundancia) Víctor Sandoval que “a nadie en este planeta le gustaría tener un hijo maricón", que dichas tendencias sexuales constituyen un delito según la ley gitana y que preferirían “un hijo deforme o con una enfermedad” a uno homosexual. Tales afirmaciones me parecen perfectamente respetables, además de respetuosas. Las dos primeras frases se limitan a enunciar hechos objetivos y la tercera, una preferencia personal muy legítima.

Además digo yo que los mariquitas y los morenos podrían tener algo más de cintura y de sentido del humor, y relajarse un poco ante este tipo de comentarios hechos sin mala intención. 

El linchamiento mediático ha sido de tal envergadura que al final los pobres Chunguitos se han visto obligados a pedir perdón por sus "pecados" y a declarar: "Adoramos a los gays. ¿Qué daño nos han hecho?  Yo tengo mi compadre gay, es padrino de mi hija".

Solo cabe concluir que hay ocasiones como esta en que la dictadura de lo políticamente correcto en Occidente nada tiene que envidiar a la del Estado Islámico.

Menos mal que esta injusticia tan grave también ha tenido su lado cómico en el momento en que la sobrina y la hija de Juan y José Salazar, unas chiquitas muy bien equipadas, han decidido posar en cueros en Interviú, lógicamente “para apoyar” a sus parientes represaliados por la cadena de televisión. “No son ni racistas ni homófobos. Solo son mayores y tienen otra mentalidad. Además, tampoco han matado a nadie”, explican Aroa y Encarna con las tetas al aire en la conocida revista masculina. 

¡Solidaridad con Juan y José! ¡Je suis Los Chunguitos!

domingo, 18 de enero de 2015

SABINA, VICEVERSA, VARONA Y LA IGUALDAD

El viernes fui con Aprendiz de brujo a un concierto de Pancho Varona y Antonio García de Diego en una discoteca de mi ciudad. Nos regalaron una velada inolvidable aunque... ¡no son Sabina! Estos dos genios de la composición, sobre todo Pancho, le han puesto música durante más de tres décadas a las canciones más exitosas del ubetense del bombín y le acompañan en todas sus giras. De siempre han sido sus “escuderos” invisibles, pero últimamente están haciendo algún pinito por libre, por salas modestas de toda España, con los temas que han creado, como ellos mismos dicen, con, por y para Sabina.

Durante el recital no pude evitar acordarme de Viceversa, que era el grupo musical de Joaquín a mediados de los ochenta y que grabó los álbumes Juez y parte (1985), En directo (1986) y Hotel, dulce hotel (1987), con canciones tan gloriosas como Princesa, Así estoy yo sin ti o Que se llama soledad. En el 87 Sabina se separó de esta banda y un año después lo hizo Pancho Varona para emprender junto a él, aunque a la sombra de él, una carrera artística jalonada de éxitos.

Los grupos de música son un buen ejemplo de cómo funcionan todos los equipos humanos y de cómo la desigualdad es inherente a nuestra naturaleza. 

Si nos paramos a pensar un minuto se nos vendrán a la cabeza decenas de conjuntos de rock o de pop, desde los Beatles a La oreja de Van Gogh, en los que el cantante o compositor principal terminó  mandando a los demás a freír espárragos e inició una trayectoria en solitario. Esto pasa siempre porque al principio, cuando el grupo se forma por amistad o afición, solo para disfrutar, es fácil compartir a partes iguales, pero cuando el hobby se convierte en un pingüe negocio, el miembro con más talento (a veces el único que lo tiene) empieza a sentirse idiota repartiendo la tarta con quienes solo hacen lo que cualquiera podría hacer. Empieza a preguntarse por qué siendo el autor de todos los temazos, el único que tiene voz o el líder indiscutible que goza del favor de las multitudes, tiene que hacer millonarios a unos fulanos, por muy amigos suyos que sean, que se limitan a tocar el bajo o a aporrear la batería como lo harían otros diez mil.

Imagino que siempre habrá un intento previo de modificar la fórmula de reparto y que los otros componentes se cabrearán, acostumbrados como estaban a un igualitarismo injusto pero jamás cuestionado por no herir sensibilidades, al más puro estilo español. Imagino que al final el genio se cansará de que le toquen los huevos y se largará a su aire.

En Viceversa seguro que fue así. A los irrepetibles Sabina y Varona les sabría a peras tener que estar repartiendo una fortuna con otros siete tíos pudiendo ganar lo mismo o más ellos solos.

En el resto de ámbitos de la vida pasa lo mismo con los grupos o equipos: que ni la bondad más desmedida ni el cariño más arraigado toleran durante demasiado tiempo que una legión de mediocres siempre ande chupando rueda de su amigo, compañero o familiar más brillante, trabajador o inteligente. Algo se desequilibra en el universo cuando todo el talento o el esfuerzo lo ponen uno o dos, y otros diez o doscientos participan, en pie de igualdad, de los beneficios en sus distintas modalidades, no siempre económicas.

jueves, 15 de enero de 2015

LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE PUERTO RICO

Bandera de la antigua provincia española de Puerto Rico

Desde finales de 2013 una iniciativa aparentemente exótica pero con un fundamento histórico indiscutible avanza posiciones en Puerto Rico y tiene una presencia creciente en la prensa internacional y en las redes sociales. Se trata del Movimiento de Reunificación de Puerto Rico con España (MRE), liderado por José Nieves, que reivindica la conversión de la isla caribeña en la comunidad autónoma española número 18. El retorno a la Madre Patria es una opción que ha ido ganando cada vez más adeptos entre los boricuas tras el referéndum celebrado en 2012 sobre el estatus jurídico de su territorio, actualmente un estado libre asociado de los Estados Unidos. Se estima que más de un 10% de la población puertorriqueña apoyaría esta reincorporación a España, pero ¿cuál es el origen de este movimiento?, ¿qué viabilidad política y jurídica tiene?

La isla de Puerto Rico fue descubierta por Cristóbal Colón en su segundo viaje, en 1493, y colonizada por Ponce de León. Disputada durante siglos con la Pérfida Albión, llegó a ser la primera provincia española de Ultramar y en 1897 obtuvo una Carta Autonómica, que es considerada como el primer estatuto de autonomía concedido en nuestro país, en la que se otorgaban amplias facultades legislativas a un parlamento insular con dos cámaras.

Durante la Guerra Hispano-Estadounidense, los americanos conquistaron la isla y, tras nuestra derrota, el gobierno español se vio obligado a cedérsela, junto con Guam y Filipinas, a cambio de veinte millones de dólares, en el famoso Tratado de París de 1898, considerado nulo por muchos analistas dada la ausencia de representantes del gobierno autonómico de Puerto Rico en el proceso de negociación y firma de este instrumento internacional.



Desde entonces, Puerto Rico ha sido una simple colonia estadounidense, designada hoy con el eufemismo de “estado libre asociado”. Aunque formalmente los puertorriqueños son ciudadanos de los Estados Unidos desde 1917, en la práctica se trata de un territorio de segunda categoría de la superpotencia americana, sin derecho a congresistas ni a participar en las elecciones presidenciales, lo que provoca desde hace décadas un profundo malestar en la población. En 2012 se celebró un plebiscito con dos preguntas, cuyos resultados evidenciaron un rechazo del pueblo boricua a su actual estatus político-territorial y su deseo mayoritario (45%) de pertenecer a USA como un estado más, en plenitud de derechos.

A pesar de estos resultados, el Gobierno de los Estados Unidos se limita a hacer bonitos discursos y declaraciones de intenciones pero sin mover un dedo para hacer efectiva la conversión de Puerto Rico en su estado número 51. Las razones de esta resistencia son muy variadas. Actualmente, lejana ya la Guerra Fría, la isla ha perdido para los gringos todo valor estratégico y militar; hace tiempo que ha dejado de ser un paraíso fiscal y, lo más importante, el volumen de población de la isla implicaría un gran peso en la Cámara de Representantes, mayor que el de muchos estados clave, algo que los racistas anglosajones no están dispuestos a tolerar. Estados Unidos es un país pragmático que no ve beneficio económico alguno en compartir patria con una pobre islita con más de un 80% de nativos que no habla inglés.

Es en este contexto cuando surge el Movimiento de Reunificación con España, no queda muy claro si por el fuerte sentimiento españolista de una parte de la población o más bien como reacción despechada al desprecio yanqui. En todo caso, los inteligentes puertorriqueños se dan cuenta de que el nivel de autonomía de cualquiera de las actuales comunidades autónomas españolas (incluso el de su antigua Carta Autonómica) es muy superior al que "disfrutan" como territorio asociado de Estados unidos. Así “regresar a casa” es una posibilidad que muchos contemplan como vía para obtener su ansiada igualdad política, resarcirse de sus históricos agravios comparativos y recuperar sus innegables raíces hispanas, hoy en día menospreciadas por una política educativa que se regodea en la Leyenda Negra.


¿Pero cuál debería ser, en teoría, la hoja de ruta correcta para alcanzar el objetivo del MRE? Desde luego es un reto complicado pero a la vez muy interesante de analizar desde el punto de vista jurídico. El primer paso lógico sería que Puerto Rico denunciase el Tratado de París ante el Tribunal Internacional de La Haya. Si se obtuviera un pronunciamiento favorable a su nulidad, habría que preguntarse en qué situación quedaría la isla y si sería posible su conversión directa en comunidad autónoma siguiendo los pasos del Capítulo III del Título VIII de nuestra Constitución o sería exigible la firma previa de un tratado internacional entre España y  Puerto Rico de los previstos en el artículo 94.1-c) (con autorización de las Cortes Generales), toda vez que se verían afectados los límites del territorio español.

En cualquier caso, y desgraciadamente, se me antoja bastante utópica esta unión política con nuestros hermanos de sangre del noroeste caribeño, pues la idea no solo chocaría con la resistencia activa de Estados Unidos y de la comunidad internacional (que difícilmente anularía el Tratado de 1898), sino con los propios recelos del indigenismo local, empeñado en idealizar la cultura tahína, renegar de todo vestigio español y restregarnos los abusos de la encomienda y demás cuentos urdidos por los ingleses. 

martes, 13 de enero de 2015

CORAZONES DE ACERO


Lo he pasado en grande con la última de Brad Pitt, Corazones de acero, aunque aún me estoy preguntando por qué en la versión doblada no se ha respetado el título original (Fury, el nombre del tanque), bastante más oportuno y menos cursi. 

Con películas como esta me doy cuenta de hasta qué punto puede disfrutarse del cine. David Ayer nos marca al fuego con estas dos horas de emociones fuertes y constantes. El horror, el asco, la tensión, la ternura, la compasión y la angustia son los ingredientes de este combinado sensacional que oscila, sin decantarse, entre el género bélico y el de acción.

En las últimas semanas de la Segunda Guerra Mundial, el ejército americano invade una Alemania desesperada que ha decretado la guerra total, reclutando mujeres y niños y lanzando a sus unidades más fanatizadas contra rendicionistas y colaboradores. El casi adolescente recluta Norman, destinado hasta entonces como mecanógrafo en las oficinas del estado mayor, es asignado a la tripulación de un carro de combate Sherman que, a las órdenes del sargento Wardaddy Collier (Brad Pitt), debe adentrarse en las líneas enemigas, defendidas por tanques alemanes Tiger, muchísimo mejor blindados que los yanquis, y por los batallones más exaltados de las SS. Las profundas convicciones religiosas del muchacho le impiden tomar parte activa en los combates o ejecutar a sangre fría a los prisioneros capturados, pero pronto irá aprendiendo que en la guerra, ante al dilema de morir o matar, los contornos de la moral son difusos y a veces irreconocibles.

Estamos ante una cinta crudísima sobre la ética en la guerra y el salvajismo humano en los momentos difíciles. Su mérito es marcar ciertas distancias con el tono y los tópicos hollywoodienses habituales a la hora de abordar la conflagración que arrasó el mundo entero entre 1939 y 1945. Realmente es demasiado pedir y muy de agradecer en una película estadounidense que muestre al menos parte de la realidad de la invasión del territorio teutón por las tropas del Tío Sam, dejando entrever los fusilamientos sumarísimos y las humillaciones a la población civil, sobre todo a las mujeres, perpetradas por los supuestos paladines de la libertad. La toma del pueblo es una de las escenas más atroces y desoladoras que yo he visto en una peli de este tipo.


Con un Brad que dan ganas de levantarse a aplaudir y una recreación pavorosa del infierno que tuvieron que ser aquellas batallas, Fury se merece una más que generosa puntuación, a pesar de su final algo tramposo. También es una agradable sorpresa su banda sonora original, basada en unos coros épicos y contundentes que realzan el dramatismo de la cinta.

Por último, Corazones de acero me ha traído buenos recuerdos de mi servicio militar en Caballería, cuando estuve destinado como conductor de vehículos acorazados en maniobras me temo que un poco menos arriesgadas que las de Wardaddy y sus hombres.

domingo, 11 de enero de 2015

ENCUESTA DE LAS CAMPANADAS DE CANAL SUR




Pregunta: ¿Merece una segunda oportunidad el culpable de interrumpir con anuncios las campanadas de Canal Sur?

Votantes: 8

Duración: 5 días

Respuestas:


a) Sí, cualquiera puede cometer un error: 3 votos (37%)

b) No, no se merece trabajar ni en un Burger King: 5 votos (62%)

viernes, 9 de enero de 2015

IDEAS SUELTAS SOBRE EL ATENTADO DE PARÍS


- El atentado musulmán contra el semanario Charlie Hebdo, que se ha cobrado al menos doce víctimas mortales, me parece una muestra repulsiva de la crueldad humana y debe ser condenado sin tapujos por cualquier persona con la mínima sensibilidad moral.

- Me pasma la hipocresía de nuestra sociedad, que abomina de este crimen brutal y exige toda clase de medidas y respuestas, pero nunca ha dado muestras de escándalo ante los miles de asesinatos de cristianos por el Estado Islámico y otros grupos en los países de Oriente Medio.

- No considero héroes dignos de admiración a los dibujantes de la revista, ni creo que hayan ejercido ninguna libertad de expresión legítima. Lejos de hacer una crítica sólida y razonada contra los fundamentos de la religión islámica, se han limitado, en la mayoría de los casos, a herir con zafiedad los sentimientos religiosos de millones de personas, burlándose gratuitamente de sus creencias, profetas y textos más sagrados. Los mahometanos no han sido el único blanco de su “humor”, que se ha cebado también en numerosas ocasiones con la Fe católica, como puede verse en esta lamentable portada sobre la Santísima Trinidad.

Como cristiano, creo que los responsables de la publicación de la portada que he enlazado son –o eran– merecedores de  un castigo proporcionado.

- En mi opinión hay razones mucho más elevadas para arriesgar la vida que dibujar viñetas pornográficas, chabacanas e innecesariamente provocativas sobre Mahoma, Alá, la Virgen María o Benedicto XVI.

- Solo una libertad de expresión muy mal entendida puede amparar una línea editorial como la de Charlie Hebdo. En Francia y en toda Europa deberían existir mecanismos penales contundentes –y no solo nominativos, en el mejor de los casos– para reprimir de forma eficaz toda conducta dirigida a mofarse, mediante la blasfemia o el sacrilegio puros y duros, de las convicciones religiosas de los ciudadanos. Si estos mecanismos existieran, podrían haberse adoptado medidas contra el semanario antes de que unos dementes se tomaran la justicia por su mano.

- A diferencia de los textos cristianos, el Corán preceptúa literalmente la ejecución de numerosos colectivos de “pecadores”, entre ellos los infieles o los renegados del Islam, y ampara la violencia contra la mujer. El islamismo en sí es bárbaro, despiadado, cruento e irrespetuoso con la dignidad humana. Los terroristas que han asaltado la sede de Charlie Hebdo no son intérpretes radicales de la palabra de Alá, sino que cumplen exactamente lo que el Corán ordena. Los llamados musulmanes moderados sencillamente no son auténticos musulmanes.

- No es ni ha sido nunca viable la convivencia en Europa entre cristianos y musulmanes consecuentes con su fe, por lo que urge tomar con la mayor urgencia posible toda clase de iniciativas para restringir al mínimo la inmigración desde estados islámicos, controlar exhaustivamente a la colonia mahometana en nuestros países y arbitrar los expedientes de expulsión necesarios ante el menor signo de inadaptación a nuestra cultura y valores.

miércoles, 7 de enero de 2015

EL MUSICAL DE JOSÉ ANTONIO

José Antonio preso en Alicante

Aunque en noviembre del año pasado corrieron rumores de que el proyecto había naufragado, todo parece apuntar a que finalmente se estrenará en 2015, en algún teatro de la Gran Vía madrileña, el musical La princesa roja, sobre la vida y la obra de José Antonio Primo de Rivera, producido y dirigido por Álvaro Saénz de Heredia (La hoz y el Martínez, Aquí llega Condemor) y protagonizado por el actor televisivo Jesús Cisneros. En una especie de “maqueta” que ya está difundiéndose puede comprobarse que la obra se centrará en los supuestos amoríos del fundador de la Falange, en su también supuesta amistad con Azaña y con el poeta homosexual Federico García Lorca, y en sus desencuentros con el franquismo en los inicios de la Guerra Civil.

La más elemental prudencia me aconseja no pronunciarme a fondo sobre este boceto hasta que no se haya estrenado el espectáculo y haya tenido la ocasión de asistir. No obstante sí adelanto que con los datos que tengo hasta ahora no me apetece nada, pero nada de nada, acudir a esta representación en la que, por lo visto, saldrán cantando y bailando juntos, en amor y compañía, José Antonio Primo de Rivera, sus pretendidas novietas y el irrepetible Lorca.

Mi primer motivo de prevención hacia esta iniciativa es que no considero que el musical sea el género artístico más adecuado para glosar la vida de un personaje político y mucho menos la de José Antonio, cuya personalidad y trayectoria revisten tal complejidad que ni siquiera 79 años después de su muerte han llegado a ser comprendidas ni por sus detractores ni –lo que es más grave– por buena parte de sus devotos. El musical parece un formato idóneo para remakear obras de teatro o películas de culto, atraer a miles de fans de Disney con el señuelo de aparatosas puestas en escena o promocionar a grupos o cantantes de rock en horas bajas, pero mucho me temo que el resultado puede devenir en grotesco si se utiliza para ensalzar la vida de un político (por muy famoso y controvertido que sea, y por mucha admiración que le profesemos), dramatizando y enfatizando aspectos de su intimidad que al gran público, convenzámonos, le importan un pito. Basta imaginar (conteniendo la risa) un music hall sobre Pablo Iglesias senior fundando el PSOE, sobre los flirteos de Isabel II, sobre las amistades de Franco o sobre los avatares ideológicos de Adolfo Suárez para darse cuenta de que no es una buena idea.

José Antonio confiaba estúpidamente en Azaña
Pero lo que más me desagrada es el previsible contenido del experimento de Saénz de Heredia, sin lugar a dudas asesorado por exponentes del hedillismo más exótico. A veces me pregunto quién ha deformado más la figura de José Antonio, si la propaganda insidiosa de la extrema izquierda, que lo presenta como un pistolero a sueldo de la burguesía, o ciertos sectores del propio falangismo dispuestos a las cabriolas ideológicas que sean necesarias para vendernos una Falange "adaptada" a nuestros tiempos, con un Fundador pluralista, gurú de la concordia, enemigo acérrimo de los fascismos, enfrentado a muerte con el bando nacional y poco menos que de izquierdas. La estrategia de estos "modernizadores" es recurrir sin complejos al tijeretazo doctrinal e histórico, suprimiendo o matizando cansinamente aspectos fundamentales de la obra del líder político español más honesto, valiente, original y carismático del siglo XX, que, le duela a quien le duela, reivindicó un estado totalitario y autoritario (¡ambas cosas!) hasta el mismo día de su muerte y contribuyó de forma activa y generosa al Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936.

Pero pese al enorme bagaje teórico del legado de Primo de Rivera, su ética y estilo inconfundibles, su rica actividad parlamentaria y su decisiva influencia en varias generaciones de españoles merced a su análisis clarividente de los problemas de España y a unas propuestas de redención basadas en una justicia social profunda, parece que Álvaro Saénz de Heredia va a enfocar el musical en los aspectos más insignificantes y anecdóticos de su vida, los que menos interesan, algunos de cuales además no están históricamente demostrados.

A Elizabeth Bibesco no se la ve muy roja
El eje del espectáculo parece que será el romance que según el reciente libro de José María Zavala, La pasión de José Antonio, mantuvo el artífice de la Falange con la excéntrica e izquierdista inglesa Elizabeth Bibesco, esposa de un diplomático y príncipe rumano. Si bien parece evidente que ambos compartieron vida social y que esta señora profesaba un sincero afecto hacia José Antonio, los detalles de la supuesta aventura han sido más urdidos por la imaginación de Zavala que por la consistencia de las fuentes históricas, que se limitan a una cariñosa dedicatoria de la princesa en su novela The romantic, a sus intentos de intermediación para concertar una entrevista entre Primo y Azaña, y a los ruegos que aquel le hizo para que intentara salvarlo de su ejecución en Alicante a través de la diplomacia británica. Poco o nada más se sabe de esta relación, igual que de ninguna otra que pudiera haber mantenido José Antonio con otras mujeres, entre ellas la duquesa de Luna y Villahermosa, asunto del que solo se conocen un par de anécdotas inconsistentes en alguna hagiografía exaltada del dirigente falangista. Todas estas dudas más que razonables no han impedido a Sáenz de Heredia centrar su obra en una hipotética relación adúltera del protagonista, que si por algo se caracterizó fue por la defensa acérrima de los valores familiares y de la lealtad en cualquier ámbito de la vida.

También resultan superfluas las disquisiciones que casi seguro planteará esta obra de teatro cantada sobre las buenas relaciones de José Antonio con Azaña y con Lorca. Es de todos conocida la inclinación personal de Primo de Rivera hacia algunos aspectos de las políticas azañistas, lo que no implica su admiración global por el personaje (solo faltaba) ni mucho menos una simpatía mutua. Sobre su afinidad con Federico, sabemos también muy poco. Parece que a José Antonio le encantaban sus poemas y sus dramas, y que acudió a alguna representación suya, pero que el genio granadino mostró siempre una total indiferencia hacia a él, a pesar de la broma que le gastó a Grabriel Celaya contándole que era un “buen chico” con el que cenaba todos los viernes: “solemos salir juntos en un taxi con las cortinillas bajadas, porque ni a él le conviene que le vean conmigo ni a mí me conviene que me vean con él”. En el “tráiler” del musical puede verse cómo Lorca le da las gracias a José Antonio por la subvención que le consiguió para su compañía teatral La Barraca, en referencia a la supuesta gestión que realizó como diputado para que el Gobierno cofinanciara esta actividad cultural y de la que solo tenemos noticias a través del testimonio (dudoso) del hermano del poeta en su libro Federico y su mundo.

No se sabe si Lorca y José Antonio fueron amigos
De todos modos, insisto: sean ciertas o falsas estas vicisitudes joseantonianas (yo no me las creo), me parece que no constituyen un material lo bastante serio, relevante y valioso como para fundamentar lo que aspira a ser una obra épica de divulgación y de pedagogía histórica. Sin negar la buena intención de los promotores de La princesa roja, yo intuyo que se trata de una nueva intentona de “humanizar”, “moderar” y hacer “digerible” para el público de hoy la figura del tan admirado por mí José Antonio Primo de Rivera. De lo que no se percatan es que en España no hay mercado para estas paridas y de que incluso los pocos azules entusiastas que podrían ir a verla igual salían del teatro echando chispas. 


Otras entradas sobre José Antonio en La pluma viperina

martes, 6 de enero de 2015

MIS REGALOS DE REYES 2015


Para demostrar que todavía tenemos el corazón de un niño, vamos a contarnos como todos los años qué nos han traído los Reyes Magos. Ahí va mi lista de regalos:


1- Un forro polar medio marrón medio verde de Solognac.
 

2- Una camisa a rayas azules con una corbata de tonos rojizos a juego.  

3- Un robot aspirador (de sexo femenino, naturalmente).

4- Un albornoz azul de microfibra (con capucha) para el gimnasio.  

5- Un frasco de mi inseparable loción de afeitado Floïd. 

6- La ya clásica Moleskine para el trabajo y un recambio para mi agenda de bolsillo. 

7- Tres bolsas de gominolas.  

8- Una caja de recambios para mi Gillette Fusion (también una tradición).

domingo, 4 de enero de 2015

FRACASO




Es muy difícil asimilar nuestros fracasos en plena cultura del pelotazo. En una sociedad en la que todo se mide con la vara del éxito, en la que da la impresión de que si no brillas y destacas vales menos que una caquita, resulta complicado aceptar con naturalidad los reveses de la vida.

Fracaso es hoy en día una expresión tabú, demasiado estridente y dolorosa para ser pronunciada y mucho menos en casa del ahorcado. Ya nadie admite sus descalabros ni sus frustraciones más íntimas. Si alguien fracasa como hijo o como padre; si sus sueños se desvanecen en el sopor de la duermevela; si su matrimonio muere entre dolorosos estertores; si su negocio se hunde como el Titanic; si hipoteca toda su juventud en unas oposiciones nunca aprobadas; si su ilusionante noviazgo se rompe en añicos como una figurita de porcelana; si se arruina; si le echan de todos los trabajos por inútil; si descarrilan sus relaciones amistosas o cae presa del alcohol, es muy raro que reconozca abiertamente -ni siquiera a sí mismo- que ha fracasado en algún aspecto fundamental de su vida. Lo normal es decir que no importa, que ha sido una “experiencia enriquecedora” y que hay que dar al play al siguiente capítulo de la serie porque el final siempre es feliz y el protagonista nunca muere.

Si en algo estoy de acuerdo con esta actitud tan habitual es en que incluso tras una caída al precipicio debemos echarle huevos y seguir avanzando. En lo que discrepo es en el mecanismo de defensa de presuponer que “aquí no ha pasado nada”, restando importancia a gravísimos tropiezos o incluso hundimientos tras los que, nos guste o no, jamás volveremos a ser los mismos. El primer requisito para seguir afrontando la vida con dignidad y aprender -quizá- algo de lo sucedido, es acatar que hemos fracasado, que el fracaso ha sido grave y que todos los golpes duros dejan secuelas imborrables, por mucho que nos hagamos los longuis. Lo importante es saber convivir con esas cicatrices o mutilaciones sin ignorarlas estúpidamente, pues cerrar los ojos solo puede llevarnos a una catástrofe peor.

De todos modos, aunque nos empeñemos en lo contrario tras cualquier adversidad, hay muchas veces que es imposible aprender de las malas experiencias, primero porque seguramente nunca se reproduzcan idénticas circunstancias y después porque somos como somos, tan condicionados por nuestro carácter, nuestra genética o nuestras inercias que igual volvemos a toparnos con la misma encrucijada y enfilamos de nuevo, como idiotas, el sendero mortal.

Según cubrimos etapas y desperdigamos nuestros fracasos por el camino, se nos van cerrando puertas que ya no podremos volver a abrir. Cada traspiés, cada culada, cada derrumbe deja huellas en nuestro cuerpo y en nuestra alma que nos inutilizan en alguna medida para encontrar esa felicidad soñada. Aunque logremos caminar erguidos, lo cual nos honra, no olvidemos que en esas viejas peleas con la vida feroz, perdimos un pie, una pierna o un brazo, y que no volveremos a estar en las mismas condiciones ni a contar con las mismas oportunidades que cuando aguardábamos en la  línea de salida.

viernes, 2 de enero de 2015

SANJURJO



Me divierten los mohínes de mocita despechada de Izquierda Unida ante las calabazas de Podemos. El martes pasado el mismísimo Julio Anguita se despachaba a gusto con los chicos del coletas reprochándoles tratar a IU como un partido “contaminado por la política” y vaticinando que lo pagarán caro. Pero la mejor de sus declaraciones fue esta perla: “Como no se forme un bloque que englobe a varios partidos y movimientos, lo de Podemos será flor de un día. Podemos necesita una infraestructura partidaria y una militancia que no tiene”. 

Parece mentira que un líder de la inteligencia de Anguita nos salga con estas chorradas. Aparte de no olvidar que la gran baza de Podemos es jugar la partida en solitario sin mezclarse con ningún partido de la casta (entre los que por cierto figura IU), debería tener muy presente la respuesta que el General Sanjurjo le dio a un periodista en uno de los descansos de su juicio por el golpe del 32 contra la Segunda República. El reportero le preguntó: “¿pero usted con quién contaba para derribar al Gobierno?”, y contestó el General: “como he fracasado, con nadie; de haber triunfado con muchos, incluso con usted”.