Tom Hagen amenazó a Woltz con la presión de los sindicatos para conseguir el papel de Johnny Fontane |
Gran parte de los ingresos de
muchas familias de la Cosa Nostra provenía del control de los sindicatos. La
estrategia era muy simple: la mafia se infiltraba en las trade unions o
compraba a sus líderes y después manipulaba la actividad sindical para
extorsionar a los grandes empresarios de Estados Unidos. Al estilo de la vieja
Sicilia o de Little Italy, donde los campesinos o los tenderos habían de abonar
una “cuota” al capo mafioso a cambio de “protección” frente a “peligros”
creados por la propia organización criminal, muchos gánsters de Chicago o de
Nueva York vinculados al “sindicalismo” exigían a los constructores o a los
industriales el pago de una determinada
suma para evitar parones, sabotajes y conflictos laborales que le harían perder
mucho más dinero.
(Permítaseme comentar, a modo de paréntesis, que en los grandes sindicatos españoles actuales no hace falta que se infiltre ninguna mafia, pues ellos mismos se bastan y se sobran para venderse a los poderosos, extorsionar a los empresarios y manipular a los trabajadores.)
En El Padrino esta práctica aparece encarnada en el personaje secundario de Billy Goff, “el hombre más poderoso del sindicato del cine”. Al principio de la novela, este dirigente sindical está corrompido por una familia de California, pero estaba “bien dispuesto a acatar los deseos del Don” porque “el imperio familiar, técnicamente hablando, se limitaba al área de Nueva York, pero Don Corleone había empezado a conseguir su poder ayudando a los líderes de los sindicatos. Muchos de ellos le debían todavía grandes favores.” Por este motivo, Billy Goff aceptó la "sugerencia" de Don Vito de chantajear al productor de cine Jack Woltz, amenazándole con una huelga sonada si no cedía a las pretensiones de Tom Hagen acerca del papel protagonista de Johnny Fontane en su película. El propio consigliere irlandés mencionó el asunto en su inolvidable entrevista con el magnate cinematográfico: “Parece que en el horizonte hay algunos nubarrones en forma de conflictos laborales. Mi amigo puede garantizarle la desaparición de tales nubarrones”.
Todos sabemos cómo acabó esta historia. No hizo falta ninguna huelga para que el soñador Fontane saliera en la peli.
Avanzada la Guerra de las Cinco Familias y a la vista de la debilidad de los Corleone, la actitud de Goff cambió completamente, y cuando Johnny se dispuso a rodar una superproducción financiada por el Don, el sindicalista trató de sacar tajada. El relato merece la pena:
“Por ello se mostró sorprendido cuando el productor ejecutivo le dijo que debería pagar cincuenta mil dólares al representante del sindicato. Los contratos y las horas extras, entre otras cosas, solían ser fuente de grandes problemas, por lo que el dinero estaría bien empleado. De momento, Johnny pensó que el productor ejecutivo intentaba extorsionarlo.
–Al tipo ese del sindicato envíemelo a mí -dijo Johnny.
El tipo se llamaba Billy Goff. Johnny le comunicó:
–Pensaba que mis amigos lo habían arreglado todo. Me dijeron que no me preocupara del asunto de las cuotas.
–¿Quién se lo dijo? – preguntó Goff.
–Usted sabe perfectamente quién me lo dijo. No diré su nombre, pero es un hombre que nunca habla por hablar.
–Las cosas han cambiado -replicó Goff-. Su amigo está en apuros, y su palabra ya no llega hasta California.
–Bien, venga a verme dentro de un par de días. ¿De acuerdo?
Con una sonrisa, Goff concluyó:
–De acuerdo, Johnny; pero llamar a Nueva York no le servirá de nada.
Resultó que sí sirvió. Johnny habló por teléfono con Hagen, quien le dijo claramente que no pagara.
–Tu padrino se enfadará mucho si sabe que has pagado un solo centavo. El respeto hacia su persona se vería afectado, y eso es algo que el Don no puede tolerar, y menos en estos momentos.
–¿Puedo hablar con el Don? – preguntó Johnny-. ¿O prefieres ser tú quien hable con él? Tengo que empezar el rodaje.
–Nadie puede hablar ahora con el Don -respondió Hagen-. Está demasiado enfermo. Hablaré con Sonny; él se encargará de arreglar el asunto. Pero recuerda que no quiero que pagues ni un centavo. Si algo cambiara, te lo haría saber.
Molesto, Johnny colgó el auricular. Los problemas con el sindicato podrían encarecer mucho la película, además de demorar el trabajo. Por un instante consideró la posibilidad de pagar los cincuenta mil a Goff, sin decir nada. Después de todo, ni el Don ni Hagen le habían ordenado nada al respecto. Hagen se había limitado a darle un consejo, por así decirlo. Pero decidió esperar unos días.
La espera hizo que se ahorrase cincuenta mil dólares. Dos noches más tarde, Goff fue encontrado muerto en su casa de Glendale. Ya no se habló más de problemas laborales. Johnny se sintió un poco afectado por el final de Goff. Era la primera vez que el largo brazo del Don daba un golpe tan cerca de él.”
(Permítaseme comentar, a modo de paréntesis, que en los grandes sindicatos españoles actuales no hace falta que se infiltre ninguna mafia, pues ellos mismos se bastan y se sobran para venderse a los poderosos, extorsionar a los empresarios y manipular a los trabajadores.)
En El Padrino esta práctica aparece encarnada en el personaje secundario de Billy Goff, “el hombre más poderoso del sindicato del cine”. Al principio de la novela, este dirigente sindical está corrompido por una familia de California, pero estaba “bien dispuesto a acatar los deseos del Don” porque “el imperio familiar, técnicamente hablando, se limitaba al área de Nueva York, pero Don Corleone había empezado a conseguir su poder ayudando a los líderes de los sindicatos. Muchos de ellos le debían todavía grandes favores.” Por este motivo, Billy Goff aceptó la "sugerencia" de Don Vito de chantajear al productor de cine Jack Woltz, amenazándole con una huelga sonada si no cedía a las pretensiones de Tom Hagen acerca del papel protagonista de Johnny Fontane en su película. El propio consigliere irlandés mencionó el asunto en su inolvidable entrevista con el magnate cinematográfico: “Parece que en el horizonte hay algunos nubarrones en forma de conflictos laborales. Mi amigo puede garantizarle la desaparición de tales nubarrones”.
Todos sabemos cómo acabó esta historia. No hizo falta ninguna huelga para que el soñador Fontane saliera en la peli.
Avanzada la Guerra de las Cinco Familias y a la vista de la debilidad de los Corleone, la actitud de Goff cambió completamente, y cuando Johnny se dispuso a rodar una superproducción financiada por el Don, el sindicalista trató de sacar tajada. El relato merece la pena:
“Por ello se mostró sorprendido cuando el productor ejecutivo le dijo que debería pagar cincuenta mil dólares al representante del sindicato. Los contratos y las horas extras, entre otras cosas, solían ser fuente de grandes problemas, por lo que el dinero estaría bien empleado. De momento, Johnny pensó que el productor ejecutivo intentaba extorsionarlo.
–Al tipo ese del sindicato envíemelo a mí -dijo Johnny.
El tipo se llamaba Billy Goff. Johnny le comunicó:
–Pensaba que mis amigos lo habían arreglado todo. Me dijeron que no me preocupara del asunto de las cuotas.
–¿Quién se lo dijo? – preguntó Goff.
–Usted sabe perfectamente quién me lo dijo. No diré su nombre, pero es un hombre que nunca habla por hablar.
–Las cosas han cambiado -replicó Goff-. Su amigo está en apuros, y su palabra ya no llega hasta California.
–Bien, venga a verme dentro de un par de días. ¿De acuerdo?
Con una sonrisa, Goff concluyó:
–De acuerdo, Johnny; pero llamar a Nueva York no le servirá de nada.
Resultó que sí sirvió. Johnny habló por teléfono con Hagen, quien le dijo claramente que no pagara.
–Tu padrino se enfadará mucho si sabe que has pagado un solo centavo. El respeto hacia su persona se vería afectado, y eso es algo que el Don no puede tolerar, y menos en estos momentos.
–¿Puedo hablar con el Don? – preguntó Johnny-. ¿O prefieres ser tú quien hable con él? Tengo que empezar el rodaje.
–Nadie puede hablar ahora con el Don -respondió Hagen-. Está demasiado enfermo. Hablaré con Sonny; él se encargará de arreglar el asunto. Pero recuerda que no quiero que pagues ni un centavo. Si algo cambiara, te lo haría saber.
Molesto, Johnny colgó el auricular. Los problemas con el sindicato podrían encarecer mucho la película, además de demorar el trabajo. Por un instante consideró la posibilidad de pagar los cincuenta mil a Goff, sin decir nada. Después de todo, ni el Don ni Hagen le habían ordenado nada al respecto. Hagen se había limitado a darle un consejo, por así decirlo. Pero decidió esperar unos días.
La espera hizo que se ahorrase cincuenta mil dólares. Dos noches más tarde, Goff fue encontrado muerto en su casa de Glendale. Ya no se habló más de problemas laborales. Johnny se sintió un poco afectado por el final de Goff. Era la primera vez que el largo brazo del Don daba un golpe tan cerca de él.”
3 comentarios:
En Argentina el dirigente sindical más poderoso hoy es Hugo Moyano, que ha logrado hacer un pequeño imperio del gremio de camioneros, y llegó a la presidencia el Club Atlético Independiente, uno de los clubes históricos del fútbol argentino.
Ocurre que Moyano es considerado por muchos, incluso nacionalcatólicos, un protomafioso por sus métodos. Lo cual es conflictivo para los que pretendemos "salvar" en lo posible el peronismo original; es que el personaje es hoy, de los "peronistas con poder", el más cercano a la ortodoxia (en su juventud incluso se lo podía ver en alguna de las conferencias sobre el clasicismo grecolatino del Prof. Disandro -aunque probablemente no comprendiera demasiado tales cuestiones).
https://es.wikipedia.org/wiki/Hugo_Moyano
Viendo la foto, que ilustra maravillosamente el post, me reafirmo en la idea de que los sombreros son para el cine. Nadie debería llevar sombrero en la vida real.
Por cierto, qué será de mi amada Dulcinea....Como la echo de menos. Habrá perdido su tul desilusión a manos de algún sátiro?. Se habrá ido a un convento?. Será candidata de Vox en Rentería?. Allá donde te encuentres te mando un beso.
Me reincorporo a La pluma tras unas breves vacaciones.
Tábano, si de verdad Moyano es mafioso entonces no puede ser "el más cercano a la ortodoxia" del peronismo original, ¿no le parece?
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