Las medusas son unos curiosos
animalillos marinos con el cuerpo gelatinoso, semitransparente y en forma de
campana con el que nadan como a espasmos y del que cuelgan unos largos tentáculos
llenos de cnidocitos, unas células muy urticantes. Como todos sabemos, las
medusas habitan en la zona pelágica del océano, pero a veces, de forma
impredecible (normalmente coincidiendo
con olas de calor, pero no siempre) y durante dos o tres días seguidos, bancos enteros
de estos celentéreos (hasta de miles de ejemplares) son empujados a nuestras
playas por los vientos o las corrientes, fastidiando a los bañistas, que no
se atreven a meterse en el agua por miedo a sus dolorosas picaduras.
La toxicidad de las medusas es muy variable según la especie. En España, y en concreto en el mar Mediterráeo, las más fáciles de encontrar en la costa son las llamadas escifomedusas, algunas de las cuales apenas pican y otras causan, como mucho, un roce muy doloroso y una erosión con pústulas en forma de látigo, sin mayores consecuencias.
En nuestro litoral hay muy pocas especies con el veneno lo bastante potente como para preocuparnos. Las dos más peligrosas son la medusa de compases (Chrysaora Hysoscella) y la tristemente célebre carabela portuguesa (Physalia Physalis). Sobre todo la última puede llegar a producir un shock neurógeno a causa del intenso dolor, con el consiguiente peligro de ahogamiento, aparte de severas lesiones derivadas de la quemazón de sus tentáculos, que se adhieren fuertemente a la herida y cuesta mucho arrancarlos. Ambas especies son muy infrecuentes en las playas españolas, ya que viven mucho más mar adentro que el resto de sus congéneres y solo accidentalmente aparecen individuos sueltos en la arena. Además la carabela portuguesa es más típica de aguas templadas del Océano Atlántico.
Otras picaduras veraniegas:
- Escolopendras
- Tábanos
- Escorpiones
- Avispas y abejas
La toxicidad de las medusas es muy variable según la especie. En España, y en concreto en el mar Mediterráeo, las más fáciles de encontrar en la costa son las llamadas escifomedusas, algunas de las cuales apenas pican y otras causan, como mucho, un roce muy doloroso y una erosión con pústulas en forma de látigo, sin mayores consecuencias.
En nuestro litoral hay muy pocas especies con el veneno lo bastante potente como para preocuparnos. Las dos más peligrosas son la medusa de compases (Chrysaora Hysoscella) y la tristemente célebre carabela portuguesa (Physalia Physalis). Sobre todo la última puede llegar a producir un shock neurógeno a causa del intenso dolor, con el consiguiente peligro de ahogamiento, aparte de severas lesiones derivadas de la quemazón de sus tentáculos, que se adhieren fuertemente a la herida y cuesta mucho arrancarlos. Ambas especies son muy infrecuentes en las playas españolas, ya que viven mucho más mar adentro que el resto de sus congéneres y solo accidentalmente aparecen individuos sueltos en la arena. Además la carabela portuguesa es más típica de aguas templadas del Océano Atlántico.
Otras picaduras veraniegas:
- Escolopendras
- Tábanos
- Escorpiones
- Avispas y abejas
1 comentario:
Por aquí la que más abunda es la Pelagia. Es realmente preciosa. Se puede coger perfectamente con un poquito de cuidado con el cubito y una pala y observar sus movimientos, transparencia y colores antes de devolverla al mar.
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