martes, 1 de abril de 2014

PEREZA


Dicen que no hay cosa peor que no tener nada que hacer. La ociosidad no solo da pie a los vicios y a las comeduras de coco, sino que además va erosionando la fuerza de voluntad y la capacidad de trabajo hasta el punto de convertir a personas muy válidas en perezosos crónicos.

No sé si me pasa a mí solo o es general, pero he observado que los días que tengo mucho volumen de trabajo o numerosos recados que hacer, aunque al principio me pueda agobiar termino organizándome y rematando muchas de estas tareas de forma satisfactoria. Por el contrario, cuando solo tengo que hacer una o dos cosas sencillas en todo el día, lo más probable es que las haga mal o directamente las deje para el día siguiente.

Cuanto más apretada está mi agenda, más asuntos saco adelante. Si hay apuntados treinta temas, probablemente terminaré veinte, aun con la lengua fuera. Si tengo anotados diez, cerraré los diez. Pero si tengo dos, fijo que no los acabo ese día.

Es como en vacaciones. Cuando tengo una o dos semanas libres siempre me propongo hacer algunas cosillas pendientes de casa o algún trámite en el banco. Como tengo tanto tiempo por delante, voy retrasándolo día a día y al final siempre me toca andar a la carrera la víspera de volver al trabajo.

¡Qué humana es la pereza y lo que puede llegar a machacar nuestros sueños y proyectos! ¡Cuántas cosas importantes dejamos sin hacer por culpa de la desidia! ¿Cómo habría sido nuestra vida de haber sido un poco menos cómodos y dejadillos? Pensadlo.

7 comentarios:

Aprendiz de brujo dijo...

Prefiero no pensarlo...

Luxindex dijo...

AdB es pelín vaguete, ¡pero yo ya lo he pensado pese a ser andaluz! ¿Puedo?

De toda la vida se ha dicho: «Si quieres que algo se haga, dáselo a alguien ocupado».

Al respecto, hay una variante muy útil para, en las reuniones sociales, ganarse al público femenino: «Si quieres que algo se haga, dáselo a una mujer». A lo que siempre seguirá una cerrada ovación de finas manos.

Pero lo anterior es un arma de doble filo, pues las mejores entre ellas sonreirán educadamente ante el halago para devolvértelo en toda la boca o cojones: «Si quieres que algo se haga… ¡¿a qué estás esperando?!». Y a arremangarse tocan, sea en Valladolid, Sevilla o la Conchinchina.

tomae dijo...

...a mi se me ocurre lo siguiente: dejar todo para el final de forma estratégica, es decir hacer el mendrugo todo el día, y en el último día (apretar la agenda al máximo) ...y como dice usted : sacarla para adelante.

Aunque también están(mos) los que pasan todo el día procrastinando y es último día...

PUM!!! vamos, que ni aprendemos, ni aprendímos.


Aprendiz dijo...

Lo que dices en la entrada es una realidad. De hecho yo, como buena andaluza, siempre he sido vaguilla ;-) Y para solucionar ese problema hice justo lo que dices en el blog, hacer muchas cosas. Me decidí a tener mi semana completa de actividades, y así el tiempo libre que tengo lo aprovecho mucho más, porque sé que luego tengo que irme corriendo a otro sitio.

Es verdad que a veces me agobio demasiado con todo lo que tengo que hacer (de hecho ya no puedo ni dedicarle tiempo a mi querido blog), pero es la mejor cura contra la pereza.

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Pufff.... Escribiría un comentario más extenso. Pero me da pereza. Toda la mañana liado con chorradas; dos horas más esta tarde y tengo media hora tonta hasta la comida. ¿Qué hago?

Tono dijo...

La pereza es enemiga del alma
Así pues, superar la pereza es una meta que agrada al Apóstol. Pensad lo importante que es agradar al Apóstol en este tema. Un modo útil de superar esta pereza es ofrecerse a hacer la compra de los alimentos. Antes de que la familia así lo sugiriere.

El primer paso es comprar los alimentos. Una ama de casa de un hogar cristiano o el servicio si se ocupase de estas tareas no compra los alimentos de un modo cualquiera, sino siguiendo los consejos del Apóstol en cada momento. Antes de salir al mercado lo ha de anunciar a los demás familiares con solemnidad, pronunciando una frase ritual como “voy a comprar los alimentos, loado sea el Apóstol” y rezar una oración a la Virgen María antes de cruzar el umbral hacia la calle. No olvidéis la oración, que puede ser breve, como un Avemaría por ejemplo, o estareis desagradando al Apóstol. ¿Te parece bonito desagradar al Apóstol?

Una ama de casa de un hogar cristiano o el servicio si se ocupase de estas tareas no escoge cualquier mercado. Así, evitará los establecimientos sucios, impuros o regentados por enemigos del Apóstol, cuya sola presencia adultera los alimentos y los hace inapropiados para ser ingeridos por la familia (cristiana). El Apóstol considera esto conveniente.
El mismo Apóstol, fijaos.

Pablus dijo...

Tantas cosas Don Tono... donde esta la libertad, donde la seguridad. Estamos haciéndo bien o mal las cosas; soy feliz o infeliz; derecha o izquierda; hay esperanza o no mucha, donde terminan mis derechos, donde empiezan los de los demás... tantas cosas.
Menos mal que usted Don Tono, sin pretenderlo, tiene un humor excelente. Soy un fan suyo.