martes, 22 de abril de 2014

CASTRILLO MATAJUDÍOS




Un pequeño pueblo burgalés de menos de 80 habitantes ha saltado a los periódicos de medio mundo por el referéndum que tiene previsto celebrar el próximo 25 de mayo (coincidiendo con las europeas) para cambiar su antiquísimo nombre, Castrillo Matajudíos, por otro menos estridente para las mentes biempensantes y políticamente correctas. Por lo visto el alcalde se percató al despertarse una mañana de que el actual topónimo del municipio “puede ser ofensivo para algunas personas”.

Las denominaciones alternativas que se barajan son “Castrillo Motajudíos” o “Castrillo Mota de Judíos”, ya que, según unos “expertos” consultados por el Ayuntamiento, uno de estos debió de ser el nombre primigenio del pueblo, en referencia a la judería que se estableció en 1035 en una loma (mota) de la zona tras ser desterrados todos los hebreos de la cercana Castrojeriz.

Todo apunta, sin embargo, a que el Ayuntamiento, más que solicitar un dictamen a unos especialistas independientes, ha encargado sin más a un arqueólogo que cocine una versión sobre el origen del nombre que justifique prescindir de la palabra “matajudíos”. Ya se sabe que en España nunca falta un historiador separatista o marxista dispuesto a sacarse de la manga los datos necesarios para cambiar el devenir de los acontecimientos a gusto del consumidor.

La prueba está en que en las dos últimas semanas, el alcalde ha facilitado a los medios de comunicación dos o tres interpretaciones totalmente distintas y bastante rocambolescas sobre por qué esta localidad al oeste de Burgos ostenta tan virulento apellido. Manejar indistintamente teorías tan dispares solo viene a demostrar que no se sabe a ciencia cierta de dónde viene el apelativo pero hay que inventarse algo que cuadre con la decisión política ya tomada.

Una de estas versiones es que la población se llamaba Mota de Judíos hasta que los Reyes Católicos expulsaron a los israelitas en 1492, momento en que los vecinos, temerosos de no ser considerados cristianos viejos por su contacto de siglos con la aljama, se autodenominaron “Matajudíos” para dejar patente su limpieza de sangre. Tiene gracia cómo cree el ladrón que todos son de su condición, y es que esta versión retrata de maravilla al alcalde y a los vecinos de Castrillo, que quieren desprenderse de un plumazo de su identidad cultural y de su pasado histórico solo para certificar su intachable talante democrático.

Expulsión de los judíos
Otra de las teorías, aún más cachonda, defiende que el incómodo topónimo tendría su origen en un error de transcripción de un escribano en el siglo XVII. El pobre hombre confundió la “o” de “Mota” con la “a” de “Mata” al escribir una nota en un folio registral. Incluso La Aventura de la Historia se ha hecho eco de esta charlotada hace unos días, algo que no me extraña dada la afición de esta revista al marketing historiográfico.

Por cierto, el sábado pasado el alcalde convocó a todos los vecinos a una charla de su eminente asesor arqueológico para que les explicara lo que tenían que votar.

Pero a este experto en la materia parece que se le ha olvidado (por casualidad) que en 1391 se sucedieron en la Corona de Castilla y en la de Aragón numerosas revueltas populares contra la comunidad judía que se saldaron con varias matanzas. El principal inspirador e instigador de estos sucesos fue el predicador Ferrán Martínez, arcediano de Écija, a cuyos seguidores, curiosamente, se les conocía como “matajudíos”. Estos pogromos se vivieron también en la ciudad y en la actual provincia de Burgos, por lo que resulta más que creíble que la aljama y la sinagoga de Castrillo (a 50 kilómetros de la capital burgalesa) sufrieran uno de los sangrientos asaltos que las Cortes de Castilla hicieron lo posible por refrenar.

Con este dato en la mano no hay que ser ningún lumbreras ni nada retorcido para adivinar cuál es, con bastante probabilidad, el verdadero antecedente del nombrecito de marras, pero parece que hay sucesos de nuestra historia que algunos prefieren silenciar. No hay más que ver la propia página web del consistorio, en la que se afirma que “nada se sabe sobre la suerte de la comunidad [judía] durante los sucesos antisemitas en España en 1391”. Vaya, qué mala suerte, tantas sesudas investigaciones sobre la famosa judería de Castrillo y resulta que no tienen ni idea de si padeció estos ataques que los sefarditas siguen echando en cara a España mas de seis siglos después. 

De todos modos no puedo evitar preguntarme a quién se le habrá ocurrido en realidad la idea del cambio de nombre. Como salta a la vista en este reportaje de Antena 3, ni el regidor ni los vecinos tienen ninguna pinta de haber hecho una tesis doctoral sobre la historia de su localidad ni de tomar solitos una iniciativa tan mediática. Algo me dice que el Pueblo Elegido está detrás de todo esto, quizá a través de cierto estadounidense judío residente en nuestro país. 

Lo que tengo muy claro es que “Matajudíos” es mucho más bonito, más sonoro y, sobre todo, más español que “Mota de judíos”, ya que evoca nuestras tradiciones más enraizadas que, por cierto, compartimos con todos los países de nuestro entorno. Hay zonas de Castilla y de León donde aún se sigue utilizando este término para denominar algunas fiestas y costumbres. En León mismamente los viernes santos la gente dice “salgamos a matar judíos” cuando va a tomar limonada.


Solo un ruego al Excelentísimo Ayuntamiento de Castrillo Matajudíos: Por favor, mantengan ustedes el referéndum, pero no para modificar este emblemático nombre (como bien dijo Pilatos, lo escrito, escrito está), sino para introducir una pequeña variación en el escudo del municipio. El actual, aprobado en 2008, lleva un castillo de oro, una estrella de David y un órgano, pero este instrumento musical no pega ni con cola, oigan. Más apropiado sería incluir un motivo relacionado con la localidad y con los avatares político-religiosos de nuestra Patria, por ejemplo una resplandeciente hoguera justo debajo del símbolo hebreo. Quedaría muchísimo más vistoso.

7 comentarios:

trija dijo...

Me pregunto si ahora a los "Matamoros", apellido muy común en España, también se lo van a hacer cambiar.

Tábano porteño dijo...

Hablando de interpretaciones rocambolescas de la historia,Neri, fíjese en el proyecto de un otrora talentoso fabricante de dinosaurios:

http://forocatolico.wordpress.com/2014/04/23/planea-el-hebreo-spielberg-cine-revancha-contra-pio-ix-por-el-caso-mortara/

y la que sería la verdad histórica:

http://forocatolico.wordpress.com/2014/04/23/el-caso-del-padre-pio-mortara-no-fue-profeso-judio-antes-de-ser-bautizado/

El último de Filipinas dijo...

Esta historia me recuerda a la historia del escudo del Logroñés, que contiene una estrella de seis puntas. Hay tres teorías, eso sí, la tercera la más rara:

1-_Dice que su autor fue Simeón Tejada, que era de origen judío, por lo que la estrella del escudo es similar a la estrella de David.

2-Que el presidente en 1924 era Saturnino Iñiguez, que estaba relacionado con la masonería y la estrella representa la unión del hombre y de la mujer.

3-Que la estrella simboliza la alineación de un equipo de fútbol, siendo la punta inferior el portero, la siguiente una línea de cuatro defensas, continúa con dos interiores y termina con cuatro delanteros, reservando la punta superior al portero del equipo contrario.

Anónimo dijo...

El IBAN es el código de número de cuenta bancaria en formato internacional para la identificación única de cuentas abiertas en entidades financieras. Está compuesto por una serie de caracteres alfanuméricos que identifican una cuenta determinada en una entidad financiera, es decir, a cada cuenta le corresponde un único IBAN y a través de este código se identifican el país, la entidad, la oficina y la cuenta.

Me pregunto si estas cuestiones terrenales son del agrado del Apóstol. Así como si es su agrado el bendecir los alimentos en el desayuno… des_ ayuno.

Al Neri dijo...

Trija, Matajudíos también es un apellido español, que por cierto a veces ha causado injustos inconvenientes a las personas que lo llevan, por ejemplo en Argentina.

Tábano porteño, la historia que enlaza es muy recomendable de leer y una prueba evidente de cómo los hechos pueden cambiar del todo según se cuenten de una manera u otra (si ya los cuenta Spielberg cualquier parecido con la realidad es puramente casual)

Curioso, Último de Filipinas. A saber...

Hay otras muchas teorías que he preferido no detallar sobre lo de Matajudíos. Una, de los años 60, dice que el nombre viene de la palabra "mata", que significa plantación o monte bajo. Otras tesis, más en sintonía con la mía, sostienen que el origen es una matanza medieval de judíos, concretamente la que se produjo en 1035, cuando cientos de ellos tuvieron que huir de Castrojeriz y establecerse en Castrillo al ser masacrada su aljama (mataron a 60 hebreos por abusar con los intereses en los préstamos).

Si quieren pasar un rato divertido, miren las opiniones sobre esta noticia en los comentarios de este enlace. No tienen desperdicio.

Anónimo dijo...

En 1109 está acreditada otra matanza de judíos, esta vez en Castrillo:

http://www.diariodesevilla.es/article/sociedad/1759678/castrillo/matajudios/debate/cambiar/su/nombre.html

El aspirante a crápula dijo...

Sr. Neri, es evidente que no oculta usted sus fobias, al contrario, se jacta usted de ellas. Permítame decirle que su propuesta de cambio de escudo, del órgano por la hoguera, es como mínimo desafortunada.