Una de las consecuencias más siniestras de la crisis económica es que cierto sector de la población nunca va a conseguir un trabajo estable. Es lo que llaman la generación perdida. Son esos jóvenes que en 2008 ya llevaban unos años buscando empleo tras licenciarse en la Universidad y que a día de hoy no lo han encontrado aún. De recién titulados no pudieron colocarse porque eran inexpertos o porque estaban formándose todavía, opositando, o de becarios o en prácticas. Ahora, en plena caída, no hay dónde rascar. Pero es que cuando acabe la recesión ya tendrán unas edades y unas lagunas en el currículum que les harán muy difícil pillar algo decente y mínimamente ajustado a su titulación. Y así hasta los sesenta y cinco.
La generación perdida no solo
sufrirá problemas económicos, sino todos los derivados de estos: dependencia
familiar, explotación laboral, soltería forzosa, imposibilidad de fundar un hogar, aislamiento y
marginación, frustración, despecho, depresiones…
Lo más terrible de la crisis no
es que algunos tengamos que vivir un poco peor o que haya familias que deban
achucharse en serio e incluso perder su casa o recurrir a la caridad pública.
Lo verdaderamente funesto es que hay personas cuya vida entera va a malograrse,
con todos sus planes, proyectos e ilusiones; que no van a saber lo que es luchar por unos hijos o por
una hipoteca porque ni siquiera van a poder tenerlos; que van a ver totalmente
condicionadas sus relaciones sociales y su vida afectiva; que van a verse
asolados por la impotencia y a presenciar cómo se derrite su autoestima; que
van a echar muchos tragos amargos de infelicidad y a cultivar un odio feroz.
La crisis no me impresiona por
las dificultades que impone a las familias, sino porque roba a muchos la
oportunidad de enfrentarse siquiera a esos retos, que, por lo menos, le hacen
a uno sentirse vivo.
11 comentarios:
Muy cierto, hay una generación entre 30 y 45, más o menos, que nunca trabajarán para los que han estudiado, e incuso no trabajarán; es una pena tremenda por todo lo ya expuesto.
Saludos!!!
http://quedateenminube.blogspot.com.es/
Totalmente de acuerdo con el post, aunque sea desolador leerlo.
Yo he tenido suerte, mucha suerte, de todos los amigos con los que terminé la carrera soy la única que posee un trabajo estable. Me hubiera gustado dedicarme a la arquitectura, carrera que me apasionaba y por eso la estudié; pero tengo que conformarme con la docencia. Pero bueno, viendo a mi generación...
Tristemente cierto Sr. Neri.
Lo que dice lo veo como una de las consecuencias de la caída de la panacea del "estado de bienestar". Pero no lo veo tan grave. Se volverá al estilo de vida que hasta hace 100 años era el "normal": la vida bajo un mismo techo de hasta 4 generaciones, la elección del empleo en base al empleo familiar y no tanto a la "vocación" (mi padre es panadero, pues aprovecho su panadería y me pongo a hornear...). Lo mismo en la vuelta al ahorro como seguro para la vejez y menos confianza en las instituciones, y un largo etc. Y como siempre, el rico nunca tendrá este tipo de problemas; y el pueblo llano a trabajar y ganar el pan "con el sudor de su frente".
No hay nada nuevo bajo el sol! Solo que nuestros padres han pateado el tablero en el S XX y ahora la historia está reacomodando las piezas.
Y la "pobre generación perdida" como ud la ve, pues que espabile y deje de creer en los espejitos de colores que les vendieron quienes se llenaron los bolsillos a costa de su ingenuidad. Que escuchen más a sus abuelos por ejemplo! Mi opinión, claro.
Buena semana a todos!
Desolador pero cierto post.
El planteamiento de Brisa es muy interesante, pero hay una cosa que creo que puede impedir ese regreso, y es la falta de valores e ideales.
El valor de la unidad de la familia y el esfuerzo común han desaparecido por completo, y eso complica la vuelta a épocas más fértiles en lo que a economía y felicidad se refiere.
A mi me gustaría hacer algún matiz (las matizaciones solo las hacen los políticos)sobre su post.
Es cierto y es tan triste como como cierto que existe esa generación perdida pero siguiendo la línea argumental de Brisa, si nuestros padres pudieron patear el tablero en el siglo XX fue gracias a que disfrutaron de una educación
de calidad, que valoraba la responsabilidad y el trabajo bien hecho y que estaba al alcance de todo aquel que demostrara que valía.
Eso ahora no ocurre. En primer lugar por que la LOGSE acabó con la cultura, no de una sino de varias generaciones, en segundo lugar porque educadores de tercera división y padres "muy ocupados" han hecho que el esfuerzo y el mérito personal no figure entre los valores de los jóvenes actuales y en tercer lugar porque es muy difícil "dfesacostumbrarse" a la comodidad, la impunidad y la irresponsabilidad.
Si a eso le unimos que los pocos que son responsables y consiguen sobreponerse a tanta mediocridad a base de esfuerzo y mérito, tienen que marcharse de España (a esos nunca les faltarán oportunidades aunque sean fuera de España como en los 50-60)para poder sentirse pagados por tanto esfuerzo pues veo a esa generación perdida con menos futuro que un submarino descapotable.
La única esperanza es que como nuestros padres y abuelos, los que marchen querrán volver y volverán en su mayoría, pero pensemos en que no es el mismo perfil el que ahora emigra y quizás eso no esté tan claro.
Saludos.
Ya hay familias que sacan al abuelito de la residencia y se lo llevan a vivir a casa por la pensión. Ya hay parejas que se deciden separar pero como no hay pasta siguen compartiendo piso.
Coincido con todos los comentarios. La clave es lo cómodos que somos muchos de nuestra generación. Además yo veo que cuanta más libertad personal ha tenido la gente, peor la ha sabido usar.
Otro día hablamos del daño que ha hecho al futuro de cientos de miles de jóvenes el acceso indiscriminado a la Universidad, y del hidalguismo español, auténtica tumba en vida de tantísimos chavales.
Me jode leer estas cosas, pero sé que es lo que hay.
De aquí a 10 meses si todo va según lo previsto tendré 24 años, dos licenciaturas y dos manos libres para tocarme la tripa, los huevos o hacer cualquier otra cosa que no sea desempeñar un trabajo, porque de eso aquí no hay.
Entre tanto, mi verano transcurre haciendo prácticas en una corporación pública de mi ciudad, preguntándome día sí, día también cómo es que algunas personas más cortas que el rabo de un higo lograron ingresar en la función pública en su día, antaño melonar. Si a esas mismas personas les hubiese tocado vivir estos tiempos no tendrían la más mínima posibilidad de salir exultantes de un proceso selectivo serio.
Ahí va un dato: Este año más de 6.000 personas nos hemos dado de tortas (metafóricamente hablando, claro) por 40 miserables plazas de turno libre de Administrativo (C2) en la Diputación General de Aragón. Si esto no es desesperación, que baje Dios y lo vea...
Me duele mucho la verdad comentarios como el del chico de los tablones. Yo emigré de mi país hace ya varios años, por idénticos motivos, y aún me estremezco cuando escucho que a otro le pasa lo mismo. Es que es tan feo sentir que uno no tiene un lugar en su propia tierra!!!
Por otro lado tampoco se puede vivir uno lamentando. Hay quien se resigna e intenta ser feliz con lo que hay, y otros que buscan su camino "más allá del horizonte". En cualquiera de los casos, lo que se siente no lo deseo a nadie.
Eso de que los inmigrantes vuelven... no lo creo. De mi generación, que nos fuimos muchos, hasta ahora no he visto volver a ninguno. Uno arma su vida afuera y los países en crisis no se recomponen en una generación. En fin, tema muy interesante el de la inmigración.
Muchos saludos
Sr. Neri:
probablemente los lectores españoles del blog ya lo conozcan, pero creo pertinente, por su crudeza y claridad, citar este artículo de P. Reverte. Aquí en Buenos Aires lo publicó uno de los diarios de mayor tirada:
http://www.finanzas.com/xl-semanal/firmas/arturo-perez-reverte/20130414/tienda-amigo-5130.html
Por si le alivia un poco: igual o mayor desasosiego sentimos de este lado del océano.
El tábano porteño
Al Neri a mi el post me parece un poco exagerado, vienes a decir literalmente que existe una generacion que no tendra vida ni nada por lo que vivir, y no es asi. Simplemente no se tendra la vida que se creia que se iba a tener. De comodidad, abundancia... Pero el que luche encontrara un trabajo, y podra casarse y formar una familia quizas mas humilde. Es simplemente que hay que adaptarse a las nuevas circunstancias.
Yo estoy totalmente de acuerdo,de que esta es una generación superpreparada y perdida,no solo no encontraran un trabajo bueno,es que además tampoco uno malo,porqu en este país ya no hay nada para nadie.Conozco a gente muy muy preparada que trabaja 12 horas diarias por 30 euros,lo peor es que encima es un trabajo solo de verano,es imposible lo que dice aprendiz,de que puedan formar una familia,cuando ni siquiera tendrán para pasar el invierno,a no ser que tiren de sus padres,eso si,el que los tenga,y aunque sea tenga la comida y la casa asegurada,esto es un caos.Por aqui en andalucía ya han cambiado el padrenuestro y ahora,el mismo cura en la misa dice: danos el pan nuestro de cada 5 días.Verdaderamente hoy en día ya es un lujo poder comer todos los días.
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