viernes, 31 de agosto de 2012

DE EXCURSIÓN AL CAÑÓN


Ayer hice una excursión que merece la pena repetir. Al atravesar los términos de los municipios segovianos de Sepúlveda y Cantalejo, el río Duratón, un afluente del Duero, serpentea vertiginosamente entre descomunales farallones de piedra caliza, trazando curvas tan cerradas que, vistas desde arriba, se asemejan en efecto a hoces de segar. Por su valor paisajístico y por su riqueza en flora y fauna, todo el área fue declarada Parque Natural en 1989 por la Junta de Castilla y León. 

Aguililla calzada

En el Parque pueden recorrerse varias rutas de senderismo y yo ayer me decanté por la larga, que es la que une el puente romano de Talcano con el de Villaseca, y que en total (ida y vuelta) mide 23 kilómetros. Se trata de un recorrido fácil, de un sendero casi sin desnivel que atraviesa todo el cañón flanqueado por dos inmensas murallas naturales. Entre cortado y cortado no habrá 100 metros en las partes más anchas y el camino discurre pegado al caudal exiguo del Duratón, que nos deleita con su arrullo de agua fresca y cristalina. Aun con mucho calor, la ruta se hace agradable pues nos cobijan en todo momento pequeñas arboledas de álamos, chopos y sauces. Aunque pudiera suponerse repetitivo por ser un recorrido de ida y vuelta, son completamente distintas las vistas que se disfrutan al ir y al volver.


Dicen que la mejor época para caminar por este paraje es el otoño, por el contraste de colores, así que a ver si vuelvo en octubre.

Foto tomada por mí
Para mí el mayor atractivo del Parque es la fauna, sobre todo las aves rapaces. En las Hoces anida una de las mayores colonias de buitre leonado en toda Europa, más de 500 parejas, por lo que es imposible no ver continuamente a los carroñeros posados en las grietas rocosas o sobrevolando la garganta, a veces casi a ras de los árboles proyectando sus inmensas sombras sobre los bosquecillos. También están representadas en este paraíso natural el resto de buitres (salvo el quebrantahuesos) y aves de presa ibéricas, incluida el águila imperial. Es obligado llevarse unos prismáticos de 8 ó 10 aumentos para disfrutar de todas estas hermosas aves. Por la hora de mi paseo, yo solo tuve ocasión de avistar a los leonados y a una aguililla calzada, pero me topé con otras especies de aves como el avión roquero, el vencejo real, la chova piquirroja, el colirrojo tizón, un montón de mirlos y un confiadísimo petirrojo que compartió nuestro almuerzo. Fui muy pendiente de las orillas por si tenía la suerte de pillar a la nutria, que también abunda, pero nada. Me hube de conformar con una enorme ardilla que saltó a un árbol casi a mis pies.

Para los interesados en esta rutilla, comentar que se accede al punto de partida (Puente de Talcano) tomando un desvío en una rotonda muy poco antes de llegar a Sepúlveda desde Valladolid (en la CL-112). Allí hay un aparcamiento y un poco más adelante varios paneles con las oportunas señalizaciones y mapas de los diferentes recorridos a pie y en bicicleta.

1 comentario:

Álex dijo...

Pongamos que hablo de... las Hoces del Duratón. Muy bonita excursión por un lugar realmente hermoso. Yo siempre lo he visto en invierno o inicios de primavera, con nubes grises y aceradas que contribuían a crear un ambiente algo medieval y mágico.
Feliz inicio de septiembre a todos.