martes, 27 de marzo de 2012

LAS BIBLIOTECAS


El otro día una amiga que trabaja en una biblioteca pública de mi ciudad me sorprendía contándome que, para adaptarse a las nuevas tecnologías y, por lo visto, siguiendo la trayectoria de otros países punteros, su biblioteca lleva ya un año prestando no solo libros en formato tradicional, sino también lectores de e-books de la marca Papyre con una colección de clásicos de la literatura en su disco duro.

No sé si seré muy tonto y no me entero de nada, pero la medida “renovadora” me parece bastante absurda. Los e-books no pretenden sustituir el libro físico porque sí, ya que no se lee mejor en formato digital que en papel; se lee exactamente igual. Su razón de ser es ahorrar coste tanto económico como de espacio, en el primer caso porque en teoría debería abaratarse el producto al desaparecer los gastos de imprenta o distribución, y en el segundo por la razón obvia mil veces comentada de que los títulos que caben en un lector digital no entrarían en una casa de tamaño normal repleta de estanterías.

Por eso no entiendo nada. El usuario de biblioteca lo es precisamente para eludir los dos costes referidos: con el sistema de préstamo gratuito no se gasta un duro y como los volúmenes no son de su propiedad y además como mucho se sacan de tres en tres, no le ocupan sitio en casa. ¿Para qué coño quiere entonces que le presten un reproductor de e-books?, ¿de qué le sirve?, ¿qué ventaja le da? Como no sea sentirse más moderno…

Por otra parte, tampoco pillo la dinámica del préstamo de estos cacharros. Si un libro normal me lo prestan quince días y en el Papyre han metido, digamos, una colección de 100 obras, ¿me lo prestan 1.500 días, o sea 4 años, para que me de tiempo a leerlas todas? ¡Entonces no pilla un e-book nadie en la biblioteca hasta el Día del Juicio Final!

No sé, seguro que se me escapa algo, ya que no me he molestado en leer las normas de este “avanzado” programa de préstamo, que me temo sean surrealistas. En cualquier caso, el invento, según me cuenta mi amiga, ha sido un fracaso rotundo y ahí están los e-books muertos de risa.

Y es que debemos reconocer que las bibliotecas, tal como ahora las conocemos, y a pesar de la encomiable labor histórica que han realizado en pro de la cultura popular, tienen los días contados por mucho que se esfuercen los bibliotecarios en subirse al carro de las TIC´s.  Internet y los libros digitales acabarán pronto (si es que no han acabado ya) con su condición impagable de fuente de información y de medio para el acceso de todos al conocimiento y a la sabiduría.

8 comentarios:

alco dijo...

Más que acabadas, yo creo que las bibliotecas están evolucionando, de la misma forma que una biblioteca actual no es una biblioteca de hace 100 años o anterior. El concepto de biblioteca es válido, pero no se reduce a un depósito de libros o documentos. Internet y todos los servicios que ofrece son perfectamente integrables en la biblioteca, compatibles con los libros y documentos clásicos.
Por otra parte, al menos en mi ciudad, las bibliotecas ofrecen un buen lugar de estudio a muchos estudiantes, con hogares poco tranquilos o con habitaciones compartidas con hermanos. Abren día y noche en las épocas cercanas a los exámenes.
Sinceramente, creo que son instituciones que deben sobrevivir.

nagore dijo...

Pienso como Alco. Además las bibliotecas de muchos Archivos Municipales, por ejemplo, aún no han digitalizado gran parte de sus legajos, antiguos planos...etc. Yo creo que quien conserva el hábito de acudir a ellas lo hace tambien por otros motivos como los que apunta Alco y en mi caso, por que no encuentro en Goggle muchas de las cosas que busco (seguramente por mi torpeza) y tampoco me fío de la información que pueda obtener de muchas webs.
Prefiero hablar con la persona que conoce perfectamente todo lo que aquellas estanterías guardan, por que me facilita la búsqueda, no pierdo el tiempo y además siempre encuentro algo sorprendente que nunca se me hubiera ocurrido buscar; libros que nunca se llegaron a reeditar; y otros que jamás podría llevarme a casa.

Un saludo a todos.

Aprendiz dijo...

Para nada creo que a las bibliotecas les queden los días contados. Yo no voy a menudo a la biblio, pero si tengo que hacer un trabajo cojo el libro en papel antes que buscar uno por Internet. O si estoy buscando una información concreta voy por todas las bibliotecas o librerías para ver si existe algún libro con dicha información... Además los estudiantes siempre preferirán estudiar por libro en papel que en formato digital, porque es mejor para subrayar o tomar notas o señalar hojas.

Y por supuesto que está bien que las bibliotecas se modernicen, quizás algunas cosas no tengan tanto éxito pero otras sí. Por ejemplo en la biblioteca de la Universidad de Jaén puedes sacarte un ordenador portátil por dos horas, y tiene bastante éxito.

El ebook puede estar bien sacárselo si vas a viajar para poder llevar varios libros sin cargar con mucho peso.

Ramiro Semper dijo...

Lo de prestar lectores de ebooks en las bibliotecas tampoco lo entiendo demasiado. Creo que, efectivamente, y salvo que una tormenta solar se cargue internet (y, de paso, toda la civilización tecnológica)las bibliotecas públicas perderán su razón de ser. El libro electrónico implica un cambio en la manera de leer similar al que supuso la invención de la imprenta.

Isel dijo...

Supongo que los dos formatos puedes convivir. con el tiempo se restringirá el formato de papel pero no creo que desaparezca.
Además las bibliotecas pueden dar más servicios que un mero préstamo de libros, pudiendo convertirse en verdaderos centros culturales.

Al Neri dijo...

He dicho que están acabadas tal como ahora las conocemos.

Todavía se está avanzando mucho en materia tecnológica, pero llegará un momento no muy lejano en que todos los libros antiguos y recientes estén disponibles en la Red, tanto en texto de formato digital como en formato imagen reflejando fielmente el original. Puede incluso que estos servicios electrónicos los presten las propias bibliotecas, pero tengo claro que tarde o temprano dejará de tener sentido acudir a sus sedes físicas.

No obstante, tengo entendido de que las bibliotecas ahora ofrecen servicios con valor añadido, como los clubs de lectura.

Alco, el servicio de aulario no hace falta que lo presten las bibliotecas, pues lo prestan las universidades y otros organismos.

Aprendiz, lo que dice que los ebooks para viajar tiene mucho sentido, podría ser una de las razones por las que se prestan.

Por otra parte es curioso como en los e-books que se prestan en las bibliotecas solo meten libros clásicos y no, por ejemplo, bestsellers recién estrenados, cuando estos últimos los prestan en formato papel... Es obvio por qué lo hacen, pero no deja de responder a una mentalidad de "poner puertas al campo" que me parece como mínimo llamativa.

Zorro de Segovia dijo...

no voy a profundizar. Simplemente le digo que su reflexión me ha resultado muy divertida.
Por cierto, ¿cuál es la sanción para el que no devuelva el e-book? antes, si no devolvías, ya no podías sacar más libros, pero si te llevas el disco duro con novelas para el resto de tu vida...
Y ahí le dejo otra teoría: toda especie se resiste a extinguirse. Usted puede elegir si hablo de la biblioteca o del funcionario que la atiende.

Marian dijo...

Biblioteca= ir recoger, estar pendiente de fecha, ir devolver.
Internet= estoy cenando y mientras "se caen" en mi lector unas cosillas para leer.

Vaya todo son ventajas para ir a la biblioteca a por esos ebooks clásicos, que por cierto traen casi todos los lectores en castellano e inglés.