He sostenido varias veces en este blog que la familia cada día está menos valorada y por el contrario se tiende a exaltar desmesuradamente la importancia de la amistad. En mi opinión debería ser justo al revés porque en el 90% de los casos cuando tienes un problema o sufres por algo solo puedes confiar realmente en tus padres, en un hermano o en tu mujer, y no en la panda de conocidos, incluso de muchos años, a los que vienes dando el título de amigos por costumbre, o porque compartes copas o vas al fútbol con ellos. A la hora de la verdad, los colegas van cada uno a su bola; en cuanto cambian las circunstancias personales tienden a evaporarse las relaciones amistosas.
Si esto es bastante evidente con carácter general, yo destacaría que en el caso de las mujeres el fenómeno se multiplica por mil. Ellas, que suelen interiorizar muy dignamente los roles de novia, esposa y madre, fallan sin embargo con estrépito en sus intentos de comportarse como buenas amigas (y eso cuando lo intentan). Con las naturales excepciones que confirman toda regla, me atrevo a decir que las tías no saben ser amigas entre sí; que dan prioridad a todo antes que a la amistad, y que si tienen que hacer la cama a una amiga para su propio beneficio, no se lo piensan dos veces.
No voy a entrar aquí en si los hombres son más nobles o más sinceros que las mujeres (es manifiesto), sino en cómo se comportan ellas en el plano amistoso.
Como los hombres damos una gran importancia a las aficiones y al ocio (lo cual también podría ser criticable), a lo largo de nuestra vida siempre necesitamos “compañeros de juego”. No vamos a ir solos al fútbol, ni a tomar unas cañas, ni a hacer deporte, ni a jamarnos un chuletón, ni de putas. Por eso siempre mantenemos, mejor o peor, a un grupo de amigotes. Un grupo de gente en el que lo más seguro es que nunca se hable de nada personal, ni nadie se interese por nadie, ¡ni nadie conozca a nadie aunque lleven saliendo diez años!, y todo se limite a beber cerveza, a hablar de goles y de tetas o a decir “envido a chicas”… Pero un grupo, al menos. Y al final en el seno de ese grupo se acaba forjando una especie de afecto difuso o de admiración mutua, aunque solo sea por los buenos ratos que pasan los unos con los otros, y, por supuesto, rigen unas reglas mínimas de honor y de confianza.
Incluso cuando los hombres se emparejan o se casan, siguen sintiendo una necesidad atávica de “separar mundos” y de mantener un bastión íntimo de colegas donde no lleguen los chillidos femeninos ni las conversaciones sobre la Thermo-mix. Los amigos, o lo que nosotros llamamos amigos, siempre son fundamentales.
Ellas en cambio son todo lo contrario. Con muchísima frecuencia da la impresión de que las mujeres conservan las amigas solo para no aburrirse mientras no tienen novio o, peor aún, para salir en cuadrilla de solteras y así tener la oportunidad de ennoviarse que seguro que no tendrían sin pertenecer a un grupo. Entre las tías de un grupo nunca hay demasiado buen rollo, ni siquiera cuando ninguna tiene pareja. Pero según van cazando sus medias naranjas, este mal rollo se tiende a convertir en una guerra de puñales declarada, eso sí todo en medio de sonrisillas y aparentes buenas intenciones.
Cuando una de la pandilla empieza a salir con un chico, será invariablemente criticada por “pasar de las amigas”, aunque sea falso y la muchacha haya hecho esfuerzos importantes para compatibilizar las dos relaciones (que no los suele hacer casi nunca, por otra parte). Pullas, indirectas, comentarios malévolos y estrategias de aislamiento nacidos solamente de la más rastrera envidia terminarán enturbiando la relación del grupo con la recién ennoviada. Eso sí las gallinas más criticonas del corral son las que después pasan más de las amigas cuando ellas mismas salen con alguien. Y así va cavándose un abismo cada vez más profundo entre las que van echándose novio y las que se quedan solas.
Pero cuando se casan es peor aún. No pocas hacen cruz y raya a todas sus amistades en el momento que tienen marido, comienzan sus preocupaciones domésticas o nacen sus hijos. En cierta manera es comprensible que una casada retoque su tabla de prioridades, tenga mayor dificultad para quedar por falta de tiempo, o no pueda seguir el ritmo de ocio de las solteras o no comparta la finalidad del mismo (pillar lo que ya tiene), pero reconozcamos que a veces los niveles de pasotismo recíproco entre casadas y solteras es escandaloso, tanto que ni se preocupan las unas por las otras, dando la impresión de que ni se conocen. A todo esto viene a ayudar el típico talante quisquilloso de las nenas, que están todo el día picándose sobre las llamadas de teléfono que se deben, sobre si se han avisado de las quedadas y paridas semejantes, por no hablar de la maraña de envidias y resentimientos inconfesables en relación a novios, maridos, niños, trabajos o lo que se tercie.
En resumen, los hombres, incluso casados, tienen unas relaciones amistosas con sus congéneres mucho más normalizadas y satisfactorias que las mujeres. Estas acostumbran a descuidar las amistades por distintas razones: bien porque a veces nunca ha habido cariño sincero (debido a la forma de ser femenina), o bien porque su naturaleza es mucho más “doméstica” y ponen su casa y su familia por encima de todo, o porque su necesidad de un “clan” para desarrollar ocio y aficiones al margen de su pareja es considerablemente menor.
Si esto es bastante evidente con carácter general, yo destacaría que en el caso de las mujeres el fenómeno se multiplica por mil. Ellas, que suelen interiorizar muy dignamente los roles de novia, esposa y madre, fallan sin embargo con estrépito en sus intentos de comportarse como buenas amigas (y eso cuando lo intentan). Con las naturales excepciones que confirman toda regla, me atrevo a decir que las tías no saben ser amigas entre sí; que dan prioridad a todo antes que a la amistad, y que si tienen que hacer la cama a una amiga para su propio beneficio, no se lo piensan dos veces.
No voy a entrar aquí en si los hombres son más nobles o más sinceros que las mujeres (es manifiesto), sino en cómo se comportan ellas en el plano amistoso.
Como los hombres damos una gran importancia a las aficiones y al ocio (lo cual también podría ser criticable), a lo largo de nuestra vida siempre necesitamos “compañeros de juego”. No vamos a ir solos al fútbol, ni a tomar unas cañas, ni a hacer deporte, ni a jamarnos un chuletón, ni de putas. Por eso siempre mantenemos, mejor o peor, a un grupo de amigotes. Un grupo de gente en el que lo más seguro es que nunca se hable de nada personal, ni nadie se interese por nadie, ¡ni nadie conozca a nadie aunque lleven saliendo diez años!, y todo se limite a beber cerveza, a hablar de goles y de tetas o a decir “envido a chicas”… Pero un grupo, al menos. Y al final en el seno de ese grupo se acaba forjando una especie de afecto difuso o de admiración mutua, aunque solo sea por los buenos ratos que pasan los unos con los otros, y, por supuesto, rigen unas reglas mínimas de honor y de confianza.
Incluso cuando los hombres se emparejan o se casan, siguen sintiendo una necesidad atávica de “separar mundos” y de mantener un bastión íntimo de colegas donde no lleguen los chillidos femeninos ni las conversaciones sobre la Thermo-mix. Los amigos, o lo que nosotros llamamos amigos, siempre son fundamentales.
Ellas en cambio son todo lo contrario. Con muchísima frecuencia da la impresión de que las mujeres conservan las amigas solo para no aburrirse mientras no tienen novio o, peor aún, para salir en cuadrilla de solteras y así tener la oportunidad de ennoviarse que seguro que no tendrían sin pertenecer a un grupo. Entre las tías de un grupo nunca hay demasiado buen rollo, ni siquiera cuando ninguna tiene pareja. Pero según van cazando sus medias naranjas, este mal rollo se tiende a convertir en una guerra de puñales declarada, eso sí todo en medio de sonrisillas y aparentes buenas intenciones.
Cuando una de la pandilla empieza a salir con un chico, será invariablemente criticada por “pasar de las amigas”, aunque sea falso y la muchacha haya hecho esfuerzos importantes para compatibilizar las dos relaciones (que no los suele hacer casi nunca, por otra parte). Pullas, indirectas, comentarios malévolos y estrategias de aislamiento nacidos solamente de la más rastrera envidia terminarán enturbiando la relación del grupo con la recién ennoviada. Eso sí las gallinas más criticonas del corral son las que después pasan más de las amigas cuando ellas mismas salen con alguien. Y así va cavándose un abismo cada vez más profundo entre las que van echándose novio y las que se quedan solas.
Pero cuando se casan es peor aún. No pocas hacen cruz y raya a todas sus amistades en el momento que tienen marido, comienzan sus preocupaciones domésticas o nacen sus hijos. En cierta manera es comprensible que una casada retoque su tabla de prioridades, tenga mayor dificultad para quedar por falta de tiempo, o no pueda seguir el ritmo de ocio de las solteras o no comparta la finalidad del mismo (pillar lo que ya tiene), pero reconozcamos que a veces los niveles de pasotismo recíproco entre casadas y solteras es escandaloso, tanto que ni se preocupan las unas por las otras, dando la impresión de que ni se conocen. A todo esto viene a ayudar el típico talante quisquilloso de las nenas, que están todo el día picándose sobre las llamadas de teléfono que se deben, sobre si se han avisado de las quedadas y paridas semejantes, por no hablar de la maraña de envidias y resentimientos inconfesables en relación a novios, maridos, niños, trabajos o lo que se tercie.
En resumen, los hombres, incluso casados, tienen unas relaciones amistosas con sus congéneres mucho más normalizadas y satisfactorias que las mujeres. Estas acostumbran a descuidar las amistades por distintas razones: bien porque a veces nunca ha habido cariño sincero (debido a la forma de ser femenina), o bien porque su naturaleza es mucho más “doméstica” y ponen su casa y su familia por encima de todo, o porque su necesidad de un “clan” para desarrollar ocio y aficiones al margen de su pareja es considerablemente menor.
29 comentarios:
Porlamordelosdioses Sr. Neri ¿con que mujeres se junta usted? No me queda otra que incluirme en la excepción de la que habla. Tengo muy pocas amigas, para aproximarme más le diría que ........3, y procuro mantener "viva" la amistad, llamadas, cenas, cafés, bueno supongo que lo mismo que hace mi marido con sus amigos. No tengo rivalidad con ellas, salvo que juguemos a los dardos ahí soy implacable. Aprecio y valoro a estas mujeres, las respeto pero nunca les he tenído envidia, si tengo que decir algo de ellas tenga por seguro que se lo digo a ellas directamente.
Ahora me dirá que mis niveles de testosterona son muy altos.
Nery, eres un misógino peligroso, las mujeres podemos ser mas sensibles o picajosas pero de ahi a decir que no sabemos ser amigas de nuestras amigas o que somos traicioneras, envidiosas y que utilizamosa las amigas para ligar hay un trecho.
Sr. Neri, ud. confunde términos... una cosa son los compis y otra los amigos... Amigos tenemos muy pocos en la vida... y quien piense que tiene muchos es que aún no sabe lo que es la amistad verdadera...
Un amigo es una persona con la que realmente eres tú, al 100% con tus virtudes y tus defectos, con tus grandezas y tus miserias... y esa persona, conociéndote te quiere... La amistad es como la antesala del amor de pareja, pues no hay ningún tipo de sensualidad ni sexualidad... ni nunca lo habrá. Es un amor puramente desinteresado.
Amigas tengo muy, muy pocas... me sobran dedos de una mano para contarlas... Y a tus amigas nunca les tienes envidia ni mandangas de esas... al contrario, sus logros son un poco míos y sus fracasos también los siento como míos... su alegría, me llena de júbilo y su dolor me hace sufrir...
No confuna Sr. Neri a esa personas con las que se sale a tomar unas cañas y si mañana estás mal o necesitas algo, no me llames, con ese seres que están para tomar la caña y echarse unas risas, y para cuando quieres ahogarte en alcohol y morir de pena...
Tengo en un concepto muy alto y muy elevado la amistad... lo cual no significa que no piense que una amiga en un momento me puede fallar o a la que yo le puedo fallar... no por eso dejaría de considararla amiga mía... otro cantar sería no reconocer el fallo o mantenerse en él...
Neri, que cuadro más requete precioso has elegido.
Usted haciendo amigas... Joé! Como para sacarle de casa con ese piquito que tiene...!
Siga, siga escupiendo "verdades" a la cara.
Pues estoy de acuerdo en cosas y en otras no. Tampoco puedo opinar, porque muchas de esas situaciones que describes aun no las he vivido con mis amigas. No sé qué ocurrirá cuando alguna se case, o simplemente empecemos a trabajar y no nos coincidan las vacaciones...
Lo que sí pienso es que la amistad entre hombres como dices es muy diferente a la que se produce entre mujeres. A mí a día de hoy me costaría mucho establecer una amistad sincera con otra mujer ya que soy muy cerrada para contar mis preocupaciones. Es decir, no sería una amistad recíproca. Ahora, si llamo amistad a lo que hacen los hombres, hablar de deportes, política... pues así claro que sé ser amiga de todas las mujeres.
1.- Tiene más razón que un santo.
2.- Sus lectoras le odiaran cada día más:
a) Por que se ven retratadas y eso las encoleriza.
b) Por falta de humildad, conocimiento de si mismas, o porque sencillamente no es fácil reconocerse una arpía, pensarán que son la excepción a la regla pero aun así se mosquerán con usted por la mala opinión que tiene de su sexo.
3.- Las conversaciones sobre Thermo-mix son de una bajeza sólo al alcance de una mujer. Si un hombre incurriera en ellas merecería la muerte (o lo que es lo mismo, la extirpación de su miembro).
He dicho
Sr. Chirly: Diga lo que diga, se nota que usted ya no necesita ni hacer amigas ni mantenerlas.
Desde luego que un tal Freud se frotaría las manos con ustedes a base de localizar frustraciones y traumas pasados que sostengan las afirmaciones presentes.
Qué ligereza y qué frivolité en sus comentarios. Qué capacidad de generalización...
Vayamos por partes que dijo mi coleguita Jack.
1-Chirly, yo soy una arpía y lo reconozco sin problemas, pero no con mis amigas, en cambio usted está haciendo meritos día sí día también para conocer a todas las arpías del mundo.
2-Boooz, ¿qué es eso de "escupiendo verdades"? El Sr. Neri no ha dicho ni una sola verdad.
3-Sr. Neri entiendo que se está partiendo de risa, pero se le va a preparar aquí una tangana de las gordas. Que usted lo disfrute.
Y por último.
El Sr. Chirly dijo:
"3.- Las conversaciones sobre Thermo-mix son de una bajeza sólo al alcance de una mujer. Si un hombre incurriera en ellas merecería la muerte (o lo que es lo mismo, la extirpación de su miembro)."
Ja ja ja ja Chirly me temo va a tener con esta sugerencia problemas muy graves en "la boca chancla" sus compañeros no creo que acojan esta idea demasiado bien.
Chicaaasss todas al blog de las amputaciones viriles que nos vamos a reir un rato, si no extirpan matan pero allí no va a quedar títere con cabeza.
Por cierto, Sr. Chirly, que conste que en parte (eliminando lel contenido quirúrgic) estoy con usted en su comentario sobre la Thsxmosxmí esa de las narices que llevan quince días intentando colocarnos.
Srta. Marian: si se fija, "verdades" va entrecomillado, lo cual implica alguna connotación. Y hasta ahí puedo leer, que dijo el otro...
Vale Sr.Booz, no voy a discutir con usted. Bastante tiene con haber mencionado la palabra maldita que empieza por ther......
Yo no entiendo qué problema hay con la Thermomix, no lo pillo.
Pero sí creo que las mujeres somos peores amigas y menos nobles entre nosotras por lo general que los hombres. Muchos hombres son amigos desde el colegio hasta la vejez y eso es raro verlo en nosotras que nos enfadamos mas, aunque puede haber amigas inseparables y normalmente cuando hay una amistad entre mujeres es menos superficial que entre los hombres. Nosotras hablamos de trapos o de revistas del corazón y ellos de futbol y política pero tambien hablamos de sentimientos o como nos afectan las cosas y ellos son incapaces de hablar de eso.
Sr. Neri, cada vez veo más claro que es un agitador que sólo busca levantar polémica men vs women... pero ya me gustaría saber si le dice estas lindezas sobre las mujeres a su señora... no sé porqué sospecho que ahí es un tierno corderito...
Otro tanto pienso del Sr. Chirly... habría que verle repitiendo lo que dice hoy ante su señora...
Sres. no nos vengan aquí con monsargas de macho ibérico, cuando es sabido por todas las mujeres que al llegar a su casa los hombres, sólo musitan: "por supuesto cari, compramos la thermomix y yo voy contigo a las clases para aprender a usarla... te voy a hacer unas comiditas... que vas a ser la envidia de tus amigas".
Srta. Dulcinea: Estos comentarios tienen su origen en algunos comentarios surgidos en nuestro blog. Efectivamente aquí están fuera de contexto. Por mi parte pido disculpas a los administradores si consideran que nos estamos extralimitando en el uso de su blog.
Srta. Sandra: Somos gatos de sofá y nos encanta que nos arrullen...
Chirly ha contado las verdades del barquero. Tiene más razón que un santo.
Solamente hacer un par de matices a la entrada del Sr. Neri:
1.- Para mi la familia es un nucleo esencial. Importantísimo en mi vida. Pero yo por familia, solamente englobo a mi señora esposa, a mi padre, a mi madre, a mi hermano y por supuesto, a mi abuelilla, que la quiero una jartá. El resto, o sea, suegra picajosa, cuñados con déficits a la hora de pagar una ronda y demás daños colaterales quedan absolutamente fuera.
2.- Pondría la mano en el fuego (sólo un poco de la izquierda) a que mis amigos, si las circunstancias lo requiriesen, se involucrarían conmigo, casi igual que mi familia.
Que son un poco fofitos..., pues sí, que tienen un sentido del humor algo peligroso..., pues también, que les (nos) gustan las tetas más que a un tonto una tiza...de acuerdo. Pero a la hora de la verdad responden. Se lo garantizo.
Un análisis muy lúcido sobre la diferenciqa entre la psicología femenina y la masculina. A veces, poner de manifiesto estas obviedades resulta políticamente incorrecto. De lo cual, evidentemente, me congratulo.
No sé Neri por que siempre se maneja con estos tópicos masculino/femeninos.
Yo tengo y conservo amigas desde mi infancia.
Amigas con las que hay una relación casi familiar,vinculadas a mi vida en todos los aspectos,en los buenos y en los malos momentos.
No se traat de hombres versus mujeres:se trata de seres humanos.
Y por supuesto que hay códigos distintos,pautas o actividades diferenciadoras entre el universo masculino y el femenino.
Pero no se significa que el concepto de amistad de las mujeres sea distinto que el del hombre.
Pues hasta ahora curiosamente sólo han dicho que son tópicos las mujeres, ¿por qué será?
De verdad de la buena, yo tengo mis dudas sobre si lo que se plantea aqui y en varios comentarios es
a) Que estamos de broma.
b) Que tenéis muuuuuy mala suerte con las sitas que os encontrais
c) Que medis la realidad a través de cuatro parametros preconcebidos pero aferrados como clavos.
A mi este tema me suena a prejuicio de base. Claro, puede ser que eso se deba a que soy partidario de lo politicamente correcto y un tio muy "modelno" o acaso a que sea maricon yo mismo sin haberme enterado, si hacemos caso de lo que sugieren algunos de los visitantes.
Pais, paisaje, paisanaje...!
Cada dia tengo mas claro que la razon de que estemos todos aqui es que necesitamos 11 para montar un equipo de futbol y tiene que haber de todo.
Entretenido el tema.
En parte estoy de acuerdo con el sr. Neri. Pero haría una ampliación porque creo que, por lo general, las mujeres son muy dañinas entre ellas. No hay más que verlas en el trabajo o en los grupos de ¿amigas? Es muy raro que se peleen a la cara pues suelen odiarse cordialmente y con sonrisas. Ponerse a caer de un burro siempre suelen hacerlo por la espalda. Suelo decir que cuando dos mujeres están juntas, casi seguro que están poniendo a parir a una tercera.
Es cierto que a esta regla hay excepciones y me precio de tener alguna muy buena amiga y mejor persona. Pero, por lo general, no suelo fiarme demasiado de las mujeres ni de los hombres que se comportan como tales.
Francamente, prefiero a la gente transparente. A los que se ven venir a la legua. Y también prefiero la forma de ser de los hombres: decirse las cosas a la cara, gritar e, incluso, llegar a las manos no te impide zanjar ciertas cuestiones y poder tener un trato normal.
Para conversaciones asquerosas, ademas de sobre Thermomix, las de sobre futbol y las de GIMNASIO. ¡¡Eso si que es repugnante, insoportableeeeeeeeeeee!!
Opino que nos queda mucho por asumir. A unos y a otros. Alguien ha mencionado el "universo" masculino y femenino. Éso es, universos, radicalmente distintos y a veces incluso opuestos.
Por supuesto que las mujeres saben mantener amigas a lo largo del tiempo, pero quien haya trabajado en un ambiente eminentemente femenino y haya sabido guardar la imparcialidad en "sus cosas", sabe que el mayor rival de una mujer en casi todos los órdenes de la existencia es... otra mujer. Si nos referimos a empresas donde la igualdad sexual (lo de "género" es una cursilada) es un hecho consolidado, el hombre pasa a un segundo plano y las guerras estallan, frecuentemente, entre ellas, y con mucha más virulencia que si el enemigo a batir fuese un hombre. Es curioso cómo éstos, cuando el ambiente "entre ellas" comienza a caldearse, optan por una entre inteligente y temerosa retirada. Y un "allá se las apañen". El resultado suele ser una larga contienda que incluye acoso y derribo, escaramuzas, largos y agotadores sitios, guerra de guerrillas, batallas abiertas y campales (cuando no queda más alternativa, eso sí) y toda suerte de alianzas y traiciones.
Entre los hombres, evidentemente, también existen rivalidades, pero de naturaleza distinta y con formas de dirimirse también diferentes y mucho, mucho más civilizadas.
Todo ésto teniendo muy en cuenta el peligro de generalizar.
Saludos cordiales.
El mayor enemigo que he tenido en mi trabajo ha sido una tía que, antaño, para más inri, se dijo mi amiga. Fue algo horrible: nunca atacaba de frente y se pasaba todo el día haciéndome putadillas de todo tipo. Yo era su obstáculo para obtener un puesto y unas prebendas que deseaba y no dudó en utilizar los trucos más viles. Si hubiera sido un hombre lo habríamos resuelto de otra forma pero con esta individua costó lo suyo.
Creo que el sentimiento de amistad entre hombres es mucho más noble que el sentimiento de amistad entre mujeres.
Pues yo estoy totalmente de acuerdo y soy mujer.
Debo haber tenido mala suerte, ser demasiado inocente y confiada, pero siempre me tocan las amigas arpias, envidiosas y malas.
De hecho, estoy tan traumatizada que no se si podré volver a confiar en amigas, de tan malas que han sido conmigo.
He tenido que terminar relación con un montón de amigas, porque eran unas autenticas arpias, que te iban poniendo verde a las espaldas, cosas muy fuertes, contando los secretos tuyos a todo el mundo, inventandose mentiras, criticando a los chicos con los que estabas y malmetiendo para que ellos te dejasen.
Sobre todo el tema de los hombres las enfrenta mucho a las unas con las otras, porque parece que a las mujeres es lo unico que les importa, echarse novio. Y cuando tu te lo echas, ellas se ponen envidiosas y si te pueden destruir la relación, pues lo hacen, no vaya a ser que todas se echen novio y se queden solas.
En mi experiencia, las amigas solo me han querido para:
1) Cuando no tenian novio para no estar solas, y cuando encontraban novio de repente desaparecian
2) Cuando rompen con el novio o tienen peleas con el, vienen a contarte su mierda y que seas su paño de lagrimas. Ellas luego nunca te escuchan a ti
3) Cuando tienen novio en muy muy contadas ocasiones les apetece tomar un café, y dicen, venga, vamos a llamar a esta amiga a cotillear un poco. Despues de una tarde entera contandote sus mierdas, presumir de marido y niños, enseñarte fotos, criticar a las ex amigas, recordar tiempos que ni yo me acuerdo, se quedan como una malva y a volver con el maridito que es lo que realmente les importa. Luego pasan 3 meses y ni te han vuelto a dar señales de vida, con lo cual no puedes contar con ellas para nada.
En conclusión, yo no se si he tenido mala suerte, he sido una pardilla que me he dejado aplastar por esas viboras que son algunas mujeres o yo que se. Pero solo se que cuando eres una mujer tranquila, inocente y confiada, te comen viva y te hacen mil y una putadas. Eso si, nunca lo reconocen y van de buenas
Solo se que la proxima vez que esté con un chico, no pienso presentarselo hasta que esté segura de la relación, porque me ha pasado en varias ocasiones que se ponen a coquetear con el, criticarlo o intentar malmeter en contra de el sin apenas conocerlo.
Las mujeres son tremendamente envidiosas y viven para echarse novio y casarse, es su prioridad, entonces si tu te lo echas primero se ponen rabiosas, tal vez las que ya tienen novio ya se calman y respetan tus novios. Pero sobre todo las mujeres de mas de 30 solteras se vuelven bichos peligrosos y lo digo yo que estoy en esa etapa, y vaya amigas que me voy encontrando, solo digo que cada dia estoy mejor sola que con ellas, jeje
Tal vez existan buenas amigas, pero por el momento el 90% me han decepcionado, interesadas y egoistas, que solo te quieren para cuando estan solas, y luego pasan años y no vuelven a querer saber de ti, una lastima que la mayoria de las mujeres sean asi, yo solo digo que ya ni confio en ellas. Jamas me ayudaron a conseguir novio sino todo lo contrario. Tal vez si no hubiera tenido esas amigas perversas que malmetieron en mis relaciones de pareja y yo no pude hacer nada hasta que era demasiado tarde, tal vez ya estaria casada, pero tengo que permanecer soltera por confiar en esas viboras traicioneras y seguir teniendo que aguantar a otras malas amigas
Solo pido encontrar alguna buena amiga en la que pueda confiar, ya que parece que es super dificil
Gracias, Anónima, por compartir su experiencia, que, aunque hay de todo, me parece bastante frecuente (y triste).
Es vergonzoso tener que leer algo así. Puede haber mujeres que asuman ese rol, pero no es algo natural a la persona...es más bien fruto de lo que han ido aprendiendo y de la situación social que hasta ahora hemos venido viviendo, que pintaba a las mujeres justamente como usted las ha retratado. Me atrevería a decir sin embargo, que aunque el cambio es lento, cada vez es mas patente la igualdad entre ambos sexos y por ende, el dejar de lado esos roles que la sociedad machista nos ha atribuido. Somos personas. El asumir un sexo una determinada actutid no es natural sino una convencion social (y ello se demuestra en que siempre han existido, como usted dice, excepciones a la regla general que cada vez serán mas numerosas). De hecho, si nunca se hubiese hecho esa separación de roles y las mujeres habrían asumido su papel de "casada, ama de casa o madre" tal y como lo hacian muchos hombres hasta ahora (es decir pasando de esas funciones pues bastante hacian trabajando)... También habrían tenido tiempo suficiente para salir con sus amigas a diario y poder conciliar el trabajo con la familia, tareas del hogar y amistades.
Tiempo al tiempo. Que a lo mejor es la sociedad la que ahora empieza a obligar a los hombres a prescindir de esas falsas amistades para dedicarse más a las tareas de esposo, padre, amo de casa, y trabajo diario.
Por momentos pensaba que el artículo fue escrito en el 1960... Manda narices
Mentira
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