viernes, 23 de enero de 2009

PERROS Y GATOS

Estoy convencido de que los amantes de los animales, entre los que me incluyo, se pueden dividir en dos categorías a veces irreconciliables: los que prefieren los perros y los que prefieren los gatos. Yo, que soy de los segundos, jamás he tenido en casa ninguno de estos dos animales porque creo que te limitan en muchas cosas (sacar al can a pasear varias veces al día, las vacaciones…) y además por desgracia tengo una fuerte alergia a los felinos en espacios cerrados, de la que últimamente me he inmunizado bastante gracias a mi contacto con los gatos de varios familiares.

No es fácil explicar por qué los gatos me gustan mucho más y por qué, en el fondo, siento una especie de desprecio benevolente hacia los perros, que hace años era casi una fobia e incluso pavor. Creo que a fuerza de comparar las dos mascotas estrella, la gente no se da cuenta de que ambas especies son incomparables por ser completamente distintas en todo y no tener nada que ver.

Tener en casa un minino o un chucho para mí guarda mucha relación con la personalidad y las necesidades del dueño. Para empezar, los perros son animales muy sociales (descienden del lobo) y asumen roles de grupo muy definidos, basados en la autoridad. Por ello, son facilísimos de amaestrar; se convierten automáticamente en esclavos de quien les proporciona comida, techo y bienestar. Un perro siempre hará la pelota al amo obedeciendo de forma ciega, lamiéndole todo el tiempo, recibiéndole cuando vuelve a casa con sumisos movimientos de cola y defendiendo su territorio (la casa) de cualquier intruso. Un perro siempre aceptará la autoridad de su dueño y casi siempre perderá toda su identidad para fusionarse con la del hombre que le cuida, hasta el punto no infrecuente de dejarse morir de hambre al pie de su tumba. Hay personas a quienes les halagan y emocionan estos comportamientos, que para ellos demuestran que el perro es el mejor amigo del hombre.

A mí me parece lo contrario porque pienso que una amistad debe partir de la libertad de las dos partes y no basarse en la sumisión de una a otra. Una amistad de verdad es para mí la que puede haber entre una persona y su gato. A pesar de su fama de traicioneros y taimados, estos félidos son unos bichos nobles y maravillosos, tan cariñosos o más que un perro. La diferencia está en que un gato no necesita hacerte la rosca a todas horas, sino que te demuestra su afecto de otras formas y ante todo cuando a él le apetece. Son unos animales mucho más bellos que los perros (su elegancia y armonía me fascinan) e infinitamente más independientes e interesantes. Conseguir cualquier conato de adiestramiento en un gatito es un éxito sin precedentes, que recuerda mucho a la sensación de seducir a una chica guapa y difícil. Conseguir la obediencia del perro es, siguiendo esta metáfora de las mujeres, como ligar en el puticlub; está al alcance de cualquiera.

A mí me parece entrañable cuando un gato pasa completamente de ti pero de repente estás leyendo o viendo la tele y se te sube a las piernas, te ronronea y te lame una mano con su lengua de estropajo. Después a lo mejor te pones a acariciarlo y en dos minutos se cansa, se agobia o te bufa, y se larga de un salto. Ellos son así: quieren a su amigo (no a su dueño) pero no se venden. Además me parece divertidísimo jugar con un minino, y más con los cachorros, ya que son muy ágiles e inteligentes. Los perros no sé si son más o menos inteligentes, pero su juego se basa en obedecer (recoger la pelotita) y en dar saltos a tu alrededor, mientras que el gato lucha contigo, te araña y muerde un poco (o un mucho) y te ataca cuando estás desprevenido.

Yo tengo mis preferencias claras. Los parientes pequeños de tigres y leones me han hecho pasar muy buenos ratos
en mi vida.

Not
a: El autor de las fotos es JMVENSER y me han sido cedidas por el blog "La Vela del Ángel", donde se exponen fotos preciosas de este mismo autor y se tratan frecuentemente temas relacionados con los animales. Muchas gracias.

16 comentarios:

Aprendiz dijo...

A mí también me encantan los felinos y además detesto a los perros.

Lo de los perros no es miedo, porque no van por ahí mordiendo, es mas bien asco. Me da asco verlos por las calles lamiendo por todos lados y que luego vaya a lamerte a tí, ni siquiera me gusta que me rocen, y salvo que sea un cachorrillo, sea una monada y sea de una amiga, nunca los acaricio, vamos puedo contar con los dedos de una mano las veces que los he tocado en toda mi vida. Tan solo me gusta acariciar a unos que son muy grandes y con mucho mucho pelo.
Y cuando voy por la calle siempre me aparto de ellos, y el dueño te salta, "pero si no muerde, es muy juguetón", digo bueno pero a mi que no se me acerque, y eso de que no muerde, por si acaso.

Sin embargo los felinos, me encantan, a no ser que estén sucios no me da asco tocarlos, será porque ellos son muy limpios. Aunque no tendría uno en casa.
No sé si habéis visto el video que puso Sr. Hernández en su blog, pero miradlo a ver a quién no le gustaría: http://libertadepalabras.blogspot.com/2009/01/el-len-creci-y-su-corazn-tambin.html

Un beso

Ramiro Semper dijo...

Un perro tiene amo. Un gato tiene casa.

Anónimo dijo...

It´s raining cats and dogs.
¿Subes tú o bajo yo? Acabo de subir todavía.

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Pues yo prefiero los perros. Los gatos, además de producirme una alergia casi mortal, me parecen animales traicioneros y taimados, como muy bien ha descrito usted, sr. Neri. Son como una de esas mujeres que se te intentan convertir en su juguete o, incluso, en su esclavo.

Eso sí, no me gustan esos perros pequeñajos que sólo sirven para darles de patadas y ponerles en órbita: te ladran, te lamen... Son asquerosos. Pero sí me gustan los perros grandes y silenciosos y bien amaestrados. Es más, si viviera en un chalé y no cinco días en un sitio y dos en otro, me compraría un pastor alemán, un pastor belga o un perro de estos siberianos.

Lo que no voy a entrar es si el perro o el gato son amigos tuyos. La amistad es propia de los humanos, nace de la voluntad y decir que un perro es mi amigo sería otorgarle cualidades humanas. A lo sumo, podría decir que un perro o un caballo son fieles. Los prefiero, de hecho, a muchas personas.

Mike dijo...

Yo tengo en casa 3 perros y 4 gatos. Desde que eran cachorros, conforme fueron llegando, les fuimos enseñando a convivir. Aprenden rápido y no hemos tenido ningún problema. Además, la casa es grande y hay espacio para todos, y los gatos pueden salir al campo cuando lo desean.

Ahora mismo, Elvis, el perro mayor de todos, que ya tiene 13 años, está dormido junto a dos gatos y otro perro más.

Ni me dan asco los perros, ni creo que los gatos sean traicioneros.

Saludos!

Legionarius dijo...

Yo prefiero a los perros por su fidelidad. Los gatos son demasiado independentistas, digo independientes.

Un saludo español...

Anónimo dijo...

No me gustan nada los animales y mucho menos los perros y los gatos que me parecen bichos pestilentes, malolientes y asquerosos. Me revienta que la gente lleve a los perros sueltos por la calle y sin bozal y que les permitan acercarse a olisquear a los transeuntes, a mi me produce verdadera repugnancia y creo que es una falta de respeto, por no decir lo ridiculo que me parece ver a la gente agachandose a recoger la mierda de los chuchos con una bolsita y eso en el mejor de los casos. Creo que esas atenciones tan desagradables al animal muchos no serian capaces de tenerlas con su madre enferma, por ejemplo.
No me gusta nada ir a casas donde tienen perros o gatos, los gatos es asqueroso de verdad cuando se te frotan por las piernas, que me da muchisimo repelus, una vez en casa de unas primas me salto su gata de sorpresa en la falda y os juro que casi me da un ataque y desde entonces procuro no volver nunca a esa casa porque me parece de poco respeto tener a la gata suelta en la misma habitacion donde estan hablando las personas y peor aun comiendo, que hay gente muy cerda que tiene al chucho husmeando por el comedor a ver si le dan algo. Bueno, no sigo porque me dan ganas de devolver.
Entiendo que hay gente que le encantan los animales pero deben respetar a los que no nos gustan.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

La verdad es que ni unos ni otros,pero lo que me choca es esa expresión de "se llevan como el perro y el gato" muchas veces he visto cuando iba por la calle como cuando se cruzaban dos perros llevados por sus respectivos amos empezaban a ladrarse (los perros claro,je,je,je),pero sin embargo es casi imposible entre un perro y un gato aunque solo sea porque el gato es mucho más pequeño normalmente que el perro y como es inteligente rehuye cualquier pelea.Pero aunque nunca he tenido ni unos ni otros me han caído mejor los perros,al felino siempre lo he considerado más egoísta eso de que este contigo solo cuando el quiere yo lo llamo así egoismo.Lo del perro creo que no es sumisión hacia el amo sino lealtad hacia quien se porta bien con nosotros,desde luego son menos ingratos que las personas.

Teutates dijo...

Pues yo, ¡qué voy a decir!, aunque ambos animales (todos en general) me gustan, como animal de compañía prefiero a los gatos. Las razones que aporta Neri, las comparto al 100 por cien, un gato es un amigo, un perro es un vasayo y estéticamente, son mucho más atractivos los gatos que los perros.
Ademas, hay una razón de peso para preferir a los gatos como animal de compañía, a un gato lo puedes tener en casa, y no supone ninguna hipoteca de tiempo par uno, está en casa y no necesitas sacarlo. Un perro, lo tienes que sacar dos o tres veces al día, con lo que ello supone, y para el animal, vivir en un piso, no es precisamente su mayor ilusión. Los gatos en un piso son felices, y no necesitan demasiados cuidados, incluso los puedes dejar un par de días solos y no pasa nada.

Al Neri dijo...

Cuando hablo de amistad entre gatos y personas, lo hago por supuesto en un sentido metafórico, pues, igual que el Subdirector, opino que sólo puede haber amistad entre personas.

Miquelino Flynn dijo...

En el caso de los gatos no puedo hablar porque nunca he tenido uno pero en el caso de los perros sí tengo algo más de experiencia. Y por eso puedo decir que esa descripción que hace del cacácter de un perro es muy general, Sr. Neri, tal y como está concebida por la mayor parte de la gente pero que no se ajusta exactamente a la realidad. El perro es verdad que es fácilmente dominable en determinadas circunstancias (un trozo de carne, sobre todo si está cocinado y todavía caliente, es demasiado tentador para ellos) pero al margen de esos momentos por lo general el perro también tiene sus tiempos y su ansia de independencia. Hay veces en las que quiere su momento de tranquilidad y es complicado convencerle de otra cosa. Otras veces lo que quiere es jugar y puede empezar a insistir en ello hasta convencer al más desganado. Además, su forma de jugar no consiste sólo en recoger el palo que se le tira. A veces le gusta acercarse al amo con algo atrapado en los dientes y retarle a intetar quitárselo. Y otras veces le apetece el juego basado en la carantoña y el mordisco (el perro no deja de ser un animal y no mide, para eso ya está el amo que es el que sabe en qué momento parar antes de que alguno de los dos salga dañado).

Por ello creo que en realidad esa relación de amistad no es una forma de esclavitud. El perro basa esa relación en la lealtad, como ya se ha dicho, pero no en una forma ciega e incondicional de esta, él también intenta que se siga unas reglas que le interesan. Tanto es así que a veces da la sensación de que el verdadero dueño de la casa es él, especialmente en el momento en el que llega algún extraño y hasta que no le ha hecho su inspección no se queda tranquilo. Y ya puedes intentar convencerle de que se quede en alguna habitación para que no moleste a la visita que no va a querer.

Por otra parte, la elegancia quizás sea algo subjetivo pero hay razas de perros como los huskys o los pastores alemanes y belgas que no tienen nada que envidiar ni incluso a los caballos.

Ingrid Dietrich dijo...

Yo prefiero los perros, no por nada concreto ya que me gustan todos los animales, más que nada porque mi convivencia con un gato, amante, no a salir del armario, sino a adentrarse en él y destrozar con alevosía y sus uñas mi ropa interior me hizo decantarme por los perros para convivencia pacífica.
Un día despareció misteriosamente. Una pena, nunca más se supo de él.
Mis tangas y yo vivimos más tranquilos desde entonces.

Anónimo dijo...

Pantera pues a lo mejor a tu gato se lo llevó un circo, ya que sería el gato abridor de cajones único en el mundo mundial,o por otro lado sería la primera persona que conozco que cuelga la ropa interior de perchitas...y bueno mucho destrozo en un tanga pues....ejem...

Yo también prefiero los perros son mas fieles, mas agradecidos y mas simpaticos...

Al Neri dijo...

Jajajaja, estoy muriéndome de risa con lo de Pantera Rosa y Alojamora.

Miquelino Flynn dijo...

Pues imagina cómo se lo tuvo que pasar el gatito. Jeje

Ingrid Dietrich dijo...

Alojamora, era un piso de alquiler, no tenía cajonera alguna y pobre no teníani para el Ikea solo poseía un pequeño armario y en su base cuidadosamente dobladas mis prendas interiores que el dichoso gato disfrutaba rasgando con sus uñitas, nada de perchitas, que una es rosa pero cursi lo justo ;-)