sábado, 30 de agosto de 2008

MOCO DE PAVO

Qué tendrá la intimidad, que a menudo saca nuestra faceta más desenfadada. Entiéndase por intimidad el hecho de estar solo, sin compañía, en un momento dado. Quizá el paradigma de esa situación tiene lugar cuando vamos al baño.

Aparte de las funciones fisiológicas evidentes, realizamos multitud de muecas, movimientos, bailes, etc. que no mostramos a otras personas; frecuentemente delante del espejo, momento en el cual suele entrar alguien que nos obliga a disimular precipitadamente, con lo que la situación pasa a ser más cómica, si cabe. También nos sacamos mocos. ¿Quién no ha introducido su dedo índice en un orificio nasal, extraído la consabida masa mucosa y la ha moldeado con esmero hasta conseguir un señor moco? Pues eso.

Lo que yo no conocía hasta hace bien poco es una de las utilidades del moco. Estando en el trono del baño de un lugar público, observé un cúmulo de ellos en la pared de enfrente, casi todos ellos concentrados en un par de azulejos o tres. Deduje que algunos de los que por allí pasaron, a la vez que ejercían de monarcas en el trono (actividad mucho más provechosa que la que realizan los de verdad, dicho sea de paso), se entretenían haciendo puntería con los mocos en la pared, aprovechando las propiedades adhesivas de los mismos. Y no tenían mala puntería los condenados, a juzgar por la alta concentración de bolitas en uno de los azulejos. Inmediatamente se me vino a la mente la abnegada señora de la limpieza y mi silenciosa carcajada mermó. Desde aquí mi más sincero reconocimiento a este gremio.

Una vez introducido el tema, les animo a que describan más situaciones y actitudes curiosas, graciosas, ridículas o guarrillas que tenemos en nuestros momentos de intimidad. Doy por hecho que no las practican ustedes, sino que alguien se lo ha contado.

19 comentarios:

Anaroski dijo...

Querido Al:

Mi hija Lucía (campanilla), para llamar la atención cogió la costumbre y digo cogió porque gracias a Dios la dejó, de sacarse los mocos y comerlos, que ascooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.

Pero lo más asqueroso que he visto en mi vida, me pasó en el AVE Sevilla-Madrid,que suelo usar mucho por motivos de trabajo, asistía a una firma en Madrid con unos clientes del despacho, normalmente suelo ir en preferente, pero esta vez no habían quedado billetes, te situo 22 de diciembre, así que tuvimos que ir en Clase Club, y de milagro chico. Recuerdo aquel par de ejecutivos (bueno ejecutiva y ejecutivo para que no se nos enfade la Bibi), y esta cariñosa pareja, iban hacia Madrid también, se subieron en Córdoba, pero no tenían pinta de cordobeses, aunque tampoco lo puedo asegurar porque no hablaron mucho,él ojeaba el Periódico Expansión mientras que con una de sus manos urgaba su nariz y lanzaba sus misiles hacia el pasillo del tren, nosotras estábamos en frente pero en el lado contrario es decir, tendríamos como tres o cuatro asientos de distancia pero su mirada se dirigía hasta donde yo me encontraba con mis clientes, recuerdo a la cliente, la pobre señora, menos mal que tiene mala puntería porque si no, nos hubiera bombardeado a mocos, cuando se bajo dijo también, hija este hombre me ha levantado el estomago, que fatiguita mas mala tengo.

Otra situación un poco comprometida, y esto os lo puedo jurar que me pasó hace una año, tenía un cliente, que estaba lleno de deudas, su padre conoce al mío de toda la vida, y a través de mi padre, cogí el expediente, este señor por llamarlo de alguna forma porque aún me debe los honorarios, tras gestionarle un prestamo para pagar deudas que despues sería absorbido por una reunificación sobre su vivienda, no tiene otra ocurrencia, que echarse una querida, como lo oyes, pero es que el tio con 45 años iba con la querida por las calles del centro del pueblo, San Fernando tiene 100.000 habitantes, como el pipiolo que se ha echao la primera novia, a lengua partía que se llama. Un día, llegó al despacho, y su aspecto dejaba mucho que desear, desaliñado oliendo a lo que todos olemos si no nos lavamos y nos ponemos desodorante, y con cinco quilos menos como mínimo, quedaban unos días para formalizar la hipoteca, nos confirmó lo de la querida y que estaba agotado, que no sabía como se lo iba a decir a la pareja que no esposa, le dije que se centrara, que su pareja era buena persona, y que si le merecia la pena estar así, que se estaba quedando que daba lástima,¿sabes que hizo? Se quitó la camiseta y se quedó con todo el torso descubierto en el despacho delante de mi secretaria y de mi compañero Manolo,diciendo, no me digas que estoy canijo mira, mira que fuerte estoy, si mi novia me dice que estoy mu bueno, imaginate la situación, me quedé muerta, te juro que no sabía donde meterme, pero reaccioné, y le dije, oye se te ha ido la cabeza haz el favor de ponerte la camiseta ahora mismo, mi compañero y la secretaria estaban con perdon descojonaos, y yo como una berenjena morada, cuando se fue, mi compañero Manolo dijo, joder que pasa con este despacho nos mandan los clientes del Manicomio o que, menuda panda de tarados. Te juro que en mi vida lo he pasado peor, no son mocos, pero desnudarse también es una cosa de la intimidad.

MORALEJA: Nuna más le diré a nadie que está más delgado o más gordo.

Aprendiz dijo...

No es por decir que los hombres en general son guarros, pero es que igual que cada vez que bostezo en el coche me doi cuenta que el del coche de al lado me está mirando, ocurre que muchas veces cuando yo miro al coche de al lado, el conductor (siempre varón y casi siempre rondando los 40 o mas), se está sacando un moquillo, y que conste que sé distinguir cuando uno se rasca la nariz y cuando no.

Y otra cosa un poco de guarrillos, o de intimidad, por no desviar el tema, es la constumbre de los hombres de tocarse cierta parte (creo que queda clara cual, es por ser un poco fina), lo hacen tan a menudo y tan descaradamente que parece tan normal, pero no lo es, a las mujeres también nos molesta a veces la ropa interior (por ejemplo) y nos aguantamos. No hay escusas, es de guarros.

Al Neri dijo...

Buenísima entrada, Leonardo. Me he reído las muelas, y no digamos con la segunda anécdota de Anaroski. Ana, para mí que le gustabas al palomo ése y no sabía cómo hacértelo ver.

Es certera la reflexión de Leonardo sobre la diferencia de nuestro comportamiento en público y en la intimidad. Yo lo constaté en mi primer destino laboral, cuando viví solo un año y medio. Me di cuenta de que mis costumbres eran distintas -peores- que cuando convivía con mi familia. Las diferencias se veían sobre todo en el atuendo o falta de atuendo utilizado para andar por el piso o salir de la ducha en los meses de calor y también en la forma de comer. Vamos, que, sin ser un cerdo, no me preocupaba tanto por las formas y por las reglas de educación, lo que me hizo concluir que la educación sólo está pensada para cuando estás en compañía ;-)

Ya que el señor Leonardo nos pide anécdotas cerdas, os contaré que un día paseaba yo por la Plaza de la Universidad cuando en la acera de enfrente vi que había un hombre de mediana edad, de apariencia normal, que, tapándose un orificio de la nariz, resoplaba con fuerza por el otro para expulsar sus mucosidades sobre la palma de la mano, que posteriormente lamía muy goloso. Ante semejante puercada, de la que no daba crédito, me dije: vas a ver... Y poniendo voz de pito, grité con todas mis fuerzas: ¡¡¡guarro!!!! La calle estaba bastante concurrida y el tío se llevó un buen corte y empezó a disimular igual que Leonardo cuando le pillan haciendo el gilipollas frente al espejo. Fue asqueroso pero en el fondo divertido.

Hispanicus dijo...

Cuando entro en algun servicio (cuarto de baño es el de casa, servicio el de la calle) como soy muy escrupuloso nunca toco nada, abro la puerta con el codo o escojo una abierta, y si tengo que apretar el botón lo hago con el dedo envuelto en papel higienico.

Se puede decir que al salir no he tocado lo más minimo, unicamente el grifo al final, pero el jabon se encarga de que no me de aprensión, y es que estos sitios me dan asco, no lo puedo remediar y se de buena tinta que los servicios de mujeres son más guarros todavía que el de los hombres.

Anaroski dijo...

Querido Al:

Lo de la lista de comentaristas es fácil pero a medias, pincha en mi blog en blogger buster, abajo de donde está mi lista de comentaristas, una vez ahí, te aparecerá una web, pincha en widgets y despues en Top Coments, sigue las instrucciones, pero ahora viene el problema el filtro a mi me ha funcionado para mi nombre, pero despues de haber dado los premios he intentado separar por comas los nombres de los ya premiados, para dejar un ranking general y hacer otro semanal y no me ha salido, pero soy muy persistente, ya daré con la tecla te lo aseguro, de todas formas, Caballero Zp o Draco, seguro que saben como ayudarnos.

Un beso y espero haber sido de tu ayuda.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Mejor lo dejamos para otro momento,porque me estoy riendo a mandíbula suelta,je,je,je,.Yo prefiero cuando llego a casa y estoy solo pasear como Dios me trajo al mundo,y en lo referente a lo otro prefiero no entrar,que me voy a tomar el cafe de la mañana.Saludos y AMUNT VALENCIA.

Oso dijo...

Acabo de conocer el blog y sinceramente, me ha encantado. No he dudado en enlazaros al mío, que de paso, os invito a visitar.

Por otra parte, me ha encantado el post porque tengo un teorema que os expongo a continuación:

salimos una noche de copas y todos nos preguntamos, ¿cuando debo parar de beber?. Según mi teorema, en el caso de los hombres, el momento de parar de beber es cuando vas al lavabo y empiezas a saludar a tu órgano sexual masculino. Si el saludo pasa a convertirse en conversación con dicho órgano, habrá que llamar inmediatamente a la ambulancia(nunca me ha ocurrido lo 2º).

Enohabuena por el post y el blog.

Saludos!!

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Bonísima la entrada y los comentarios. Aún estoy tronchándome por el suelo con las anécdotas del sr. Leonardo y del resto de los comentaristas.

Lo que no sé es cómo le sorprenden a usted haciendo bobadas en el baño. Yo, al menos, cierro con el pestillo incluso en mi propia casa y eso que vivo solo. Y no es paranoia, no. Así enlazo con lo expuesto por Neri: cuando vivimos solos, por supuesto que nos comportamos más zoológicamente que cuando estamos en comunidad; pero también es cierto que si pasamos completamente de las reglas de educación mínimas, tarde o temprano nos comportaremos como gañanes en público. La educación debe ser algo que se practique. Si en mi casa comienzo a vivir como un cerdo, tarde o temprano me comportaré siempre como un cerdo (como el individuo ése lamemocos que vio el sr. Neri. Vaya fauna que se junta en Santa Cruz y junto a la Facultad de Derecho).

Bueno, me voy a comer (en casa de mi madre) y después a limpiar mi casa que me he levantado tarde tras dos noches crapulosas y tengo que hacer la cama, limpiar...).

Mike dijo...

Hola! Tienes un premio en mi blog.

Al Neri dijo...

Acabo de estar con Leonardo y le he contado otra anécdota de mocos que se ha reído mucho, así que voy a compartirla.

Hace unos años estaba yo solo en misa en Los Jesuitas cuando me percaté de que una peculiar joven que se encontraba justo a mi lado en el banco estaba realizando concienzudas tareas de prospección minera en su nariz, extrayendo unos moquillos repugnantes, secos y saltarines que dejaba caer al suelo. Estas "tareas" se prolongaron durante toda la Misa provocándomeunas náuseas que prefiero no recordar.

Cuando llegó el Padre Nuestro me di cuenta de lo peor: la tía seguía dale que te pego y sólo quedaban unos minutos para llegar al rito de la paz, que me obligaría inexcusablemente a estrechar la mano a aquella cerda. Comencé a divagar sobre posibles soluciones o alternativas. La mano que usaba para sus marranadas era por desgracia la derecha, de modo que sólo me quedaba hacerme el tonto y mirar para otro lado cuando llegara el momento, o bien dirigirme ya mismo hacia el confesonario, si no quería estrujar sus dedos que con toda probabilidad estarían untados de viscosas sustancias.

Finalmente -casi milagrosamente-, nuestra amiga se levantó justo antes de la paz y se largó de la iglesia. Pocas veces en mi vida he sentido tanto alivio.

Yu-chan dijo...

Tras leer tamaña guarrada y más tamaña aún verdad [en fin...], y con el estómago hecho un centrifugado express, me viene a la mente mi padre, ese típico padre seriote de traje y corbata, solo en su cuarto y con música puesta [de la de su época], agarrando por donde puede una guitarra invisible [no, no es que no haya ninguna guitarra, es que es invisible], e imitando a alguno de sus artistas favoritos cantando, dando botes y tirándose al suelo de rodillas.

Ante esa absurda imagen mental me tengo que tirar al suelo a desternillarme un ratejo... *se tira al suelo a desternillarse*... y recordar las tonterías que hace todo el mundo cuando se cree solo... hasta que un día te das la vuelta y te das cuenta de que tienes público hasta en el vello púvico, se te calientan las orejas como un tomate [estooo...] y no vuelves a hacer el monguis hasta cerciorarte de que no hay moros en la costa.

xD


Un saludito!

Teutates dijo...

Muy gracioso todo esto, yo voy a comentar una guarradilla con otro tipo de productos corporales.
Tengo un amigo, que por cierto, aparece por este blog, con el que, en nuestros tiempos mozos, frecuentábamos ir de acampadas y esas cosas. En una de ellas, lo recuerdo como si fuera ayer, tras ventilarnos una botella de sidra casera de Don Teodoro, comenzó a desprender de su cuerpo unas fétidas y asquerosísimas flatulencias, era insoportable el olor dentro de la tienda de campaña, y él por más que intentó disimular que aquellos efluvios no le pertenecían, terminó reconociendo a carcajada limpia su repugnante liberación.

Anónimo dijo...

Yo tengo una muy guarra. En el cole una vez hicimos el bocata solidario y a unas compañeras nos toco en la mesa de hacer los bocadillos. Teniamos que hacer los bocatas y repartirlos entre profesores y alumnos que estaban por alli. Pues bien, habia una monja que la teniamos todas mucha mania y una de mis compañeras dijo a esa le doy yo el bocadillo. Y dicho y hecho, cogio las rebanadas de pan, se saco un par de mocos, los unto bien entre la miga, puso el chorizo y se fue para repartir los bocadillos al grupo de profesoras, asegurandose que a la Madre "Gallofa", que asi la llamabamos, le tocase el mas suculento, con "margarina extra", jajajaaja, que ascooooo...

GFO dijo...

Yo he visto a Carlos Carnicero en un vuelo Madrid-Roma,sacarse los mocos y comerselos.
No se si su tara se deberá a esa manía y afición gastronómica de fagocitar sus propias mucosas.
Ni si su sobrepeso es debido a la ingesta masiva de mocos verdes y grumosos.
Lo ignoro.
Lo que se es que tuve que tomarme dos "Jacks Daniels" dobles para que mi atormentada mente asumiese la visión del orondo barbudo con el dedo chuperreteado.

ignatus dijo...

Acabo de recordar algo que hacía en mi colegio un compañero. Para situarnos, sería más o menos en 6º de EGB y los urinarios eran de los de pared, anclados en un tabique de un metro sesenta de alto y con espacio libre hasta el techo. Al otro lado del tabique había otra fila de urinarios, de forma que si se era suficientemente alto (no lo éramos), veías la cara del que meaba al otro lado. El caso es que mi amigo F. cogía el prepucio, lo agarraba por la punta taponando el orificio de la uretra y al mear llenaba el pellejo como un pequeño odre para, a mitad de meada, dejar una pequeña abertura logrando así una propulsión extra de la orina con la que lograba sortear con facilidad el tabique de separación, "duchando" al infortunado que estuviera al otro lado. Ni qué decir tiene que yo me animé a probar semejante genialidad, logrando, con la torpeza que me caracterizaba para las manualidades, mojarme los pantalones, cuando no la camisa, no pocas veces.

Un úrico saludo a todos.

Anónimo dijo...

Dios, que asco, os juro que me habeis puesto mal el estómago. Yo no se como puede haber gente tan asquerosa que haga esas guarradas. Un post asquerosiiiiiisimo.

Aprendiz dijo...

Estoy recordando una guarrada que vi hacer a una niña en el urbano, era verano por lo que llevaba puestas unas chanclas, estaba sentada y con el pie en el asiento, y con su dedo índice se limpiaba bién la mierdecilla que tenía entre los dedos de los pies, pero no contenta con eso, se la comía. Al final la madre se dió cuenta pero ya era tarde...

Anaroski dijo...

Como la cosa va de guarradas, guarrillos y guarrillas, y el mono de la pluma me ha traido aquí, voy a contar un chistecito.

Dos amigos gaditanos se encuentran en el Puente de Carranza, después de no verse en dos años, llegan con sus cañas a pescar.

Hombre Paco, dice el primero.

Hombre Pepe, dice el segundo.

¿Que tal te va Pepe?
Tirando le contesta.
¿Tienes mala cara no?
Tu sabes le vuelve a contestar.
¿Que ha sido de tu vida?
Me casé.
Joder tío de puta madre.
Bueno le contesta.
¿joder no estas contento?
Es que tengo un problemas, tu sabes...
Que pasa tío.
Pues que no me clavo.
Y eso, la parienta te ha salio beata o que,
No si ella quiere...
¿entonces?
Es que le huele el chichi, como el pescao porio,

Joder tío que asco.

Te entiendo, pero bueno hay sexo oral,

Que va, tampoco....

Pero que le pasa, a ti no te va, ella no quiere,

Que no hombre que no es eso...

¿entonces?

Es que tiene unas boqueras supurantes y sanguinolentas, que no tio que no puedo...

Joder Pepe, entonces, ¿pa que coño te has casao con ella?

Porque cuando caga, caga unas lombrices asín de grandes que no veas como son para pescar.

jajajajaja.

Al Neri dijo...

Supongo que tras el chiste de Anaroski todos entendemos mejor por qué los andaluces van tan mal en la encuesta de simpatías por regiones de "La pluma viperina", jejejejeje...