“Era el subsuelo de la Patria
sublevado”
(R. Scalabrini Ortiz, “Al 17 de
octubre”)
"Las patas en la fuente" según los antiperonistas (17 de octubre de 1945: trabajadores se refrescan en la fuente de Plaza de Mayo) |
1- Una brevísima historia
En la Argentina de 1943 el sistema que se conocería como “década infame” parecía haber agotado su ciclo. El régimen considerado como “oligárquico y conservador”, que para usar términos actuales tal vez tuvo ciertos logros “macroeconómicos”, se caracterizó por hechos que contrariaban los intereses nacionales; los más evidentes: el vergonzoso pedido del vicepresidente Roca para que Argentina fuese considerado como parte de la comunidad británica; la extranjerización en extremo de los resortes de la economía y las finanzas, los mega negociados en las carnes, la electricidad, las tierras, etc . Y en las clases populares: pobreza, desocupación y enfermedades endémicas; todo ello en el llamado “granero del mundo”. Según estudiosos de la época, la expectativa de vida era de 40 años y los analfabetos rondaban la cifra de 800.000.
El régimen imperante se aprestaba a imponer al sucesor del entonces presidente Castillo, pero algunos sectores políticos y del ejército buscarán impedirlo. A fines de 1942 surge una organización militar secreta, el GOU (“Grupo de Oficiales Unidos” o “Grupo Obra de Unificación”) que buscó, al decir del estudioso Fermín Chávez, ser “una respuesta al reacondicionamiento neocolonial de la Argentina”. Este grupo accede al poder el 4 de junio de 1943, acontecimiento considerado una revolución para los peronistas y un golpe de estado para los liberales.
El coronel Juan D. Perón, uno de los oficiales del GOU, pide ponerse al frente del Departamento del Trabajo, que poco después convertiría en Secretaría del Trabajo y la Previsión. Allí comenzó la constante labor en pro de las masas trabajadoras que iban reconociendo en el militar al líder que nunca habían tenido.
El protagonismo popular que adquiría Perón más ciertas disidencias internas en el grupo gobernante originaron un golpe en su contra el 8 de octubre de 1945; pero obtuvo del presidente Farrell el permiso de dar un mensaje de despedida por radio, en el que llamó a “defender las conquistas sociales otorgadas”, lo que le valió el arresto. El 17 de octubre se produjo una enorme manifestación popular, organizada básicamente por gremialistas, pidiendo su libertad, lo cual obtuvieron la misma noche; desde entonces el 17 de octubre es el “día de la lealtad”.
Se convocaron elecciones para el año siguiente, y Perón, apoyado por una coalición de sindicalistas revolucionarios en su mayoría más disidentes del Partido Radical y algunos conservadores, ganó ampliamente, iniciando los casi 10 años de sus dos primeras presidencias.
Este “primer peronismo” de 1946-1955 se caracterizó por la defensa de los derechos laborales y de la niñez (“los únicos privilegiados son los niños”), el impulso de la industrialización del país con el Estado como regulador de la economía y la presencia estatal en los sectores económicos estratégicos: trenes, energía, banca, comercio exterior (con el “IAPI”: Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio), la “tercera posición” en política internacional (“ni yanquis ni marxistas / ¡peronistas!”) y la búsqueda de alianzas con países hermanos (“ABC” se llamó un proyecto, por Argentina – Brasil – Chile). En la acción social era especialmente relevante la ayuda de la esposa Eva, cuya muerte en 1952 fue conmocionante para el movimiento.
El movimiento se sostuvo en tres “ramas”: la política, la sindical y la femenina; posteriormente se agregaría una cuarta, la “juventud peronista”.
Ya en la segunda presidencia empieza a advertirse un crecimiento de la violencia política y ciertas dificultades en la economía, y se produce un hecho primordial que influirá en la caída de Perón en 1955: el deterioro creciente de las relaciones con la Iglesia, la cual en el principio lo había apoyado (y que incluirá un hecho gravísimo: la quema de varios templos de la zona norte de la ciudad de Buenos Aires como reacción a un intento de derrocamiento hacia Perón); y con la Iglesia de gran parte de la clase media. Los llamados de Perón a defender el gobierno se sucedieron, varias veces con llamados a la violencia impropios de un estadista (“Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos”).
En 1951 se produce un intento de golpe que fracasa, y en 1955 la “Revolución Libertadora” derroca al General, quien partirá al exilio por 17 años (gran parte de ellos en España). Desde allí dirigirá la lucha por su vuelta al poder y en esos años se verán sus actitudes “pendulares”, polémicas, que llevarán a la polarización a sus seguidores pero todos o la gran mayoría siempre sujetos a la voluntad del líder.
(En el post de mañana Tábano porteño nos hablará de los principios ideológicos y de las "ramas" del peronismo)
3 comentarios:
Muchísimas gracias, Tábano. Me ha gustado muchísimo la historia, contada/escrita de un modo tan claro, al menos para mi que, desconozco tantas de las cosas que ud. detalla con precisión. Lo leeré de nuevo con más calma y, espero con muchas ganas el siguiente.
Nago
Gracias a usted, Nagore; me alegro que le haya gustado. Justamente la intención fue tratar de hacer comprensible a los no argentinos un tema que es bastante intrincado para nosotros mismos.
Me sumo al agradecimiento y a la expectación.Me ha encantado esta primera parte. Llevo oyendo mil años hablar del peronismo y nunca he sabido exactamente que era.Al menos ya dispongo de unas coordenadas socio-políticas, que desconocía.
Gracias Tábano.
Publicar un comentario