martes, 2 de julio de 2013

¿MANDELA TERRORISTA?

El prosoviético Mandela
Es un dato objetivo que no admite discusión que el líder sudafricano Nelson Mandela dirigió entre 1960 y 1964 el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), denominado Lanza de la Nación, organización que llevó a cabo casi 200 atentados (muchos de ellos con bomba, en lugares públicos y de forma indiscriminada) y numerosos asesinatos y torturas a campesinos inocentes, como parte de su “lucha armada” contra un gobierno legal y democráticamente constituido que practicaba una intensa política de segregación racial.

No puede rebatirse que en aquellos tiempos Mandela era considerado terrorista por la ONU, que ni siquiera Aministía Internacional se opuso a su encarcelamiento tras un proceso penal garantista y que ayer se cumplieron cinco años de su retirada del listado de terroristas internacionales elaborado por el gobierno de Estados Unidos.

Es demostrable que en su momento el entonces presidente de Sudáfrica ofreció varias veces a Mandela la libertad condicional si se comprometía a renunciar a la violencia, y este siempre rehusó el ofrecimiento.

Tampoco conocemos ninguna declaración del impetuoso moreno arrepintiéndose de haber esgrimido las armas (sin haber ninguna guerra) para la consecución de sus objetivos políticos.

Aun así, este carismático presidente no solo obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1993, sino que en estos últimos días, en que se encuentra en estado crítico, se le ha homenajeado como a un estadista modélico y como a un héroe del progreso, de la justicia y de las libertades.

Yo solo me hago unas preguntas que no quieren ser capciosas. ¿Se puede o no emplear la violencia para defender ideales políticos que se consideran legítimos? ¿No se debe volar la estación de tren de Johannesburgo o depende de los motivos? ¿Quién dice cuándo se es un guerrillero contra un régimen opresor y cuando un vulgar terrorista?

16 comentarios:

Aprendiz de brujo dijo...

Para que tu interesantísimo post no resultara capcioso, deberías añadir algún dato cuantificado de las escuelas de negros de la época; de la represión policial; de los morenos fallecidos; de la honradez de los mandatarios blancos.

En todo caso estoy contigo: hay que huir del maniqueísmo. A menudo las cosas son más complejas de lo que parecen. Muy interesante.
Voy a intentar formarme una opinión más cultivada del fallecido. Es verdad que el tipo tiene una buena prensa de la ostia.
Si alguien pudiera recomendarme una lectura al respective del sujeto, que sea más ó menos honesta intelectualmente hablando, se lo agradecería.
Un beso en las nalguillas a todos.

Anónimo dijo...

El Mein Kampf, de Adof Hitler, es una lectura interesante que aborda este tema de los negros con bastante rigor y propone soluciones que te harán reflexionar.

C. S. dijo...

En lo que a mí concierne, la lucha de Mandela es tan legítima como la de los aliados en la Segunda guerra mundial. Para decidir cuando sí y cuando no pueden servir las indicaciones de Santo Tomás para verificar cuándo es justa una guerra. Según él lo será si se dan las siguientes circunstancias:

-Que la causa sea justa (acabar con la discriminación racial me lo parece)
-Que haya posibilidad de ganar (los hechos demuestran que esto tmbién se cumplió)
-Que las pérdidas no sean mayores que las ganancias.

Así que, según la docta opinión del Aquinate, Mandela no era un terrorista, ¡era un libertador!

Aprendiz de brujo dijo...

Anónimo, me gusta más su precuela: El Mein polla en vinagre. Es de la putísima madre de Hitler.
Está muy bien para reflexionar. Gracias por la recomendación.

Luxindex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Al Neri dijo...

Luxindex, me he dado cuenta a las 15.30 y lo he cambiado. Ha habido un par de titulares de Intenet que me han llevado a confusión esta mañana. No estoy nada ansioso. Disculpen el error.

Lo del resto del post no le gusta enterarse, ¿verdad?

Aprendiz de brujo dijo...

Ostia. Yo también me lo había cargado....Joder, es que esta mañana he leído otro artículo por la red, que me ha llevado a error.
Y el otro veo el telediario, y no salen más que negros peregrinando al sitio donde el hombre está hospitalizado...Joder, total que yo también le hacía con San Pedro.

Lux joe, no seas listillo, cojones. Por cierto, zorro no sabía que eras portero de futbol:
http://www.marca.com/2013/07/02/futbol/equipos/deportivo/1372756721.html



alco dijo...

La resistencia francesa a la ocupación nazi recibía de los ocupantes y del gobierno colaboracionista la calificación de terrorista.
El FLN que finalmente liberó Argelia de ocupantes franceses, tamién era considerado terorista por Francia.
El IRA, que logró independizar Irlanda (aún queda una parte ocupada) del Reino Unido también recibía y recibe esta denominación.
Supongo que los españoles que combatieron a Napoleón, las partidas rurales y las personas que apuñalaban al primer francés despistado que pillaban, también debían ser terroristas de la época.
Así que estamos frente a un concepto muy difícil de valorar (y muy subjetivo) y me lleva a pensar que visión futura tendrán de ETA en el País Vasco. Depende de si consigue sus objetivos, supongo. Pueden seguir siendo terroristas o los libertadores.
Su entrada lleva a reflexionar sobre la legiimidad de la violencia, muy interesante, pero me temo que sin solución clara.

Luxindex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Otras preguntas que no quieren ser capciosas: estuvo en prisión 27 años y es millonario, ¿cómo hizo su fortuna? ¿otro comunista nadando en dólares?.

El tábano

Aprendiz de brujo dijo...

Alco, estoy de acuerdo en que el debate es muy enjundioso e impregnado de subjetivismo, que diría Neri.
También es delicado ejemplificar en la cuestión. No creo que sea comparable el FLN, los negros sudafricanos y la resistencia antinazi francesa; con ETA ó el IRA.

Al Neri dijo...

Y que me dicen de los maquis de la postguerra española?

Paolo dijo...

Luxindex, ustedes en el Sur confunden a Mandela con Ben-hur (rima y todo).

Un poco de culturra, por favor. Sin acritud.

Al Neri dijo...

La respuesta más ortodoxa ha sido la de C.S., ya que nos propone la doctrina de la guerra justa. Es la postura más equitativa pero evidentemente muy teórica y difícil de aplicar en cada caso porque, por ejemplo, todo el mundo que pone bombas contra un gobierno supuestamente opresor cree que tiene posibilidades de ganar. Además, según este argumento, si las tesis de Nelson hubieran finalmente fracasado y ni él ni sus correligionarios hubieran llegado al poder, usted tendría que llamarle terrorista.

Esta doctrina de la guerra justa se plasma en el Catecismo de la Iglesia Católica, que recoge, como única guerra lícita, la legítima defensa de los gobiernos mediante el uso de la fuerza militar, cuando se den estas condiciones de legitimidad moral, cuya apreciación pertenece al juicio prudente de quienes están a cargo del bien común:

— Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto.

— Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.

— Que se reúnan las condiciones serias de éxito.

— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en la apreciación de esta condición.

Ni que decir tiene que las posturas racistas de los afrikáner (al fin y al cabo unos calvinistas a quienes habría venido como el comer que les catequizáramos los españoles) y el régimen discriminatorio del apartheid deberían escandalizar a cualquier cristiano. Recordemos que en aquella época estaban perseguidos penalmente no solo los matrimonios mixtos, sino las relaciones sexuales entre personas de diferente raza, y que los negros tenían coartada la libertad de circulación y de residencia en numerosas áreas del país, entre otras lindezas.

¿Ello legitima al comunista Mandela a poner bombas de forma indiscriminada y a matar civiles? Contéstese cada cual.

Jugoso también lo que dice Alco de que la línea entre ser guerrillero y ser terrorista está en el logro de los objetivos. En efecto la clave está en la victoria y en el posterior control de los medios de comunicación y de la propaganda. Quien ha llevado a cabo acciones armadas contra un gobierno será en el futuro un héroe libertador o un terrorista criminal según triunfe (con las armas o las urnas) o fracase. Los ejemplos que pone son buenos y yo añadiría a los maquis españoles, que hoy han sido casi canonizado porque el franquismo está denostado por la "democracia" vigente.

Evidentemente todo es demasiado subjetivo. Piensen también en las intervenciones armadas de EE.UU en Irak o en Afganistán: a partir del día que los yanquis anuncian oficial y unilateralmente que la guerra ha terminado, toda acción bélica de los moros es considerada acto terrorista o de sabotaje.

MAURICIO RUIZ MORA dijo...

LA "GRAN PRENSA" OLVIDA MUY FACILMENTE ; EL TITULAR DE HOY DEBERIA SER " MURIO EL ULTIMO TERRORISTA "

Anónimo dijo...

Y no seria lo adecuado pensar que si se combate a un ejercito (u otros grupos armados) puede ser mas o menos justo y cuando se matan civiles solo como medio para conseguir un fin, podriamos califivarlo de terrorismo cobarde y vil?? Si mandela no se arrepintió, que se sepa también