lunes, 21 de junio de 2010

SARAMAGO, DESCANSE EN PAZ

Una mala costumbre de muchos agnósticos y ateos es ponerse a opinar, a la menor ocasión, sobre religión y teología, algo que no comprendo bien. Si de verdad son indiferentes al hecho religioso o incluso no creen en Dios, que dejen de darnos el coñazo con sus divagaciones a los que sí creemos; que se olviden del tema y punto. Ejemplo muy típico es el de los que se pasan la vida renegando de todo lo divino y lo espiritual, pero cuando alguien habla de Teología de la Liberación, se lanzan a defenderla entusiasmados. ¿Pero no pasabais de la religión, tontos del haba? ¡Pues punto en boca!

Traigo esta reflexión a cuento del fallecimiento el pasado viernes del literato José Saramago. Desde luego no me parece elegante despotricar contra alguien que acaba de morir, pero me resulta aún de peor gusto exaltar sus virtudes a bombo y platillo, como ha hecho la prensa estos días, cuando el finado en cuestión es un personaje tan lamentable como el escritor portugués.

Saramago fue toda su vida un extremista de izquierda (comunista libertario, según él) que no perdió ni una oportunidad de atacar y hacer escarnio de la Religión Católica, y lo peor es que se fue radicalizando con la edad. Su indiferencia hacia Dios, como he dicho, debería haberle llevado en buena lógica a cerrar la boca en lo tocante al fenómeno religioso, pero los católicos no hemos tenido esa suerte, pues este señor siempre se ha despachado a gusto con toda clase de irreverencias, insultos y burlas contra los pilares de nuestra Fe. Con la única intención de hacer daño.

En su repugnante panfleto El Evangelio según Jesucristo (1991) atenta de forma grave contra la memoria del Cristianismo con numerosas referencias sacrílegas, entre las que cabe destacar la supuesta relación marital entre Jesús y María Magadalena o la rebelión del Hijo del Hombre contra los planes de Dios. Estas faltas de respeto gratuitas y con recochineo motivaron la decisión del gobierno luso de vetar la presentación del libro al Premio Literario Europeo, aunque en mi opinión el correctivo más oportuno habría sido, en defecto de una Inquisición a la antigua usanza, un buen par de guantazos que le hubieran puesto en órbita y enseñado a respetar la sensibilidad de millones de fieles. Para ser tan valiente, el novelista de Santarém nunca se animó a publicar alguna chirigota similar sobre Alá o Mahoma, pues lo más probable es que le hubieran cortado los cojones sin vacilar. Una lástima.

El Vaticano por su parte se ha limitado a hacer pública una nota en la que subraya que Saramago fue un “intelectual de ninguna admisión metafísica, hasta el final anclado en una confianza en el materialismo histórico, alias marxismo”, que "no se dejó nunca abandonar por una incómoda simplicidad teológica”.

En lo político mejor no entrar. A este rojo populachero no había por donde cogerlo. Un ejemplo, su actitud hacia Cuba. Partidario hasta la médula de la dictadura de Castro, suavizó en ocasiones su postura para congraciarse con sus lectores y la opinión pública internacional, como en 2003, tras el encarcelamiento de casi cien disidentes por el tirano caribeño, cuando manifestó con grandilocuencia que Cuba había defraudado sus ilusiones. Poco después rectificaba cínicamente alegando que “sigo siendo un amigo de Cuba, pero me reservo el derecho de decir lo que pienso y decirlo cuando entienda que debo decirlo”.

José Saramago, descanse en paz y que Dios le perdone cuanto antes, que a mí, católico imperfecto, me costará un poquito más.

13 comentarios:

La pluma viperina dijo...

Se advierte, para que no haya sorpresas, que no toleraremos debate alguno sobre el celibato de Nuestro Señor Jesucristo.

Isaak dijo...

Para no parecerle "elegante despotricar contra alguien que acaba de morir", se ha despachado a gusto ;-D

Los ateos, como los católicos, también son "imperfectos", así que no resulta difícil encontrar mancha tanto en unos como en otros. Ya se sabe que, el que esté libre de pecado, que... en fin.

Se equivocó, evidentemente, en bastantes filias y quizá también en algunas fobias, incluso como Ud. bien dice en sonadas omisiones, pero de éso tampoco hay nadie libre, ni siquiera algunos de quienes se dice han sido elegidos directamente por la Divinidad.

Intentó ser honesto y consecuente. Tal vez no lo consiguió. Pero es importante no olvidar que la sensibilidad es inherente a todo ser humano, no sólo al creyente. Y la Iglesia Católica también hiere al no religioso con más frecuencia de la que sería deseable. Con la diferencia de que, por el deber de apostolar, la I.C. se siente con el derecho de hacerlo y depositaria de una facultad intervencionista universal similar a los EEUU.

Saludos cordiales.

Aprendiz de brujo dijo...

Parto de la base de no haber leido libro alguno de Saramago.Le he visto en entrevistas y me ha parecido un sujeto interesante.aunque ahora esto no es lo que más me importa.
Neri no puedo estar más en desacuerdo con el tenor de tu primer párrafo.
Por qué cojones no van a poder hablar de lo humano y lo divino, (valga la redundancia), las personas ateas.Quien eres tú para determinar quien puede hablar de Dios, de Jesús y especialmente del hecho religioso, como fenómeno histórico, sociológico, filosófico... etc.
Crees que este sujeto, dotado además de cierto grado de inteligencia y formación no puede o no debe hablar del papel de la iglesia en la sociedad actual; o no puede escribir acerca de posibles contradicciones entre el mensaje o la figura de Cristo y las normas que posteriormente la iglesia a través de su tradición secular ha dictado.
Otra cosa es el oportunismo del que pueden hacer gala,(con todo su derecho)por parte de la extrema izquierda a la hora de apoyar a un rama de la iglesia...
Otra cosa es la indiscutible cobardía que casi todos tenemos a la hora de enfrentarnos al fenómeno musulmsn. Pero la solución es precisamente luchar contra ese miedo y no añorar épocas pretéritas donde los Terroristas eran los mulás católicos.

sefo dijo...

Saramago me parece un genio y Al Nery el fascista más primitivo de internet.

Anónimo dijo...

Sr. Neri, aunque no comparto la ideología de Saramago, he de reconocer que el tono del post de hoy no me ha gustado. Creo que ha podido decir lo mismo, sin recurrir a palabras de desprecio tan poco caritativo y elegante.

Es fácil juzgar a otros... y es fácil errar en el juicio. Pues para juzgar justamente, es necesario conocer todos los hechos... y nadie, más que Dios, los tiene. Que Saramago atacó a la Iglesia? Es verdad! Lo hizo creyendo que lo que hacía estaba mal? No lo creo! Era mala persona? Habrá cosas en las que sí y otras en las que no! Conclusión: sólo Dios sabe...

Es verdad, que a pesar de esto, que como católicos debemos defender nuestra Fe conta viento y marea. Pero la defensa de la Fe, comienza por no caer en la mismas acciones del otro... si tú insultas a Jesús, yo te insulto a ti... si tú quemas una iglesia, yo quemo una mezquita... Viva la Ley de Talión!! No. Y mil veces no.... porque entonces, no mostramos el mensaje de Dios que es el Amor... Y Si al Catolicismo le quitamos el Amor, le quitamos a Dios.

Es verdad que a veces los ataques son tan hirientes que, llevados por la indignación, no se puede evitar ponerse a la altura del "adversario"... pero no podemos olvidar que lo estamos haciendo mal... Y que en cuanto se nos pase, esa indignación, que es ira incontrolada, debemos rectificar nuestra conducta.

Dulcinea dijo...

Lo que cuentas de ese libro sacrílego me parece muy grave. Los católicos no pueden tumbarnos a la bartola como propone Sandra mientras ofenden nuestras creencias, es necesario reaccionar con decisión aunque parezca radical y yo no creo que sea ponerse a la altura del adversario sino impedir que te pisen porque estos rojos si no reciben de su propia medicina no se enteran bien.

Álex dijo...

Saludos a todos.

Soy un lector reciente de este blog y sigo sorprendido de la inquietante mezcla que existe en él de un alto nivel intelectual y una elevada rigidez ideológica (cercana al agarrotamiento).
Sugiere el Sr. Neri que José Saramago o cualquier otra persona atea o agnóstica no debiera opinar sobre religión o teología. En otros artículos del blog y de nuevo en este último se trasluce que el problema para el Sr. Neri es la existencia misma de la opinión o de ciertas opiniones, cuando creo que el problema debiera estar en el análisis que se haga de cualquier opinión.
José Saramago o cualquier persona pueden opinar sobre la religión y la teología: pueden hacerlo de manera razonada, de manera visceral, de manera absurda, de mil maneras. Yo leeré o escucharé esa opinión, la analizaré con mis conocimientos y mis puntos de vista y, finalmente, podré tomarla en cuenta o desecharla sin contemplaciones.
A lo largo del tiempo he ido viendo que no tiene sentido que mis esfuerzos se dirigan a que los demás digan lo que a mi me gustaría oir o piensen lo que yo creo que es correcto, sino que me esfuerzo en intentar que los demás (niños o adultos) tengan recursos para analizar las cosas y las ideas de manera independiente y serena.
No creo que haya ningún problema en que alguien diga algo, incluso con maldad y ánimo de ofender, sobre el celibato de Jesucristo, por seguir el ejemplo que Usted mismo destaca, Sr. Neri. Bastará con escucharlo, analizarlo y saber si tiene sentido o no.
Todo esto tiene también mucha relación con la cuestión de las normas y valores absolutos de la que ya hablé en otro comentario a un artículo más antiguo.
(http://laplumaviperina.blogspot.com/2010/01/una-anecdota-de-maricones.html)
Siento no saber hacer un enlace de esos que se pinchan directamente...

Gracias una vez más por hacerme pensar en todas estas cosas.

LANGOR dijo...

Buenas:

Y yo pregunto ante esas gravisimas opiniones ¿que hizo la Iglesia?

Por cierto, suscribo la opinion de aprendiz de brujo.

Un saludo

Álex dijo...

Pues voy a hacer un intento de enlace directo a comentarios a "una anécdota de maricones"
Espero que funcione. Un saludo de nuevo (y perdón por el lapsus de escribir dirigan en vez de dirijan).

Ramiro Semper dijo...

Uno menos.

marian dijo...

Yo digo como la Sofi del candelero, lo sigo desde hace tiempo pero no he leído nada suyo.

Roberto Gómez dijo...

Ahora tendrá todo el tiempo del mundo para aprender Teología.

Un saludo.

Carlos Fernandez dijo...

Yo como ateo, creo que Saramago era un payaso, dogmatico y sectario. Uno mas de los que hacen negocio criticando el capitalismo, pero sin renunciar a sus lujos.