miércoles, 7 de enero de 2015

EL MUSICAL DE JOSÉ ANTONIO

José Antonio preso en Alicante

Aunque en noviembre del año pasado corrieron rumores de que el proyecto había naufragado, todo parece apuntar a que finalmente se estrenará en 2015, en algún teatro de la Gran Vía madrileña, el musical La princesa roja, sobre la vida y la obra de José Antonio Primo de Rivera, producido y dirigido por Álvaro Saénz de Heredia (La hoz y el Martínez, Aquí llega Condemor) y protagonizado por el actor televisivo Jesús Cisneros. En una especie de “maqueta” que ya está difundiéndose puede comprobarse que la obra se centrará en los supuestos amoríos del fundador de la Falange, en su también supuesta amistad con Azaña y con el poeta homosexual Federico García Lorca, y en sus desencuentros con el franquismo en los inicios de la Guerra Civil.

La más elemental prudencia me aconseja no pronunciarme a fondo sobre este boceto hasta que no se haya estrenado el espectáculo y haya tenido la ocasión de asistir. No obstante sí adelanto que con los datos que tengo hasta ahora no me apetece nada, pero nada de nada, acudir a esta representación en la que, por lo visto, saldrán cantando y bailando juntos, en amor y compañía, José Antonio Primo de Rivera, sus pretendidas novietas y el irrepetible Lorca.

Mi primer motivo de prevención hacia esta iniciativa es que no considero que el musical sea el género artístico más adecuado para glosar la vida de un personaje político y mucho menos la de José Antonio, cuya personalidad y trayectoria revisten tal complejidad que ni siquiera 79 años después de su muerte han llegado a ser comprendidas ni por sus detractores ni –lo que es más grave– por buena parte de sus devotos. El musical parece un formato idóneo para remakear obras de teatro o películas de culto, atraer a miles de fans de Disney con el señuelo de aparatosas puestas en escena o promocionar a grupos o cantantes de rock en horas bajas, pero mucho me temo que el resultado puede devenir en grotesco si se utiliza para ensalzar la vida de un político (por muy famoso y controvertido que sea, y por mucha admiración que le profesemos), dramatizando y enfatizando aspectos de su intimidad que al gran público, convenzámonos, le importan un pito. Basta imaginar (conteniendo la risa) un music hall sobre Pablo Iglesias senior fundando el PSOE, sobre los flirteos de Isabel II, sobre las amistades de Franco o sobre los avatares ideológicos de Adolfo Suárez para darse cuenta de que no es una buena idea.

José Antonio confiaba estúpidamente en Azaña
Pero lo que más me desagrada es el previsible contenido del experimento de Saénz de Heredia, sin lugar a dudas asesorado por exponentes del hedillismo más exótico. A veces me pregunto quién ha deformado más la figura de José Antonio, si la propaganda insidiosa de la extrema izquierda, que lo presenta como un pistolero a sueldo de la burguesía, o ciertos sectores del propio falangismo dispuestos a las cabriolas ideológicas que sean necesarias para vendernos una Falange "adaptada" a nuestros tiempos, con un Fundador pluralista, gurú de la concordia, enemigo acérrimo de los fascismos, enfrentado a muerte con el bando nacional y poco menos que de izquierdas. La estrategia de estos "modernizadores" es recurrir sin complejos al tijeretazo doctrinal e histórico, suprimiendo o matizando cansinamente aspectos fundamentales de la obra del líder político español más honesto, valiente, original y carismático del siglo XX, que, le duela a quien le duela, reivindicó un estado totalitario y autoritario (¡ambas cosas!) hasta el mismo día de su muerte y contribuyó de forma activa y generosa al Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936.

Pero pese al enorme bagaje teórico del legado de Primo de Rivera, su ética y estilo inconfundibles, su rica actividad parlamentaria y su decisiva influencia en varias generaciones de españoles merced a su análisis clarividente de los problemas de España y a unas propuestas de redención basadas en una justicia social profunda, parece que Álvaro Saénz de Heredia va a enfocar el musical en los aspectos más insignificantes y anecdóticos de su vida, los que menos interesan, algunos de cuales además no están históricamente demostrados.

A Elizabeth Bibesco no se la ve muy roja
El eje del espectáculo parece que será el romance que según el reciente libro de José María Zavala, La pasión de José Antonio, mantuvo el artífice de la Falange con la excéntrica e izquierdista inglesa Elizabeth Bibesco, esposa de un diplomático y príncipe rumano. Si bien parece evidente que ambos compartieron vida social y que esta señora profesaba un sincero afecto hacia José Antonio, los detalles de la supuesta aventura han sido más urdidos por la imaginación de Zavala que por la consistencia de las fuentes históricas, que se limitan a una cariñosa dedicatoria de la princesa en su novela The romantic, a sus intentos de intermediación para concertar una entrevista entre Primo y Azaña, y a los ruegos que aquel le hizo para que intentara salvarlo de su ejecución en Alicante a través de la diplomacia británica. Poco o nada más se sabe de esta relación, igual que de ninguna otra que pudiera haber mantenido José Antonio con otras mujeres, entre ellas la duquesa de Luna y Villahermosa, asunto del que solo se conocen un par de anécdotas inconsistentes en alguna hagiografía exaltada del dirigente falangista. Todas estas dudas más que razonables no han impedido a Sáenz de Heredia centrar su obra en una hipotética relación adúltera del protagonista, que si por algo se caracterizó fue por la defensa acérrima de los valores familiares y de la lealtad en cualquier ámbito de la vida.

También resultan superfluas las disquisiciones que casi seguro planteará esta obra de teatro cantada sobre las buenas relaciones de José Antonio con Azaña y con Lorca. Es de todos conocida la inclinación personal de Primo de Rivera hacia algunos aspectos de las políticas azañistas, lo que no implica su admiración global por el personaje (solo faltaba) ni mucho menos una simpatía mutua. Sobre su afinidad con Federico, sabemos también muy poco. Parece que a José Antonio le encantaban sus poemas y sus dramas, y que acudió a alguna representación suya, pero que el genio granadino mostró siempre una total indiferencia hacia a él, a pesar de la broma que le gastó a Grabriel Celaya contándole que era un “buen chico” con el que cenaba todos los viernes: “solemos salir juntos en un taxi con las cortinillas bajadas, porque ni a él le conviene que le vean conmigo ni a mí me conviene que me vean con él”. En el “tráiler” del musical puede verse cómo Lorca le da las gracias a José Antonio por la subvención que le consiguió para su compañía teatral La Barraca, en referencia a la supuesta gestión que realizó como diputado para que el Gobierno cofinanciara esta actividad cultural y de la que solo tenemos noticias a través del testimonio (dudoso) del hermano del poeta en su libro Federico y su mundo.

No se sabe si Lorca y José Antonio fueron amigos
De todos modos, insisto: sean ciertas o falsas estas vicisitudes joseantonianas (yo no me las creo), me parece que no constituyen un material lo bastante serio, relevante y valioso como para fundamentar lo que aspira a ser una obra épica de divulgación y de pedagogía histórica. Sin negar la buena intención de los promotores de La princesa roja, yo intuyo que se trata de una nueva intentona de “humanizar”, “moderar” y hacer “digerible” para el público de hoy la figura del tan admirado por mí José Antonio Primo de Rivera. De lo que no se percatan es que en España no hay mercado para estas paridas y de que incluso los pocos azules entusiastas que podrían ir a verla igual salían del teatro echando chispas. 


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10 comentarios:

Tábano porteño dijo...

Una desconfianza parecida a la suya, Neri, es la que sentí cuando leí en diarios locales (octubre del año pasado) la noticia que copio abajo, que involucra al P. Castellani:



"Convierten la Casa Rosada en un set de filmación.

Con la presidenta Cristina Kirchner en Olivos, la Casa Rosada se transformó ayer en un set de filmación.

Se rodaron escenas de la futura película El almuerzo, del director Javier Torre, hijo de Leopoldo Torre Nilsson, que recrea una invitación que el ex presidente de facto Jorge Videla les hizo en mayo de 1976 a un grupo de escritores para consultarlos sobre cómo veían la marcha de su gobierno, que había derrocado a María Estela Martínez de Perón.

Las escenas se ambientaron en 1976, dos meses después del golpe de Estado del 24 de marzo de ese año. Entre los invitados estaban Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Horacio Ratti (presidente de la Sociedad Argentina de Escritores) y el sacerdote, escritor y periodista Leonardo Castellani.

Videla nunca pensó que Castellani le iba a reclamar por los 15 escritores detenidos por entonces, como Haroldo Conti. Los otros escritores también se interesaron, sin dar nombres, pero no dijeron lo que pensaban por temor a que los detuvieran o pasaran a ser desaparecidos.

En la película se verá que Videla dijo que "subversivo no sólo es el que tiene un arma, también lo son los que escriben en contra o no acorde con el pensamiento del régimen militar". Actúan en el film Alejandro Awada (Videla), Roberto Carnaghi (Ratti), Jean Pierre Noher (Borges), Arturo Bonin (general Antonio Villarreal, secretario general de la Presidencia), entre otros. Continuarán filmando hoy y también pasado mañana, feriado."

CLAVE dijo...

Muy buen articulo !!! lo has bordado ¡¡¡ saludos ¡¡¡

NESCAFE dijo...

Estoy muy de acuerdo con el post en todo y lo peor de todo es que los defensores de esta imbecilidad del musical dicen que sirve para humanizar a José Antonio, para desmitificarlo, para bajarlo de los altares donde lo tenía divinizado la derecha franquista, y para humanizarlo van y lo ponen a cantar y a bailar y de cosmopolita mujeriego. Los únicos que de verdad divinizan a José Antonio son los que han lanzado este musical porque hay que ser muy friki y muy fanático para pensar que José Antonio tiene el suficiente gancho en nuestros días como para hacer un musical en la Gran Vía con su historia, al lado de los Miserables o del Rey León. Además los que han ideado esta bufonada son capaces de inventarse un José Antonio totalmente distinto al original con tal de darle publicidad como sea y donde sea.
Pero me da lo mismo porque esta mierda no se va a estrenar jamás y menos en un teatro de la Gran Vía, que usted Neri es que se lo traga todo.

Nicanor dijo...

Todo parte parte de un libro-basura del agente multimillonario Petón.

Yo tampoco me lo creo y además, en el improbable caso de que fuera cierto, tampoco me interesa.

Quieren cargarse a José Antonio. So pretexto de una rehabilitación, quieren ensuciarlo. Y está colaborando todo el falangismo, no sólo el "auténtico". Hedilla vomitaría en la boca de esta gentuza.

Al Neri dijo...

Tábano, Dios nos coja confesados con los "artistas".

Gracias por su comentario, CLAVE.

NESCAFE, no sé si será exactamente una mierda, pero tiene toda la pinta de ser muy inadecuado.

Una cosa le digo: pese a lo que pudiera parecer, los promotores del musical conocen extraordinariamente bien la figura de José Antonio y, a pesar de ello, recortan, entresacan y ponen de relieve los aspectos más insustanciales de su biografía, o directamente se sacan de la manga lo que les apetece, con la intención (entiendo que buena) de mostrar un personaje más actual y aceptable a la luz de los actuales valores políticos. Más que divinizar a José Antonio, yo diría más bien que se avergüenzan del verdadero José Antonio. Más que idealizarlo, lo ningunean con su estrategia de intimarlo a toda costa con personajes de la política y la cultura más conocidos por el gran público como Azaña o Lorca, chupando rueda de la popularidad de estos por entender, desde los más oscuros complejos, que el fundador de Falange Española carece de la entidad y el atractivo suficientes.

Nicanor, muy buen comentario. En efecto, fue Petón en su libro El hombre al que Kipling dijo sí (2005) el que se inventó que la Bibesco era su amante. No sé si está "colaborando todo el falangismo", pero la expresión en sí, "todo el falangismo", me deja triste. Será por mi ignorancia y mi superficialidad, Nicanor, pero echando un vistazo al actual falangismo organizado, tengo la impresión de que solo quedan hedillistas saltimbanquis o europeístas nazis.

alco dijo...

No tenía ni idea que se preparaba este musical, pero ya que se prepara, ¿qué contenidos ha de tener para que atraiga público? pués lo que cuenta: amoríos, amistades con personas totalmente distintas, canciones, bailes...¿es un musical, no?
Lo que es muy raro es que han elegido como hilo conductor a José Antonio. Muy chocante. Pero si lo miran desde un punto de vista escénico, la estética falangista de los años 30 puede ser visulamente muy atractiva. Quizá monten algo del estilo "Evita". Las canciones eran emocionantes, sobre todo el "No llores por mi Argentina", o la Salve de los trabajadores argentinos, pero la hagiografía de Eva Perón, francamente muy mejorable. Pero todo era teatro, no la realidad.

Al Neri dijo...

Buen comentario, Alco. Lo que dice tiene todo el sentido desde el punto de vista artístico, pero a mí me irrita que un personaje histórico que tanto tiene que ofrecer y del que tanto jugo se podría sacar, se intente mostrar al gran público (que al final será un pequeño público) de una manera tan artificial, superficial, incompleta y sesgada.

AGS dijo...

Por aportar algo que nadie ha dicho, aunque sin animo de ofender al interesado, decir que el actor escogido es malo en avaricia ...

Anónimo dijo...

Pues si que se va a estrenar el musical. Sera en otoño y en un teatro de la Gran Vía. En Facebook tenéis una página que se titula Mi princesa roja, el musical. Alli esta el anticipo de lo que será. Vienen varios videos con la música. Retazos y fotografías. Todo esto vale un dinero de poner en escena, y hay bastante expectación.

Luis Angel dijo...

Pues ami me encanta, y me consta que al resto de falangistas les parece tamibien correcto que se haga este musical.