jueves, 11 de septiembre de 2014

¿POR QUÉ NOS IMPORTA UN BLEDO EL MUNDIAL DE BALONCESTO?


Este verano, con motivo de ambos mundiales, hemos constatado una vez más la abismal diferencia entre el nivel de popularidad del fútbol y el del baloncesto. Los forofos de este último deporte continuamente argumentan que cada vez acude más público a las canchas y que también es un fenómeno multitudinario con una fuerte repercusión mediatica, como lo demuestran los casi cinco millones de telespectadores que siguieron ayer el España-Francia. Pero todos sabemos que no hay color, que en España las televisiones dedican diez veces más espacio (y me quedo corto) al deporte rey que al basket y, lo más importante, que la gente en la calle no habla de baloncesto ni se emociona ni con la liga, ni con el mundial ni con ninguna de sus competiciones; todo lo contrario que el fútbol, que forma parte esencial de nuestro entorno y de nuestras conversaciones.

¿Hay algún motivo por el que, salvo en Estados Unidos y otros pocos países, el balompié guste mucho más a la gente que el basketball? ¿Es aquel realmente un deporte más atractivo que este o es que los medios de comunicación de masas tienen algún interés en dar más bombo al mundo futbolístico? ¿Qué es antes, el huevo de que el público es más futbolero por naturaleza y por eso la prensa le dedica más atención, o la gallina de que se sigue menos el baloncesto porque casi no lo sacan en la tele?

En cualquier caso: ¿Por qué el mundial de fútbol es un auténtico fenómeno social mucho más allá de lo deportivo y el de baloncesto nos importa un carajo? Voy a intentar esbozar las claves de este dilema, aunque espero la opinión de los más aficionados. Incorporaré al post las mejores reflexiones.


  • Tradición y fenómeno sociológico.
La afición futbolera en España es bastante más antigua que la del baloncesto y tiene un importante peso y componente sociológico que, como digo, va muchísimo más allá de lo puramente deportivo, entrando incluso en los terrenos social, económico y político. 

  • Auge de otros deportes
Al baloncesto le ha pasado como al PSOE con UPyD y Podemos. Hace años era una “segunda fuerza” consolidada, pero últimamente han alcanzado gran apogeo en España otros deportes hasta entonces minoritarios, como el tenis, la Fórmula 1 y, en menor medida, el balonmano, que le han “robado” mucha cuota de afición. 

  • Espectacularidad
Las dimensiones del campo y del estadio, la vistosidad de las jugadas y el enorme simbolismo estético de las competiciones (que recuerdan a una batalla) otorgan al soccer una espectacularidad de la que a todas luces carece el basket, con espacios y recursos más discretos. La gente se divierte más con la larga lucha para marcar un gol que con el marcaje continuo de puntos.

  • Emoción
El fútbol encaja divinamente en la forma de ser de los españoles, ya que deja un enorme espacio a la improvisación, al azar y a la iniciativa individual. El resultado de un partido está más abierto a la sorpresa y al factor suerte que en el baloncesto, donde prima, por decirlo en lenguaje educativo, una especie de “evaluación continua” que premia la constancia más que el momento puntual de inspiración. En el fondo la vida, al menos en nuestro país, se parece más al fútbol y por eso nos sentimos más identificados con él que con otros juegos.

  • Estética
Hoy la belleza y el sex-appeal juegan un papel decisivo en cualquier espectáculo público y resulta evidente que los jugadores de balompié cumplen mejor que los de basket (con diferencia) los requerimientos estéticos que, por suerte o por desgracia, impone nuestra sociedad. Dicho de forma más descarnada: demasiados baloncestistas, tanto hombres como mujeres, padecen gigantismo o sufren deformaciones derivadas de su altura y complexión. Qué duda cabe que ello resta atractivo a los encuentros, aunque jueguen solo blancos.

  • Importancia de la competición
El campeonato mundial de baloncesto no es, a diferencia del de la FIFA, la competición más relevante en este deporte. Las olimpiadas, como sabemos, tienen una repercusión mediática y social notablemente más amplia.

3 comentarios:

Gustav Becker dijo...

A mi personalmente, me importan un bledo los dos, tanto el de fútbol como el de baloncesto.
Llevo años sin entender por qué se tiene que dedicar media hora de los informativos al fútbol, o sea mucho más que a la crisis en Ucrania o al referéndum escocés.
Creo, con todo mi respeto a los aficionados, que el fútbol es hoy lo que fueron los toros en el siglo XIX, o lo que fueron las peleas de gladiadores en Roma. Se ha hecho de ello más un espectáculo que un deporte, si no ¿cuantos aficionados hay que no han tocado un balón en su vida o no han corrido tres metros? Muchos, muchísimos.

El último de Filipinas dijo...

Añadiría que en baloncesto si un equipo es muy bueno y otro regular o malo, el primero gana, y además de calle. En fútbol el malo puede aguantar y en un contraataque de churro meter gol y llevarse el partido. Cabe más la sorpresa.

Al Neri dijo...

Gustav, yo tampoco entiendo esa desproporción de espacio dedicado a los deportes en los informativos. De los temas fundamentales que nos afectan a todos, dicen dos simplezas, pero del partido de fútbol del día anterior desglosan hasta los más absurdos detalles.

Último, yo creo que esa es la clave de que el fútbol sea tan popular.