martes, 2 de septiembre de 2014

BATALLITAS SEXUALES

Hombre contando a sus amigotes su última conquista sexual

Me resulta muy curiosa, además de repulsiva, la costumbre que tienen algunos varones de presumir de sus hazañas sexuales. Como hombre que soy me he encontrado con bastantes memos que se jactan en público, en círculos masculinos de supuesta confianza, de sus conquistas “amorosas” y de su destreza para rematar en la cama sus cortejos. Existen muchas variantes y grados en este comportamiento tan indiscreto, que puede abarcar desde una simple indicación, con guiño incluido, de que se han tirado a la camarera que os está sirviendo el café, a una descripción grandilocuente y casi ginecológica del acto carnal (a mí me han llegado a enseñar un vídeo), pasando por las típicas insinuaciones en plan “yo soy un caballero”, pero con sonrisa de oreja a oreja, cuando alguien les requiere información sobre su trato con una señorita. Dice el refrán que los hombres son como las fichas de parchís, que comen una y cuentan veinte. Yo soy incapaz de adivinar si son ciertas las batallitas que a veces me relatan, pero en todo caso estas actitudes me parecen estúpidas, inmaduras y de pésimo gusto. Omito, adrede, que son una falta de galantería con las chicas afectadas porque no tengo claro que la mayoría de las mujeres de nuestro tiempo merezcan alguna gentileza especial. Constituyen, sin más, una falta grave de respeto y una profanación de la intimidad ajena. Si encima la historieta es falsa, ni te cuento.

Me pregunto por las razones de esta conducta y solo se me ocurre que hay de por medio un problema grave de autoestima. 

En nuestra sociedad existen seis fuentes fundamentales de autoestima, por desgracia demasiado relacionadas entre sí: el trabajo, el poder económico, la belleza, la competencia social, el éxito afectivo y la satisfacción sexual. Todas estas facetas se manifiestan por sí mismas excepto la última, que suele pertenecer al ámbito de la más estricta intimidad. El que tiene un buen trabajo, mucho dinero, decenas de amigos y una familia que le quiere, no hace falta que lo vaya predicando por ahí, pues suele ser evidente para todos y solo un cretino alardearía de forma explícita de lo que todo el mundo sabe. Pero por lo general solo tú y la mujer interesada sabéis si os habéis acostado después de una “cena de amigos” o si habéis hecho el perrito en lugar del misionero. Por ello los sujetos con el amor propio muy machacado, con un pobre concepto de sí mismos, con una colección de fracasos en el resto de dimensiones de su vida, necesitan hacer notorio el único aspecto en el que se consideran exitosos: su actividad sexual. Es como si dijeran: "si para una cosa en la que triunfo, nadie se entera, pues no me la voy a callar". Además como es un tema que no se ve, también pueden inventar o exagerar a discreción.

Lo más sorprendente es que estas vulgaridades abochornantes suelen ser celebradas por el resto de machos de la manada, sobre todo en ciertos ambientes. Y no se te ocurra poner mala cara, que te llaman envidioso.


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9 comentarios:

marian dijo...

Conozco a uno de esos "machitos" que suele presumir de sus grandes hazañas. El cuenta y cuenta y cuenta, le da igual quién esté delante y pasa de la cara de asco que le ponemos a ciertas historias suyas.
Pero da la casualidad que entre conocí a una de su parejas y .........jajajajajajaja en fin, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.

Aprendiz de brujo dijo...

Neri, cuándo quedamos?.El otro día un tío me quería llevar a la cama. Y para una vez que ligo...tengo que contártelo ya.

El último de Filipinas dijo...

Siempre queda la opción que tras contar el proceso el cortejo y consumación se le pregunte al interfecto cuánto tuvo que pagar por la "hazaña".

Capitán Alatriste dijo...

Saludos a todos,

Quisiera hacer una observación que de algún modo contradice lo que dice Neri. Aunque hay mucho fanfarrón, el discurso masculino creo que suele limitarse a eso, pura chulería, muchas veces inventada o exagerada y ya. Sin embargo, la experiencia me dice que las mujeres son más dadas a tratar este tema (en círculos de mucha confianza), de una forma más específica, dándole a la charlita casi un aire científico-divulgativo, preguntando y opinando.

No imagino a dos machotes dándose consejos, sólo golpeando su pecho como el animalito de la foto (fino humor gráfico el suyo, Neri. Uno empieza a leer ya viendo por dónde tira esto). Sin embargo, he llegado a estar presente en conversaciones de mujeres, o me las han contado, donde hay trueque de experiencias y consejos como quien se recomienda un sitio de vacaciones, un restaurante o el taller en el que pasar la revisión.

Interesante tema este que ha propuesto hoy.

Al Neri dijo...

Grande su comentario, Alatriste. Buenísimo lo del "aire científico-divulgativo". Me parto. Cuando las tías salen zorras no tienen remedio.

Último, es muy buena idea. La pondré en práctica.

Marian, qué malas son las mujeres.

Brujo, vamos, tontín, seguro que no es la primera vez...

Zorro de Segovia dijo...

la verdad es que los tíos en general presumimos de todo lo que nos pueda hacer ganar puntos frente al resto. De lo bien que jugamos al fútbol o todo lo que sabemos sobre ese deporte, de nuestra cultura, de nuestro currículum. Algunos incluso presumimos de nuestra integridad moral.

Sinretorno dijo...

recuerdo un libro de la época de Franco, muy bueno, el español y los siete pecados capitales, el de lujuria era m bueno...

Ajedrecista dijo...

Ya lo dicen, los hombres como el parchís: se comen una y cuentan 20.

Otros son más de la Oca, y se la tiran porque les toca.

Aprendiz dijo...

Yo creo que entre mujeres no es muy común este tipo de conversaciones, pero yo en primero de carrera el grupo de amigas que me hice ya el primer día, lo tuve que acabar dejando, porque después de unas pocas quedadas, en cuanto la primera soltó que no era virgen y ya se fueron animando otras, cada vez que nos juntábamos contaban sus experiencias, aunque hubiera hombres delante. Y además que lo cuentan como si te contaran que han ido al cine.