Llevo un año enganchado a un curioso blog que no tiene artículos escritos, sino que su autor, bajo el pseudónimo de El Hematocrítico, se limita a colgar fotografías de “notas dejadas en portales y garajes por vecinos pasivoagresivos”, tomadas por él mismo o enviadas por sus lectores. El único texto es un brevísimo comentario a cada cartel, normalmente en un sutil tono jocoso.
Como buen aficionado a la sociología parda, Drama en el portal fue para mí un gran descubrimiento, además de una fuente inagotable de risas. Entro una vez a la semana a ver las nuevas fotos y nunca logro reprimir unas buenas carcajadas que me vienen de perlas.
El tema de los letreros dejados por vecinos generalmente anónimos en puertas, escaleras, garajes y otras zonas comunes de los inmuebles en régimen de propiedad horizontal, daría para una tesis de postgrado universitario. Estos escritos espontáneos -vehementes o irónicos- casi siempre plagados de faltas de ortografía son además la prueba palpable de que la realidad de nuestros edificios de viviendas supera con creces la ficción de series como Aquí no hay quién viva o La que se avecina.
El blog de El Hematocrítico es una pequeña ventana a la realidad de nuestros vecindarios que, aunque tanto me hace reír, también suele dejarme algún poso amargo por cuanto constata el egoísmo, el individualismo espantoso, la cobardía y la incapacidad de convivencia de una parte significativa de la sociedad española, que se reflejan unas veces en la actitud de los destinatarios de los mensajitos y otras en la de sus autores.
Como buen aficionado a la sociología parda, Drama en el portal fue para mí un gran descubrimiento, además de una fuente inagotable de risas. Entro una vez a la semana a ver las nuevas fotos y nunca logro reprimir unas buenas carcajadas que me vienen de perlas.
El tema de los letreros dejados por vecinos generalmente anónimos en puertas, escaleras, garajes y otras zonas comunes de los inmuebles en régimen de propiedad horizontal, daría para una tesis de postgrado universitario. Estos escritos espontáneos -vehementes o irónicos- casi siempre plagados de faltas de ortografía son además la prueba palpable de que la realidad de nuestros edificios de viviendas supera con creces la ficción de series como Aquí no hay quién viva o La que se avecina.
El blog de El Hematocrítico es una pequeña ventana a la realidad de nuestros vecindarios que, aunque tanto me hace reír, también suele dejarme algún poso amargo por cuanto constata el egoísmo, el individualismo espantoso, la cobardía y la incapacidad de convivencia de una parte significativa de la sociedad española, que se reflejan unas veces en la actitud de los destinatarios de los mensajitos y otras en la de sus autores.
Los avisos son de muchas clases y temas. Los hay redactados con letra temblorosa de anciano analfabeto o impresos en Word, impecablemente escritos y con un lenguaje engolado y pretencioso. Algunos simplemente invitan a cambiar de actitud con tono conciliador, pero otros son verdaderas joyas del sarcasmo popular o muestran una ira desbordada en los insultos más soeces. La temática de las quejas varía bastante, aunque suele centrarse en ruidos nocturnos (de parejas fogosas a menudo), robos, impagos de gastos comunes, uso inadecuado de puertas, luces u otros elementos, o conductas sucias o indecorosas muy frecuentemente relacionadas con las cacas de los perros.
Son letreros que, ya digo, están redactados en unos tonos que incitan a la risotada, pero de los que pueden sacarse conclusiones muy poco halagüeñas e incluso políticamente incorrectas sobre las habilidades sociales, la extracción cultural o el entorno de los vecinos cabreados o cabreadores.
No me resisto a copiar algunos ejemplos, que podéis ampliar visitando esta original web que hará las delicias de todos los auténticos viperinos:
- “Al incívico/a que se dedica a tirar heces humanas al patio de los bajos 1ª, escalera 12, se guarde de repetirlo, de no ser así se tomarán las medidas pertinentes para evitar que continúe este acto asqueroso”.
- “Al vecino cerdo que se dedica a mear en el portal: Si te pillo te lo vas a beber”.
- “Rosa, mira como es la mierda de mi perra, cuando la veas me lo dices para quitarla. Como come el mulo caga el culo, y esa mierda es muy grande para ser de mi Luna.”
- “La próxima vez que tiren comida al patio, mato al gato”.
- “La cerda que tiene el pelo rojo y lleva todo el año tirando ovillos de pelo por la ventana, que se corte ya; ya está bien, parece gente de otra etnia, eso no lo hacen más que los cavernícolas. Y las muy cerdas. Hemos tenido el coraje de “cojer” el ovillo del pelo para que la gente sepa quien lo tira viendo su color [se adjunta], ya saben que esta vecina es muy sucia”
- "Aviso al vecino sinvergüenza y subnormal que llama a la policía para denunciar los coches que están aparcados sin molestar en la calle (...)"
- “Mamá de Carmen: seguro que hay otros métodos menos ruidosos para despertar a Carmen. Utilícelos. Carmen: Por favor, no remolonee”.
- “No tiren las bragas cagadas por la ventana”.
- “Esto va dirigido a la vecina que pega esos alaridos para hacer el acto sexual: Le recuerdo que vive en una comunidad de vecinos, así que le recomiendo que baje el volumen o cierre la boca porque la próxima vez que me despierte de madrugada por culpa de sus gritos, o tenga que irse mi sobrina de 9 años de mi casa a las 7 de la tarde por el mismo motivo, voy a llamar a la policía local”.
Son letreros que, ya digo, están redactados en unos tonos que incitan a la risotada, pero de los que pueden sacarse conclusiones muy poco halagüeñas e incluso políticamente incorrectas sobre las habilidades sociales, la extracción cultural o el entorno de los vecinos cabreados o cabreadores.
No me resisto a copiar algunos ejemplos, que podéis ampliar visitando esta original web que hará las delicias de todos los auténticos viperinos:
- “Al incívico/a que se dedica a tirar heces humanas al patio de los bajos 1ª, escalera 12, se guarde de repetirlo, de no ser así se tomarán las medidas pertinentes para evitar que continúe este acto asqueroso”.
- “Al vecino cerdo que se dedica a mear en el portal: Si te pillo te lo vas a beber”.
- “Rosa, mira como es la mierda de mi perra, cuando la veas me lo dices para quitarla. Como come el mulo caga el culo, y esa mierda es muy grande para ser de mi Luna.”
- “La próxima vez que tiren comida al patio, mato al gato”.
- “La cerda que tiene el pelo rojo y lleva todo el año tirando ovillos de pelo por la ventana, que se corte ya; ya está bien, parece gente de otra etnia, eso no lo hacen más que los cavernícolas. Y las muy cerdas. Hemos tenido el coraje de “cojer” el ovillo del pelo para que la gente sepa quien lo tira viendo su color [se adjunta], ya saben que esta vecina es muy sucia”
- "Aviso al vecino sinvergüenza y subnormal que llama a la policía para denunciar los coches que están aparcados sin molestar en la calle (...)"
- “Mamá de Carmen: seguro que hay otros métodos menos ruidosos para despertar a Carmen. Utilícelos. Carmen: Por favor, no remolonee”.
- “No tiren las bragas cagadas por la ventana”.
- “Esto va dirigido a la vecina que pega esos alaridos para hacer el acto sexual: Le recuerdo que vive en una comunidad de vecinos, así que le recomiendo que baje el volumen o cierre la boca porque la próxima vez que me despierte de madrugada por culpa de sus gritos, o tenga que irse mi sobrina de 9 años de mi casa a las 7 de la tarde por el mismo motivo, voy a llamar a la policía local”.
6 comentarios:
El mejor para mi es el del pelo rojo.Buen fin de semana para todos. Haced el amor mucho. Es placentero y barato,(de lo último no estoy seguro).
A mi el que mas me gusta es el del tio que mea en el portal, jajaja, aunque el que dice Aprendiz de Brujo no se queda atras.
Muy graciosos algunos de los letreros, pero cuando se habla de estas formas de vida en nuestras megalópolis no puedo evitar recordar ciertas ideas de Spengler, que un prologuista de "Der untergang des Abenlandes" explicó así:
"La fase de “civilización” se caracteriza por drásticos conflictos sociales, movimientos de masas, continuas guerras y constantes crisis. Todo ello conjuntamente con el crecimiento de grandes “megalópolis”, vale decir: enormes centros urbanos y suburbanos que absorben la vitalidad, el intelecto, la fuerza y el espíritu de la periferia circundante. Los habitantes de estas aglomeraciones urbanas – comprendiendo al grueso de la población – se convierten en una masa desarraigada, desalmada, descreída y materialista, sin más apetitos que el pan y el circo instrumentados para mantenerla medianamente conforme. De esta masa provienen luego los felahs subhumanos, típicos representantes de una cultura moribunda."
No subestimen el escueto y lacónico "no tiren las bragas cagadas por la ventana".
Exacto, Tábano, la dinámica de los vecindarios urbanos y ya no le digo la de las reuniones de las juntas de vecinos, absorben la vitalidad, el intelecto, la fuerza y el espíritu de cualquiera. Un virguero, Spengler.
En mi portal había alguien que se llevaba las revistas que dejaban en los buzones,hasta que un vecino colgó un cartel que decía: por favor no llevarse cosas que no son de su pertenencia,le que sea que hable.Y añadió: me molesta mucho la gente que no da la cara.Lo mas graciosos es que firmo como: anónimo.
Pues yo llevo tiempo pensando cómo redactar un cartel para amenazar y amedrentar a los vecinos que no son capaces de aguantar los segundos que dura el viaje en ascensor sin fumar. El artículo me ha servido para ir perfilándolo. Muchas gracias.
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