La edición especial de la Gillette Fusion languidece en los escaparates de toda España |
No tengo ni pajolera idea de cómo funciona lo del patrocinio de marcas a la Selección Española, ni de cómo se contrata la publicidad asociada a los grandes eventos deportivos, pero estoy muy perplejo de que casi un mes después de nuestra descalificación del Mundial, sigan emitiéndose en radio y televisión, e insertándose en prensa escrita numerosos reclamos con mensajes de exaltado optimismo sobre el combinado de Vicente del Bosque, como si no hubiera pasado nada y aún pudiera hacerse con la copa.
Tiene toda la pinta de que muchas empresas pagaron la inserción de sus cuñas, anuncios o contraportadas hasta la fecha de la final del Campeonato con independencia de los resultados o, como mínimo, hasta la fase de cuartos con posibilidad de renovar si los vientos resultaban favorables a la mal llamada Roja. El problema es que a pesar de los prematuros reveses ante Holanda y Chile, a algunos patrocinadores no les ha dado la gana suspender sus anuncios publicitarios y ni siquiera se han tomado la molestia de retocar los contenidos para adaptarlos lo más dignamente posible a la triste situación actual, por ejemplo incluyendo frases de consuelo o de agradecimiento por los éxitos del pasado.
Esta racanería de resistirse a prescindir dos meses antes de lo previsto de una publicidad carísima y ya pagada supongo que va a salirles muy cara a las empresas de turno, que están dando una imagen desactualizada y patética, hurgándonos encima en la herida del fracaso día sí y día también con unos eslóganes ya totalmente fuera de lugar con los que parece que se están pitorreando de la Selección y de los aficionados.
Tiene toda la pinta de que muchas empresas pagaron la inserción de sus cuñas, anuncios o contraportadas hasta la fecha de la final del Campeonato con independencia de los resultados o, como mínimo, hasta la fase de cuartos con posibilidad de renovar si los vientos resultaban favorables a la mal llamada Roja. El problema es que a pesar de los prematuros reveses ante Holanda y Chile, a algunos patrocinadores no les ha dado la gana suspender sus anuncios publicitarios y ni siquiera se han tomado la molestia de retocar los contenidos para adaptarlos lo más dignamente posible a la triste situación actual, por ejemplo incluyendo frases de consuelo o de agradecimiento por los éxitos del pasado.
Esta racanería de resistirse a prescindir dos meses antes de lo previsto de una publicidad carísima y ya pagada supongo que va a salirles muy cara a las empresas de turno, que están dando una imagen desactualizada y patética, hurgándonos encima en la herida del fracaso día sí y día también con unos eslóganes ya totalmente fuera de lugar con los que parece que se están pitorreando de la Selección y de los aficionados.
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