miércoles, 10 de octubre de 2012

AMIGOS EN PROPIEDAD (y 2ª parte)

(1ª parte)

La niña no había cumplido 4 años y Nacho comenzó a comportarse de forma extraña. Hablaba muy poco, siempre parecía esquivo, nunca tocaba a Marta y solía regresar de la oficina casi todos los días más tarde de las 9. Cuando ella al fin, completamente confundida, le pidió explicaciones entre sollozos un domingo por la mañana, se limitó a farfullar, mirando al suelo, que quería divorciarse. El motivo se supo al fin y no fue otro que una enfermera pelirroja de 24 años que, según las malas lenguas, había conocido en un chat. Provisionalmente ella se quedó en casa con la cría y él se trasladó al chalet de sus padres en un pueblo cercano, primero solo y a los tres meses con Lidia, su minifaldera y espigada pelirroja.

Lidia rápido se sintió muy unida a todos los amigos de Nacho. Fue recibida al principio como una especie de novedad exótica, por la sorpresa de la separación y por la diferencia de edad, pero superada esa fase de pocos meses en la que se sintió observada y casi juzgada, especialmente por ellas, rápido fue acogida sin reservas y con cariño, y encontró al fin en aquella gente las mejores amistades que había tenido en su vida.

A Marta jamás la volvieron a llamar para quedar. Sus amigos del alma no la avisaron más de ninguna cena, ni la invitaron a ninguna excursión los fines de semana, ni contaron con ella para las copas de los jueves en El Soportal. Probablemente no habría ido, pues malditas eran las ganas que tenía de coincidir más tiempo del imprescindible con el miserable que la había engañado, que ya se le hacía bastante cuesta arriba verse con él para asuntos relacionados con su hija. Pero es que ni siquiera le pegaban ya un toque las chicas cuando bajaban al centro comercial con los churumbeles dos o tres veces a la semana.

Neli, la mujer de Quique, la llamó por teléfono un mes después de separarse, para ver cómo estaba. “Ay, chica, no sabes cómo lo he sentido”. Ni una sola palabra sobre Lidia. Ni una sola crítica al adúltero. “Un besito para la niña y nos vemos un día, ¿eh, guapa?, que te tienes que animar y salir”. Nunca más volvió Neli a dar señales de vida.

Lorenzo y María Luisa se encontraron con ella en el Carrefour más de un año después. Le dieron dos besos, la miraron con los ojos del Gato con Botas de Shreck y María Luisa la cogió del brazo muy cariñosa, “ay, hija, los hombres”, le susurró. Lorenzo, tan hablador, con el que siempre había tenido una conexión especial, ni siquiera abrió la boca y se pasó los diez minutos del encuentro riñendo a sus gemelos para que no se alejaran del carrito. Nunca más volvió a saber de ellos.

Los demás ni la llamaron ni la pusieron un simple email. Con Azu coincidió en la plaza una vez, siglos después de lo sucedido, y se empeñó en tomar “un cafetín y me cuentas”, pero a Marta le asqueaba su falsedad y respondió que llevaba prisa y que mejor otro día.

En las últimas Ferias vio a lo lejos a todo el grupo, Nacho y Lidia incluidos, picando algo en la caseta de La Sepia. Daban la impresión de divertirse mucho, pues se estaban riendo a carcajadas en un corrillo. Se fijó en cómo Lorenzo charlaba animadamente con la flaca del pelo rojo y le hacía esa bromita, que antes solía gastarle a ella, de quitarle las gafas de sol que llevaba sobre el pelo a modo de diadema.

Se quedó sin los amigos que suponía tener y a veces se sentía tan desdichada por ello como por su humillante divorcio.

Se quedó sola.

Y tardó en entender que incluso los amigos tienen dueño legítimo; que por mucho que te adoren los amigos de tu marido, tu relación de amistad con ellos tiene la misma fecha de caducidad que la de tu matrimonio; que hay que tener muy claro, para no llevarse demasiados disgustos, quién ostenta la propiedad de los amigos y quien simplemente los tiene prestados mientras se dén unas determinadas circunstancias.

Fin

11 comentarios:

El chico de los tablones dijo...

De acuerdo, sr. Neri, Samaniego y Perrault estarían orgullosos. Y ahora, ¿dónde está el final alternativo en el que Marta y Lorenzo echan un casquete rural? No me obligue a escribirlo yo... ¿Y qué me dice de un posible ménage à quatre como en la peli Dobles parejas? No sé, al igual que la prensa internacional soy de la opinión de que el argumento se podía haber exprimido un poco más.

"En Amigos en multipropiedad Al Neri consigue poner la miel en la boca al lector para después despacharse con un desenlace tibio y predecible. Con esta obra, el autor de La opositora y El ciego renuncia en la práctica a su candidatura al premio Planeta". -THE DAILY TELEGRAPH.

Unknown dijo...

Neri, está bien. Aunque yo creo que vales más como articulista que como novelista,-auqnue es la opinión de un hombre que tiene la sensibilidad literaria en el glande.(Esto me dijo el amigo -creo que maricón-de un amigo mío).

El tema es muy jugoso. Cuando se destruye una pareja, hay que liquidar aparte de la Socieded de Gananciales; bares, amigos, lugares y hasta destinos habituales de vacaciones.

Aunque, como en todo lo que tiene que ver con las relaciones humanas, es imposible establecer reglas universales.

Cada vez conozco más casos de parejas surgidas de otras rotas, en las que los cuatro eran amigos.

En fin...

Unknown dijo...

Por cierto, el comentario de tablones ha sido absolutamente genial.

Capitán Alatriste dijo...

La verdad es que es difícil narrar un relato tan simple pero tan duro a la vez. Demoledora moraleja. Coincido con Tablones (quien nos descubre su lado libidinoso) en que me da la sensación de que se podría haber introducido algún episodio más entre la 1º y 2º entrega, pero creo que ha descrito bien la mezquindad -o quizá sólo realidad- de ciertas relaciones de amistad.

alco dijo...

La verdad es que no esperaba este final. Pero ya puestos en esta separación inesperada (en el contexto de la primera entrega) por parte del marido, yo diría que los amigos de una chica separada, aunque también sean amigos de él, se lanzan en picado a ver si pillan algo. Es lo que he ido viendo.
Muy bien el relato, aunque corto y directo a la moraleja final. Una extensión a unas cuatro entregas, ampliando detalles del grupo creo que habría sido muy bien aceptada por los lectores.

que dificil la vida sin ti dijo...

Hola Al. Pues la verdad, estoy de acuerdo con la opinión general de que el relato daba para más, pero por otra parte la moraleja me gusta y a la vez me deprime.
Creo que se imponía un relato más en mitad del principio y el desenlace. Otra vez será.
Ya ve usted lo pendientes que nos ha tenido ¿eh?
Un abrazo
Asun

Anónimo dijo...

Valoro la amistad como el mayor don que una persona puede dar y recibir de otra persona... Pero siendo realistas, pocos amigos hay en la vida... muy pocos... una cosa es ser falible, que lo somos todos otra ser mezquinos...
Y algo que tengo claro es que por mucho que duela, es que quien te traiciona jamás te quiso, se quiso siempre más asi mismo... simplemente te usó mientras no hubo algo mejor... y en esos casos, aunque a uno le duela el alma y le sangre a borbotones no un día ni dos, sino quizás meses o años, debe estar agradecido por estar sólo antes que ser usado ni un sólo segundo más...

Anónimo dijo...

Por otro lado, hay algo que es una realidad: el amor, el cariño jamás debe nublar el juicio... reconocer un hecho como malo no es despreciar a la persona autora de tal hecho...

Si tu hermano es infiel a su mujer, porque sea tu hermano no puedes decir que está bien... querrás a tu hermano, la sangre tira...

Esto es como el traje nuevo del emperador, no por decir que va vestido, deja de ir desnudo...

Álex dijo...

Leo las dos entregas del relato hoy, con retraso, y la verdad es que me ha gustado y me ha dejado levemente 'tocado' y pensativo. En general, yo diría que el problema de partida es si se logra la verdadera integración de las parejas en el grupo de amigos inicial. Mi impresión es que es en ese punto en el que se suelen forzar un poco las cosas. Es más, me atrevo a decir que esa integración es innecesaria en la mayoría de los casos y que lo mejor es que el grupo de amigos se mantenga al margen de las respectivas parejas. Ah, también me ha parecido muy bueno el comentario de El chico de los tablones, aprovecho para mandarle un saludo. Saludos a todos los demás también, por supuesto.

Al Neri dijo...

¡Muchas gracias a todos por las críticas!

Álex lleva toda la razón.

El chico de los tablones dijo...

Obviando lo irónico de mi primer comentario, a mí también me ha parecido un buen relato. A mi edad no hay matrimonios de por medio, pero sigue siendo duro e incómodo que, después de cogerle verdadero aprecio al novio de una amiga o a la novia de un amigo, tras la ruptura se volatilice de la noche a la mañana aquello que parecía una amistad.

Saludos a usted también, amigo Álex :-)